martes, enero 17, 2006




Capítulo 30
Grawp








La historia del vuelo de Fred y George a la libertad fue repetida tan a menudo durante los días siguientes, que Harry podía decir que pronto se convertirían en una leyenda de Hogwarts; en una semana, incluso aquellos que habían sido testigos oculares estaban medio convencidos de haber visto a los gemelos sobre sus escobas zambulléndose contra Umbridge y golpeándola con Bombas de Estiércol antes de volar fuera de las puertas. Como consecuencia inmediata de su partida hubo una ola de conversaciones sobre como imitarlos. Harry frecuentemente oía a los estudiantes decir cosas como: "Honestamente, algunos días me siento con ganas de saltar en mi escoba y dejar este lugar", o también, "Otra lección como esta y podría simplemente hacer lo que los Weasley". Fred y George se habían asegurado que nadie pudiera olvidarlos en mucho tiempo. En primer lugar, no habían dejado instrucciones de cómo quitar el pantano que ahora llenaba el corredor en el quinto piso del ala este. Umbridge y Filch habían sido vistos probando diferentes métodos de remoción pero sin éxito. Eventualmente el área fue acordonada y Filch, rechinando sus dientes furiosamente, se dio a la tarea de dar un puntapié a los estudiantes que pasaban por ahí cuando se dirigían a sus aulas. Harry estaba convencido que maestros como McGonagall o Flitwick habrían podido quitar el pantano en un momento pero, así como en el caso de los Petardos Relampagueantes de Fred y George, preferían observar a Umbridge pasar apuros.También estaban los dos grandes agujeros con forma de escoba en la puerta de la oficina de la Directora, a través de los cuales las barredoras de Fred y George habían salido para reunirse con sus amos. Filch empotró una puerta nueva y llevó la Saeta de Fuego de Harry a las mazmorras; según se rumoreaba, Umbridge había puesto un troll de seguridad armado para cuidarla. Sin embargo, sus problemas estaban lejos de terminarInspirados por el ejemplo de Fred y George, ahora un gran número de estudiantes competían por conseguir las posiciones recientemente vacantes de Alborotador-en-Jefe. A pesar de la nueva puerta, alguien logró introducir un Niffler de hocico peludo en la oficina de Umbridge, que rápidamente hizo trizas el lugar en su búsqueda de objetos brillantes y saltó hacia ella cuando entró, intentando roer sus anillos para sacarlos de sus dedos regordetes. Bombas de Estiércol y Pelotillas de Hedor se dejaron caer con tanta frecuencia en los corredores, que se puso de moda entre los estudiantes realizar Encantos de Burbuja-Cabeza sobre ellos mismos antes de dejar las clases, lo que les aseguraba un suministro de aire fresco aunque les diera la peculiar apariencia de llevar un pez dorado invertido nadando en sus cabezas.Filch rondaba los corredores con una fusta lista en sus manos, desesperado por atrapar a los sinvergüenzas, pero el problema era que ahora había tantos que nunca sabía que camino tomar. La Escuadra Inquisitorial estaba intentando ayudarlo, pero a sus miembros les sucedían cosas extrañas. Warrington, del equipo de Quidditch de Slytherin, se reportó al ala del hospital aquejado de un horrible brote de granos en la piel, que le hacía parecer como si estuviera cubierto con hojuelas de maíz; Pansy Parkinson, para deleite de Hermione, perdió todas sus lecciones del día siguiente pues le habían crecido cornamentas. Entretanto, no se clarificó cuántas cajas de Bocaditos para Hacer Novillos habían logrado vender Fred y George antes de dejar Hogwarts. Umbridge sólo tenía que entrar en su aula para que los estudiantes allí reunidos se desmayaran, vomitaran, desarrollaran fiebres peligrosas o sangraran por ambos orificios nasales. Chillando con rabia y frustración, intentó rastrear las fuentes de los misteriosos síntomas, pero los estudiantes repetían obstinadamente que estaban padeciendo "Umbridge-itis". Después de poner cuatro clases sucesivas en detención sin poder descubrir su secreto, se vio obligada a rendirse y permitir a los estudiantes dejar sus clases en manadas pues sangraban, se desmayaban, sudaban y vomitaban. Pero ni siquiera los usuarios de las explosivas cajas podían competir con el amo del caos: Peeves, quién parecía haber tomado a pecho las palabras de Fred antes de partir . Cacareando locamente, volaba a través de la escuela, volteando las mesas, saliendo precipitadamente de los pizarrones, volcando estatuas y jarrones; dos veces encerró a la señora Norris dentro de una armadura de la que fue rescatada, aullando ruidosamente, por un furioso conserje. Peeves quebraba las lámparas y soplaba las velas, hacia malabares con las antorchas ardientes encima de las cabezas de estudiantes chillones, causando que montones de pergaminos pulcramente apilados fueron arrojados al fuego o a través de las ventanas; inundó el segundo piso cuando abrió todos los grifos de los baños, dejó caer una bolsa de tarántulas en el medio del Gran Comedor durante el desayuno y, siempre que pensaba en un descanso, mataba el tiempo flotando acostado detrás de Umbridge y tirándole frambuesas cada vez que hablaba.Excepto Filch, nadie del personal parecía preocupado en ayudarla. De hecho, una semana después de la salida de Fred y George, Harry observó a la Profesora McGonagall caminar directo hacia Peeves, que resueltamente aflojaba una araña de luces de cristal, y podría haber jurado que oyó a la profesora explicarle al fantasma, por la comisura de sus labios, "se destornilla para el otro lado".Por otra parte, Montague no se había recuperado todavía de su estancia en el retrete; permanecía confuso y desorientado y sus padres fueron observados la mañana del martes caminando delante de él, sumamente enfadados.-¿Deberíamos decir algo? - preguntó Hermione con voz preocupada y apretando su mejilla contra la ventana del aula de Encantamientos desde donde podía ver al Señor y la Señora Montague entrando-. ¿Sobre lo que le pasó?¿En caso que eso ayude a la Señora Pomfrey a curarlo? -Por supuesto que no, se recuperará - contestó Ron, indiferente - En todo caso, otra preocupación para Umbridge, ¿no es cierto? - señaló Harry con voz satisfecha. Ron y él golpearon con sus varitas las tazas de té que se suponía estaban encantando. Harry había logrado cuatro piernas muy cortas que no podrían alcanzar el escritorio y no paraban de retorcerse inútilmente en el aire. Ron hizo crecer cuatro piernas muy delgadas que alzaron la taza fuera del escritorio con gran dificultad, temblaron por unos segundos, y se doblaron, lo que causó que la taza se partiera en dos.