sábado, enero 21, 2006

CAPÍTULO 26



CAPÍTULO 26

Visto e imprevisto







Luna comentó vagamente que no sabía cuando aparecería la entrevista de Harry con Rita en El Sofista, pues su padre esperaba un artículo largo y encantador sobre un reciente avistamiento de Snorkacks de Cuernos Retorcidos. " Y por supuesto, va a ser una historia muy importante, así que tal vez Harry tendrá que esperar al próximo numero”, comentó Luna.Para Harry no había sido una experiencia fácil hablar de la noche en que Voldemort había regresado. Rita lo había presionado sobre cada pequeño detalle y él había relatado todo lo que podía recordar, sabiendo que ésta era su gran oportunidad de decir al mundo la verdad. Se preguntaba cómo la gente reaccionaría a la historia. Pensaba que muchos quizás confirmarían la versión de que estaba totalmente loco, sin mencionar que aparecería al lado del montón de tonterías de los Snorkacks de Cuernos Retorcidos. Pero la fuga de Bellatrix Lestrange y sus compañeros Mortífagos había impulsado en Harry un deseo incontrolable de hacer algo, funcionase o no...-No puedo esperar para ver qué piensa Umbridge de tus declaraciones públicas- comentó Dean sobrecogido, durante la cena del lunes por la noche. Seamus masticaba grandes trozos de tarta de pollo y jamón, al otro lado de Dean, pero Harry sabía que estaba escuchando.-Es lo que debías hacer, Harry- intervino Neville, quien estaba sentado enfrente de él, muy pálido. Luego agregó en voz baja-. Debe haber sido... difícil... hablar de él... no es así?-Sí- musitó Harry-, pero la gente tiene que saber de qué es capaz Voldemort, ¿no?-Así es- concordó Neville, asintiendo con la cabeza-. Y sus Mortífagos también... la gente debe saber …..Neville dejó la frase inconclusa y volvió a su patata asada. Seamus levantó la mirada, pero cuando encontró los ojos de Harry, de nuevo la bajó rápidamente hacia su plato.Después de un rato, Dean, Seamus y Neville se fueron hacia la sala común, dejando a Harry y Hermione en la mesa, esperando a Ron , quien todavía no había cenado debido a la práctica de Quidditch.Cho Chang entró al Comedor con su amiga Marietta. El estómago de Harry dio una desagradable sacudida, pero ella no miró hacia la mesa de Gryffindor, y se sentó de espaldas a él.-Oh, olvidé preguntarte- comentó Hermione alegremente, echando un vistazo hacia la mesa de Ravenclaw-. ¿Qué sucedió en tu cita con Cho? ¿Por qué regresaste tan temprano?-Err..... bien, fue....- comenzó Harry, acercando un plato con pastel de riubarbo y sirviéndose otra porción-.....un completo fiasco , ahora que lo mencionas.Y le contó todo lo qué había sucedido en el salón de te de la señora Puddifoot.-... y entonces- finalizó varios minutos más tarde, mientras el último trozo de pastel desaparecía-, ella dijo: "Nos vemos, Harry", ¡y se marchó!- bajó la cuchara y miró a Hermione-. Y digo, ¿qué fue todo eso? ¿Qué ocurrió?Hermione miró sobre su espalda en dirección de Cho y suspiró.-Oh, Harry- murmuró con tristeza-. Lo siento, pero creo que te faltó un poco de tacto.-¿Me faltó tacto?- repitió Harry, ultrajado- En un minuto nos estábamos entendiendo y al siguiente me contaba que Roger Davies le había pedido salir y como acostumbraba ir a besuquearse con Cedric a esa estúpida tienda de te......¿Cómo se supone que debía sentirme respecto a eso? -Bueno, verás- dijo Hermione, con el aire paciente de quien le explica a un niño pequeño que uno más uno es igual a dos-, no deberías haberle dicho que querías reunirte conmigo en mitad de su cita.-Pero, pero- farfulló Harry- pero..... me dijiste que me reuniera contigo a las doce para almorzar y la llevara, ¿cómo se supone que lo hiciera si no se lo decía?-Deberías habérselo dicho de una manera diferente- explicó Hermione, aún con ese aire enloquecedoramente paciente-. Deberías haberle explicado que era verdaderamente molesto, pero que yo te había hecho prometer que irías a las Tres Escobas, y que en realidad no deseabas ir sino quedarte el día entero con ella, pero desafortunadamente tenías que reunirte conmigo y le pedías que por favor, por favor fuera contigo, con la esperanza de que así pudieran escaparse más rápidamente. Y también habría sido una buena idea mencionar cuan fea piensas que soy, eso también- agregó Hermione con una idea tardía.-Pero no pienso que seas fea- declaró Harry perplejo.Hermione rió-Harry, eres peor que Ron... bueno, no, realmente no lo eres……. – suspiró al tiempo que el aludido entraba en el comedor pisando con fuerza, salpicado de barro y luciendo de muy mal humor-.Mira, enfadaste a Cho cuando le dijiste que tenías que reunirte conmigo, así que intentó ponerte celoso. Fue su manera de tratar de descubrir cuánto te gusta.-¿Eso era lo que estaba haciendo?- preguntó Harry, mientras Ron se tiraba en el banco enfrente de ellos y agarraba cada plato que tenía cerca de su alcance-. ¿Pero no habría sido más fácil si me hubiese preguntado si me gustaba más que tú?-Habitualmente las chicas no hacen ese tipo de preguntas- expresó Hermione.-¡Pues deberían!- exclamó Harry enérgicamente-. ¡Así que simplemente debería haberle dicho que me gusta y ella no se habría angustiado nuevamente por la muerte de Cedric!-No estoy diciendo que lo que hizo sea sensato-, aclaró Hermione, mientras Ginny se les unía, tan llena de barro como Ron y al parecer igualmente contrariada-. Sólo trato de hacerte ver cómo se estaba sintiendo en ese momento.-Deberías escribir un libro, Hermione- intervino Ron mientras cortaba sus patatas-, traduciendo las cosas locas que hacen las chicas, para que los muchachos las podamos entender.-Sí- aprobó Harry fervientemente, mirando hacia la mesa de Ravenclaw. Cho acababa de levantarse y, aún sin mirarlo, salió del Gran Comedor. Sintiéndose muy deprimido, Harry retornó su mirada a Ron y Ginny-. Entonces, ¿cómo fue la práctica de Quidditch?-Fue una pesadilla- respondió Ron con voz hosca.-Oh, vamos- comentó Hermione, mirando a Ginny-. Estoy segura que no fue......