lunes, enero 23, 2006



CAPÍTULO 24

Occlumency

Kreacher, al parecer, había estado escondido en el ático. Sirius comentó que lo había encontrado allá arriba cubierto de polvo, indudablemente buscando mas reliquias de la familia Black que ocultar en su armario. Aunque Sirius parecía satisfecho con esta historia, Harry se sintió inquieto. Kreacher parecía estar de mejor humor desde su reaparición, su amargo cuchicheo había disminuido de alguna manera y aceptaba las órdenes con mayor docilidad de la habitual, aunque una o dos veces Harry atrapó al elfo observándole ávidamente, pero siempre alejaba la vista rápidamente si veía que Harry lo notaba.Harry no mencionó sus vagas sospechas a Sirius, cuya alegría se estaba evaporando con rapidez ahora que la navidad se había acabado. A medida que la fecha de su regreso a Hogwarts se acercaba, se volvió más y más propenso a lo que la Señora Weasley llamaba “ataques de malhumor” en los que se volvía taciturno y gruñón, a menudo retirándose a la habitación de Buckbeak durante horas. Su tristeza se extendía por toda la casa, filtrándose por debajo de las puertas como un gas nervioso, de manera que todos llegaron a infectarse con él.Harry no quería dejar a Sirius de nuevo con Kreacher como única compañía, de hecho por primera vez en su vida, no estaba ansioso por regresar a Hogwarts. Volver al colegio significaría ponerse de nuevo bajo la tiranía de Dolores Umbridge, quien sin duda se las habría apañado para hacer otra docena de decretos durante su ausencia; no había Quidditch que esperar ahora que había sido expulsado, con toda probabilidad su carga de deberes se incrementaría a medida que se acercaran los exámenes, y Dumbledore permanecía tan remoto como siempre. De hecho, si no hubiera sido por la AD, Harry pensaba que le habría suplicado a Sirius que le permitiera dejar Hogwarts y permanecer en Grimmauld Place.Entonces, en el último día de las vacaciones, algo ocurrió que hizo que Harry temiera positivamente su regreso a la escuela-Harry, querido- llamó la Señora Weasley asomando su cabeza en el dormitorio de Harry y Ron, donde ambos estaban jugando ajedrez mágico observados por Hermione, Ginny y Crookshanks-, ¿podrías bajar a la cocina? Al profesor Snape le gustaría hablar contigo.Harry no registró inmediatamente lo que ella había dicho; una de sus torres esta enzarzada en una violenta lucha con uno de los peones de Ron y estaba animándola con entusiasmo.-Aplástalo....aplástalo, sólo es un peón, idiota. Perdón Señora Weasley, ¿que dijo?-El profesor Snape, querido. En la cocina. Le gustaría hablar.La boca de Harry se abrió con horror. Miró los rostros de Ron, Hermione y Ginny, los cuales estaban mirándole con la boca abierta. Crookshanks, a quien Hermione había estado conteniendo con dificultad durante el último cuarto de hora, saltó alegremente sobre el tablero haciendo que las piezas corrieran a refugiarse, gritando a toda voz.- ¿Snape? - preguntó Harry inexpresivamente.-Profesor Snape, querido – le reprendió la Señora Weasley -. Ahora vamos, rápido, dice que no puede estar mucho tiempo.-¿Qué quiere de ti? - interrogó Ron, mirando nervioso mientras su madre salía de la habitación -. ¿No has hecho nada verdad?-¡No¡ - aseguró Harry indignado, forzando su cerebro a pensar qué podría haber hecho para que Snape le persiguiese hasta Grimmauld Place.¿Tal vez sus últimos deberes merecieran una “T”?Un par de minutos más tarde, empujó la puerta de la cocina para encontrar a Sirius y Snape sentados a la gran mesa, mirando furiosamente en direcciones opuestas. El silencio entre ellos era pesado. Una carta estaba abierta sobre la mesa, delante de Sirius.-Er - musitó Harry para anunciar su presencia.Snape le miró, su cara enmarcada por cortinas de grasiento pelo negro.- Siéntate, Potter.- Sabes - señaló Sirius recostándose sobre las dos patas traseras de su silla y hablándole al techo-, creo que preferiría que no dieses ordenes aquí Snape, ésta es mi casa.Un feo sonrojo se extendió por la pálida cara del aludido. Harry se sentó en una silla al lado de Sirius, enfrente de Snape- Se suponía que iba a verte a solas, Potter - comenzó Snape, la familiar sonrisa de desprecio curvando su boca -. Pero Black….- Soy su padrino - puntualizó Sirius aún más alto que antes.- Estoy aquí por orden de Dumbledore - dijo Snape, cuya voz, por contraste, se transformaba más y más en un susurro sarcástico -, pero de todos modos quédate, Black, sé cuanto te gusta sentirte… involucrado.- ¿Qué se supone que significa eso? - preguntó Sirius dejando caer su silla sobre sus cuatro patas con un fuerte bang.- Simplemente que estoy seguro que te debes sentir… ah…. frustrado por el hecho de que no puedes hacer nada útil-. Snape acentuó delicadamente la palabra - para la Orden.Fue el turno de Sirius de ruborizarse. La boca de Snape se curvo triunfalmente mientras se volvía hacia Harry.- El director me ha enviado a comunicarte, Potter, que es su deseo que estudies Oclumencia este curso.- ¿Estudiar qué? - preguntó Harry.El sarcasmo de Snape aumentó.- Oclumencia, Potter. La defensa mágica de la mente contra penetración externa. Una oscura rama de la magia, pero sumamente útil.El corazón de Harry empezó a latir muy rápido ¿Defensa contra penetración externa?Pero él no estaba siendo poseído, todos habían estado de acuerdo en ello…-¿Por qué tengo que estudiar Occlu…eso? - Barbotó.- Porque el Director cree que es una buena idea - contestó Snape suavemente -. Recibirás lecciones privadas una vez por semana, pero no le dirás a nadie lo que estás haciendo, y mucho menos a Dolores Umbridge. ¿Entiendes?- Si - afirmó Harry -. ¿Quién me va a enseñar?Snape alzó una ceja.-Yo - respondió.Harry tuvo la horrible sensación de que las tripas se le derretían. Lecciones extra con Snape, ¿qué habría hecho para merecer esto? Miró a Sirius en busca de apoyo.