-Reparo - musitó Hermione, remendando rápidamente la taza de Ron con un movimiento de su varita-. Eso está muy bien, ¿pero que pasa si Montague ha sido dañado permanentemente?-¿A quién le preocupa? - preguntó Ron enojado, mientras su taza de té se ponía de pie nuevamente, temblándole violentamente las rodillas-. Montague no debería haber intentado quitar todos esos puntos a Gryffindor, ¿verdad? ¡Si quieres preocuparte por alguien, Hermione, preocúpate por mí!-¿Por ti? - interrogó, aferrando su taza de té que correteaba feliz lejos del escritorio con sus cuatro pequeñas y fornidas piernas, semejantes a sauces, y volviéndola a colocar delante de ella-. ¿Por qué debo preocuparme por ti? -Cuando la próxima carta de mamá llegue luego de atravesar el proceso de censura de Umbridge- comentó Ron amargamente, mientras sostenía su taza que trataba débilmente de soportar su peso sobre sus frágiles piernas-, voy a estar en un gran problema. No me sorprendería si me envía otro Howler. -Pero.....-Aguarda y verás como va a resultar mi culpa que Fred y George escaparan - agregó Ron, sombrío-. Dirá que debería haberlos detenido, que debía haber agarrado los extremos de sus escobas y haberlos aguantado o algo así. sí, será todo mi culpa.-¡Bien, si lo dice será muy injusta, no podías hacer nada! Pero sé efectivamente que no lo hará, quiero decir, si es verdad que han adquirido un local en el Callejón Diagon, deben haber estado planeando esto hace mucho tiempo. -Sí, pero eso es otra cosa, ¿cómo adquirieron el local?- inquirió Ron, pegando con su varita sobre su taza de té con tal fuerza, que sus piernas se doblaron de nuevo y se quedó tirada delante de él-. ¿Es un poco sospechoso, no? Necesitarán montones de Galeones para permitirse el lujo de alquilar un lugar en el Callejón Diagon. Mi madre querrá saber que han hecho para obtener esa cantidad de oro.-Bueno, sí, también lo había pensado- declaró Hermione, permitiendo a su taza de té trotar en ordenados círculos alrededor de la de Harry, cuyas cortas piernas todavía eran incapaces de tocar el escritorio- He estado preguntándome si Mundungus no los ha persuadido de vender género robado o algo igual de horrible.-No lo hizo - afirmó Harry, lacónicamente. -¿Cómo lo sabes? - preguntaron Ron y Hermione a un tiempo-Porque.....- Harry dudó, pero el momento de confesar finalmente parecía haber llegado. No había ninguna razón para seguir callado si eso significaba que cualquiera sospechara que Fred y George eran delincuentes-. Porque consiguieron el oro de mí. Les di mis ganancias del Torneo de los Tres Magos el pasado mes de Junio.Hubo un sobresaltado silencio; entonces la taza de té de Hermione trotó directo hacia el borde del escritorio y se quebró contra el suelo. -¡Oh, Harry, no lo hiciste! - murmuró ella.- Sí, lo hice - insistió Harry, amotinado - Y no me arrepiento en absoluto. No necesito ese oro y ellos podrán conseguir su tienda de bromas.-¡Pero esto es excelente! - exclamó Ron, emocionado - ¡Es tu culpa, Harry. Mamá no puede culparme en absoluto! ¿Puedo contarle? - Sí, supongo que será mejor - aceptó Harry, apagado - Especialmente si ella también piensa que están recibiendo calderos robados o algo así. Hermione no dijo nada durante el resto de la clase, pero Harry tenía la sagaz sospecha que su control se rompería más tarde. Efectivamente, una vez que hubieron abandonado el castillo para el descanso, y estaban por los alrededores bajo el brillo de la débil luz de Mayo, miró a Harry con los ojos pequeños y brillantes y abrió su boca con aire determinado. Harry la interrumpió incluso antes de que hubiera empezado. -No me fastidies, ya está hecho - dijo firmemente-. Fred y George tienen el oro. Gastaron una buena cantidad de este, por lo que parece, y no puedo pedirles que me lo devuelvan y tampoco quiero hacerlo. Así que ahorra tu aliento, Hermione.-¡No iba a decir nada sobre Fred y George! - exclamó con voz dolida. Ron resopló incrédulo y Hermione le lanzó una mirada asesina. -¡No, no lo iba a hacer! - repitió molesta -. De hecho, iba a preguntarle a Harry cuando va a ir con Snape a pedirle más lecciones de OclumenciaEl corazón de éste se hundió. Una vez habían agotado el tema de Fred y George y su salida dramática, lo que había tomado muchas horas, Ron y Hermione habían querido oír noticias de Sirius. Como no les había confiado la razón por la que había querido hablar con Sirius en primer lugar, había sido difícil pensar en qué contarles; había terminado diciendo, apegado a la verdad, que su padrino quería que reasumiera las lecciones de Oclumencia. Lo había estado lamentando desde entonces; Hermione no permitía que el tema se agotase y seguía regresando a el cuando menos lo esperaba.- No puedes decirme que has dejado de tener sueños locos - comentó Hermione- porque Ron me dijo que anoche estabas murmurando en sueños otra vez. Harry le lanzó una furiosa mirada a Ron. Este tuvo la elegancia de parecer avergonzado -Estabas murmurando "sólo un poco" - masculló a modo de disculpa-. Algo como "sólo un poco más allá".-Soñé que estaba observándote jugar Quidditch - Harry mintió brutalmente.- Estaba tratando de conseguir que te estiraras un poco más lejos para agarrar la Quaffle. Las orejas de Ron se pusieron rojas. Harry sintió un cierto placer reivindicativo; por supuesto que no había soñado nada parecido. La pasada noche había estado nuevamente viajando a lo largo del corredor del Departamento de Misterios. Había atravesado la habitación circular y la habitación llena de botones pulsantes y luces danzantes, hasta que se encontró de nuevo dentro de ese cuarto cavernoso lleno de estantes en que se acomodaban esferas de vidrio polvorientas.Había corrido hacia la fila número noventa y siete, giró a la izquierda y siguió corriendo a lo largo de ella. probablemente fue entonces cuando habló en voz alta. sólo un poco más allá. pues sentía que su yo consciente se esforzaba por despertarse. y antes que hubiera alcanzado el extremo de la fila, se encontró de nuevo en la cama, mirando fijamente las cortinas que lo rodeaban.-¿Estás intentando bloquear tu mente, ¿verdad?- interrogó Hermione, mirándolo desconcertada- ¿Has continuado con Oclumencia?