-Sí, lo fue- reiteró Ginny- Realmente abrumador. Angelina casi lloraba al final.Ron y Ginny fueron a bañarse después de la cena; Harry y Hermione regresaron a la concurrida sala común de Gryffindor y su habitual montón de tareas. Harry había estado luchando con una nueva carta astral para Astronomía durante media hora, cuando Fred y George aparecieron.-¿Ron y Ginny no están aquí?- preguntó Fred, echando un vistazo alrededor mientras se dejaba caer en una silla, y cuando Harry sacudió la cabeza, continuó-. Bueno. Observamos su práctica. Los van a masacrar. Son una completa basura sin nosotros.-Vamos, Ginny no es mala- comentó George con justicia, sentándose a lado de Fred-. En realidad, no entiendo como consiguió ser tan buena, dado que nunca la dejamos jugar con nosotros.-Ha estado forzando la entrada del cobertizo de las escobas en el jardín desde que tenía seis años y tomando sus escobas alternadamente cuando no la estaban mirando- explicó Hermione desde atrás de su temblorosa pila de libros sobre Runas Antiguas.-Oh- murmuró George, luciendo levemente impresionado-. Bueno....eso lo explica todo.-¿Ron no ha parado ningún gol todavía?- preguntó Hermione, mirando atentamente desde el borde superior de su Jeroglíficos Mágicos y Logogramas.-Pues bien, puede hacerlo si no piensa en que alguien lo observa- señaló Fred, poniendo los ojos en blanco-. Así que todo lo que tenemos que hacer el Sábado es pedirle a la multitud que se pongan de espaldas y hablen entre sí cada vez que la Quaffle vaya hacia su extremo del campo.Se levantó y se movió nerviosamente hasta la ventana, mirando fijamente hacia fuera a través de los oscuros terrenos.-Saben , el Quidditch es la única cosa por la que vale la pena permanecer en este lugar.Hermione le lanzó una severa mirada.-¡ Tienen que presentar los exámenes que vienen!-Ya te hemos dicho que no nos interesan los EXTASIs – le recordó Fred-. Las cajas de bocadillos están listas para empezar a rodar. Descubrimos como librarnos de esos furúnculos, con un par de gotas de esencia de Murtlap . Fue una idea de Lee.George bostezó ampliamente y miró hacia afuera desconsolado, al nublado cielo nocturno-No sé si quiera observar ese partido. Si Zacharias Smith nos batea sería capaz de suicidarme.-Mátalo a él, me gusta más- comentó Fred con firmeza.-Ése es el problema con el Quidditch- intervino Hermione distraídamente, inclinada una vez más sobre su traducción de Runas-, crea todas estas malas sensaciones y tensiones entre las casas.Levantó la vista para buscar su copia del Silabario de Spellman, y se encontró a Fred, George y Harry mirándola fijamente con una mezcla de disgusto e incredulidad reflejada en sus rostros.-¡Bueno, lo hace!- se defendió impaciente-. ¿Es sólo un juego, no es así?-Hermione- dijo Harry, sacudiendo su cabeza-, eres buena en sentimientos y cosas así, pero simplemente No entiendes sobre Quidditch.-Quizás no- replicó sombríamente volviendo a su traducción-, pero al menos mi felicidad no depende de la habilidad de Ron como guardián.Y aunque Harry habría saltado de la Torre de Astronomía antes que admitirlo ante ella , para el momento en que estaba mirado el juego el sábado siguiente, habría dado cualquier número de Galeones por no preocuparse por el Quidditch tampoco.Lo mejor que se pudo decir sobre el partido es que fue corto. Los espectadores de Gryffindor tuvieron que aguantar solamente veintidós minutos de agonía. Era difícil decidir qué había sido lo peor: Harry pensó que había una cerrada competencia entre las catorce fallas en detener la pelota por parte de Ron, la pérdida de la Bludger por Sloper al golpear a Angélica en la boca con el bate y los chillidos de Kirke y su caída hacia atrás en la escoba cuando Zacharias Smith se le abalanzó llevando la Quaffle. El milagro fue que Gryffindor perdió solamente por diez puntos: Ginny logró arrebatar la snitch justo debajo de la nariz de Summerby, el buscador de Hufflepuff, de modo que la cuenta final resultó doscientos cuarenta contra doscientos treinta.-Buena atrapada- le dijo Harry a Ginny cuando regresaron a la sala común, cuya atmósfera semejaba a la de un funeral particularmente deprimente.-Tuve suerte- ella se encogió de hombros-, no era una Snitch muy rápida y Summerby estaba resfriado, estornudó y cerró los ojos exactamente en el momento equivocado. De todas formas, una vez que regreses al equipo.......-Ginny, tengo una suspensión de por vida.-Estarás suspendido tanto tiempo como Umbridge permanezca en la escuela- lo corrigió Ginny-. Hay una diferencia. En todo caso, una vez que regreses creo que probaré como Cazadora. Angelina y Alicia salen el año próximo y de cualquier modo prefiero el puesto de Cazadora al de Buscadora.Harry miró A Ron, quien estaba encorvado en una esquina, mirando fijamente sus rodillas con una botella de cerveza de mantequilla en la mano.-Angelina todavía no le permitirá renunciar- comentó Ginny, como si leyera la mente de Harry-. Dice que sabe que tiene todo lo que se necesita dentro de él.A Harry le gustaba Angelina por la fe que demostraba en Ron, pero al mismo tiempo pensaba que realmente sería más amable dejarlo abandonar el equipo. Ron había cedido el campo ante otro resonante coro de 'Weasley es nuestro rey ' cantado con gran placer por los Slytherins, que ahora eran favoritos para ganar la copa de Quidditch.Fred y George deambulaban otra vez.