

CAPÍTULO 22
Hospital San Mungo para enfermedades y lesiones mágicas
Harry se sintió tan aliviado de que ella lo tomara en serio que no dudo, salto de la cama de inmediato, vistió su túnica y acomodó sus lentes sobre su nariz.-Weasley, usted debe venir también- ordenó la Profesora McGonagall.Siguieron a la profesora McGonagall, pasando al lado de las silenciosas figuras de Neville, Dean y Seamus, afuera del dormitorio, abajo por las escaleras en espiral hasta el interior de la sala común, a través del agujero del retrato de la señora gorda y a lo largo del pasillo iluminado por la luz de la luna. Harry sentía que el pánico en su interior podría desbordarse en cualquier momento; quería correr, gritar por Dumbledore; el Señor Weasley estaba sangrando mientras ellos caminaban tan tranquilamente ¿y si esos colmillos (Harry trato de no pensar “mis colmillos”) estaban envenenados?. Pasaron a la Señora Norris, quien dirigió sus relampagueantes ojos hacia ellos y maulló débilmente, pero la Profesora McGonagall exclamó “Fuera” y la Señora Norris se escabulló entre las sombras. Pocos minutos después alcanzaron la gárgola de piedra que custodiaba la entrada al despacho de Dumbledore.-Fizzing Whizzbee – dijo la Profesora McGonagallLa gárgola cobró vida y saltó hacia un lado; la pared detrás de ella se abrió en dos para revelar una escalera de piedra que se movía constantemente hacia arriba, como una escalera mecánica en espiral. Los tres subieron a la escalera móvil, la pared se cerró tras ellos con un ruido sordo y se movieron hacia arriba en círculos estrechos hasta que alcanzaron una puerta de roble pulido con una aldaba de bronce con forma de grifo (1).Aunque ya pasada de la medianoche se escuchaban voces que venían desde dentro de la habitación. Un definitivo murmullo. Sonaban como si Dumbledore estuviera entretenido al menos con una docena de personas.La profesora McGonagall golpeó tres veces con la aldaba y las voces cesaron abruptamente como si las hubieran apagado. La puerta se abrió por si sola y la Profesora McGonagall guió a Harry y a Ron hacia adentro.El cuarto estaba en penumbra; los extraños instrumentos de plata colocados sobre las mesas estaban quietos y silenciosos, en vez de zumbando y emitiendo bocanadas de humo como era habitual; los viejos directores y directoras de los retratos que cubrían las paredes estaban dormitando en sus marcos. Detrás de la puerta, un magnífico pájaro rojo y dorado del tamaño de un cisne dormía en su percha, con la cabeza bajo el ala. -Oh, es usted, Profesora McGonagall...y...ah.Dumbledore estaba sentado en una silla de respaldo alto detrás de su escritorio; se inclinó hacia delante, al interior del estanque de luz de velas que iluminaba los papeles que se extendían delante de él. Vestía una magnífica túnica bordada en púrpura y oro encima de una camisa de dormir blanco nieve, pero parecía completamente despierto, la penetrante luz de sus ojos azules se clavó atentamente sobre la Profesora McGonagall.-Profesor Dumbledore, Potter ha tenido una.....bueno, una pesadilla- informó la Profesora McGonagall-. Él dice .....-No fue una pesadilla- la interrumpió Harry rápidamente.La Profesora McGonagall miró a Harry frunciendo ligeramente el ceño.-Muy bien, entonces, Potter, cuéntale al Director sobre esto.....-Yo...bueno, estaba dormido...- comenzó Harry e, incluso en su miedo y desesperación por hacer que Dumbledore entendiera, se sentía ligeramente irritado porque el Director no lo miraba sino que examinaba sus propios dedos entrelazados-. Pero no era un sueño ordinario ...esto era real... vi que pasaba ....- Suspiró profundamente-. El papá de Ron, el Señor Weasley, fue atacado por una serpiente gigante.La palabras parecieron retumbar en el aire después que las hubo dicho ,sonando ligeramente ridículas, incluso cómicas . Hubo una pausa durante la cual Dumbledore se recostó y clavó los ojos en el techo, meditando. Ron miraba de Harry a Dumbledore, con el rostro pálido e impactado.-¿Cómo vistes esto?- preguntó Dumbledore calmadamente , todavía sin mirar a Harry.-Bueno ...no sé- contestó Harry, muy enfadado-. ¿Qué importa? Dentro de mi cabeza supongo.....-Me has entendido mal- aclaró Dumbledore, en el mismo tono calmado-. Quiero decir...puedes recordar... hmmmm... ¿en que posición estabas cuando observaste el ataque ? ¿Quizás parado al lado de la víctima, o más bien mirando la escena desde arriba?Fue una pregunta curiosa que hizo que Harry mirara boquiabierto a Dumbledore; era como si éste supiera.....-Yo era la serpiente- contestó- . Lo vi todo desde el punto de vista de la serpiente.Nadie habló durante un momento, luego Dumbledore, mirando a Ron que seguía con el rostro pálido, preguntó en una nueva y más incisiva voz-¿Arthur está seriamente herido?-Sí- respondió Harry enfáticamente. ¿Por qué eran todos tan tercos, no entendían cuanto puede sangrar una persona cuando es perforada por colmillos de esa longitud?¿Y por qué Dumbledore no tenía la cortesía de mirarlo?Pero Dumbledore se levantó, tan rápidamente que hizo que Harry saltara, dirigiéndose a uno de los viejos retratos colgados muy cerca del techo.-¿Everard?- llamó abruptamente-.¡Y tú también, Dilys!Un mago de aspecto cetrino , con un corto flequillo negro y una bruja entrada en años, de bucles plateados, situada en el marco de al lado, ambos sumergidos en lo que parecía el más profundo de los sueños , abrieron sus ojos inmediatamente.-¿Escucharon?- preguntó Dumbledore El mago asintió; la bruja exclamó:-Naturalmente.-El hombre tiene cabello rojo y lentes- informó Dumbledore-. Everard, es necesario que des la voz de alarma, asegúrate que sea encontrado por las personas correctas.Ambos asintieron con la cabeza y se movieron lateralmente fuera de sus marcos, pero en lugar de reaparecer en algún marco vecino (como habitualmente sucede en Hogwarts) ninguno reapareció. Un de los cuadros ahora no contenía otra cosa que un telón de fondo con cortinas oscuras, y el otro un hermoso sillón de cuero. Harry notó que muchos de los otros directores y directoras colgados en las paredes, aunque estaban roncando y babeando de modo muy convincente, continuaban atisbándolo furtivamente por debajo de sus párpados, y repentinamente entendió quienes estaban hablando cuando ellos golpearon...... -Everad y Dilys fueron dos de los Líderes más importantes de Hogwarts- explicó Dumbledore, rodeando a Harry, Ron y a la Profesora McGonagall para acercarse a la magnifica ave dormida en su percha junto a la puerta-. Su prestigio es tal que ambos tienen retratos colgando en otras importante instituciones de magia. Como son libres de moverse entre todos sus retratos, pueden decirnos que ha pasado en otra parte..... -¡Pero el Señor Wesley podría estar en cualquier lugar!