- Por supuesto que sí - contestó Harry, intentando sonar como si esa pregunta fuera insultante, pero evitando encontrar su mirada. La verdad era que estaba tan intensamente curioso acerca de lo que estaba oculto en ese cuarto lleno de esferas polvorientas, que estaba bastante entusiasmado con la idea de que los sueños continuaran.El problema era que a sólo un mes de los exámenes y con cada momento libre consagrado al repaso, su mente parecía tan saturada de información que cuando se acostaba, encontraba muy difícil conseguir dormir; y cuando lo hacía, su sobreexcitado cerebro le presentaba la mayoría de las noches sueños estúpidos acerca de los exámenes. También sospechaba que parte de su mente, la parte que a menudo hablaba en la voz de Hermione, ahora se sentía culpable en las ocasiones que se desviaba hacia ese pasillo que acababa en la puerta negra, y buscaba despertarlo antes que pudiera alcanzar el final del recorrido.- Sabes - comentó Ron, cuyas orejas todavía estaban ardiendo enrojecidas - si Montague no se recupera antes del juego Slytherin contra Hufflepuff, podríamos tener una oportunidad de ganar la copa.- Sí, ójala- replicó Harry, contento por el cambio de tema. -Quiero decir, hemos ganado uno y perdido uno...... si Slytherin pierde ante Hufflepuff el próximo sábado......- Sí, es cierto - Harry asintió sin saber en lo que estaba de acuerdo. Cho Chang acababa de atravesar el patio decidida a no mirarlo. *El partido final de la temporada de Quidditch, Gryffindor contra Ravenclaw, tendría lugar el último fin de semana de mayo. Aunque Hufflepuff había derrotado a Slytherin por estrecho margen en su último partido, Gryffindor no se atrevía a esperar la victoria, debido principalmente (aunque por supuesto nadie se lo dijo) al record abismal del guardameta. Ron, sin embargo, parecía haber encontrado un nuevo optimismo.- Quiero decir, no puedo hacerlo peor, ¿verdad? - les dijo con aprehensión a Harry y a Hermione, , mientras desayunaban la mañana del partido. - Sabes - comentó Hermione mientras, poco después, Harry y ella bajaban hacia el campo en medio de una muchedumbre muy excitaba- creo que Ron puede hacerlo mejor sin Fred y George alrededor. Ellos nunca le dieron mucha confianza que se diga.Luna Lovegood les dio alcance con lo que parecía ser un águila viva encaramada encima de su cabeza. - ¡Oh, Dios, lo olvidé! - exclamó Hermione, observando el águila que batía sus alas mientras Luna sobrepasaba serenamente un grupo de Slytherins que reían estridentemente-. Cho va a jugar, ¿no es así? Harry, quién no había olvidado eso, simplemente gruñó. Encontraron asientos en las filas más altas de las gradas. Estaba bien, era un lindo día claro; Ron no podría desear algo mejor, y Harry se encontró esperando contra toda esperanza, que no diera a los de Slytherin motivos para los conmovedores coros de 'Weasley es nuestro Rey'.Lee Jordan, quien había estado muy desanimado desde que Fred y George habían partido, era como de costumbre el comentarista. Mientras los equipos subían verticalmente hacia arriba del campo de juego, nombró a los jugadores con menos ánimo del habitual. -. Bradley. Davies. Chang- enumeró, y Harry sintió que su estómago daba un vuelta y una leve sacudida cuando Cho caminó hacia el campo de juego, su pelo negro brillante ondeando en la brisa ligera. No estaba seguro que quisiera que pasara nada más con ella, sólo sabía que no quería estar en las gradas. Incluso cuando la vio charlando animadamente con Roger Davies mientras se preparaban para montar sus escobas, apenas sintió una ligera punzada de celos.-¡Y ellos están fuera!- gritó Lee-. ¡Davies toma la Quaffle inmediatamente. Davies, el Capitán de Ravenclaw con la Quaffle, elude a Johnson, elude a Bell, elude a Spinnet también. va derecho hacia la meta! Va a disparar...y..... y- Lee insultó muy ruidosamente-....y anota.Harry y Hermione gimieron con el resto de Gryffindors. Como se preveía, en forma horrible, el grupo de Slytherin en el otro lado de las gradas empezó a cantar: 'Weasley no puede salvar nada, no puede bloquear un solo aro'. -Harry- susurró una voz ronca en el oído de Harry-. Hermione. Harry miró alrededor y vio la enorme cara barbuda de Hagrid entre los asientos. Al parecer, había forzado su camino hasta la fila de atrás de ellos, dejando atrás a los alumnos de primero y segundo año, que le lanzaban miradas aburridas o irritadas. Por alguna razón, Hagrid estaba encorvado como si estuviera ansioso por no ser visto, aunque era por lo menos cuatro pies más alto que todos los demás. -Escuchen-murmuró-. ¿Pueden venir conmigo? ¿Ahora? ¿Mientras los demás están viendo el partido?-Er. ¿no puede esperar, Hagrid?- le preguntó Harry-. ¿Hasta que haya terminado el partido?-No- insistió Hagrid-. No, Harry, es necesario que sea ahora. mientras todos están mirando, de otro modo. ¿por favor?La nariz de Hagrid estaba goteando sangre suavemente. Sus ojos estaban tiznados. Harry no lo había visto de cerca desde su retorno a la escuela; se veía completamente acongojado. -Por supuesto- replicó de inmediato-. Claro que iremos. Hermione y él retrocedieron a lo largo de la fila de asientos, recibiendo múltiples quejas de los estudiantes que tenían que moverse a su paso. Las personas de las fila de Hagrid no se quejaron, intentando pasar tan desapercibidas como fuera posible. -Aprecio esto, ustedes dos, realmente lo hago- balbuceó Hagrid cuando alcanzaron los escalones. Siguió lanzando miradas nerviosas alrededor mientras descendían hacia el césped-. Sólo espero que ella no note nuestra partida. -¿Te refieres a Umbridge? - preguntó Harry-. No lo hará, tiene la Escuadra Inquisitorial en pleno sentada a su lado, ¿no viste? Debe estar esperando problemas en el partido.- Sí, bien, un poco de preocupación no le hará daño- comentó Hagrid, deteniéndose para asomarse alrededor del borde de las gradas para asegurarse que el camino de césped entre el estadio y su cabaña estaba despejado-. Nos dará más tiempo. - ¿De qué se trata, Hagrid? - preguntó Hermione, mirándolo con expresión preocupada mientras cruzaban presurosos el césped hacia el margen del Bosque. -Lo....lo verán en un momento...