-¿Por qué no puede enseñarle Dumbledore? - interrogó Sirius agresivamente-. ¿Por qué tú?- Supongo que porque es un privilegio del director delegar las tareas menos agradables, - contestó Snape-. Te aseguro que no rogué por el puesto –. Se levantó - Te espero a las seis en punto el lunes por la noche, Potter. En mi oficina. Si alguien pregunta, estás haciendo pociones curativas. Nadie que te haya visto en mis clases podría negar que las necesitas.Se volvió para irse, su capa de viaje ondulando tras él.- Espera un momento - pidió Sirius, levantándose de su silla.Sape se giró hacia él, burlonamente.- Tengo bastante prisa, Black. A diferencia de ti, mi tiempo libre no es ilimitado.-Iré al grano entonces -dijo Sirius. Era bastante mas alto que Snape, quien, notó Harry, cerró el puño en el bolsillo de su capa sobre lo que Harry estaba seguro era el mango de su varita -. Si oigo que estas usando esas lecciones de Oclumencia para molestar a Harry tendrás que responder de ello ante mí.-Qué conmovedor-se burló Snape-.Pero seguro te has dado cuenta que Potter es muy parecido a su padre.- Sí, ya lo había notado - declaró Sirius con orgullo.-Bien, entonces sabrás que es tan arrogante que la crítica simplemente le rebota - dijo Snape con elegancia.Sirius empujó su silla a un lado y caminó a grandes zancadas alrededor de la mesa en dirección a Snape, sacando su varita. Snape sacó la suya. Ambos se enfrentaron, Sirius lívido, Snape calculador, sus ojos volando de la varita de Sirius a su cara.- ¡Sirius¡ - gritó Harry, pero éste pareció no escucharle.- Te he prevenido Snivdlus - advirtió Sirius, su cara a apenas unos centímetros de la de Snape. - No me importa si Dumbledore cree que te has reformado, yo se mejor…- ¿Oh, pero por qué no se lo dices entonces? – susurró Snape- ¿O temes que no tomará muy en serio la advertencia de un hombre que ha estado escondiéndose en casa de su madre por seis meses?- Dime, ¿cómo está Lucius Malfoy estos días? ¿Supongo que estará encantado de que sus perros falderos estén trabajando en Hogwarts no?- Hablando de perros, - replicó Snape suavemente- ¿Sabías que Lucius Malfoy te reconoció la ultima vez que te arriesgaste a tu pequeña excursión? Inteligente idea Black, dejándote ver en la segura plataforma de la estación… ¿te dio la excusa perfecta para no salir de tu escondite en el futuro verdad?Sirius alzó su varita.- ¡NO¡-gritó Harry, saltando sobre la mesa y tratando de colocarse entre ellos-.¡Sirius, no¡.- ¿Estás llamándome cobarde?-bramó Sirius, tratando de empujar a Harry fuera de su camino, pero éste no se movió.- Pues, sí, supongo que sí-contestó Snape.- ¡Harry.....sal....del......medio¡- gruñó Sirius, empujándole a un lado con su mano libre.La puerta de la cocina se abrió y entró la familia Weasley en pleno acompañados de Hermione, parecían muy felices, con el Señor Weasley caminando orgullosamente en el medio, vestido con unos pijamas a rayas y cubierto por un impermeable.-¡Curado¡-anunció radiante-.¡Completamente curado¡Todos se quedaron helados contemplando la escena que tenían enfrente, que estaba suspendida en medio de la acción. Tanto Sirius como Snape mirando hacia la puerta con sus varitas apuntando hacia la cara del otro y Harry inmóvil entre los dos, los brazos extendidos intentando forzarles a separarse.- ¡Por las barbas de Merlín!-exclamó el señor Weasley, la sonrisa desapareciendo de su cara -.¿Qué esta pasando aquí?Ambos bajaron sus varitas. Harry miro a uno y otro. Los dos tenían una expresión de extremo desprecio, aunque la inesperada entrada de tantos testigos parecía haberles devuelto el sentido común. Snape guardó su varita, se giró y salió de la cocina sin más comentarios. Ya en la puerta miró hacia atrás.- Lunes en la tarde a las seis en punto, Potter.Y se fue. Sirius le miraba encolerizado, su varita a un lado.-¿Qué ha ocurrido?-preguntó el Señor Weasley nuevamente.-Nada, Arthur-respondió Sirius, quien estaba respirando fuertemente como si acabase de correr una gran distancia-.Sólo una pequeña y amigable charla entre dos viejos amigos de colegio-Sonrió con lo que pareció un gran esfuerzo-.¿Así que… estás curado? Esa es una gran noticia, realmente grande.-¿Sí, verdad?-comentó la señora Weasley, llevando a su marido a una silla-.El Curandero Smethwyck hizo su magia al final, encontró un antídoto para lo que fuera que la serpiente tenía en sus colmillos, y Arthur aprendió su lección sobre jugar con medicina Muggle, ¿verdad querido?-terminó con aire amenazante.-Sí, Molly querida-dijo el señor Weasley dócilmente.La cena de esa noche debería haber sido alegre, con el señor Weasley de vuelta. Harry podría decir que Sirius estaba intentando que así fuese. Cuando su padrino no estaba esforzándose en reír a carcajadas ante los chistes de Fred y George u ofreciendo a todos más comida, su cara se tornaba en una deprimida y pensativa expresión. Harry estaba separado de Sirius por Mundungus y Ojo-loco, quienes habían venido para felicitar al señor Weasley. Quería hablar con Sirius, para decirle que no escucharía ni una palabra de lo que Snape dijese, que Snape estaba incitándole deliberadamente y que ninguno pensaba que Sirius fuese un cobarde por hacer lo que Dumbledore le ordenó y permanecer en Grimmauld. Pero no tuvo oportunidad de hacerlo y viendo la fea expresión en la cara de Sirius, Harry se preguntaba si se atrevería a decírselo incluso si tuviese ocasión. En lugar de eso, les habló a Ron y Hermione, en voz baja, sobre las clases de Oclumencia con Snape.-Dumbledore quiere que dejes de tener esos sueños sobre Voldemort- opinó Hermione enseguida-. Bien, imagino que no lamentarás no tenerlos nunca más ¿verdad?