- exclamó Harry.-Por favor, siéntense, los tres- pidió Dumbledore, como si Harry no hubiera hablado-. Everad y Dilys pueden tardar algunos minutos en regresar. Profesora McGonagall, ¿podría armar sillas extras? La Profesora McGonagall sacó la varita del bolsillo de su túnica y la agitó; de la nada aparecieron tres sillas de madera y respaldar recto, muy diferentes a las cómodas poltronas de cretona que Dumbledore había conjurado para la audiencia de Harry . Harry se sentó, observando a Dumbledore sobre su hombro . Éste estaba acariciando con un dedo la emplumada cabeza dorada de Fawkes. El fénix se despertó inmediatamente . Estiró su hermosa cabeza y miró a Dumbledore a través de sus brillantes y oscuros ojos.-Necesitaremos- pidió Dumbledore tranquilamente al pájaro- estar alertas.Hubo un destello de fuego y el fénix desapareció. Dumbledore se precipitó hacia uno de sus frágiles instrumentos de plata cuya función Harry desconocía, lo transportó a su escritorio, se sentó frente a ellos nuevamente y lo tocó suavemente con la punta de su varita.El instrumento cobró vida de inmediato con rítmicos tintineos. Diminutas bocanadas de un pálido humo verde salieron hacia arriba por el minúsculo tubo de plata. Dumbledore observó el humo de cerca con el ceño fruncido. Después de unos segundos , las diminutas bocanadas se convirtieron en una corriente constante de humo que tomaba cuerpo y se enrollaba en el aire. Una cabeza de serpiente crecía al final de ésta , abriendo ampliamente su boca . Harry se preguntaba si el instrumento estaría confirmando su historia : miró ansiosamente a Dumbledore buscando una señal que le indicara que estaba en lo correcto, pero Dumbledore no alzó la vista.-Naturalmente, naturalmente- murmuró Dumbledore aparentemente para si mismo, observando aún la corriente de humo sin el mayor signo de sorpresa-. ¿Pero en esencia se dividió?Harry no le encontraba ni pies ni cabeza a esa pregunta . La serpiente de humo, sin embargo, repentinamente se dividió en dos serpientes, ambas enrollándose y ondulando en el oscuro aire. Con una mirada de sombría satisfacción, Dumbledore dio al instrumento otro suave toque con su varita ; el tintineo disminuyó y murió y la serpiente de humo se debilitó, se convirtió en una nube sin forma y se desvaneció.Dumbledore colocó de nuevo el instrumento en una pequeña y delgada mesa.. Harry vio como muchos de los directores en los retratos lo seguían con la mirada , entonces , al darse cuenta que Harry los observaba, fingieron estar durmiendo otra vez . Harry quería preguntar que era ese extraño instrumento de plata, pero antes que pudiera hacerlo se escuchó un grito en el borde superior de la pared a su derecha ; el mago llamado Everard había reaparecido en su retrato jadeando ligeramente.-¿Dumbledore?- ¿Qué noticias hay?- preguntó Dumbledore.-Grité hasta que alguien vino corriendo- explicó el mago, quien estaba limpiando su frente en la cortina detrás de él-, les dije que había escuchado algo moverse abajo...no sabían si creerme, pero bajaron a chequear..... ya sabe que allá abajo no hay retratos para observar desde ellos. De todos modos lo subieron unos minutos más tarde. No se veía bien , estaba cubierto de sangre, corrí hasta el retrato de Elfrida Cragg para tener una buena vista mientras se marchaban.-Bien- exclamó Dumbledore mientras Ron hacía un movimiento convulsivo. Entonces, Dilys lo verá llegar.Y momentos después la bruja de bucles plateados había reaparecido en su cuadro, se hundió tosiendo en su poltrona y comentó-Sé lo llevaron al hospital San Mungo, Dumbledore .... lo transportaron a través de mi retrato...lucía mal.-Gracias- murmuró Dumbledore. Miró a la Profesora McGonagall.-Minerva , necesito que vayas y despiertes al resto de los niños Weasley.-Por supuesto.La profesora McGonagall se levantó y rápidamente se dirigió hacia la puerta, Harry lanzó una mirada de reojo a Ron quien lucía aterrorizado.-¿Y Dumbledore.......que hay sobre Molly?- preguntó la Profesora McGonagall , deteniéndose en la puerta.-Será labor de Fawkes una vez que termine de vigilar que nadie se acerque. Pero quizás ya lo sepa....... con ese excelente reloj que tiene...Harry sabía a que clase de reloj se refería Dumbledore , no a los que señalaban la hora , sino el paradero y estado de los miembros de la familia Weasley , y sintió una punzada al pensar que la manecilla del Señor Weasley debía estar apuntando hacia la señal de peligro mortal . Pero era muy tarde, seguramente la Señora Weasley estaría dormida y por tal razón no habría visto el reloj . Harry sintió frió cuando recordó como el Boggart de la Señora Weasley se transformó en el cuerpo sin vida del Señor Weasley , sus lentes torcidos, la sangre corriendo por su cara...pero el Señor Weasley no iba a morir....no podía...Ahora Dumbledore estaba hurgando un armario detrás de Harry y Ron. Emergió de este cargando un viejo y ennegrecido caldero, que colocó cuidadosamente sobre su escritorio. Levantó su varita y murmuró “¡Portus!” Por un instante el caldero tembló, brillando con una extraña luz azul; luego vibró hasta detenerse, tan negro como siempre.Dumbledore se dirigió hacia otro retrato, esta vez el de un mago de aspecto listo con una pronunciada barba ,quien había sido pintando vistiendo los colores de Slytherin verde y plateado y que aparentemente dormía tan profundamente que no escuchó las voz de Dumbledore cuando trató de despertarlo.-Phineas. Phineas.Los sujetos de los retratos que revestían la habitación ya no pretendían estar dormidos; se movían alrededor de sus marcos buscando el mejor ángulo para observar lo que estaba ocurriendo. Como el mago que parecía listo continuaba aparentando estar dormido, algunos de ellos también gritaron su nombre.