- murmuró Hagrid y examinó sobre su hombro cuando un gran bramido subió desde las gradas detrás de ellos-. ¿Hey, alguien acaba de anotar? -Será Ravenclaw- señaló Harry pesadamente. - Bien. bien. - comentó Hagrid distraídamente-. Eso está bien.Tuvieron que trotar para mantenerse a su ritmo mientras cruzaban los terrenos, con Hagrid mirando alrededor a cada paso. Cuando llegaron a su cabaña, Hermione fue automáticamente hacia la puerta delantera. Hagrid, sin embargo, siguió derecho pasándola y se encaminó hacia la sombra de los árboles en el extremo del límite del Bosque, donde recogió una ballesta que estaba apoyada contra un árbol. Cuando se dio cuenta que no estaban con él, se regresó. - Vamos a ir allí- informó, sacudiendo su desgreñada cabeza hacia atrás.- ¿Dentro del Bosque? - preguntó Hermione, perpleja.- Sí- contestóHagrid-. ¡Vamos ahora, rápido, antes que seamos descubiertos!Harry y Hermione se miraron, luego se sumergieron bajo la cubierta de los árboles detrás de Hagrid, quien ya se había alejado en la verde oscuridad, la ballesta sobre su brazo. Harry y Hermione corrieron para alcanzarlo. -¿Hagrid, por qué estás armado? - lo interrogó Harry. - Es sólo por precaución- replicó el aludido, encogiendo sus macizos hombros.- El día que nos mostraste los Thestrals no trajiste tu ballesta- agregó Hermione tímidamente.-No, bueno, entonces no íbamos a ir tan lejos como ahora- explicó Hagrid-. Y, en todo caso, fue antes que Firenze abandonara el Bosque ¿no es así? - ¿Por qué la partida de Firenze marca una diferencia?- insistió Hermione con curiosidad. - Porque es la razón por la que los otros centauros están irritados conmigo, por eso- replicó Hagrid quedamente, mirando alrededor-. Solían ser......digamos que no son tan "amistosos".... pero vamos a estar bien. Ellos se mantenían apartados, pero siempre regresaban si yo quería hablar. Eso se acabó. Suspiró profundamente. - Firenze comentó que están enfadados porque fue a trabajar para Dumbledore- señaló Harry, tropezando en una raíz sobresaliente al estar ocupado vigilando el rostro de Hagrid. -Sí- afirmó Hagrid pesadamente-. Es más, enfadados se queda corto. Terriblemente furiosos. Si no los llego a detener, hubieran pateado a Firenze hasta matarlo. - ¿Lo atacaron?- inquirió Hermione impactada. - Sí- contestó Hagrid ásperamente y forzó su marcha a través de varias ramas que colgaban bajo-. Tenía la mitad de la manada sobre él. -¿Y los detuviste?- Harry lucía asombrado e impresionado-. ¿tú mismo?- Por supuesto que lo hice, no podía quedarme parado y observar como lo mataban, ¿verdad? - expresó Hagrid-. Realmente fue una suerte que estuviera pasando por allí. ¡creo que Firenze debió haber recordado eso antes de mandarme esa estúpida advertencia!- agregó calurosa e inesperadamente. Harry y Hermione se miraron entre si, sobresaltados, pero Hagrid frunció el ceño y no dio más explicaciones -De cualquier manera- respiraba un poco más pesadamente de lo habitual- desde entonces los otros centauros están furiosos conmigo, y el problema es que tienen mucha influencia en el Bosque. las criaturas más inteligentes por aquí. - Por eso estamos aquí, Hagrid?- preguntó Hermione-. ¿Los centauros?-Ah, no-Hagrid agitó su cabeza desechando la idea- no, no es por ellos. Bueno, por supuesto que podrían complicar el problema..pero verán lo que quiero decir en un momento.Luego de esta incomprensible acotación se quedó callado y avanzó un poco mas, dando un paso para cada tres de los chicos, que tuvieron que hacer un gran esfuerzo para mantener su ritmo.El camino se cerraba más cada vez y los árboles crecían tan estrechamente juntos mientras se internaban más y más en el Bosque que parecía que fuera de noche. Pronto estuvieron muy lejos del lugar en que Hagrid les había mostrado los Thestrals, pero Harry no tuvo ni un asomo de inquietud hasta que Hagrid salió inesperadamente del camino y empezó a vagar entre los árboles hacia el corazón oscuro del Bosque. - ¡Hagrid! - llamó Harry peleando por abrirse camino a través de zarzas densamente anudadas encima de las que Hagrid había caminado con facilidad, y recordando muy vivamente lo que le había pasado en la otra ocasión que se había alejado del camino dentro del Bosque-. ¿Dónde vamos? -Un poco más allá- contestó Hagrid por encima de su hombro-.-Vamos, Harry. necesitamos permanecer juntos.Suponía un gran esfuerzo mantenerse al ritmo de Hagrid, pues las ramas y bosquecillos de espinas a través de los que marchaba tan fácilmente como si fueran telarañas, enganchaban las túnicas de Harry y Hermione y los enredaban, con frecuencia tan severamente que tenían que detenerse durante minutos en su esfuerzo por librarse. Los brazos y piernas de Harry pronto se cubrieron con arañazos y pequeños cortes. Se habían adentrado en el Bosque a tal punto que en ocasiones todo lo que podía distinguir en la oscuridad, era la maciza forma oscura de Hagrid delante de él. Cualquier sonido parecía amenazador en el apagado silencio. La ruptura de cualquier ramita originaba un fuerte eco y el más diminuto susurro de movimiento, aunque pudiera haber sido hecho por un inocente gorrión, hacía que Harry mirara a través de la oscuridad buscando el origen. Pensó que nunca había logrado entrar tan lejos en el Bosque sin encontrarse con algún tipo de criatura y encontraba dicha situación bastante inquietante. -Hagrid, estaría bien si encendemos nuestras varitas? - preguntó Hermione quedamente. -Er. esta bien- susurró Hagrid a su vez-. De hecho..... Se detuvo de repente y giró en redondo; Hermione continuó caminando hasta chocar contra él, cayendo hacia atrás. Harry la atrapó justo antes que golpeara contra el suelo del Bosque. - Quizás sea lo mejor, sólo por un momento, para que pueda. . ocuparme- sugirió Hagrid-. Antes que...... -¡Bien!- aceptó Hermione, mientras Harry la ayudaba a enderezarse . Ambos murmuraron ¡Lumos! y las puntas de sus varitas se iluminaron. La cara de Hagrid navegó a través de la oscuridad gracias a la luz de las dos vacilantes llamas y Harry observó nuevamente que parecía nervioso y triste. -Está bien- habló Hagrid-. Bueno. verán. la cosa es. Tomó una enorme bocanada de aire.-Bien, existe una gran posibilidad de que sea despedido un día estos- afirmó. Harry y Hermione se miraron, luego lo miraron a él. -Pero ha pasado mucho tiempo- tanteó Hermione.- ¿Qué te hace pensar....?-Umbridge cree que puse ese Niffler en su oficina-.-¿Y lo hiciste?-preguntó Harry, antes que pudiera detenerse. -¡No, claro que no!