-¿Lecciones extra con Snape? - terció Ron con horror-.Yo preferiría las pesadillas.Iban a regresar a Hogwarts en el Autobús Noctámbulo del siguiente día, escoltados una vez más por Tonks y Lupin, quienes estaban desayunando en la cocina cuando Harry, Ron y Hermione bajaron la mañana siguiente. Los adultos parecían estar en medio de una conversación cuando Harry abrió la puerta, todos miraron alrededor impacientes y callaron.Tras un apresurado desayuno, todos se pusieron las chaquetas y las bufandas para protegerse en la gris y helada mañana de enero. Harry tuvo una desagradable sensación de ahogo en la garganta, no quería decir adiós a Sirius. Tenía un mal presentimiento sobre esta partida, no sabía cuando se volverían a ver de nuevo y sentía que tenía que decirle algo para impedirle hacer alguna estupidez. Estaba preocupado de que la acusación de cobardía de Snape hubiese picado tanto a su padrino que pudiera estar planeando algún loco viaje fuera de Grimmauld Place. Antes que se le ocurriera qué decir, Sirius le llamó por señas.-Quiero que tomes esto-musitó quedamente, poniendo un mal envuelto paquete del tamaño de un libro en las manos de Harry.-¿Qué es?-preguntó Harry.-Una forma de hacerme saber si Snape te lo hace pasar mal. No, no lo abras aquí-le pidió, con una cautelosa mirada a la señora Weasley, quien estaba tratando de persuadir a los gemelos para que se pusieran unos guantes-.Dudo que Molly lo aprobase...pero quiero que lo uses si lo necesitas, ¿de acuerdo?.-Está bien-aceptó Harry, poniendo el paquete en el bolsillo interior de su chaqueta, pero sabía que nunca lo usaría pasase lo que pasase. No sería él, Harry, quien hiciese salir a Sirius de su lugar seguro, no importaba cuan mal le tratara Snape en sus futuras clases de Oclumencia.-Vamos entonces-lo animó Sirius palmeando a Harry en el hombro y sonriendo, y antes de que éste pudiese decir nada mas, estaban subiendo las escaleras, parándose ante la cerrada y encadenada puerta de entrada, rodeados por los Weasleys.-Adiós, Harry, ten cuidado-aconsejó la señora Weasley abrazándole.-¡Ya nos veremos Harry, y vigila a las serpientes por mí¡-agregó el señor Weasley dándole la mano.-De acuerdo, si-dijo Harry distraídamente, era su última oportunidad de pedirle a Sirius que tuviese cuidado, se giró, miró la cara de su padrino y abrió la boca para hablar, pero antes de que pudiera hacerlo Sirius le estaba dando un gran abrazo, y diciéndole bruscamente “cuídate Harry”. Un momento después Harry se encontró siendo transportado fuera, al helado aire invernal, con Tonks (disfrazada de dama vestida formalmente, con el pelo gris).La puerta del número doce se cerró de golpe tras ellos. Siguieron a Lupin por los escalones del frente. Cuando llegó a la calle, Harry miró alrededor. El número doce se estaba contrayendo rápidamente; un segundo más tarde, había desaparecido.-Vamos, cuanto más pronto tomemos el autobús mejor- animó Tonks, y Harry pensó que había nerviosismo in la mirada que lanzó a la plaza. Lupin levantó su brazo derecho.BANG.Un autobús de tres pisos de un color púrpura violento había aparecido de la nada delante de ellos, apenas evitando un farol. Un joven delgado y cubierto de granos, llevando un uniforme púrpura, saltó al pavimento y dijo:-Bienvenidos al…-Sí, sí, ya sabemos, gracias-lo interrumpió Tonks rápidamente-.Venga, venga, monten -Y empujo a Harry hacia las escaleras detrás del conductor, quien lo miró al pasar.-Ehh – es…-Si gritas su nombre te mandaré al olvido-murmuró Tonks amenazadoramente, y luego se dirigió hacia donde se encontraban Ginny y a Hermione -Siempre quise ir en esta cosa-comentó Ron alegremente, reuniéndose con Harry a bordo y mirando alrededor.Había sido de noche la última vez que Harry había viajado en el Autobús Noctámbulo y sus tres pisos habían estado llenos de asientos cama. Ahora, por la mañana temprano, estaba repleto de sillas diversas agrupadas al azar alrededor de las ventanas. Algunas de ellas parecían haber caído cuando el autobús paró abruptamente en Grimmauld Place. Unos cuantos brujos y brujas estaban aun levantándose, refunfuñando, y la bolsa de la compra de alguien se había deslizado al otro extremo del autobús: una desagradable mezcla de huevos de rana, cucarachas y flanes se hallaba esparcida por todo el suelo.-Parece que tendremos que dividirnos- anunció Tonks enérgicamente, buscando asientos vacíos-. Fred, George y Ginny, si toman aquellos asientos de atrás… Remus puede estar con ustedes.Harry, Ron, Hermione y ella subieron al último piso, donde había dos sillas desocupadas en primera fila y dos al final. Stan Shumpike, el conductor, siguió a Harry y Ron ávidamente hasta el fondo. Las cabezas se volvían al pasar Harry, y cuando se sentó, vio todas las cabezas girarse nuevamente.Una vez Harry y Ron le entregaran a Stan once sickles cada uno, el autobús partió de nuevo, bamboleándose inquietantemente. Retumbó alrededor de Grimmauld Place zigzagueando y entonces, con otro tremendo BANG, todos ellos fueron lanzados hacia atrás, la silla de Ron perdió el equilibrio y Pigwidgeon, que había estado en su regazo, salió despedido de su jaula y voló gorjeando salvajemente al frente del autobús donde revoloteó sobre el hombro de Hermione. Harry, quien apenas había evitado la caída aferrándose a una lámpara, miró por la ventana; ahora iban a toda velocidad por lo que parecía una autopista-A las afueras de Birmingham-declaró Stan felizmente, respondiendo a la silenciosa pregunta de Harry mientras Ron se levantaba del suelo-.¿Estás bien Harry? Vi tu nombre en los periódicos todo el verano, pero no te ponían muy bien. Le dije a Ern que no parecías un loco cuando te conocimos, todo es un espectáculo, ¿verdad?Cogió sus boletos y continuó contemplándole, embelesado. Aparentemente, a Stan no le importaba cuan loco podías estar, si eras lo suficientemente famoso para salir en los periódicos. El autobús se bamboleó de manera alarmante, adelantando una línea de coches. Mirando al frente, Harry vio a Hermione taparse los ojos con las manos, con Pigwidgeon contoneándose feliz sobre su hombro.BANG.Las sillas se deslizaron nuevamente hacia atrás cuando el vehículo salto de la autopista de Birmingham a una tranquila vía llena de curvas. Los setos a cada lado de la carretera saltaban fuera de su camino para evitar una colisión. De aquí pasaron a una calle principal en mitad de una ajetreada ciudad, luego a un viaducto rodeado de altas colinas, después a carretera azotada por el viento entre altos edificios, cada vez con una fuerte BANG.