-Phineas , Phineas, PHINEAS.No podía fingir por más tiempo; dio una sacudida teatral y abrió sus ojos completamente. -¿Alguien me llamo?-Necesito que visites de nuevo tu otro retrato, Phineas- pidió Dumbledore- . Tengo otro mensaje.-¿Visitar mi otro retrato?- repitió Phineas con voz aflautada, dando un largo, falso bostezo. Sus ojos viajaron por toda la habitación y se centraron en Harry-. Oh, no Dumbledore , esta noche estoy muy cansadoAlgo en la voz de Phineas le resulto familiar a Harry, ¿ dónde la había escuchado anteriormente? Pero antes que pudiera pensar , los retratos de las paredes cercanas estallaron en una tormenta de protestas.-Insubordinación, señor- bramó un corpulento mago de nariz roja, agitando sus puños-. ¡Abandono del deber!-¡Estamos honrados en servir al actual Director de Hogwarts!- gritó un viejo mago de aspecto frágil que Harry reconoció como el predecesor de Dumbledore, Armando Dippet-. ¡Qué vergüenza, Phineas!-¿Debo persuadirlo, Dumbledore?- preguntó una bruja de ojos que taladraban, levantando una varita inusualmente gruesa que no difería mucho de una vara de abedul. -Oh, muy bien- se rindió el mago llamado Phineas, mirando la varita con cierta aprehensión- Aunque puede que ha estás alturas él haya destrozado mi cuadro, eliminó a la mayor parte de su familia.-Sirius sabe que no debe destruir tu retrato- comentó Dumbledore , y Harry se dio cuenta inmediatamente en dónde había escuchado la voz de Phineas antes: surgiendo del retrato aparentemente vació de su habitación, en Grimmauld Place-. Tienes que darle el mensaje de que Arthur Weasley ha sido gravemente herido y que su esposa , hijos y Harry Potter llegaran a su casa en breve. ¿Entendiste?-Arthur Weasley herido, esposa, hijos y Harry Potter llegan para quedarse- repitió Phineas en tono aburrido-. Sí, Sí...esta bien.Se inclinó dentro del marco del retrato y desapareció de la vista en el mismo instante que la puerta del estudio se abría nuevamente. Fred, George y Ginny Weasley fueron guiados dentro por la Profesora McGonagall, los tres luciendo desarreglados e impactados, todavía en sus ropas de dormir.-Harry, ¿ qué sucede?- preguntó Ginny, que parecía asustada-. La Profesora McGonagall dice que viste a papá herido...-Su padre ha sido herido en el curso de su trabajo para la Orden del Fénix- les explicó Dumbledore, antes que Harry pudiera hablar-. Ha sido llevado al Hospital San Mungo para Enfermedades y Lesiones Mágicas. Los enviaré de regreso a la casa de Sirius, que es un lugar más conveniente para ir a hospital que La Madriguera. Se reunirán con su madre allí.-¿Cómo iremos?- preguntó Fred temblando-¿Polvos Flu?-No- contestó Dumbledore-. Viajar con Polvos Flu no es seguro en este momento, la Red está siendo vigilada. Tomarán un Traslador- señaló el viejo caldero descansando inocentemente en su escritorio-. Sólo esperaremos el reporte de Phineas Nigellus... quiero estar seguro que no hay moros en la costa antes de enviarlos.Hubo un destello de flamas en mitad de la oficina, dejando atrás una pluma dorada que flotó suavemente hasta llegar al piso. -Es el aviso de Fawkes- informó Dumbledore, tomando la pluma cuando cayó-. La Profesora Umbridge ya debe saber que no están en sus camas... Minerva, ve y haz que se vaya....invéntale cualquier historia....La Profesora McGonagall se fue en un crujido de tartán. -Dice que estará encantado- se escuchó una voz aburrida detrás de Dumbledore; el mago llamado Phineas había reaparecido enfrente del banderín de Slytherin-. Mi tataratataranieto siempre ha tenido un gusto extraño en materia de huéspedes.-Vengan aquí- ordenó Dumbledore a Harry y a los Weasley-. Y rápido, antes que alguien más se nos una.Harry y los demás se reunieron alrededor del escritorio de Dumbledore. -¿Todos han usado un Traslador antes?- preguntó Dumbledore, y ellos asintieron, cada uno arreglándoselas para tocar alguna parte del caldero ennegrecido-. Bien. A la cuenta de tres...uno...dos...Sucedió en una fracción de segundo: en la infinitesimal pausa antes de que Dumbledore dijera ‘‘tres’’, Harry lo miró...... estaban muy cerca....... y la transparente mirada azul de Dumbledore se desplazó del Traslador a la cara de Harry.Al instante, la cicatriz de Harry ardió, como si la vieja herida hubiera estallado otra vez y con una fuerza inesperada, indeseada, pero terriblemente intensa, surgió dentro de Harry un odio tan poderoso que sintió, por un instante, que nada le gustaría más que golpear....morder..........hundir sus colmillos en el hombre que estaba delante de él. -...tres. Harry sintió una poderosa sacudida detrás de su ombligo, el suelo desapareció bajo sus pies, su mano estaba pegada al caldero; chocaba contra los otros mientras todos iban velozmente dentro de un remolino de colores y una corriente de viento, el caldero tiraba de ellos hacia adelante... hasta que sus pies tocaron el piso con tal fuerza que sus rodillas se doblaron, el caldero resonó contra el piso con estrépito, y en algún lugar cercano una voz exclamó: -Regresaron, mocosos traidores a la sangre. ¿Es verdad que su padre está muriendo?-¡FUERA!- bramó una segunda voz.Harry se puso en pie y lanzó una mirada alrededor; habían llegado a la tenebrosa cocina del sótano del número doce de Grimmauld Place. Las únicas fuentes de luz eran el fuego y una vela casi consumida, que iluminaban los restos de una solitaria cena. Kreacher había desaparecido por la puerta al pasillo, mirándolos malévolamente mientras se arremangaba su taparrabo; Sirius se acercó rápidamente a ellos luciendo ansioso. Estaba sin afeitar y todavía con su ropa de diario; además, despedía un ligero olor a bebida añeja que recordaba a Mundungus.-¿Qué sucedió?- preguntó, extendiedo una mano para ayudar a Ginny a subir. Thineas Nigellus dijo que Arthur había sido mal herido......-Pregúntale a Harry- replicó Fred.-Sí, quiero escuchar eso por mi mismo- agregó George.Los gemelos y Ginny se pararon frente a é. Los pasos de Kreacher se habían detenido afuera en las escaleras.-Fue...