- replicó indignado-. Piensa que cualquier cosa que tenga que ver con criaturas mágicas tiene que ver conmigo. Saben que desde que regresé está buscando la oportunidad para deshacerse de mi. No me quiero ir, por supuesto, pero si no lo puedo evitar.....bien......dadas las circunstancias especiales me gustaría err..... explicarles acerca yeh......me gustaría partir ahora, antes que tenga oportunidad de botarme frente a toda la escuela, tal como lo hizo con Trelawney.Harry y Hermione iniciaron ruidos de protesta, pero Hagrid los detuvo con el movimiento de una de sus enormes manos. -No es el fin del mundo. Una vez que salga de aquí seré capaz de ayudar a Dumbledore, puedo ser útil a la orden; Y ustedes tienes a Grubbly-Plank, van a poder pasar los exámenes muy bien..... Su voz tembló y se rompió.-No se preocupen por mi- pidió precipitadamente, mientras Hermione le daba unos golpecitos en el brazo. Sacó su enorme pañuelo manchado del bolsillo de su chaleco y se limpió los ojos-.Miren, no les estaría diciendo todo esto si no los necesitara. Verán, no ...no los puedo dejar sin......sin decirles algo. porque necesitaré...... necesitaré que ustedes dos me ayuden. Y Ron, si está dispuesto. - Por supuesto que te ayudaremos- aseguró Harry al momento-. ¿Qué quieres que hagamos?Hagrid sorbió ruidosamente y sin poder hablar dio unas palmadas en el hombro de Harry con tal fuerza que lo golpeó contra un árbol. -Sabía que dirían que sí - murmuró Hagrid desde el interior de su pañuelo-, pero no . nunca. olvidaré. bien. vamos. solo un poco más allá a través del Bosque. ahora estén pendientes, aquí hay ortigas.Avanzaron en silencio durante otros quince minutos; Harry había abierto la boca para preguntar cuánto más tendrían que seguir cuando Hagrid alzó su brazo derecho para indicar que se debían detener. -Realmente fácil- musitó suavemente-. Muy quietos, ahora.Se arrastraron hacia adelante y Harry observó que se encontraban frente a un gran montículo de tierra lisa casi tan alto como Hagrid y pensó, con una sacudida de temor, que casi con seguridad se trataba de la guarida de algún animal enorme. Alrededor del montículo los árboles habían sido arrancados de raíz, así que esa especie de cueva se encontraba en una desnuda parcela de tierra rodeada por pilas de troncos y ramas que formaban alguna clase de cerca o barricada, detrás de la cual se encontraba parado el trío de amigos. -Duerme- resolló Hagrid. Efectivamente, Harry podía escuchar un sonido distante y rítmico, parecido a un par de enormes pulmones trabajando. Miró hacia Hermione que estaba a su lado y miraba fijamente el montículo con la boca ligeramente abierta. Lucía completamente aterrada. -Hagrid-su susurro fue apenas audible ante el sonido de la criatura dormida-, ¿quién es él?Harry encontró esa pregunta extraña. ¿Qué es ? era lo que estaba planeando preguntar. -Hagrid, nos dijiste- habló de nuevo Hermione, su varita ahora se agitaba en su mano-. ¡No nos contaste nada de esto antes de venir!Harry vagó su mirada de ella a Hagrid y luego, mientras la realidad lo impactaba, miró el montículo con un pequeño jadeo de horror. El gran montón de tierra sobre el cual, Hermione, Hagrid y él hubieran podido estar de pie fácilmente, empezó a moverse arriba y abajo gruñendo al compás de su profunda respiración. No era en absoluto un montón de tierra. Era la espalda encorvada de algo que estaba claramente .... -Bien ...él no...no quería venir.- explicó Hagrid desesperado-. ¡Pero tenía que traerlo, Hermione, tenía que hacerlo!- ¿Pero por qué? - le preguntó Hermione que sonaba como si quisiera echarse a llorar-. Por... qué....oh, Hagrid -Sabía que si lo traía- confesó Hagrid al borde de las lágrimas-podría enseñarle algunas líneas de conducta....y sería capaz de sacarlo al exterior y mostrarle a todos que es inofensivo! -¡Inofensivo!- chilló Hermione, y Hagrid hizo frenéticos gestos con sus manos para que bajara la voz, cuando la enorme criatura ante ellos gruñó ruidosamente y se movió en sueños. Es el que te ha herido todo este tiempo, ¿verdad? ¿Por eso tienes todas esas lesiones? -¡No conoce su propia fuerza!- explico Hagrid seriamente-. Y.....ha mejorado. Ya no pelea tanto.... -¡Así que esta es la razón por la que tardaste dos meses en regresar a casa!- musitó Hermione distraídamente. ¿ Oh, Hagrid, por qué lo trajiste contigo si no quería venir?¿No habría sido más feliz con su propia gente?-¡Todos lo amenazaban, Hermione, por ser tan pequeño!-¿Pequeño?- jadeó Hermione-. ¿Pequeño?-Hermione, no lo podía dejar- gimió Hagrid, las lágrimas rodaban por su cara maltratada hasta la barba-. ¡Verán, es mi hermano!Hermione simplemente se quedó mirándolo fijamente, con la boca abierta. -Hagrid, cuándo dices mi "hermano"- preguntó Harry lentamente-, ¿quieres decir. ? -Bien, mi medio hermano- rectificó Hagrid-. Dando vueltas descubrí que mi madre se juntó con otro gigante cuando dejó a mi papá y tuvo a Grawp. - ¿Grawp? -Sí. bueno, así es como suena cuando dice su nombre- comentó Hagrid ansiosamente-. No habla mucho inglés. he estado tratando de enseñarle. En todo caso, a ella no pareció gustarle Grawp mucho más de lo que le gusté yo. Verán, los gigantes cuentan con que siempre tendrán niños grandes, y él siempre será un pequeñajo al lado de los demás gigantes..... solamente mide dieciséis pies.-¡Oh, sí, diminuto!- comentó Hermione, con una especie de sarcasmo histérico-.¡Absolutamente minúsculo!-Estaba siendo pateado por todos, no podía dejarlo.-¿La Señora Maxime estuvo de acuerdo con traerlo? - preguntó Harry. -Ella.....bien, vio que era importante para mí- dijo Hagrid retorciendo sus enormes manos. Per.....pero debo admitir que se cansó después de un tiempo......así que nos separamos en el viaje de regresó, prometió no contarle nada a nadie, aunque .- ¿Cómo demonios lograste regresar sin que nadie notara nada?- interrogó Harry. -Verán , por eso el regreso se torno tan largo- explicó Hagrid-. Solamente podía viajar durante la noche. Atravesando comarcas rurales silvestres. Por supuesto, Grawp se cubre bien con la tierra cuando quiere, pero deseaba quedarse atrás.- ¡Oh, Hagrid, por qué demonios no se lo permitiste! - demandó Hermione, sentándose sobre la raíz de un árbol y enterrando su cara en las manos-. ¿Qué piensas qué vas a hacer con un gigante violento que ni siquiera quiere estar aquí?- Bien...."violento".....eso es un poco fuerte- replicó Hagrid, torciendo aún más sus manos con agitación-. Debo admitir que me ha vapuleado un par de veces cuando está de mal humor, pero logrará mejorar cuando se haya establecido. -¿Para qué son esas sogas entonces?