-He cambiado de opinión- comentó Ron levantándose del suelo por sexta vez-.No quiero montar en esto nunca más.-Escuchen, Hogwarts es la siguiente parada-informó Stan alegremente, tambaleándose hacia ellos-. Aquella mandona mujer de delante que vino con ustedes nos ha dado una pequeña propina para que los dejemos pasar delante en la cola. Sin embargo vamos a dejar a Madam Mrsh primero-Hubo un sonido de náuseas abajo, seguido por un horrible ruido de salpicaduras-. No se encuentra en su mejor momento.Unos minutos mas tarde, el Autobús Noctámbulo chirrió al detenerse ante un pequeño bar, que se apartó para evitar la colisión. Pudieron oír a Stan guiando a Madam Marsh fuera del autobús y los murmullos de alivio de los demás pasajeros del segundo piso. El vehículo se movió de nuevo, tomando velocidad hasta que….BANG.Estaban rodando a través de un nevado Hogsmeade. Harry captó un vistazo del Cabeza de Cerdo a un lado de la calle, el austero cartel con la cabeza de cerdo crujiendo con el invernal viento. Copos de nieve caían contra el cristal delantero del autobús. Al fin pararon a las puertas de Hogwarts.Lupin y Tonks les ayudaron a bajar con su equipaje, después salieron para despedirse. Harry miró hacia arriba a los tres pisos del Autobús Noctambulo y vio a todos los pasajeros contemplándole con las narices aplastadas contra las ventanas.-Estarás seguro una vez que estén adentro- aseveró Tonks, echando una ojeada a la desierta carretera-.que tengan un buen curso, ¿está bien?-Cuídense-añadió Lupin, estrechando manos y dejando a Harry para el final-.Y escucha.....-bajó la voz mientras el resto se despedía de Tonks-...Harry, sé que no te gusta Snape, pero es un fantástico Occlumens y todos, Sirius incluido, queremos que aprendas a protegerte, de modo que trabaja duro ¿de acuerdo?-Sí, de acuerdo-aceptó Harry mirando la cara prematuramente arrugada de Lupin-.Nos veremos entonces.Los seis lucharon contra la resbaladiza subida al castillo, arrastrando sus maletas. Hermione ya estaba hablando sobre tejer nuevos sombreros para los elfos antes de la hora de acostarse. Harry miró hacia atrás cuando llegaron a las puertas de entrada, el Autobús Noctámbulo ya se había ido y en parte deseó, dado lo que estaba por venir la siguiente tarde, estar aún a bordo.***Harry pasó la mayor parte del día siguiente temiendo que llegara la tarde. Su clase matinal doble de Pociones no hizo nada por disipar sus temores, ya que Snape estuvo tan desagradable como siempre. Su humor fue empeorando a medida que los miembros del AD se le acercaban en los pasillos entre clases, preguntando esperanzados si habría una reunión aquella noche.-Ya os haré saber de la forma habitual cuando es la próxima-decía Harry una y otra vez-.Pero esta noche no puede ser, tengo que ir a....er... Pociones Curativas.-¿Tomaste Pociones Curativas?-preguntó Zacharias Smith desdeñosamente, habiendo acorralado a Harry en el Vestíbulo de Entrada después de comer-.Buen Dios, debes ser terrible. Snape no suele dar lecciones extra ¿verdad?Mientras Smith se alejaba a grandes zancadas bastante molesto, Ron le lanzó una mirada furiosa.-¿Le maldigo? Aun puedo alcanzarlo desde aquí-dijo elevando su varita y apuntando a Smith entre los hombros.-Olvídalo-replicó Harry tristemente-.¿Es lo que todos van a pensar no? Que soy realmente estúpido.-Hola, Harry-se escuchó una voz detrás de ellos. Se giró y encontró a Cho.-Oh-murmuró mientras su estómago daba un vuelco-.Hola-Estaremos en la biblioteca, Harry-informó Hermione con firmeza al tiempo que cogía a Ron por el codo y lo arrastraba hacia la escalera de mármol.-¿Tuviste una buena navidad?-preguntó Cho.-Si, no estuvo mal-contestó Harry.-La mía fue muy tranquila-contó Cho. Por alguna razón, parecía bastante avergonzada-. Erm… hay otro viaje a Hogsmeade el mes que viene, ¿viste el anuncio?-¿Qué? Oh, no, no he visto el tablón de anuncios desde que llegué.-Sí, es el día de San Valentín…-Vale-dijo Harry, preguntándose por qué le estaría diciendo eso-.Bueno, supongo que querrás….”-Sólo si tú quieres-contestó ellaHarry la miró. Había estado a punto de decir “Supongo que quieres saber cuando es la siguiente reunión de AD” pero su respuesta no parecía encajar.-Yo.....er- vaciló-Oh, está bien si no quieres-aceptó, pareciendo mortificada-.No te preocupes, ya nos veremosSe fue. Harry se quedó allí mirándola, su cerebro trabajando a toda máquina. De repente, algo encajó en su sitio.-¡Cho¡ Hey…¡CHO!Corrió tras ella, pillándola a mitad de la escalera.-Er.....¿querrías venir conmigo a Hogsmeade el Día de San Valentín?-¡Oooh sí!-aceptó ella, sonrojada y radiante.-Bien…. bueno…convenido entonces- dijo Harry, sintiendo que a fin de cuentas el día no iba a ser un completo desastre, y casi a saltos dejó la biblioteca para reunirse con Ron y Hermione antes de sus clases de la tarde.A las seis en punto de aquella tarde, sin embargo, ni siquiera la luz de haber conseguido citarse con Cho Chang podía alumbrar los inquietantes sentimientos, intensificados con cada paso que Harry daba hacia la oficina de Snape.Se paró ante la puerta, deseando estar en casi cualquier otro sitio; luego, respirando profundamente, llamó y entró.La oscura habitación estaba llena de estantes con cientos de frascos de cristal en los que pequeños trozos de animales y plantas se hallaban suspendidos en una variedad de pociones de colores. En una esquina, estaba el armario lleno de ingredientes que Snape había acusado una vez a Harry, no sin razón, de robar. Su atención fue sin embargo atraída por el escritorio, donde un cuenco de piedra grabado con runas y símbolos yacía en el foco de luz de una vela. Lo reconoció enseguida, era el Pensadero de Dumbledore. Preguntándose qué rayos estaría haciendo allí, saltó cuando la fría voz de Snape salió de las sombras.