- Harry comenzó; esto era peor que contarle a McGonagall y Dumbledore-. Tuve una …una especie de.....visión....Y les narró todo lo que había visto, aunque alteró la historia para que sonara como si hubiera visto desde una línea lateral cuando la serpiente atacaba,en vez desde los propios ojos de la serpiente. Ron, quien estaba muy pálido, le lanzó una fugaz mirada, pero no habló. Cuando Harry terminó, Fred, George y Ginny siguieron mirándole fijamente por un momento. Harry no sabía si se lo estaba imaginando o no, pero le pareció que había algo acusatorio en sus miradas. Bien, si ellos lo iban a culpar solamente porque vio el ataque, se alegró de no haberles dicho que había estado dentro de la serpiente mientras ocurría.-¿Está mamá aquí?- preguntó Fred, girándose hacia Sirius. -Ella probablemente todavía no sabe lo que ha pasado- contestó Sirius -.Lo má importante era alejarlos antes que Umbridge pudiera interferir. Espero que ahora Dumbledore se lo haga saber a Molly.-Tenemos que ir a San Mungo- declaró Ginny con urgencia; miró a sus hermanos que, claro está, todavía seguían en pijamas-¿Sirius, podrías prestarnos capas o alguna otra cosa?-¡Esperen, no pueden ir a toda prisa a San Mungo!- exclamó Sirius -¡Claro que podemos ir a San Mungo si queremos!- dijo Fred con expresión terca- ¡Es nuestro padre!-¿Y como van a explicar que sabían que Arthur había sido atacado antes que el hospital le avise a su esposa?-¿Y eso qué importa?- preguntó George con vehemencia. -¡Importa porque no queremos llamar la atención acerca del hecho de que Harry está teniendo visiones de cosas que están pasando a cientos de millas de distancia!- señaló Sirius furioso-.¿Tienen una idea de lo que el Ministerio haría con esa información?Fred y George miraron como si les tuviera sin cuidado lo que el Ministerio pudiera hacer. Ron seguía silencioso y con la cara color ceniza.Ginny sugirió:-Alguien podría habérnoslo dicho… podríamos haberlo oído en cualquier lugar aparte de Harry-¿Cómo quién?- preguntó Sirius con impaciencia-. Escuchen, su padre fue herido mientras cumplía con un deber para la Orden y las circunstancias son de por si bastante sospechosas sin que se descubra que sus hijos lo supieron segundos después de que ocurriera, podrían dañar seriamente a la Orden.-¡No nos importa esa estúpida Orden!- gritó Fred. -¡De lo que estamos hablando es de que nuestro padre está muriendo!- bramó George.-¡Su padre sabía en lo que se metía y no les va a agradecer que compliquen las cosas para la Orden!- replicó Sirius igual de enfadado-.Así es como es esto.....por esto ustedes no están en la Orden....no lo entienden.....¡hay cosas por las cuales vale la pena morir!-¡Para ti es fácil decir quédense aquí!- rugió Fred-.¡No veo que arriesgues tu cuello!El poco color que quedaba en la cara de Sirius desapareció. Por un momento pareció como si realmente le hubiera gustado golpear a Fred, pero cuando habló lo hizo con una decidida calma. -Sé que es difícil, pero todos tenemos que actuar como si no supiéramos nada aún. Tenemos que quedarnos, al menos hasta que escuchemos de su madre, ¿de acuerdo?Fred y George seguían amotinados. Ginny, sin embargo, dio unos pasos hacia la silla más cercana y se hundió en ella. Harry miró a Ron quien hacía un curioso movimiento que estaba entre un asentimiento de cabeza y un encogimiento de hombros, y se sentaron también. Los gemelos miraron ferozmente a Sirius por otro minuto, y luego tomaron asiento a ambos lados de Ginny. -Así está mejor- declaró Sirius alentadoramente-, vamos todos... vamos a toma algo mientras esperamos. ¡Accio Cerveza de Mantequilla!Levantó su varita mientras hablaba y media docena de botellas volaron hacia ellos desde la despensa, resbalaron a lo largo de la mesa, esparciendo los restos de la comida de Sirius, y se detuvieron limpiamente enfrente de cada uno de los seis. Todos bebieron, y por un rato los únicos sonidos fueron el crepitar del fuego de la cocina y el suave ruido sordo que hacían sus botellas sobre la mesa. Harry sólo bebía para tener algo para hacer con las manos. Su estómago estaba lleno de horrible, caliente y burbujeante culpa. No estarían aquí si no hubiera sido por él; todavía estarían dormidos en sus camas. Y no le hacía bien decirse a sí mismo que al dar la alarma había garantizado que el Señor Weasley fuera encontrado, porque estaba también el ineludible tema de que él era quien había atacado al Señor Weasley en primer lugar.”No seas estúpido, ni siquiera tienes colmillos”, se dijo a sí mismo, tratando de mantener la calma, pese a que la mano que sostenía la botella de Cerveza de Mantequilla estaba temblando, “tú estabas acostado en la cama, no estabas atacando a nadie...” “Pero entonces , ¿qué acaba de suceder en la oficina de Dumbledore?” se preguntó a sí mismo. “Sentí como si quisiera atacar a Dumbledore también...” Puso la botella en la mesa con mas fuerza de la que quería y el contenido se derramó sobre la superficie. Nadie lo noto. Luego una llama de fuego en medio del aire iluminó los platos sucios frente a ellos y, mientras gritaban de la impresión, un rollo de pergamino cayo pesadamente sobre la mesa, acompañado por una pluma dorada de la cola de un fénix.-¡Fawkes!- exclamó Sirius al instante, arrebatándole el pergamino-.Esta no es la letra de Dumbledore, debe ser un mensaje de su madre, toma...Lanzó la carta en la mano de George, quien rasgó el sobre para abrirlo y leyó en voz alta:“Papá sigue vivo. Estoy partiendo para San Mungo en este momento. Quédense donde están. Enviaré noticias en cuanto pueda. Mamá”George miró hacia de la mesa. -Aun con vida..- murmuró lentamente-. Pero eso suena como...No necesitó terminar la frase. Para Harry también sonaba como si el Señor Weasley estuviera debatiéndose entre la vida y la muerte. Todavía excepcionalmente pálido, Ron miró la parte de atrás de la carta de su madre como si pudiera encontrar palabras de consuelo para él. Fred arrancó el pergamino de las manos de George y lo leyó , luego levantó la vista hacia Harry, quien nuevamente sentía su mano estremecerse sobre su botella de Cerveza de Mantequilla y la apretó mas fuerte para detener el temblor.Si Harry había alguna vez atravesado una noche más larga que ésta, no podía recordarlo. Sirius sugirió una vez, sin verdadera convicción, que se fueran todos a la cama, pero las miradas de disgusto de los Weasley fueron respuesta suficiente. Mayormente se sentaron en silencio alrededor de la mesa , observando la mecha de la vela hundirse más y más en la cera líquida, llevando ocasionalmente una botella a sus labios, hablando sólo para comprobar la hora, para preguntar en voz alta qué estaba sucediendo, y consolarse entre si diciendo que si hubiera malas noticias lo sabrían al instante, ya que la Señora Weasley debía haber llegado a San Mungo hace bastante tiempo.Fred se adormeció, con la cabeza apoyada sobre su hombro. Ginny estaba enrollada como un gato en su silla, pero sus ojos estaban abiertos; Harry podía ver en ellos el reflejo del fuego. Ron estaba sentado con la cabeza entre las manos, si estaba despierto o dormido, era imposible decirlo. Harry y Sirius se miraban el uno al otro de vez en cuando, intrusos en el problema familiar , esperando... esperando... A las cinco y diez de la mañana , según el reloj de Ron, la puerta de la cocina se abrió y la Señora Weasley entró en el recinto. Estaba extremadamente pálida, pero cuando todos giraron la mirada hacia ella, Fred, Ron y Harry medio levantándose de sus sillas, les dirigió una sonrisa desvaída.