-No tengo corazón para burlarme de él- comentó Fred, mirando hacia la arrugada figura de Ron-. La verdad es que, cuando perdió el catorceavo.........Hizo movimientos alocados con los brazos imitando a Ron en el juego- Bueno, guardaré esto para las fiestas ¿eh?Ron se arrastró hasta la cama poco después de esto. Respetando sus sentimientos, Harry esperó un rato antes de ir hasta el dormitorio, de modo que Ron pudiera fingir estar dormido si lo deseaba. Eso fue bastante acertado pues cuando Harry finalmente entró en el cuarto, Ron estaba roncando demasiado fuerte para que fuera completamente creíble.Harry se metió en la cama pensando en el juego. Había estado inmensamente frustrado observando desde las líneas laterales. Estaba muy impresionado por la ejecución de Ginny, pero sabía que de haber estado jugando, podría haber capturado la Snicht mucho antes... en ese momento en que se había estado agitando cerca del tobillo de Kirke; si Ginny no hubiera vacilado, pudo ser quien consiguiera un triunfo para Gryffindor.Umbridge había estado sentada algunas filas por debajo de Harry y de Hermione. Una o dos veces se había girado en su asiento para mirarlo , su ancha boca de sapo estirada en lo que él pensó era una sonrisa regocijada. El recuerdo de esto le hizo arder de cólera mientras se tendía, allí en la oscuridad. Después de algunos minutos, sin embargo, recordó que se suponía que debía vaciar su mente de toda emoción antes de dormir, según las instrucciones que le daba Snape al final de cada lección de Oclumencia.Lo intentó por un momento o dos, pero el pensamiento de Snape añadido al recuerdo de la sonrisa de Umbridge, simplemente aumentó su sensación de quejoso resentimiento , así que se encontró enfocado en la idea de cuánto aborrecía a esos dos. Lentamente, los ronquidos de Ron se fueron alejando, para ser substituidos por el sonido de una respiración lenta y profunda. Harry tardo mucho tiempo para conseguir dormir; su cuerpo estaba cansado, pero a su cerebro le tomó un largo tiempo para ceder.Soñaba que Neville y la profesora Sprout bailaban el vals alrededor del Cuarto del Requisito, mientras que la profesora McGonagall tocaba la gaita. Los observó feliz por un rato, luego decidió ir a encontrarse con los otros miembros del AD.Pero cuando salió del cuarto no se encontró frente al tapiz de Barnabás el Loco sino a una antorcha consumiéndose en su soporte sobre una pared de piedra. Harry giro la cabeza lentamente hacia la izquierda. Allí, en el lejano extremo del pasillo sin ventanas, había una puerta lisa, negra.Caminó hacia allí con un creciente entusiasmo. Tenía la extraña sensación de que iba a tener más suerte que la última vez, y encontraría la manera de abrirla......Estaba de pie frente a ella y vio con un salto de emoción que habían una brillante franja de débil luz azul en el extremo inferior derecho......la puerta estaba entreabierta.....estiró la mano para empujarla y..... Ron lanzó un fuerte, áspero, genuino ronquido y Harry despertó bruscamente con su mano derecha extendida frente a él en la oscuridad, para abrir una puerta que estaba a cientos de millas de distancia. La dejó caer con un sentimiento que era mezcla de decepción y culpa. Sabía que no debería haber visto la puerta, pero al mismo tiempo se sentía consumido por la curiosidad acerca de lo que había detrás, y no podía evitar sentirse molesto con Ron....si sólo hubiera contenido su ronquido por otro minuto. ***La mañana del lunes entraron al Gran Comedor para el desayuno en el preciso momento que llegaban las lechuzas de correo. Hermione no era la única persona que aguardaba con impaciencia el diario El Profeta: casi todos estaban ansiosos por más noticias sobre los Mortífagos que habían escapado quienes, a pesar de la infinidad de reportes de personas que decían haberlos visto, todavía no habían sido capturados. Hermione le dio a la lechuza de entregas un Knut y desplegó el periódico con impaciencia mientras que Harry se servía un poco de jugo de naranja; como apenas había recibido una nota durante todo el año, estaba convencido, cuando la primera lechuza aterrizó con un ruido sordo delante de él, que había habido un error.-¿A quién buscas?- le preguntó, quitando con desgana su jugo de naranja de debajo del pico del ave e inclinándose para ver el nombre y dirección del destinatario.Señor Harry Potter : Escuela de Hogwarts, Gran Comedor.Frunciendo el ceño se dispuso a tomar la carta de la lechuza, pero antes que lo pudiera hacer, tres, cuatro, cinco lechuzas más aleteaban revoloteando a su lado, maniobrando para colocarse en buena posición, pisando la mantequilla y tumbando la sal, cada una intentando darle su carta primero.-¿Qué pasa?- preguntó Ron con asombro, mientras toda la mesa de Gryffindor se inclinaba para observar y otras siete lechuzas aterrizaban entre las primeras, chillando, ululando y agitando sus alas.-¡Harry!- exclamó Hermione sin aliento, hundiendo las manos en la masa cubierta de plumas y sacando una lechuza que cargaba un largo paquete cilíndrico. ¡Creo que sé qué significa esto!¡Abre éste primero!Harry rasgó el paquete marrón. Fuera rodó una copia apretadamente enrollada de la edición de marzo de El Sofista. Lo desenrolló para ver su cara sonriendo tímidamente en la portada. En grandes letras rojas que atravesaban su fotografía se leía:POR FIN HABLA PUBLICAMENTE:LA VERDAD ACERCA DEL QUE NO DEBE SER NOMBRADO Y LA NOCHE QUE LO VI REGRESAR-Es bueno, ¿verdad?- declaró Luna, quien se había desviado hacia la mesa de Gryffindor y ahora se apretujaba en el banco entre Fred y Ron-. Se publicó ayer y le pedí a papá que te enviara una copia gratis. Espero que todo esto- agitó una mano hacia las lechuzas reunidas que aún escarbaban en la mesa frente a Harry-, sean cartas de lectores.-Es lo que pensé- declaró Hermione ansiosamente-. Harry, te importa si nosotros.....?-Sírvanse ustedes mismos- dijo Harry, sintiéndose levemente perplejo.Tanto Ron como Hermione comenzaron a rasgar sobres.-Este es de un tipo que piensa que estás mal de la cabeza- habló Ron, echando un vistazo a su carta-. ¡Vaya! -Esta mujer recomienda que pruebes con un buen curso de Hechizos de Impacto en San Mungo- comentó Hermione, luciendo decepcionada y frunciendo la frente un segundo.-Sin embargo, ésta se ve bien- expresó Harry lentamente, escudriñando una larga carta de una bruja en Paisley-. ¡Hey, dice que cree en mí!-Éste está indeciso- habló Fred, quien estaba participando en la apertura de cartas con entusiasmo-. Dice que no das la impresión de ser un loco, pero que en realidad no quiere creer que Quien No Debe Ser Nombrado ha regresado, así que ahora no sabe qué pensar. Demonios, que desperdicio de pergamino. -¡Aquí hay otro al que has convencido, Harry!- exclamó Hermione con excitación-. “Habiendo leído su lado de la historia, me veo obligado a concluir que el Diario El Profeta lo ha tratado muy injustamente....aunque no quiera pensar que Quien No Debe Ser Nombrado ha regresado, me veo forzado a aceptar que usted está diciendo la verdad”......