-Cierra la puerta, Potter.Harry hizo lo que le ordenaron, con el horrible sentimiento de que estaba siendo encarcelado.Cuando se giró, Snape se había movido a la luz y estaba apuntando silenciosamente una silla al otro lado de su escritorio. Harry se sentó y lo mismo hizo Snape, sus fríos ojos negros fijos en Harry, el disgusto llenando cada línea de su cara.-Bien, Potter, ya sabes por qué estás aquí-declaro-.El director me ha pedido que te enseñe Oclumencia. Espero que seas mejor que en Pociones.-De acuerdo-aceptó Harry.-Puede que esto no sea una clase normal, Potter-continuó Snape, sus ojos se entornaron con malevolencia-pero sigo siendo tu profesor y por tanto me llamaras señor o profesor siempre.-Sí…..Señor”-replicó Harry.Snape continuó observándole por un momento a través de sus ojos entrecerrados, luego comentó:-Ahora, Oclumencia. Como te dije en la cocina de tu querido padrino, esta rama de la magia cierra la mente ante las intrusiones e influencias mágicas.-¿Y por qué cree el Profesor Dubledore que lo necesito, señor?-interrogó Harry mirando a Snape directamente a los ojos, preguntándose qué podría responder.Snape le regresó la mirada por un momento y entonces dijo despectivamente:-Seguramente incluso tú deberías saber a estas alturas que el Señor Oscuro esta altamente capacitado en Legilimencia.-¿Qué es eso? ¿Señor?-Es la habilidad de extraer sentimientos y recuerdos de la mente de otra persona.-¿Puede leer la mente?-preguntó Harry rápidamente, confirmando sus peores temores.-No tienes sutileza, Potter-replicó Snape, sus oscuros ojos centelleando-.No entiendes la delicada diferencia, es una de las deficiencias que hace que seas lamentable en pociones-Snape se detuvo un momento, aparentemente para saborear el placer de insultar a Harry, antes de continuar-. Sólo los muggles hablan de “leer la mente”. La mente no es un libro que se pueda abrir a voluntad y ser examinado a placer. Los pensamientos no están grabados en el interior del cráneo para ser leídos por cualquier invasor, la mente es algo complejo y con muchas capas, Potter, o al menos la mayoría de las mentes lo son-sonrió burlonamente-.Es cierto, sin embargo, que aquellos que son maestros en Legilimencia pueden, bajo ciertas condiciones, sumergirse en las mentes de sus víctimas e interpretar correctamente lo que encuentran. El Señor Oscuro, por ejemplo, casi siempre sabe cuando alguien le miente. Sólo aquellos cualificados en Oclumencia son capaces de cerrar esos sentimientos y memorias que contradicen la mentira y de ese modo, mentir en su presencia sin ser detectados.No importando lo que Snape dijera, Legilimencia le sonaba como leer la mente, y no le gustaba en absoluto.-¿Entonces él podría saber qué estamos pensando ahora? ¿Señor?-El Señor Oscuro está a una considerable distancia y los muros y tierras de Hogwarts están protegidos por muchos hechizos y encantamientos antiguos para asegurar las mentes y cuerpos de aquellos que se hallan dentro de ellas-explicó Snape-.El tiempo y el espacio cuenta en la magia, Potter. El contacto visual es a menudo esencial para la Legilimencia.-Bien, ¿entonces por qué he de aprender Oclumencia?Snape observó a Harry, recorriendo su boca con una largo y delgado dedo.-Las reglas normales no parecen aplicarse a ti, Potter. La maldición que no te mató parece haber forjado algún tipo de conexión entre tú y el Señor Oscuro. La evidencia sugiere que algunas veces, cuando tu mente está mas relajada y vulnerable, cuando duermes por ejemplo, compartes los pensamientos y emociones del Señor Oscuro. El director cree que es inadmisible que esto continúe. Desea que te enseñe como cerrarle tu mente.El corazón de Harry latía deprisa otra vez. Nada de esto tenía sentido.¿Pero por qué quiere el Profesor Dumbledore pararlo?-preguntó abruptamente-.No me gusta, pero ha sido útil ¿no? Quiero decir que… vi el ataque de aquella serpiente al señor Weasley, si no hubiese sido así, el profesor Dumbledore no habría podido salvarle ¿no? ¿Señor?Snape miró fijamente a Harry por unos momentos, aún recorriendo su boca con un dedo. Cuando habló de nuevo, lo hizo lenta y deliberadamente, como si hubiese sopesado cada palabra.-Por lo que sabemos el Señor Oscuro no se ha enterado de esa conexión entre los dos sino muy recientemente. Hasta ahora, parece que has estado experimentando sus emociones, y compartiendo sus pensamientos sin que se diera cuenta. Sin embargo, la visión que tuviste poco antes de la Navidad….¿La de la serpiente y el Señor Weasley?-No me interrumpas Potter-advirtió Sanpe peligrosamente-.Como iba diciendo, la visión que tuviste poco antes de Navidad, representa una poderosa incursión en los pensamientos del Señor Oscuro.-¡Vi desde dentro de la cabeza de la serpiente, no de la suya¡-Creí haberte dicho que no me interrumpieras, Potter.Pero a Harry no le importaba si Snape estaba furioso, al fin parecía que estaba llegando al fondo del asunto, se había movido hacia delante en su silla, no se había dado cuenta que estaba sentado justo en el borde, tan tenso como si fuera a echar a volar.-¿Cómo llegué a ver a través de los ojos de la serpiente si son los pensamientos de Voldemort los que comparto?-¡No digas el nombre del Señor Oscuro¡-escupió Snape.Hubo un desagradable silencio. Se observaron a través del Pensadero.-El profesor Dumbledore dice su nombre-dijo Harry quedamente.