-Va a estar bien- afirmó con voz débil y cansada-. Está durmiendo. Podemos ir a verlo más tarde. Bill está con él ahora; se va a tomar la mañana libre.Fred volvió a caer en su asiento con las manos sobre la cara. George y Ginny se levantaron, caminaron rápidamente hacia su madre y la abrazaron. Ron emitió una risa nerviosa y tragó el resto de su Cerveza de Mantequilla de golpe. -¡Desayuno!- exclamó Sirius alegremente con voz potente, poniéndose en pie de un salto-. ¿Dónde está ese maldito elfo doméstico? ¡Kreacher! ¡KREACHER!Pero Kreacher no respondió a las llamadas-Oh, olvídalo- murmuró Sirius, contando la gente enfrente de él-. Entonces, desayuno para...a ver...siete...tocino y huevos, creo, y algo de té, y tostadas...Harry corrió hacia la estufa para ayudar. No quería entrometerse en la felicidad de los Weasley y temía el momento en que la Señora Weasley le solicitara que le relatara la visión. Sin embargo, apenas había sacado platos del aparador cuando la Señora Weasley se los quito de las manos y lo abrazó.-No sé qué hubiera ocurrido si no hubiera sido por ti, Harry- dijo con voz apagada-. -Podrían no haber encontrado a Arthur por horas, y hubiera sido demasiado tarde, pero gracias a ti está vivo y Dumbledore ha podido planear una buena coartada para explicar por qué Arthur estaba donde estaba, no tienes idea en que problema se habría metido, sino mira al pobre Sturgis...Harry difícilmente podía soportar su gratitud, pero afortunadamente lo soltó rápidamente y giró hacia Sirius para agradecerle por cuidar de sus hijos toda la noche. Sirius dijo que estaba muy complacido de haber podido ayudar, y deseaba que se quedaran con él mientras el Señor Weasley estaba en el hospital. -Oh, Sirius, estoy tan agradecida... los doctores piensan que va a tener que estar allí por algún tiempo y sería maravilloso estar más cerca... por supuesto, esto puede significar que estaremos aquí para Navidad.-¡Cuántos más, mejor!- exclamó Sirius con una sinceridad tan obvia que la Señora Weasley le lanzó una sonrisa radiante, se puso un delantal y empezó a ayudarlo con el desayuno. -Sirius- susurró Harry, sin poder aguantarlo un momento más- ¿Podemos conversar.... eh... ahora?Caminó hacia la oscura alacena y Sirius lo siguió. Sin rodeos, Harry le contó a su padrino cada detalle de la visión que había tenido, incluyendo el hecho que él había sido la serpiente que había atacado al Señor Weasley.Cuando hizo una pausa para respirar, Sirius preguntó:-¿Le dijiste esto a Dumbledore?-Sí- contestó Harry con impaciencia-, pero no me dijo qué significaba. Bueno, ya nunca me dice nada.-Estoy seguro que te habría advertido si fuera algo para preocuparse- razonó Sirius prudentemente. -Pero eso no es todo- agregó Harry en un tono de voz apenas un poco más alto que un susurro-. Sirius, yo... yo creo que me estoy volviendo loco. Cuando estaba en la oficina de Dumbledore, justo antes de usar el Traslador...por un par de segundos pensé que era una serpiente, me sentí como una... la cicatriz realmente me dolía cuando miraba a Dumbledore... ¡Sirius, quería atacarlo!Sólo podía ver un pedacito de la cara de Sirius, el resto estaba en la oscuridad. -Debe haber sido consecuencia de la visión, eso es todo- lo tranquilizó Sirius-. Todavía estabas pensando en el sueño o lo que haya sido y...-No fue eso- aseveró Harry, sacudiendo la cabeza-. Fue como si algo despertara en mi interior, como si hubiera una serpiente dentro de mí.-Necesitas dormir- dijo Sirius firmemente-. Vas a desayunar, luego subirás a la cama, y después del almuerzo puedes ir a ver a Arthur con los demás. Estás en shock, Harry; te estás culpando de algo que sólo presenciaste, y por suerte lo hiciste sino Arthur podría haber muerto. Sólo deja de preocuparte.Le dio una palmada en el hombro y abandonó la alacena, dejando a Harry solo, parado en la oscuridad.***Todos excepto Harry pasaron el resto de la mañana durmiendo. Se dirigió a la habitación que Ron y él compartieron las ultimas semanas del verano, pero mientras su amigo se arrastró a la cama y se quedo dormido a los pocos minutos, Harry se sentó completamente vestido y se recostó contra las frías barras de metal de la cabecera, manteniéndose deliberadamente incomodo, determinado a no dormirse, aterrorizado de que otra vez pudiera convertirse en una serpiente en sus sueños y despertar para encontrarse con que había atacado a Ron, o reptado por la casa para atacar a los demás.Cuando Ron despertó, Harry pretendió haber disfrutado de una refrescante siesta. Sus baúles llegaron de Hogwarts mientras estaban almorzando, así que pudieron vestirse como Muggles para el viaje a San Mungo. Todos excepto Harry estaban alborotados y dicharacheros mientras cambiaban sus túnicas por jeans y sudaderas. Cuando Tonks y Ojo-Loco volvieron para escoltarlos a través de Londres, les dieron la bienvenida alegremente riendo con el sombrero de hongo que Ojo-Loco estaba usando de lado para ocultar su ojo mágico y aseguraron, con sinceridad, que Tonks, cuyo cabello estaba corto y de un brillante todo rosa de nuevo, atraería mucho menos la atención en el subterráneo.Tonks estaba muy interesada en la visión de Harry del ataque al Señor Weasley, algo de lo que Harry no estaba ni remotamente interesado en discutir. -¿No hay videntes en tu familia, cierto?