¡Oh, esto es maravilloso! -Otro que piensa que estás como una cabra, comentó Ron, lanzando una carta arrugada sobre su hombro... ¡pero ésta dice que la has convertido y ahora piensa que eres un verdadero héroe....también incluyó una fotografía.....¡wow!-¿Qué está pasando aquí?- preguntó una falsa voz dulce, una voz de niña.Harry levantó la mirada con las manos llenas de sobres. La Profesora Umbridge estaba parada detrás de Fred y Luna, sus protuberantes ojos de sapo escudriñando el lío de lechuzas y cartas en la mesa delante de Harry. Detrás de ella, vio a muchos de los estudiantes que los observaban con avidez.-¿Por qué ha recibido todas estas cartas, señor Potter?- preguntó lentamente.-¿Ahora es un crimen- dijo Fred en alta voz-. recibir el correo?-Tenga cuidado, Señor Weasley, o tendré que ponerle en detención- advirtió Umbridge-. ¿Bien, Señor Potter?Harry vaciló, pero no vio la manera en que podría seguir ocultando lo que había hecho en secreto; seguramente sólo era cuestión de tiempo antes que una copia de El Sofista llamase la atención de Umbridge.-La gente me ha escrito porque di una entrevista- respondió Harry- sobre lo que me sucedió el pasado mes de junio.Por alguna razón echó un vistazo hacia la mesa de los profesores mientras decía esto . Tenía la extraña sensación de que Dumbledore lo había estado mirando un segundo antes, pero cuando miro hacia el Director, éste parecía estar absorto en su conversación con el Profesor Flitwick.-¿Una entrevista?- repitió Umbridge, con una voz más aguda y mas alta que nunca-. ¿Qué quiere decir?-Quiero decir que una reportera me hizo preguntas y yo se las conteste- puntualizó Harry-. Aquí.... Y le lanzó la copia de El Sofista. Ella lo tomó y miró fijamente la cubierta. Su cara pálida, pastosa, se trasformó en un feo y desigual color violeta.-¿Cuándo hizo esto?- le preguntó, su voz le temblando levemente.-El último fin de semana en Hogsmeade- contestó Harry.Ella lo contempló, incandescente por la furia, la revista temblando entre sus dedos rechonchos.-No habrá más viajes a Hogsmeade para usted, Señor Potter- susurró-. ¿Cómo desafió... cómo pudo...?- Inspiro profundamente-. He intentado enseñarle, una y otra vez, a no decir mentiras. El mensaje, aparentemente, todavía no ha sido asimilado. Cincuenta puntos menos para Gryffindor y otra semana de detención.Se alejó indignada, apretando El Sofista contra su pecho, seguida por los ojos de muchos estudiantes.Hacia la mitad de la mañana enormes carteles habían sido colocados por toda la escuela, no solo en los tablones de anuncios de las casas, sino en los pasillos y salones de clase también.____POR ORDEN DE___ LA Gran Inquisidora DE HOWARTS Cualquier estudiante que sea encontrado en posesión de la revista El Sofista será expulsado.Lo anterior es de acuerdo con el Decreto Educacional número 27. Firma: Dolores Jane Umbridge GRAN INQUISIDORA Por alguna razón, cada vez que Hermione veía uno de esos carteles se notaba complacida.-¿Qué es exactamente lo que te pone tan contenta ?- le preguntó Harry.-¿ Oh, Harry, no lo ves?- jadeó Hermione- ¡Si hay algo que ella podía haber hecho para garantizar completamente que cada persona en esta escuela leerá tu entrevista, era precisamente prohibirla!Y parecía que Hermione estaba absolutamente acertada. Para el final del día, aunque Harry no había visto ni siquiera un ejemplar de El Sofista en ningún rincón de la escuela, todo el lugar parecía comentar la entrevista entre si. Harry los escuchó cuchichear sobre ello mientras hacían cola al salir de clases, discutiéndolo durante el almuerzo y a espaldas de algunas lecciones, Hermione incluso informó que durante un momento que entró al baño antes de la clase de Runas Antiguas, cada ocupante de los cubículos estaba hablando de esto.-¡Entonces me reconocieron y como obviamente saben que estoy al tanto, me bombardearon con preguntas- le contó a Harry con los ojos brillantes-. Y Harry, pienso que te creen, de veras lo hacen, ¡creo que finalmente lograste convencerlos!Mientras tanto, profesora Umbridge estaba al acecho en la escuela, detenía a los estudiantes al azar y exigía que le mostraran sus libros y bolsillos: Harry sabía que buscaba copias de El Sofista, pero los estudiantes le llevaban varios pasos de ventaja. Las páginas que llevaban la entrevista de Harry eran hechizadas para asemejarse a los extractos de los libros de texto por si cualquiera, excepto ellos mismos, los leía, o eran borradas mágicamente hasta que querían revisarlas otra vez. Pronto pareció que cada persona en la escuela lo había leído.Por supuesto, los maestros tenían prohibido mencionar la entrevista de acuerdo al Decreto Educacional Número Veintiséis, pero de todas formas encontraron la manera de expresar sus sentimientos al respecto. La Profesora Sprout concedió a Gryffindor veinte puntos cuando Harry le pasó una regadera; un sonriente Profesor Flitwick presionó una caja de chirriantes ratones de dulce contra Harry al final de la clase de Encantamientos diciendo “¡Shh!” y alejándose presuroso; y la Profesora Trelawney rompió en histéricos sollozos durante Adivinación y anuncio a su asustada clase, además de su total desaprobación hacia Umbridge, que Potter no sufriría una muerte temprana después de todo, sino que viviría muchos años, llegaría a ser Ministro de Magia y tendría doce niños.Pero lo qué hizo a Harry más feliz fue que Cho lo alcanzara al día siguiente, mientras él se apresuraba hacia la clase de Transformaciones. Antes que se diera cuenta de lo que estaba pasando, la mano de ella estaba sobre la suya y la chica respiraba cerca de su oído.-Estoy verdaderamente arrepentida. Esa entrevista fue tan valiente... me hiciste llorar.Harry lamentó escuchar que había llorado por esto, pero estaba muy contento de que se estuvieran entendiendo de nuevo y estuvo aún más complacido cuando ella le dio un beso rápido en la mejilla y se alejó deprisa otra vez. E increíblemente, tan pronto como llegó al exterior del aula de Transformaciones, otra cosa buena sucedió: Seamus salió de la fila para encararlo.