-Dumbledore es un mago extremadamente poderoso-murmuró Snape-.Aunque se sienta suficientemente seguro para usar el nombre… el resto de nosotros…-se frotó el antebrazo, aparentemente de forma inconsciente, en el sitio donde Harry sabía que el Señor Oscuro había marcado su piel.-Sólo quería saber- Harry comenzó nuevamente, forzando su voz a mostrarse educada-, ¿por qué...?-Parece que has visitado la mente de la serpiente porque es ahí donde el Señor Oscuro estaba en ese momento-gruñó Snape-.Estaba poseyendo la serpiente en ese momento de modo que tu soñaste que estabas allí también.-¿Y Vol...él.....se dio cuenta que yo estaba allí?-Eso parece-afirmó Snape fríamente.-¿Cómo lo saben?- preguntó Harry con urgencia-.Es una suposición del Profesor Dumbledore o…?-Te ordené-dijo Snape, rígido en su silla, sus ojos entornados-que me llamaras Señor.-Sí Señor-repitió Harry impaciente-,¿pero cómo lo saben?-Confórmate con que lo sepamos-replicó Snape represivamente-.Lo importante es que el Señor Oscuro sabe ahora que estás teniendo acceso a sus pensamientos y sentimientos. También ha deducido que el proceso puede ser a la inversa, lo que quiere decir que se ha dado cuenta que podría acceder a tus pensamientos y sentimientos también.-¿Y podría intentar obligarme a hacer cosas?-preguntó Harry-.¿Señor?-agregó rápidamente.-Podría-confirmó Snape fría y desapasionadamente-.Lo que nos trae de vuelta a la Oclumencia.Snape sacó la varita del bolsillo interior de su túnica y Harry se tensó en su silla, pero Sanpe simplemente la alzo hasta su sien y apoyó la punta en sus grasos cabellos. Cuando la retiró, una sustancia plateada salió, estirándose desde la sien a la varita como un grueso hilo de telaraña, que se rompió cuando tiró de la varita y cayó graciosamente en el Pensadero, donde formó un remolinó blanco-plateado, ni gas ni líquido. Dos veces más, Snape elevó la varita a su sien y depositó la plateada sustancia en el cuenco de piedra; entonces, sin ofrecer ninguna explicación de su comportamiento, cogió el Pensadero cuidadosamente, lo puso en un estante fuera de su camino y volvió a enfrentarse a Harry con la varita en alto.-Levántate y coge tu varita, PotterHarry se puso de pie, sintiéndose nervioso. Se enfrentaron cara a cara con el escritorio entre ellos.-Puedes usar tu varita para intentar desarmarme, o defenderte de cualquier otra forma que se te ocurra-dijo Snape.-¿Y qué hará usted?-preguntó Harry, mirando aprehensivo la varita de Snape.-Voy a intentar irrumpir en tu mente-contestó Snape suavemente-.Veremos cuanto resistes. Me han dicho que ya has mostrado aptitudes para resistirte a la Maldición Imperius. Encontrarás que similares poderes se necesitan para esto….refuérzate, ahora. ¡Legilimens¡Snape había golpeado antes que Harry estuviese preparado, antes incluso que hubiese empezado a ofrecer ningún tipo de resistencia. La oficina pasó ante sus ojos y se desvaneció, imagen tras imagen corría por su mente como una parpadeante película, tan vívida que lo cegó.Tenía cinco años, estaba mirando a Dudley montar una bicicleta nueva, y su corazón ardía de celos… tenía nueve años, y Ripper, el buldog, estaba persiguiéndole hasta que se subió a un árbol y los Dursleys se reían abajo en el césped… estaba sentado bajo el sombrero seleccionador, y le estaba diciendo que lo haría bien en Slytherin…. Hermione estaba tendida en el hospital, su cara cubierta de grueso pelo negro…. Cien dementores estaban cercándole al lado del oscuro lago…. Cho Chang estaba acercándose a él bajo el muérdago…“NO”, dijo una voz dentro de la cabeza de Harry, mientras el recuerdo de Cho se acercaba más. “ Que no vea eso, que no lo vea, es privado”Sintió un agudo dolor en su rodilla. La oficina de Snape había vuelto a aparecer y se dio cuenta que se había caído al suelo, una de sus rodillas había chocado dolorosamente con el escritorio de Sanpe. Miró al profesor , quien había bajado su varita y estaba frotándose la muñeca, había un feo moretón allí, como una quemadura.-¿Quisiste hacer un Hechizo Punzante?-preguntó Snape fríamente.-No- respondió Harry amargamente, levantándose del suelo.-Eso pensé-comentó Snape, mirándole fijamente-. Me dejaste llegar demasiado lejos. Perdiste el control.-¿Vio todo lo que yo vi?-preguntó, sin estar seguro de querer oír la respuesta.-Destellos-contestó Snape, con los labios curvados-.¿De quién era el perro?-De mi tía Marge-murmuró Harry, odiando a Snape.-Bien, para un primer intento no fue tan pobre como podría haber sido-señaló Snape, elevando su varita una vez mÁs-.Te las arreglaste para pararme, aunque desperdiciaste tiempo y energía gritando. Debes permanecer concentrado. Repéleme con tu cerebro y no necesitarás recurrir a tu varita.-Lo estoy intentado- comentó Harry enfadado-, ¡pero no me está diciendo cómo!-Método, Potter- informó Snape peligrosamente-.Ahora quiero que cierres los ojos.Harry le lanzó una fea mirada antes de hacer lo que le había pedido. No le gustaba la idea de estar allí con los ojos cerrados mientras Snape se le enfrentaba con una varita.-Vacía tu mente, Potter-murmuró la fría voz de Snape-.Deja escapar toda emoción…Pero la furia hacia Snape continuaba corriendo por sus venas como un veneno.¿Dejar escapar su furia? Sería más fácil quitarse las piernas….-No lo estás haciendo, Potter…. Necesitarás mas disciplina que ésta….concéntrate, ahora…..Harry trato de vaciar su mente, trató de no pensar, o recordar, o sentir…-Vamos de nuevo… a la de tres… uno...dos... tres...¡ Legilimens!Un gran dragón negro estaba alzándose ante él… Su padre y su madre estaban saludándole desde un espejo encantado…. Cedric Diggory yacía en el suelo con los ojos en blanco fijos en él…-¡NOOOOOO!Harry estaba de nuevo de rodillas, su cara sepultada entre sus manos, su cerebro doliendo como si alguien hubiera estado intentando arrancarlo de su cabeza.¡Levántate!-ordenó Snape bruscamente-.