- preguntó con curiosidad mientras se sentaban juntos en un rechinante vagón en dirección al centro de la ciudad.-No- contestó Harry pensando en la Profesora Trelawney y sintiéndose insultado. -No- continuó Tonks con aire contemplativo-, supongo que no es realmente profético lo que estás haciendo, ¿verdad? Quiero decir, no estás viendo el futuro, ves el presente.... es curioso,¿ no es así? , aunque útil ....Harry no contestó, afortunadamente se bajaron en la siguiente parada, una estación en el mismo corazón del Londres y en el alboroto al abandonar el tren fue capaz de interponer a Fred y George entre él y Tonks, quien guiaba el camino. La siguieron por las escaleras mecánicas; Moody hacía ruidos metálicos al final del grupo, su sombrero de hongo inclinado y una mano nudosa se metía entre los botones de su abrigo, aferrando su varita. Harry intuía que el ojo oculto lo miraba fijamente a él. Tratando de evitar mas preguntas acerca de su sueño, le pregunto a Ojo-Loco dónde estaba escondido San Mungo.-No lejos de aquí- refunfuño Moody mientras apretaban el paso en el viento invernal, en una amplia calle llena de tiendas y compradores navideños. Empujó a Harry hacia adelante y renqueó justo detrás; éste sabía que el ojo giraba en todas direcciones bajo la gorra-.No fue fácil encontrar una buena ubicación para el hospital. Ningún lugar en el callejón Diagon era lo suficientemente grande y no podíamos tenerlo bajo tierra como el Ministerio, no seria saludable. Al final se la ingeniaron para construirlo aquí. En teoría los magos enfermos podrían venir y simplemente mezclarse con la multitud.Tomó el hombro a Harry para prevenir que fueran separados por una manada de compradores que intentaban llegar cerca de una tienda repleta de artículos eléctricos. -Aquí es- señaló Moody un momento después.Habían llegado frente a una tienda por departamentos de ladrillos rojos, grande y pasada de moda, llamada Purge y Dowse Ltd. El lugar tenía un aspecto destartalado y miserable; Los aparadores consistían en unos pocos maniquíes astillados con sus pelucas torcidas, parados desordenadamente y modelando ropas de al menos 10 años atrás. Había grandes letreros en las polvorientas puertas donde se leía: ‘Cerrado por Remodelación’. Harry alcanzó a escuchar claramente a una mujer gorda con bolsas plásticas en la mano, decirle a su amiga mientras pasaban. “Este lugar nunca está abierto ...”.-Bien- comentó Tonks, haciendo señas hacia un ventanal que solo mostraba un feo maniquí femenino. Sus pestañas postizas colgaban y modelaba un vestido verde de nylon con delantal-.¿Todos listos?Ellos asintieron, rodeándola. Moody le dio a Harry otro empujón entre los hombros impulsándolo hacia adelante y Tonks se inclinó cerca del cristal, mirando al feo maniquí, su respiración empañaba el vidrio-. Hola- saludó- Estamos aquí para ver a Arthur Weasley.Harry pensó cuan absurdo era que Tonks esperase que el maniquí la oyera hablar tan silenciosamente a través del vidrio, con el ruido del tráfico detrás de ella y todo el barullo de una calle repleta de compradores. Luego se acordó que de todas maneras los maniquíes no podían oír. Un segundo después, su boca se abrió con sorpresa al ver que el maniquí asentía levemente y hacía señas con su dedo, y Tonks tomó a Ginny y a la Señora Weasley por los codos, parándose justo al frente del vidrio y desaparecieron.Fred, George y Ron avanzaron después de ellas. Harry le echó un vistazo a la multitud que se aproximaba; Ninguno de ellos parecía tener la intención de mirar un aparador tan feo como el de Purge y Dowse Ltd; ni tampoco parecían haber notado que seis personas simplemente de habían desvanecido frente a ellos.-Vamos- gruño Moody, dándole a Harry otro empujón en la espalda, y juntos avanzaron a través de lo que se sentía como una cortina de agua helada, emergiendo tibios y secos del otro ladoNo había señales del feo maniquí o del lugar donde ella había estado. Estaban en lo que parecía ser una sala de recepción muy concurrida donde filas de brujas y magos estaban sentados sobre raquíticas sillas de madera, algunos luciendo perfectamente normales y leyendo con atención viejos números del Semanario La Bruja, otros luciendo espantosas desfiguraciones como piernas de elefantes o manos extras saliendo de sus pechos. El cuarto era apenas más silencioso que la calle de afuera, pues muchos de los pacientes estaban haciendo ruidos muy peculiares: Una bruja de rostro sudoroso sentada en el centro de la fila delantera, quien se abanicaba vigorosamente con una copia de El Profeta, dejaba salir de su boca un silbido agudo como de una maquina de vapor; un sucio hechicero en la esquina sonaba como una campana cada vez que se movía y con cada sonido metálico, su cabeza vibraba horriblemente así que tenía que asirse a si mismo por las orejas para mantenerse estable.Brujas y magos con túnicas verde-lima recorrían las filas, haciendo preguntas y tomando notas en sujetapapeles como el de Umbridge. Harry notó el emblema bordado sobre sus pechos: una varita mágica y un hueso cruzados. -¿Son los doctores?- preguntó a Ron quedamente. -¿Doctores?- repitió Ron, mirándolo sorprendido-. ¿Los carniceros Muggles que cortan a la gente a pedazos? Noo, ellos son Curanderos.-¡Por aquí!- llamó la Señora Weasley por encima del reanudado repiqueteo de campanas del hechicero en la esquina, y ellos la siguieron hasta la línea de espera frente de una rechoncha bruja rubia sentada en un escritorio con un cartel de “Información”. La pared tras ella estaba cubierta de avisos y carteles que decían cosas como: UN CALDERO LIMPIO EVITA QUE LAS POCIONES SE CONVIERTAN EN VENENOS Y LOS ANTÍDOTOS SON ANTI-NO HASTA QUE HAYAN SIDO APROBADOS POR UN CURANDERO CALIFICADO. Había también un gran retrato de una bruja con los largos rizos plateados y el rótulo:Dilys Derwent Curandera de San Mungo 1722 Directora de Escuela Hogwarts de Magia y Hechicería 1741 Dilys miraba a la familia Weasley atentamente como contándolos; cuando su mirada se cruzó con la de Harry le guiño el ojo, caminó hacia un lado de su retrato y despareció. Mientras tanto, al frente de la fila, un mago joven estaba ejecutando extraños saltos e intentaba, en medio de gruñidos de dolor, explicar su predicamento a la bruja detrás del escritorio.