-Sólo quería decir- murmuró, mirando de reojo hacia la rodilla izquierda de Harry- que creo en ti. Y he enviado una copia de la revista a mi madre.Si algo más era necesario para completar la felicidad de Harry, esto fue la reacción que consiguió de Malfoy, Crabbe y Goyle. Los vio esa tarde en la biblioteca con sus cabezas juntas; estaban con un chico flaco, que según Hermione les cuchicheó, se llamaba Theodore Nott. Miraron a Harry mientras revisaba los estantes buscando un libro que necesitaba en Desvanecimiento. Goyle hizo crujir sus nudillos amenazante y Malfoy murmuró a Crabbe algo indudablemente malévolo. Harry sabía perfectamente bien por qué actuaban de esa manera: él había denunciado a todos sus padres de Mortífagos.-¡Y lo mejor de todo- susurró Hermione alegremente, cuando dejaron la biblioteca-, es que no te pueden contradecir, pues no pueden admitir que han leído el artículo!Para colmo, Luna le dijo durante la cena que nunca una publicación de El Sofista se había agotado con tal rapidez.-¡Mi papá esta reimprimiendo!- comentó a Harry, sus ojos estallando de excitación. ¡No puede creerlo, dice que la gente parece aún más interesada en esto que en el Snorkacks de Cuernos Retorcidos!'Esa noche, Harry fue el héroe en la sala común de Gryffindor. Daringly, Fred y George habían lanzado un Hechizo de Ampliación a la portada de El Sofista y la habían colgado en la pared, de modo que la cabeza gigante de Harry miraba hacia abajo sobre los procedimientos, diciendo ocasionalmente cosas como “EN EL MINISTERIO SON IMBECILES” y “COME EXCREMENTO, UMBRIDGE” en una voz que tronaba. Hermione no lo encontró muy divertido; dijo que interfería con su concentración y terminó por irse a la cama temprano llena de irritación. Luego de un par de horas, Harry también tuvo que admitir que el cartel ya no era tan divertido, especialmente cuando el hechizo que hablaba comenzó a desaparecer, de forma que apenas gritaba palabras desconectadas como EXCREMENTO y UMBRIDGE en intervalos cada vez más frecuentes y en una voz progresivamente más alta. De hecho, comenzó a dolerle la cabeza y su cicatriz empezó a picarle con incomodidad otra vez. Ante los quejidos decepcionados de muchas personas que se sentaban alrededor de él, solicitando que reviviera su entrevista por enésima vez, anunció que también necesitaba acostarse temprano.El dormitorio estaba vacío cuando llegó. Descansó su frente un momento contra el cristal fresco de la ventana al lado de su cama; se sentía reconfortante contra su cicatriz. Después se desvistió y se metió en la cama, deseando que el dolor de su cabeza desapareciera. También se sentía levemente enfermo. Giró hacia un costado, cerró los ojos y se quedó dormido casi inmediatamente...Se encontraba de pie en una oscura habitación encortinada iluminada con un simple ramal de velas. Sus manos se aferraban al respaldo de una silla delante de él. Eran muy pálidas y de largos dedos, parecía como si no hubieran visto la luz del sol por años y semejaban arañas grandes y pálidas contra el terciopelo oscuro de la silla.Más allá de la silla, en una especie de estanque de luz moldeado en el piso por las velas, se arrodillaba un hombre vestido con una túnica negra.-Por lo que parece, he sido informado mal- declaró Harry en una voz alta, repleta de fría cólera..-Amo, anhelo su perdón- graznó al hombre arrodillado en el suelo. La parte de atrás de su cabeza brilló a la luz de las velas. Parecía estar temblando. -No lo culpo, Rookwood- expresó Harry con una voz fría y cruel. Abandonó la presión sobre la silla y caminó alrededor, acercándose al hombre encogido de terror en el piso, hasta que se paró directamente sobre él en la oscuridad, mirando hacia abajo desde una mayor altura que la usual. -¿Está seguro de los datos, Rookwood?- le preguntó Harry. -Sí, Mi Señor, sí… yo solía trabajar en el Departamento después.....después de todo.......... -Avery me dijo que Bode sería capaz de sustraerlo. -Bode nunca podría haberlo tomado, Amo… Bode habría sabido que no podía.....indudablemente, por eso luchó tan fuerte contra la Maldición Imperius que le lanzó Malfoy. -Levántate, Rookwood- susurró Harry. El hombre arrodillado casi se cayó en su prisa por obedecer la orden. Su cara estaba marcada de viruela; las cicatrices se destacaban bajo la luz de las velas. Cuando se levantó, permaneció ligeramente encorvado, en lo que parecía una inclinación respetuosa, lanzando aterradas miradas al rostro de Harry -Has hecho bien en decirme esto- declaró Harry-. Muy bien.......por lo que parece he desperdiciado meses en planificaciones infructuosas....pero no importa… empezaremos de nuevo, desde ahora. Tienes la gratitud de Lord Voldemort, Rookwood… -Mi Señor… sí, Mi Señor- jadeó Rookwood, su voz ronca por el alivio. -Necesitaré tu ayuda. Necesitaré toda la información que puedas darme.-Por supuesto, Mi Señor, por supuesto… cualquier cosa…-Muy bien… te puedes ir. Envía a Avery .Rookwood corrió hacia atrás, todavía inclinado y desapareció a través de una puerta. Lo dejó sólo en el cuarto oscuro; Harry se giró hacia la pared. En la pared entre sombras colgaba un espejo resquebrajado, manchado por los años. Harry se dirigió hacia él. Su reflejo se volvió más grande y más claro en la oscuridad… una cara más blanca que un cráneo… unos ojos rojos con las pupilas rasgadas….… 'NOOOOOOOOO!' -¿Que?- gritó una voz cercana. Harry azotó alrededor locamente, se enredó en los doseles de su cama y cayó al piso. Por algunos segundos no supo donde se encontraba, estaba convencido que iba a ver la cara blanca, similar a un cráneo, surgir amenazadoramente en algún punto en la oscuridad nuevamente. Entonces escuchó la voz de Ron muy cerca de él:-¡Deja de actuar como un maniaco para que pueda liberarte de ahí!Ron tiró de los doseles y Harry se quedó mirándolo fijamente a la luz de la luna, aplastado sobre su espalda, su cicatriz ardiendo con dolor. Ron lucía como si precisamente se hubiera estado preparando para dormir; tenía un brazo fuera de su túnica. -¿Alguien ha sido atacado otra vez?