¡Levántate! No lo estás intentando, no te estás esforzando. ¡Estás permitiéndome acceder a recuerdos que temes, dándome armas!Harry se levantó de nuevo, su corazón aporreando salvajemente como si realmente hubiera visto a Cedric muerto en el cementerio. Snape parecía más pálido de lo normal, y más furioso, pero ni de cerca tan furioso como estaba Harry .-Estoy.... haciendo.... un..... esfuerzo- bramó con los dientes apretados.-¡Te ordené que vaciaras tu mente de emociones!-¿Sí? Bien, lo encuentro difícil por el momento-gruñó Harry.-¡Entonces serás una presa fácil para el Señor Oscuro!-señaló Snape salvajemente-.Los idiotas que lucen sus corazones orgullosamente en sus mangas, los que no pueden controlar sus emociones, que se revuelcan en tristes recuerdos y se dejan provocar fácilmente...gente débil, en otras palabras....no tienen ninguna posibilidad contra sus poderes. ¡Penetrará en tu mente con absurda facilidad Potter!-No soy débil-masculló Harry en voz baja, la furia latiendo a través de él con tanta fuerza que pensó que podría atacar a Snape en cualquier momento.-¡Entonces pruébalo!¡Domínate!-escupió Snape-.¡Controla tu furia, disciplina tu mente!¡Lo intentaremos otra vez! ¡Prepárate, ahora! ¡Legilimens!Estaba viendo a tío Vernon cerrando el buzón a martillazos…. Cien dementores cruzando el lago hacia él…. Estaba corriendo a lo largo de un pasillo sin ventanas con el Señor Weasley….Se estaban acercando a la puerta negra al final del corredor…. Harry esperaba pasarla… pero el Señor Weasley le llevó hacia la izquierda, bajando por una escalera de piedra….-¡LO SE!¡LO SE!Estaba a cuatro patas otra vez, en el suelo de la oficina de Snape, la cicatriz le escocía desagradablemente, pero la voz que salió de su boca era triunfante. Se levantó de nuevo para encontrar a Snape aguardándole, su varita levantada. Parecía como si, esta vez, Snape hubiera cesado el hechizo antes incluso que Harry intentara luchar contra él.-¿Qué pasó, Potter?-preguntó mirando a Harry fijamente.-Ví…. recordé….-Harry jadeó-.Me he dado cuenta…-¿Cuenta de qué?-preguntó Snape cortante.Harry no contestó en seguida, aún estaba saboreando el momento de ciega comprensión mientras se frotaba la frente…Había estado soñando con un corredor sin ventanas, que acababa en una puerta cerrada durante meses, sin darse cuenta ni una sola vez que era un lugar real. Ahora, viendo el recuerdo de nuevo, supo que todo el tiempo que había estado soñando con el pasillo por el que había corrido con el Señor Weasley el doce de agosto cuando se apresuraban hacia los tribunales, era el corredor que llevaba al Departamento de Misterios y el Señor Weasley había estado allí la noche que había sido atacado por la serpiente de Voldemort.Miró a Snape.-¿Qué hay en el Departamento de Misterios?-¿Qué has dicho?-preguntó Snape quedamente y Harry vio, con profunda satisfacción, que estaba nervioso.-He dicho, ¿qué hay en el Departamento de Misterios, señor?-repitió Harry-¿Y por qué-se interesó Snape lentamente-preguntas semejante cosa?-Porque-informó Harry mirando a Snape fijamente-, ese es el corredor que acabo de ver, he estado soñando con el durante meses. Lo he reconocido, lleva al Departamento de Misterios… y creo que Voldemort quiere algo de…¡Te he dicho que no dijeras el nombre del Señor Oscuro!Ambos se miraron furiosamente. La cicatriz de Harry abrasaba otra vez, pero no le hizo caso. Snape parecía agitado, pero cuando habló de nuevo sonaba como si estuviera tratando de parecer frío e indiferente.-Hay muchas cosas en el Departamento de Misterios, Potter, pocas de las cuales podrías comprender y ninguna que te incumba.¿Me he explicado bien?-Sí-afirmó Harry, aun rascándose la cicatriz que se había vuelto mas dolorosa.-Te quiero de regreso a la misma hora el miércoles. Continuaremos trabajando entonces.-Bien-aceptó Harry. Quería desesperadamente salir de la oficina de Snape y encontrar a Ron y Hermione.-Tienes que liberar tu mente de toda emoción cada noche antes de dormirte, vacíala, déjala en blanco y tranquila, ¿entiendes?-Sí-dijo Harry apenas escuchando.-Y ten cuidado Potter… sabré si no has practicado….-De acuerdo-masculló. Cogió su cartera, se la colgó sobre el hombro y se apresuró hacia la puerta. Cuando la abría, miró a Sanpe, quien le daba la espalda y estaba recuperando sus propios pensamientos del Pensadero con la punta de su varita y colocándolos cuidadosamente dentro de su propia cabeza. Harry se fue sin decir una palabra mas, cerrando la puerta con cuidado tras él, su cicatriz aún palpitando dolorosamente.Encontró a Ron y Hermione en la biblioteca, donde estaban trabajando en el más reciente montón de deberes de Umbridge. Otros estudiantes, casi todos del quinto año, se sentaban cerca, las narices pegadas a los libros, las plumas arañando febrilmente, mientras el cielo, al otro lado de las ventanas, se oscurecía. El único sonido distinto era el ligero crujido de uno de los zapatos de Madam Pince, mientras la bibliotecaria merodeaba amenazadoramente por los pasillos, respirando en la nuca de aquellos que tocaban sus preciosos libros.Harry se estremeció, su cicatriz aún dolía, se sentía casi febril. Cuando se sentó enfrente de Ron y Hermione, captó un reflejo de sí mismo en la ventana; estaba muy pálido y su cicatriz parecía más evidente de lo usual.-¿Cómo te fue?-susurró Hermione, y entonces, preocupada, agregó-¿Estás bien Harry?-Sí…bien…no sé-contestó con impaciencia, sobresaltándose cuando el dolor le atravesó la cicatriz de nuevo-. Escuchad… me he dado cuenta de algo…-y les contó lo había visto y deducido.-¿De modo que… estás diciendo….-susurró Ron, mientras Madam Pince pasaba crujiendo ligeramente-...que el arma... la cosa que Tu-Ya-Sabes-Quien está buscando, está en el Ministerio de la Magia?Tiene que estar en el Departamento de Misterios-musitó Harry-. Vi aquella puerta cuando tu padre me llevó a la sala del tribunal para mi audiencia, y es definitivamente la misma que él estaba custodiando cuando la serpiente le mordió.Hermione soltó un largo y lento suspiro.