-¡Son estos.....ouch.... zapatos que me dio mi hermano.....ooh......me están comiendo..... OUCH.....los pies....mírelos, deben tener alguna clase de...... AARGH.....maldición sobre ellos y no puedo......AAAAARGH.......quitármelos- saltaba de un pie al otro como si bailara sobre carbones ardiendo. -¿Los zapatos no le impiden leer, verdad?- preguntó la bruja rubia, señalando con irritación un cartel grande a la izquierda de su escritorio-. Usted requiere Daños por Encantamientos, cuarto piso. Justo como dice en la guía de pisos ¡Siguiente!Cuando el mago encabritándose y cojeando se hizo a un lado, los Weasley avanzaron unos pasos y Harry pudo leer la guía de pisos: ACCIDENTES DE ARTEFACTOS ...................................... Planta Baja. Explosión de calderas, retroceso de varita mágica, choques en escobas, etc. HERIDAS CAUSADAS POR CRIATURAS ........................ Primer piso Mordeduras, picaduras, quemaduras, espinas incrustadas, etc. BICHOS MÁGICOS ....................................... ............. Segundo piso Enfermedades contagiosas: Viruela de dragón, enfermedad de desaparición, scrofungulus, etc. POCIÓNES Y PLANTAS VENENOSAS ...................... Tercer piso Erupciones, regurgitación, incontrolable 2, etc. DAÑOS POR ENCANTAMIENTOS................................ ...... Cuarto piso encantamientos, maleficios, encantamientos aplicados incorrectamente, etc. CAFETERIA DE VISITANTES / TIENDA DE HOSPITAL .......... Quinto piso SI USTED NO SABE DONDE IR, ES INCAPAZ DE HABLAR NORMALMENTE O DE RECORDAR POR QUÉ ESTÁ AQUÍ, NUESTRO HECHICERO DE RECEPCION LO AYUDARÁ GUSTOSAMENTEUn mago muy viejo y encorvado que escuchaba con una trompetilla, arrastró sus pies hasta el frente de la fila.-¡ Debo ver a Broderick Bode!- jadeó.-Sala cuarenta y nueve, pero temo que esta malgastando su tiempo- informó la bruja despectivamente-. Está completamente ido, ya sabe… todavía piensa que es una tetera. ¡Siguiente! Un mago de mirada agobiada sujetaba con fuerza por el tobillo a su pequeña hija mientras ésta se agitaba revoloteando alrededor de su cabeza y movía sus enormes y plumosas alas que habían brotado directamente a través de su pijama. -Cuarto piso- comunicó la bruja con voz aburrida, sin esperar a que le preguntara, y el hombre desapareció por las puertas ubicadas al lado del escritorio, llevando a su hija como un extraño globo-. ¡Siguiente! La Señora Weasley avanzó hasta el escritorio.-¡Hola!-saludó-. A mi marido, Arthur Weasley, se suponía que iban a trasladarlo a una sala diferente esta mañana. ¿ Podría decirnos cuál? -¿Arthur Weasley?- murmuró la bruja, pasando su dedo a lo largo de una amplia lista delante de ella-. Sí, primer piso, segunda puerta a la derecha, Sala Dai Llewellyn. -Gracias- dijo la SeñoraWeasley-.Vengan. Todos ustedes.La siguieron a través de las puertas dobles y a lo largo del pasillo estrecho más allá, que estaba decorado con más retratos de Curanderos famosos y alumbrado por burbujas de cristal con velas dentro, que flotaban por encima hasta el techo y que parecían pompas de jabón gigantescas. Más brujas y magos con túnicas verde- lima iban y venían a través de las puertas que iban pasando; Un gas amarillo de olor asqueroso flotó en el aire del corredor al tiempo que sobrepasaban una puerta y de tanto en tanto escuchaban lamentos lejanos. Subieron una escalera y entraron en el pasillo de Heridas Causadas por Criaturas, donde la segunda puerta a la derecha tenía un aviso que decía: ‘‘Peligroso’’ Sala Dai Llewellyn: Mordeduras Serias. Debajo de esto había una tarjeta en un sostenedor de cobre sobre el que había sido escrito a mano: Curandero Responsable: Hipócrates Smethwyck. Curandero ayudante: Augustus Pye.-Esperaremos afuera, Molly- propuso Tonks-. Arthur no querrá a demasiados visitantes de golpe ... debe entrar la familia primero.Ojoloco gruñó aprobando la idea y apoyó su espalda contra la pared del corredor, su ojo mágico giraba en todas direcciones. Harry también retrocedió, pero la Señora Weasley extendió una mano y lo empujó a través de la puerta, diciendo:-No seas tonto , Harry, Arthur quiere agradecerte.La sala era pequeña y bastante sórdida porque la única ventana era estrecha y estaba muy arriba en la pared frente a la puerta. La mayor parte de la luz venía de burbujas brillantes de cristal apiñadas en medio del techo. Las paredes eran de paneles de roble y en la pared había un retrato de un mago de mirada viciosa, titulado: Urquhart Rackharrow, 1612 - 1697, Inventor de la maldición Expelente de Visceras.Había sólo tres pacientes. El Señor Weasley ocupaba la cama del fondo de la sala al lado de la ventana diminuta. Harry se sintió complacido y liberado al ver que él estaba apoyado sobre varias almohadas y leyendo El Profeta aprovechando el solitario rayo de luz solar que caía sobre su cama. Alzó la vista cuando se acercaron él y, viendo de quien se trataba, resplandeció. -¡Hola!-saludó, apartando El Profeta-. Bill acaba de marcharse, Molly, tenía que volver a trabajar, pero dijo que pasaría por ti más tarde.-¿ Cómo te encuentras, Arthur? – preguntó la Señora Weasley, inclinándose para besar su mejilla y mirando su rostro con inquietud-.Aún te ves un poco paliducho. -Me siento absolutamente bien- replicó el Señor Weasley contento, extendiendo su brazo bueno para dar un abrazo a Ginny-. Si pudieran quitarme las vendas, estaría listo para irme a casa. -¿ Por qué no pueden quitarlas, papá? – preguntó Fred.-Bueno, comienzo a sangrar como loco cada vez que lo intentan- explicó el Señor Weasley despreocupadamente, moviendo su varita mágica, que estaba junto a su armario de cabecera, y al agitarla, seis sillas extras aparecieron al lado de su cama para que se sentaran todos-. Parece que había en los colmillos de esa serpiente, alguna clase de veneno poco común que mantiene las heridas abiertas. Están seguros que encontrarán un antídoto, dicen que han tenido casos mucho peores que el mío, y mientras tanto solamente tengo que seguir tomando una Poción Restituidora de Sangre cada hora. Pero aquel muchacho de ahí- señaló bajando la voz y cabeceando hacia la cama de en frente en la que descansaba un hombre que lucía verde y enfermo, mirando fijamente hacia el techo-. Mordido por un hombre lobo, pobre, no hay remedio para eso.-¿Un hombre lobo?