- preguntó Ron, ayudándolo a pararse- ¿Es papá?¿Es esa serpiente? -No.....todos están bien- jadeó Harry, sintiendo como si su frente ardiera en llamas-. Bueno....Avery no es.....él está en problemas......le dio la información errada.....Voldemort está realmente furioso.Harry gimió y, sacudiéndose, se hundió en su cama, frotando su cicatriz. -Pero Rookwood va a ayudarlo ahora… está sobre la pista correcta otra vez…..-¿De qué estás hablando?- preguntó Ron, realmente asustado-. ¿Quieres decir que… acabas de ver a Tú-Ya-Sabes-Quién? -Yo era Tú-Ya-Sabes–Quien- corrigió Harry, y extendió sus manos en la oscuridad y las sostuvo frente a su cara, para comprobar que no tenía unos largos dedos mortalmente blancos- Estaba con Rookwood, quien es uno de los Mortífagos que escaparon de Azkaban, ¿recuerdas?. Rookwood le acababa de decir que Bode no podía haberlo hecho. -¿Hacer qué?-Sustraer algo… dijo que Bode debería haber sabido que no podía hacerlo.....Bode estaba bajo la Maldición Imperius….creo que el padre de Malfoy se la lanzó. -¿Bode estaba hechizado para sustraer algo?- interrogó Ron-. Entonces.....Harry, eso tiene que ser.....-El arma- Harry terminó la oración por él- Lo sé. La puerta del dormitorio se abrió; Dean y Seamus entraron. Harry coloco sus piernas nuevamente dentro de la cama. No quería que pareciera que algo extraño acababa de suceder, en vista de que Seamus apenas dejaba de pensar que estaba loco. -¿Dijiste- murmuró Ron, mientras colocaba su cabeza mas cerca de Harry, fingiendo que alcanzaba un vaso de agua de su mesilla- que tú eras Tu-Ya-Sabes-Quien?-Sí- contestó Harry quedamente. Ron tomó un trago innecesariamente grande de agua; Harry la vio derramarse por su barbilla hacia su pecho.-Harry- dijo Ron, mientras Dean y Seamus traqueteaban alrededor ruidosamente, quitándose sus túnicas y hablando- tienes que contar...-No tengo por qué contarle a nadie- contestó Harry de inmediato-. No habría visto todo esto si hubiera hecho Oclumencia. Se supone que he aprendido a bloquear estas cosas. Eso es lo que ellos quieren. Por “ellos” quería decir Dumbledore. Regresó a la cama y giró en redondo, dándole la espalda a Ron, y luego de un rato escuchó el colchón de éste rechinar, también se había acostado. La cicatriz de Harry comenzó a arder; mordió fuertemente la almohada para evitar hacer ruido. En algún lugar, lo sabía, Avery estaba siendo castigado.***Harry y Ron esperaron hasta el descanso, la mañana siguiente, para contarle a Hermione todo lo que había pasado; querían estar completamente seguros de que nadie podría oírlos por casualidad. Parados en su habitual esquina del frío y ventoso patio, Harry le contó a ella cada detalle del sueño que podía recordar. Cuando finalizó, Hermione no dijo nada por unos momentos, pero se quedó observando fijamente con cierta clase de dolorosa intensidad a Fred y George, quienes descabezados estaban vendiendo sus sombreros mágicos bajo sus abrigos en el otro lado del patio. -Así que por eso lo mataron- murmuró quedamente, retirando por fin su mirada de Fred y George-. Cuando Bode intentó robar el arma algo atípico le ocurrió. Pienso que debía haber hechizos defensivos en ella, o alrededor de ella, para evitar que las personas la tocaran. Por eso estaba en San Mungo, su cerebro se había trastornado y no podía hablar. ¿Pero recuerdan lo que nos dijo el Sanador? Se estaba recuperando. Y ellos no podían arriesgarse a que mejorara, ¿verdad? Quiero decir, la impresión de lo que sea que haya sucedido cuando tocó esa arma, probablemente anuló la Maldición Imperius. Una vez que recuperara la voz, podría contar lo que había estado haciendo, ¿cierto? Todos sabrían que había sido enviado a robar el arma. Por supuesto, habría sido fácil para Lucius Malfoy lanzarle la maldición. Nunca sale del Ministerio, ¿no es así?' -Él estaba por allí el día de mi audiencia- comentó Harry-. En el.....esperando......- expresó lentamente- ¡Estaba en el corredor del Departamento de Misterios ese día! Tu papá dijo que probablemente estaba intentando deslizarse furtivamente abajo y averiguar lo que sucedía en mi audiencia, pero y si........ -Sturgis- jadeó Hermione, atónita. -¿Perdón?- preguntó Ron, desconcertado. -¡Sturgis Podmore - repitió Hermione sin aliento- ¡Arrestado por tratar de atravesar una puerta!¡Lucius Malfoy debe haberlo intentado también! Apuesto que eso era lo que hacía el día que lo viste allí, Harry. Sturgis tenía la Capa de Invisibilidad de Moody, ¿correcto? ¿Y si estaba vigilando la puerta, invisible, y Malfoy lo escuchó moverse.....o adivinó que alguien estaba ahí......o simplemente lanzó la Maldición Imperius ante la remota posibilidad de que alguien estuviera de guardia. Entonces, con Sturgis a su lado tenía una oportunidad........probablemente cuando a éste le tocó el turno de guardia otra vez.......trató de entrar en el Departamento para robar el arma para Voldemort....Ron, quédate quieto.....pero fue atrapado y lo enviaron a Azkaban.Miró a Harry.-¿Y ahora Rookwood le ha dicho a Voldemort cómo conseguir la arma?'-No escuché toda la conversación, pero es lo que parecía- concedió Harry-. Rookwood solía trabajar allí.....¿quizás Voldemort lo envió para hacerlo?Hermione asintió, al parecer aún estaba perdida en sus pensamiento. Entonces, muy abruptamente, declaró:-Pero no deberías haber visto todo esto , Harry.-¿Qué?- preguntó, tomado por sorpresa.-Se supone que estas aprendiendo como cerrar tu mente a esa clase de cosas- recordó Hermione, repentinamente severa.-Sí, ya lo sé- dijo Harry-. Pero.....-Bueno, pienso que deberíamos tratar de olvidar todo lo que has visto- habló Hermione con firmeza-. Y a partir de ahora deberás poner más esfuerzo en tu Occlumencia.