-Por supuesto.-¿Por supuesto que?-preguntó Ron bastante impaciente.-Ron, piensa en ello…. Sturgis Podmore estaba tratando de pasar por una puerta en el Ministerio de la Magia… debe haber sido aquella, es demasiada coincidencia-¿Cómo es que Sturgis estaba tratando de entrar si está de nuestro lado?-pregunto Ron nuevamente.-Bueno, no lo se-admitió Hermione-.Es un poco extraño…-¿Y qué hay en el Departamento de Misterios?-le preguntó Harry a Ron-.¿Ha mencionado tu padre algo sobre eso alguna vez?-Sé que llaman a la gente que trabaja allí dentro “Innombrables”-comentó Ron frunciendo el ceño-.Porque nadie parece saber qué es lo que realmente hacen...extraño lugar para tener un arma-No es raro en absoluto, tiene perfecto sentido-terció Hermione-.Será algo super secreto que el Ministerio ha estado desarrollando, supongo…Harry, ¿estás seguro de estar bien?- insistió, pues éste se acababa de llevar ambas manos a la frente como si estuviera tratando de plancharla.Sí… bien…-aseguró bajando sus manos, que estaban temblando-.Sólo me siento un poco…..No me gusta la Oclumencia-Creo que cualquiera se sentiría horrible si su mente se viera atacada una y otra vez-afirmó Hermione comprensivamente-.Mira, vayamos a la sala común, estaremos mejor allí.Pero la sala común estaba llena de gritos de alegría y excitación, Fred y George estaban mostrando su última broma.-¡Gorros sin cabeza!-gritaba George mientras Fred agitaba un puntiagudo sombrero decorado con una pluma rosa a la vista de los estudiantes-.Dos galeones cada uno, mirad a Fred, ¡ahora!Fred se puso el sombrero, radiante; durante un segundo pareció bastante estúpido pero luego sombrero y cabeza desaparecieron. Varias chicas gritaron, pero todos los demás estaban rugiendo de risa.-Y fuera otra vez-gritó George, y la mano de Fred anduvo a tientas un momento en lo que parecía ser aire sobre sus hombros; entonces su cabeza reapareció cuando se quitó el emplumado sombrero rosa-¿Cómo funcionarán esos sombreros?-preguntó Hermione distraída de sus deberes y observando a Fred y George-. Quiero decir, obviamente es algún Hechizo de Invisibilidad, pero es bastante inteligente haber extendido el campo de la invisibilidad mas allá del límite del objeto encantado… sin embargo, imagino que el hechizo no tendrá una duración muy larga Harry no respondió, se encontraba enfermo.-Voy a tener que hacer esto mañana- murmuró, empujando los libros que acababa de sacar de su cartera nuevamente dentro.-¡Bien, escríbelo en tu planificador de deberes entonces!-recomendó Hermione animándolo-.Así no lo olvidarás.Harry y Ron intercambiaron miradas mientras que sacaba de su cartera el planificador y la abría con cuidado.-¡No lo dejes para más tarde, tú, gran segundón!- regañó el libro mientras Harry garabateaba los deberes de Umbridge. Hermione le sonrió.-Creo que me iré a la cama- comentó Harry poniendo el planificador de deberes en la cartera y haciéndose el propósito de echarlo al fuego en la primera oportunidad que tuviese.Caminó a través de la sala común, esquivando a George, que trató de ponerle un gorro sin cabeza, y alcanzo la paz y la frescura de la escalera de piedra que daba a los dormitorios de los chicos. Se sentía enfermo de nuevo, igual que se sintió la noche que tuvo la visión de la serpiente, pero pensó que si pudiera acostarse un poco estaría bien.Abrió la puerta de su dormitorio y había dado un paso adentro cuando sintió un dolor tan horrible que creyó que alguien le había partido la cabeza. No sabía donde estaba, ni si estaba de pie o acostado, no sabía ni su nombre.Una risa maníaca sonaba en sus oídos, era mas feliz de lo que lo había sido en mucho tiempo…. Jubiloso… triunfante… algo maravilloso, maravilloso, había pasado….-¿Harry? ¡HARRY!-Alguien le había pegado en la cara. La insana risa estaba acentuada por un llanto de dolor. La felicidad se estaba alejando de él, pero la risa continuaba….Abrió sus ojos y, cuando lo hizo, se dio cuenta de que la salvaje risa estaba saliendo de su propia boca. En el momento en que se dio cuenta de ello, la risa murió, Harry estaba tendido en el suelo, mirando al techo, la cicatriz de su frente palpitando horriblemente. Ron estaba agachado sobre él, parecía muy preocupado.-¿Qué ha ocurrido?-preguntó.-No… no lo se…- Harry carraspeó, sentándose de nuevo-.Está realmente feliz….realmente feliz….-¿Quien-Tu-Ya-Sabes está feliz?-Algo bueno le ha ocurrido-murmuró Harry. Estaba temblando tanto como cuando vio la serpiente atacar al Señor Weasley y se sentía muy enfermo-.Algo que estaba esperando..Las palabras vinieron tal y como habían regresado en el vestuario de Gryffindor, como si un extraño estuviese hablando a través de la boca de Harry, ahora sabía que era verdad. Respiró profundamente, deseando no vomitar encima de Ron. Se sentía muy agradecido de que Dean y Seamos no estuvieran aquí para verle esta vez.-Hermione me pidió que viniera a ver como estabas- explicó Ron en voz baja, ayudándolo a levantarse-. Dice que tus defensas estarían bajas después que Snape estuviera tocando el violín con tu mente… aunque yo creo que eso ayudara en el momento oportuno ¿no?-miró vacilante a Harry mientras le ayudaba a ir a su cama. Éste asintió sin convicción y se dejó caer sobre sus almohadas, doliéndole todo por haber caído al suelo tantas veces aquella noche, la cicatriz aún escociendo dolorosamente. No podía evitar sentir que su primera incursión en Oclumencia había debilitado la resistencia de su mente más que endurecerla, y se preguntó con un sentimiento de gran trepidación, que habría pasado para hacer a Lord Voldemort más feliz de lo que había sido en catorce años.

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