- insistió Harry. Acababa de descubrir unas sogas gruesas como ramas que se estiraban alrededor de los troncos de los árboles más gruesos ubicados cerca del lugar donde Grawp estaba sobre la tierra, enroscado en si mismo y con la espalda hacia ellos. -¿Tienes que mantenerlo atado?- preguntó Hermione débilmente. -Bien. sí. -contestó Hagrid con ansiedad-.Verán...... es como les digo.....desconoce su propia fuerza.Harry entendió ahora porque había tan sospechosa ausencia de cualquier otra criatura viva en esa parte del Bosque. -Entonces, ¿qué es lo que quieres que Harry, Ron y yo hagamos? - preguntó Hermione aprehensivamente. -Cuidarlo- refunfuñó Hagrid-. Después que me haya ido.Harry y Hermione intercambiaron miradas miserables, Harry incómodamente consciente de que ya le había prometido a Hagrid que haría cualquier cosa que pidiera.-Qué. qué involucra eso exactamente? - interrogó Hermione. -¡Ni comida ni nada de eso!- explicó Hagrid con ansiedad-. Puede conseguir su propia comida, no hay problema. Los pájaros y ciervos lo llenan. no, lo que necesita es compañía. Que sepa que hay alguien que está tratando de ayudarlo......enseñarlo, ya saben. Harry no dijo nada, pero se giró a mirar la forma gigantesca que estaba dormida en la tierra frente a ellos. A diferencia de Hagrid, que sólo parecía un humano de gran tamaño, Gawp lucía extrañamente deformado. Reconoció que lo que había tomado por un inmenso canto rodado musgoso a la izquierda del gran montón de tierra era la cabeza de Grawp. Su tamaño, en proporción con su cuerpo, era mucho mayor que en el caso de una cabeza humana, y era casi redonda y cubierta con un pelo rizado, que crecía alrededor de ella con la forma de un helecho. El borde de una sola oreja grande, carnosa era más bien visible encima de la cabeza que parecía montada, como la del Tío Vernon, directamente en los hombros, casi sin cuello. La espalda, bajo lo que se parecía una sucia bata corta de color pardo, hecha con pieles de animales unidas, era muy ancha; y mientras Grawp dormía, parecía que las ásperas costuras de las pieles se rasgarían. Las piernas estaban dobladas bajo el cuerpo. Se podían ver las plantas de los pies enormes, sucios, desnudos, grandes como trineos, descansando uno encima del otro en el suelo del Bosque. - ¿Quieres que nosotros le enseñemos?- preguntó Harry con voz hueca. Ahora entendía el significado de la advertencia de Firenze. Su tentativa no está funcionando. Sería mejor que la abandonara. Por supuesto, las otras criaturas que vivían en el Bosque habrían oído lo infructuoso del esfuerzo de Hagrid al intentar enseñar inglés a Grawp. -Sí, aunque sólo le hablen un poco- pidió Hagrid esperanzado-. Supongo que si puede hablar con las personas, comprenderá que en verdad nos gusta y querrá quedarse.Harry miró a Hermione quien asomaba los ojos entre los dedos de su mano. - Algo similar a lo que deseabas que hiciéramos con Norbert, ¿no es así?- insinuó y ella soltó una risa muy insegura. - Sí. ¿Lo harán, entonces?- insistió Hagrid, que no parecía haber entendido lo que Harry había dicho. -Trat.....- Harry vaciló, limitado por su promesa-. Lo intentaremos, Hagrid.- Sabía que podía contar contigo, Harry- gimió Hagrid entre llantos dando golpecitos de nuevo a su cara con el pañuelo-. No quiero pedirles demasiado, sólo.....sé que vienen los exámenes....si sólo pudieran venir aquí con la Capa de Invisibilidad, quizás una vez por semana, y hablar un rato con él. Lo despertaré para presentárselo.-¡Hayyy....no!- exclamó Hermione dando un salto-.Hagrid, no, no lo despiertes, realmente, no es necesario. Pero Hagrid ya caminaba por encima del gran tronco de árbol que estaba delante de ellos y se dirigía hacia Grawp. Cuando estaba a unos diez pies de él, tomo del suelo una rama larga, sonrió tranquilizador por encima de su hombro a Harry y Hermione, y pinchó fuertemente a Grawp en el medio de la espalda con el extremo de la rama. El gigante dio un rugido que hizo eco alrededor del Bosque silencioso; los pájaros en las copas de los árboles se elevaron arriba de sus bases y volaron lejos. Delante de Harry y Hermione, entretanto, el gigantesco Grawp se levantaba del suelo, que tembló cuando apoyó su enorme mano en el para ponerse de rodillas. Giró la cabeza para ver quién o qué lo había perturbado. -Todo esta bien, Grawpy- lo tranquilizó Hagrid, con la voz alegre y retrocediendo con la rama larga levantada, preparado para golpear a Grawp de nuevo.- ¿Dormiste bien? Harry y Hermione retrocedieron tanto como pudieron manteniendo al gigante al alcance de su vista. Grawp se arrodillaba entre dos árboles que no había arrancado todavía. Ellos miraban hacia su rostro alarmantemente enorme que semejaba una gris luna llena que nadaba en la desesperanza. Era como si los rasgos se hubieran tallado en una gran pelota de piedra. La nariz era regordeta y sin forma, la boca torcida y llena de deformes dientes amarillos del tamaño de medio ladrillo; los ojos, pequeños para el arquetipo de un gigante, eran de un marrón verdoso similar al del lodo y justo ahora estaban medio cerrados por el sueño. Grawp levantó a sus ojos los nudillos sucios, cada uno tan grande como una pelota de cricket, , los frotó vigorosamente, y sin advertirlos, se levantó con una velocidad y agilidad sorprendentes. - ¡Oh Dios!- Harry escuchó que Hermione chillaba aterrada al lado de él. Los árboles a los que estaban atados los otros extremos de las sogas que sujetaban las muñecas y los tobillos de Grawp crujieron ruidosamente. Medía, tal como Hagrid había dicho, por lo menos dieciséis pies de alto. Mirando fijamente alrededor, Grawp extendió una mano del tamaño de una sombrilla de playa, aferró el nido de un pájaro que sobresalía de las ramas superiores de un pino y lo giró boca abajo con un gruñido de aparente disgusto al notar que no había ningún pájaro en el; los huevos se cayeron como granadas hacia la tierra y Hagrid colocó los brazos encima de su cabeza para protegerse. -Verás, Grawpy- gritó Hagrid mirando aprehensivamente ante la posibilidad de que cayeran más huevos-. He traído algunos amigos para que te conozcan. ¿Recuerdas que dije que quizás lo haría? ¿Recuerdas que te dije que tal vez tendría que hacer un corto viaje y los dejaría para que te cuidaran un poco?