***Harry estaba tan enfadado con ella que no le habló por el resto del día, el cual fue pésimo. Cuando las personas no estaban discutiendo sobre el escape de los Mortifagos en los corredores, estaban riéndose de la pésima actuación del equipo de Gryffindor en su juego contra Hufflepuff; o los Slytherins estaban cantando “Weasley es nuestro Rey” tan ruidosa y frecuentemente que, para el atardecer, Filch, completamente irritado, lo había prohibido por los pasillos. La situación no mejoró a medida que avanzaba la semana. Harry recibió otras dos “D” en Pociones; todavía estaba ansioso sobre lo que Hagrid se traería entre manos y no podía dejar de pensar en la casa del sueño en el cual él era Voldemort.......aunque no lo discutió con Ron y Hermione nuevamente, no quería otro regaño de Hermione. Deseaba tanto haber podido hablar con Sirius sobre esto, pero era imposible, así que intentó esconder ese asunto en el fondo de su mente.Desafortunadamente, el fondo de su mente no era el lugar seguro, si es que alguna vez lo había sido.***-¡Levántate Potter!Un par de semanas después de su sueño con Rookwood, Harry se encontraba una vez más arrodillado en el suelo de la oficina de Snape, intentando despejar su cabeza. Acababa de ser forzado nuevamente a revivir una serie de recuerdos antiguos de los que no tenía conciencia, la mayoría de ellos concerniente a las humillaciones que Dudley y su pandilla le habían inflingido en la escuela primaria. -Ese último recuerdo- preguntó Snape-. ¿Qué era?-No sé- contestó Harry con cansancio, mientras se ponía de pie. Estaba encontrando cada vez más difícil desenredar en recuerdos separados la mezcla de imágenes y sonido que Snape continuaba produciéndole-.-¿Se refiere a uno en que mi primo intentó hacerme caer en el retrete?-No- dijo Snape suavemente-. Me refiero a uno en el cual un hombre está arrodillado en medio de un cuarto oscurecido…-No es... nada- replicó Harry.Los ojos oscuros de Snape taladraron a Harry. Recordando lo qué Snape había dicho acerca de que el contacto visual era crucial para la Legilimencia, Harry parpadeó y apartó la mirada.-¿Cómo es que ese hombre y esa habitación están dentro de su cabeza, Potter?- insistió Snape.-Eso- vaciló Harry, mirando a todas partes menos a Snape-, eso fue.....sólo un sueño que tuve.-¿Un sueño?- repitió Snape.Hubo una pausa durante la cual Harry clavó los ojos fijamente en una rana grande, muerta y suspendida en una jarra de líquido púrpura.-Usted sabe por qué estamos aquí, ¿no es así, Potter?- interrogó Snape, en una voz baja, peligrosa-.¿Sabe por qué estoy dedicando mis tardes a este aburrido trabajo?-Sí- contestó Harry rígidamente.-Recuérdeme por qué estamos aquí, Potter.-Para que yo pueda aprender Occlumencia- respondió Harry, ahora deslumbrado por una anguila muerta.-Correcto, Potter. Y aunque usted pueda ser corto de entendimiento......- Harry le regresó la mirada a Snape, odiándole-...yo pensaría que después de casi dos meses de lecciones podría haber hecho algunos progresos. ¿Cuántos sueños más ha tenido sobre el Señor Oscuro?-Sólo ese- mintió Harry.-Quizás- declaró Snape, sus ojos oscuros, fríos, estrechándose levemente-. Tal vez realmente disfruta el tener estas visiones y sueños, Potter. ¿Quizás lo hacen sentir especial.......importante?-No, no es así- aseveró Harry, la mandíbula encajada y los dedos apretados firmemente alrededor del mango de su varita.-Eso está bien, Potter- comentó Snape fríamente- porque no es ni especial ni importante, y no depende de usted descubrir lo que está diciendo el Señor Oscuro a sus Mortífagos.-No.....ese es su trabajo, ¿verdad?-replicó Harry .No había querido decir eso; había sido un estallido de malhumor. Por un momento se miraron fijamente uno al otro, Harry convencido de que había ido demasiado lejos. Pero había una expresión curiosa, casi satisfecha, en la cara de Snape cuando le respondió.-Sí, Potter- afirmó, sus ojos centelleando-. Ése es mi trabajo. Ahora, si está listo, comenzaremos de nuevo.Levantó su varita:-¡Un -- dos - tres - Legilimensl Un centenar de Dementors se abalanzaban sobre Harry a través del lago...él retorcía la cara concentrándose... estaban acercándose... podía ver los agujeros oscuros bajo sus capuchas.... también podía ver a Snape parado delante de él, sus ojos fijos en la cara de Harry, murmurando bajo su aliento... y de alguna manera, Snape se volvía más diáfano, y los Dementores se hacían mas débiles...Harry levantó su propia varita. -¡Protego!'Snape se tambaleó.....su varita voló hacia arriba, lejos de Harry..... y de repente la mente de Harry rebosaba de recuerdos que no eran suyos: un hombre de nariz aguileña gritaba a una mujer que se encogía acobardada , mientras un pequeño niño de pelo oscuro gritaba en una esquina......un adolescente de pelo grasiento se sentaba solo en una habitación oscura, apuntando su varita hacia el techo, disparando a las moscas......una muchacha se reía mientras un muchacho huesudo se intentaba montar en un palo de escoba.-¡SUFICIENTE! Harry sintió como si hubiera sido empujado con dureza por el pecho; se tambaleó varios pasos hacia atrás, golpeó contra algunos de los estantes que cubrían las paredes de la oficina y escuchó algo que se quebraba. Snape se estremecía ligeramente, y estaba pálido.La espalda de la túnica de Harry estaba húmeda. Uno de los frascos detrás de él se había roto cuando se cayó contra el; la cosa babosa que se conservaba dentro, estaba arremolinándose en la poción drenada.-¡Reparo!- siseó Snape y el frasco se selló de inmediato-. Bien, Potter… eso fue ciertamente un avance…-jadeando ligeramente, Snape se dirigió hacia el Pensadero, en el cual nuevamente había almacenado algunos de sus pensamientos antes de comenzar la lección, casi como si verificara que todavía estaba allí-. No recuerdo haberle dicho que utilizara un Hechizo Potector... pero no hay ninguna duda de que fue efectivo... Harry no habló; sentía que decir cualquier cosa podría ser peligroso. Estaba seguro que simplemente había irrumpido en los recuerdos de Snape, que había visto escenas de la niñez de Snape. Era enervante pensar que el pequeño niño quien había estado llorando mientras observaba a sus padres gritando, era en realidad la persona parada delante de él, que lo miraba con aborrecimiento en sus ojos. -Intentamos de nuevo, ¿verdad?