- susurró la Señora Weasley, mirando alarmada-. ¿Está seguro en una sala pública? ¿No debería estar en una sala privada? -Todavía faltan dos semanas hasta la luna llena- le recordó el Señor Weasley quedamente-. Han estado hablando con él esta mañana, los Curanderos, ya sabes, intentando persuadirlo de que podrá llevar una vida casi normal. Le comenté, sin mencionar nombres desde luego, pero le conté que conocía un hombre lobo personalmente, y que era un hombre muy agradable, que manejaba muy bien su condición. -¿Qué dijo ? – preguntó George.-Que me daría un mordisco si no cerraba la boca- respondió el Señor Weasley tristemente-. Y aquella mujer de ahí- indicó la única otra cama ocupada, que estaba al lado de la puerta-, no quiso decir a los Curanderos qué la mordió, lo que nos hace pensar a todos que debe haber sido algo que ella manejaba ilegalmente. Lo que quiera que fuera le arrancó un buen pedazo de pierna, el olor es muy repugnante cuando le quinta los vendajes. -Entonces, ¿vas a decirnos qué pasó, papá?- preguntó Fred, acercando su silla a la cama. -¿ Bien, en realidad ya lo saben, no?- comentó el Señor Weasley, con una sonrisa significativa hacia Harry-. Es muy simple, había tenido un día muy largo, me había quedado dormido, logró acercarse sigilosamente y mordió.-¿Salió en El Profeta la noticia de que fuiste atacado? – preguntó Fred indicando el periódico que el Señor Weasley había dejado de lado. -¡No, desde luego que no!- contestó el Señor Weasley, con una risa ligeramente amarga-. El Ministerio no querrá que se sepa que una serpiente grande y sucia atrapó… -¡Arthur!– le advirtió la Señora Weasley. -… er ...me atrapó- finalizó el Señor Weasley a toda prisa, aunque Harry estaba bastante seguro que no era eso lo que había pensado decir. -¿Y dónde estabas cuando sucedió, papá? –preguntó George.-Eso es asunto mío- replicó el Señor Weasley, aunque con una pequeña risa. Agarró rápidamente El Profeta , lo sacudió para abrirlo nuevamente y comentó-: Estaba leyendo sobre el arresto de Willy Widdershins cuando llegaron. ¿Sabían que Willy resultó estar tras aquellos inodoros regurgitadores el verano pasado? Uno de sus maleficios salió al revés. el inodoro explotó y cuando lo encontraron inconsciente entre los escombros, estaba cubierto de pies a cabeza de… -¿Cuándo dices que estabas “de servicio”- interrumpió Fred en voz baja-, ¿qué estabas haciendo? -¡Ya escuchaste a tu padre!- susurró la Señora Weasley-, no vamos a discutir eso aquí! Sigue con lo de Willy Widdershins, Arthur.-Bien, no me pregunten cómo, pero se había librado de los cargos por lo del inodoro- continuó el Señor Weasley con gravedad-. Sólo puedo suponer que algo de oro cambió de manos…-¿La estabas protegiendo, verdad?- interrogó George quedamente-. ¿El arma?¿La cosa tras la cual va Tu-Ya-Sabes-Quien…? -¡George, callado!- estalló la Señora Weasley-Como sea- prosiguió el Señor Weasley alzando la voz-, esta vez Willy ha sido capturado por vender a los Muggles pomos de puerta cortantes y no creo que sea capaz de escapar también de esto, porque, según este artículo, dos Muggles han perdido varios dedos y están ahora en San Mungo para el crecimiento de huesos de emergencia y la modificación de memoria.¡Solo piensen en eso …, Muggles en San Mungo! ¿Me pregunto en que sala estarán?Y miró alrededor ansiosamente, como esperando ver un poste indicador. -¿No decías que Tu-Ya-Sabes-Quien tenía una serpiente, Harry?- insistió Fred mirando a su padre para observar su reacción-. ¿Una enorme? La viste la noche que él regreso ¿verdad?-Ya fue suficiente- dijo la Señora Weasley enojada-. Ojoloco y Tonks están fuera, Arthur, quieren entrar a verte. Y todos ustedes pueden esperar afuera- agregó mirando a sus hijos y a Harry- vendrán a despedirse después. Vayan. Regresaron en tropel al corredor . Ojoloco y Tonks entraron y cerraron la puerta de la sala detrás de ellos. Fred levantó sus cejas. -Vaya… -dijo con serenidad, revolviendo en sus bolsillos-, así que , no nos dirán nada.-¿Buscas esto?- preguntó George, ofreciendo lo que parecía un enredo de cuerdas de carne coloreada. -Lees mi mente- declaró Fred, sonriendo abiertamente-. Vamos a comprobar si San Mungo pone Encantamientos Imperturbables sobre la puertas de sus salas, ¿eh?-George y él desenmarañaron la cuerda y separaron cinco Oídos Extensibles y los repartieron. Harry vaciló en tomar uno. -¡Adelante Harry, tómalo! Tu salvaste la vida de papá. Si hay alguien que tiene derecho de escuchar a escondidas sobre él, ese eres tú. Sonriendo abiertamente a pesar de si mismo, Harry tomó el extremo del cordón y lo insertó en su oído tal como los gemelos habían hecho. -¡Bien!¡Vamos!- susurró Fred.Las cuerdas coloreadas de carne se menearon como gusanos largos y serpentearon bajo la puerta. Al principio, Harry no podía oír nada, entonces brincó cuando escuchó a Tonks susurrando tan claramente como si estuviera de pie a su lado.- ... buscaron por todo el área , pero no han podido encontrar ninguna serpiente . Simplemente parece haber desaparecido después de atacarte, Arthur ... pero Tu-Ya-Sabes-Quien no podía haber esperado que entrara una serpiente, ¿cierto?-Considero que la envió como centinela- gruñó Moody-, dado que no ha tenido mucha suerte hasta ahora, ¿verdad? No, creo que intenta hacerse una idea más clara de a qué se esta enfrentando y si Arthur no hubiera estado allí la bestia habría tenido mucho más tiempo para mirar alrededor. Entonces, ¿Potter dice que vio cómo sucedía todo? -Sí- contestó la Señora Weasley. Sonaba bastante inquieta-.Ya sabes, Dumbledore casi parecía estar esperando que Harry viera algo así.-Sí- afirmó Moody-. Hay algo interesante sobre el chico Potter, ya sabemos eso. -Dumbledore parecía preocupado por Harry cuando le hablé esta mañana- susurró la Señora Weasley. -Por supuesto que está preocupado- gruño Moody-. El muchacho esta viendo cosas dentro de la serpiente de Tú-Ya-Sabes-Quien. Obviamente, Harry no comprende lo que esto significa, pero si Tú-Ya-Sabes-Quien lo está poseyendo… Harry apartó el Oído Extensible de su propio oído, su corazón latía muy rápido y un sofocante calor se precipitaba en su cara. Miró a los demás. Todos le miraban fijamente, las cuerdas todavía colgando de sus oídos, luciendo repentinamente asustados.

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