¿Lo recuerdas, Grawpy?Pero Grawp se limitó a dar otro ronco rugido bajo; era difícil decir si estaba escuchando a Hagrid o si incluso reconocía los sonidos que estaba haciendo al hablar. Ahora se había aferrado a la copa del pino y estaba atrayéndolo hacia él, evidentemente por el simple placer de ver cuan lejos saltaría cuando lo soltara. -Grawpy, no hagas eso!- gritó Hagrid-. Así es como acabaste con los otros. Y efectivamente, Harry podía ver como la tierra alrededor de las raíces del árbol empezaba a crujir. -¡Te conseguí compañía!- gritó Hagrid-. ¡ Compañía!¿Ves? ¡Mira hacia abajo, mequetrefe, traje algunos amigos yeh!-Oh, Hagrid, no lo hagas- gimió Hermione, pero Hagrid ya había levantado de nuevo la rama y había dado un golpe afilado a la rodilla de Grawp. El gigante soltó la punta del árbol, el cual osciló de manera alarmante inundando a Hagrid con una lluvia de agujas de pino, y miró hacia abajo. ¡Grawp, éste es Harry!- informó Hagrid, apresurándose hacia el lugar donde estaban parados Harry y Hermione-. Vendrá a visitarte si tengo que marcharme, ¿entiendes?El gigante apenas acababa de notar que Harry y Hermione estaban allí. Ellos observaron, con gran agitación, cuando bajó la enorme roca que tenía por cabeza para poder verlos detenidamente.-¿Y ésta es Hermione, ves? Her...- Hagrid vaciló. Volviéndose a Hermione, preguntó- ¿Te importaría si te llama Hermy, Hermione? Es que es un nombre difícil, muy difícil para que lo recuerde. -No, para nada- contestó Hermione con voz aguda. -¡Ésta es Hermy, Grawp! ¡Va a venir también! ¿Verdad que es linda?¿he? Dos nuevos amigos, sí- ¡GRAWPY, NO!La mano de Grawp se había disparado de alguna parte hacia Hermione; Harry la asió y la empujó detrás de un árbol, mientras el puño de Grawp se cerraba en el aire. - ¡GRAWPY MUCHACHO MALO!- oyeron gritar a Hagrid, mientras Hermione se aferraba a Harry detrás del árbol, temblando y gimiendo. ¡MUCHACHO MUY MALO! YEH, NO LA AGARRES ........AY! Harry asomó su cabeza fuera del tronco y vio a Hagrid tirado, con su mano sobre la nariz. Grawp, aparentemente perdiendo el interés, se había enderezado y estaba de nuevo empujando el pino hacia atrás para ver hasta donde llegaba. - Bien- murmuró Hagrid con voz densa levantándose con una mano apretando su sangrante nariz y la otra aferrando su ballesta- bien. allí yeh están. se yeh han reunido con él y. ahora sabrá yeh cuando ustedes yeh regresen. Sí. bien.Miraba a Grawp quien ahora estaba tirando el pino para atrás con una expresión de distante placer en su cara de canto rodado; las raíces crujían mientras las arrancaba de la tierra. - Bien, considero que fue suficiente por un día- opinó Hagrid-. Reg.....regresaremos ahora, ¿no? Harry y Hermione asintieron. Hagrid se echó su ballesta nuevamente sobre la espalda y, aún apretando su nariz, guió el camino de regreso entre los árboles. Nadie habló durante algún tiempo, ni siquiera cuando escucharon un crujido distante que significaba que Grawp por fin había tirado el pino al piso. La cara de Hermione estaba pálida y rígida . Harry no podría pensar en nada que decir. ¿Qué diablos iba a pasar cuando alguien descubriera que Hagrid había escondido Grawp en el Bosque Prohibido? Y ahora había prometido que Ron, Hermione y él continuarían el intento completamente inútil de civilizar al gigante. ¿Cómo Hagrid pudo, incluso con su inmensa capacidad de engañarse a si mismo sobre los monstruos adorables e indefensos, engañarse sobre Grawp hasta intentar mezclarlo con los humanos? -Deténganse- ordenó Hagrid abruptamente, mientras Harry y Hermione estaban esforzándose para pasar a través de un pedazo espeso de tierra nudosa.. Sacó una flecha del carcaj de su hombro y la ajustó en la ballesta. Harry y Hermione levantaron sus varitas; ahora que habían dejado de caminar, también podían oír movimiento cerca. -Oh, caray- susurró Hagrid suavemente. -¿ Pensé que te habíamos dicho, Hagrid- gruñó una profunda voz masculina-, que ya no eres bienvenido aquí? -- El torso desnudo de un hombre pareció, por un momento, estar flotando hacia ellos a través de la luz tenue; entonces vieron que su cintura estaba unida con el cuerpo castaño de un caballo. Este centauro tenía un orgulloso rostro de mejillas deshuesadas y un largo pelo negro. Estaba armado igual que Hagrid, un aljaba llena de flechas y un arco largo tirado como honda encima de sus hombros. - ¿Cómo estás.. Yeh.., Magorian?- preguntó Hagrid cautelosamente. Los árboles detrás del centauro crujieron y otros cuatro o cinco centauros surgieron detrás de él. Harry reconoció el cuerpo negro y barbudo Bane, con quien se había reunido hacía casi cuatro años, la misma noche que se había encontrado con Firenze. Bane no dio ninguna señal de que lo hubiese visto alguna vez. -Entonces- expresó, con una desagradable inflexión en su voz, antes de volverse inmediatamente hacia Magorian-. ¿Creo que estábamos de acuerdo sobre lo que haríamos si este humano dejaba ver de nuevo su cara en el Bosque?-¿Ahora soy "este humano"? - preguntó Hagrid irritado-. Sólo porque evité que cometieran un asesinado?-No debías haberte entrometido, Hagrid- señaló Magorian-. Nuestras costumbres no son las tuyas, ni tampoco lo son nuestras leyes. Firenze nos ha traicionado y deshonrado. - No se cómo ha hecho eso por trabajar fuera- replicó Hagrid con impaciencia-.No hace nada, excepto ayudar a Albus Dumbledore.- Firenze ha entrado en la servidumbre de los humanos- declaró un centauro gris con una línea facial fuerte y pronunciada. - ¡Servidumbre! - exclamó Hagrid mordazmente-. Le está haciendo un favor a Dumbledore, es todo.- Está vendiendo de puerta en puerta nuestros conocimientos y secretos entre los humanos- declaró Magorian quedamente-. No puede haber ningún retorno de semejante deshonra.- Si, lo yeh dicen porque.- Hagrid se encogió de hombros-, personalmente creo que yeh están cometiendo un gran error- Como puedes, humano- espetó Bane-, regresar a nuestro Bosque cuando te advertimos.- Ahora, escúchenme- , replicó Hagrid furioso-.El que llamas "nuestro" Bosque es el mismo para todos yeh . No puedes decir quien entra aquí o no. - Ya no lo es más para ti, Hagrid- sentenció Magorian tranquilamente-. Te permitiré pasar hoy porque vienes acompañado por los jóvenes. -¡Olvídate de ellos! - lo interrumpió Bane desdeñosamente-. ¡Estudiantes, Magorian, de la escuela! Probablemente sacan provecho de las enseñanzas del traidor de Firenze.- Aun así - expresó serenamente Magorian-. La matanza de potros es un crimen terrible...... no tocamos al inocente. Hoy, Hagrid, pasas. De aquí en adelante, aléjate de este lugar. Destruiste la amistad de los centauros cuando ayudaste al traidor de Firenze a escapar. - No me voy a mantener fuera del bosque por causa de un puñado de mulas viejas como ustedes-gritó Hagrid. - Hagrid- llamó Hermione, con un alto tono en su aterrada voz, mientras tanto Bane como el centauro gris pateaban la tierra-. ¡Vamos, por favor, vamos!Hagrid caminó hacia adelante, pero su ballesta todavía estaba levantada y sus ojos seguían fijos amenazando a Magorian. - ¡Sabemos lo que estás escondiendo en el Bosque, Hagrid!- afirmó Magorian detrás de ellos, mientras los centauros se alejaron fuera de la vista-. ¡Y nuestra tolerancia está menguando!Hagrid se volteó y dio la apariencia de querer caminar de regreso hacia Magorian. -Yeh, lo tolerarán. Tiene el mismo derecho que yo para estar aquí.¡Es tanto su Bosque como el tuyo!- gritó, mientras Harry y Hermione empujaban con todas sus fuerzas contra el chaleco de Hagrid, esforzándose para mantenerlo en movimiento hacia adelante. Todavía frunciendo el ceño, miró hacia abajo. Su expresión cambió a una apacible sorpresa cuando vio a ambos empujándolo; parecía no haberlos sentido. - Tranquilos, ustedes dos- los calmó y se volvió caminando hacia adelante mientras ellos jadeaban detrás-.¡Malditas mulas viejas!- Hagrid- preguntó Hermione jadeante mientras bordeaba la mata de ortigas que habían pasado con anterioridad-, si los centauros no quieren a los humanos en el Bosque, realmente no veo cómo Harry y yo seremos capaces . - Ah, escuchaste lo que dijeron- contestó desdeñosamente-. No serían capaces de herir potros.... quiero decir, niños. En todo caso, no podemos permitir ser expulsados por ese grupo. -Buen intento- murmuró Harry a Hermione, quien lo miró cabizbaja. Por fin pudieron reincorporarse al camino y, después de otros diez minutos, los árboles empezaron a ralear; pudieron ver nuevamente retazos de cielo azul claro y escuchar, en la distancia, los definidos sonidos de gritos de alegría -¿Será otro gol? - preguntó Hagrid haciendo una pausa al resguardo de los árboles, mientras se empezaba a ver el estadio de Quidditch-. ¿O se supone que ha terminado el partido?-No lo sé- contestó Hermione sintiéndose miserable. Harry observó que lucía mucho peor que su ropa; su pelo estaba lleno de ramitas y hojas, su túnica rasgada en varios lugares y tenía numerosos arañazos en su cara y brazos. Sabía que él no debía lucir mucho mejor. -¡Imagino que ha terminado, yeh saben!- comentó Hagrid todavía entornando sus ojos hacia el estadio-. ¡Parece que ya están saliendo las personas..... si, yeh los dos yeh, dense prisa y serán errr.. capaces de mezclarse con la muchedumbre y errr.. nadie sabrá que los dos yeh.. no estaban allí!-Que buena idea- aceptó, Harry-. Bien. entonces, hasta pronto, Hagrid. -No lo creo- exclamó Hermione con voz insegura, en cuanto estuvieron fuera del alcance del oído de Hagrid-. No lo creo. Realmente no lo creo.- Tranquilízate- pidió Harry. - ¡Tranquilízate! - repitió ella febrilmente-. ¡Un gigante! ¡Un gigante en el Bosque! ¡Y se supone que nosotros le demos lecciones de inglés! ¡Asumiendo, por supuesto, que podamos atravesar la manada de centauros asesinos para entrar y salir!¡No......lo.....creo! - ¡No tenemos que hacer nada todavía!- intentó razonar Harry con voz suave, al tiempo que se unían al torrente de Hufflepuffs que parloteaban mientras regresaban hacia el castillo-. No nos está pidiendo que hagamos nada a menos que se marche y eso puede que ni siquiera pase. -¡Vamos, Harry! - exclamó Hermione enojada deteniéndose en seco, por lo que las personas que iban a la zaga tuvieron que desviarse para evitarla-. Por supuesto que va a ser despedido y, para ser completamente honesta, ¿después de lo que acabamos de ver, quién puede culpar a Umbridge?Hubo una pausa en la que Harry la miró fijamente, al tiempo que los ojos de la chica se llenaban lentamente de lágrimas. - No quisiste decir eso- murmuró Harry quedamente. - No. bueno. está bien. no quise- aceptó limpiándose los ojos con rabia-. ¿Pero por qué tiene que hacer la vida tan difícil para si mismo....... para nosotros?-No lo sé.-"Weasley es nuestro Rey, Weasley es nuestro Rey, No dejó entrar la Quaffle, Weasley es nuestro Rey." -Y desearía que dejaran de cantar esa estúpida canción- agregó Hermione.- ¿No se han regodeado lo suficiente? Una gran marea de estudiantes estaba subiendo por la cuesta de césped que venía del estadio. - Oh, entremos antes que tengamos que encontrarnos con los de Slytherin- propuso Hermione. - 'Weasley puede atrapar todo, nunca abandona un solo anillo Es por eso que todo Gryffindors canta: Weasley es nuestro Rey'-Hermione. - comentó Harry lentamente. La canción estaba aumentando en volumen, pero no estaba fluyendo de una muchedumbre vestida de plata y verde, los Slytherins, sino de una masa roja y dorada que caminaba lentamente hacia el castillo, alzando una solitaria figura sobre sus hombros- 'Weasley es nuestro Rey, Weasley es nuestro Rey, no dejó entrar la Quaffle, Weasley es nuestro Rey.'- ¿No....? - susurró Hermione con voz queda. -¡SÍ! - exclamó Harry ruidosamente. -¡ HARRY! ¡HERMIONE! - gritó Ron, ondeando la copa de Quidditch color plata en el aire y luciendo bastante exaltado-. ¡LO HICIMOS! ¡GANAMOS!Ambos le sonrieron mientras pasaba. Había un tumulto en la puerta del castillo y la cabeza de Ron se golpeó en el dintel, pero nadie parecía querer bajarlo. Todavía cantando, la muchedumbre se apretujó en el Vestíbulo de la Entrada y salió de la visión. Harry y Hermione los observaron irse, sonriendo, hasta que el último eco de la canción Weasley es nuestro Rey se extinguió. Entonces se giraron uno hacia el otro y sus sonrisas se apagaron. -Reservaremos las nuevas noticias para mañana, ¿verdad? - propuso Harry. -Sí, está bien- aceptó Hermione con cansancio-. No tengo ninguna prisa.Subieron los escalones juntos. Cuando llegaron a las puertas de entraba ambos instintivamente miraron hacia atrás, al Bosque Prohibido. Harry no estaba seguro si era su imaginación o no, pero allá a la distancia creyó ver que una pequeña nube de pájaros brotaba en el aire desde la copa de un árbol, casi como si el árbol en el que habían estado anidando simplemente hubiera sido arrancado de raíz

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