- insinuó Snape. Harry sintió un escalofrío de temor; estaba a punto de pagar por lo que acababa de acontecer, estaba seguro de ello. Regresaron a su posición inicial con el escritorio entre ellos, Harry sintiendo que iba a encontrar mucho más difícil vaciar su mente esta vez. -A la cuenta de tres, entonces- dijo Snape, mientras levantaba su varita una vez más-. Uno – dos..... Harry no tuvo tiempo de prepararse e intentar aclarar su mente antes que Snape gritara:-¡Legilimens!' Iba a toda velocidad a lo largo del corredor en dirección del Departamento de Misterios. Más allá de las blancas paredes de piedra, más allá de las antorchas........la puerta negra se hacía cada vez más grande; se movía tan rápido que estuvo a punto de chocar contra ella, se paró enfrente y nuevamente pudo ver la franja de débil luz azul. ¡La puerta se había abierto de repente! Por fin estaba dentro. En el interior de una muralla negra, dentro de una habitación circular con el negro piso iluminado con velas de llama azul, y había más puertas a su alrededor.......necesitaba entrar......¿pero qué puerta debería tomar? -¡Potter!!! Harry abrió sus ojos. Estaba acostado sobre su espalda sin recordar cómo había llegado allí; jadeaba, como si en verdad hubiera corrido a lo largo del pasillo del Departamento de Misterios, como si realmente hubiera traspasado a toda velocidad la puerta negra y encontrado la habitación circular.-¡Explíquese!- exigió Snape quien estaba de pie frente a él, furioso. -No…. no sé qué es lo que pasó- declaró Harry con sinceridad, levantándose. Tenía un bulto en la parte posterior de su cabeza, en el lugar que había golpeado contra el piso, y se sentía febril-. Nunca antes había visto eso. Quiero decir, ya se lo conté, he soñado con esa puerta......pero nunca antes había estado abierta. -¡No está trabajando con suficiente fuerza!-Por alguna razón, Snape estaba aún más disgustado que dos minutos antes, cuando Harry había visto los recuerdos de su profesor-. Es perezoso y descuidado, Potter, esa es la pequeña maravilla que el Señor Oscuro.......-¿Me puede decir algo, señor?- preguntó Harry, nuevamente animado-. ¿Por qué llama a Lord Voldemor el Señor Oscuro? He escuchado que sólo los Mortífagos lo llaman así.Snape abrió la boca en un gruñido.........y una mujer gritó en alguna parte fuera de la habitación.Snape levantó bruscamente la cabeza y se quedó mirando fijamente el techo. -¿Qué.......?- murmuró. Harry podía oír un tumulto amortiguado, proveniente de lo que pensó podría ser el Vestíbulo de Entrada. Snape lo miró, frunciendo el ceño-¿Vio algo inusual cuando se dirigía hacia acá abajo, Potter? Harry agitó la cabeza. En alguna parte encima de ellos, la mujer gritó de nuevo. Snape caminó a grandes zancadas hacia la puerta de su oficina, su varita en la mano lista para ser usada y se perdió de vista. Harry dudó por un momento, luego lo siguió.De hecho, los gritos venían del Vestíbulo de Entrada; crecían más ruidosamente mientras Harry subía las escaleras de piedra que conducían a las mazmorras. Cuando llego a la cima, encontró el Vestíbulo de Entrada atiborrado; algunos estudiantes habían venido en oleadas desde el Gran Comedor, donde estaban cenando, para ver qué estaba pasando; otros se habían amontonado en la escalera de mármol. Harry se impulsó hacia adelante a través de un nudo de altos Slytherins, y diviso que los espectadores habían formado un gran anillo, algunos de ellos luciendo impactados, otros incluso asustados. La Profesora McGonagall estaba justo en frente de Harry al otro lado del Vestíbulo; parecía como si lo que estaba mirando la pusiera ligeramente enferma .La Profesora Trelawney estaba de pie en el medio del Vestíbulo de Entrada con su varita en una mano y una botella vacía de jerez en la otra, luciendo completamente desquiciada. Tenía el cabello de punta, sus lentes estaban ladeados de tal modo que un ojo parecía más grande que el otro y sus innumerables chales y bufandas arrastraban de sus hombros sin orden ni concierto, dando la impresión de que se estaba deshaciendo por las costuras. Dos grandes baúles estaban colocados en el piso al lado de ella, uno de ellos volteado boca abajo; parecía como si hubieran sido arrojados por las escaleras detrás de ella. La Profesora Trelawney miraba fijamente, aparentemente aterrada, algo que Harry no podía ver pero que al parecer estaba al pie de dichas escaleras.-¡No!- chilló-.¡NO! ¡Esto no puede estar pasando.... no puede... me niego a aceptarlo!-¿No comprendió que esto iba a pasar?- se escuchó una voz alta como de niña, que sonaba insensiblemente divertida, y Harry, moviéndose ligeramente hacia la derecha, observó que la visión que aterrorizaba a Trelawney no era otra que la profesora Umbridge-. ¿Aunque es incapaz de predecir cómo estará el clima mañana, seguramente debe haber notado que su lastimoso desempeño durante mis inspecciones y la carencia de cualquier signo de mejora, harían inevitable que fuera despedida? -¡Usted no......no puede!- chilló la profesora Trelawney, mientras las lágrimas corrían por su rostro, detrás de sus enormes lentes-.¡No puede.....no puede despedirme! ¡He estado.....aquí por dieciséis años!¡H....Hogwarts es mi--..mi ho..... hogar!-Era su hogar- corrigió la profesora Umbridge, y Harry se rebeló al ver como el placer se extendía por su cara de sapo mientras observaba a la profesora Trelawney sucumbir, sollozando incontrolablemente, sobre uno de sus baúles-, hasta hace una hora, cuando el Ministro de Magia confirmó su Orden de Despido. Ahora tenga la amabilidad de abandonar el Vestíbulo. Nos está avergonzando.Se paró y observó, con una expresión de maligno regocijo, mientras la Profesora Trelawney se estremecía y gemía, meciéndose hacia delante y hacia atrás sobre su baúl, en el paroxismo de la pena. Harry escuchó un sollozo amortiguado a su izquierda y miró a su alrededor. Lavander Y Parvati, abrazadas, lloraban quedamente. Entonces escuchó pasos. La Profesora McGonagall se había abierto paso entre los espectadores, dirigiéndose directamente hacia la Profesora Trelawney y le palmeaba la espalda con firmeza, extrayendo un gran pañuelo del interior de su túnica.-Vamos, venga, ya está, Sybill… tranquilícese… sople su nariz en esto… no es tan malo como piensa … no va a tener que dejar Hogwarts…-¿Oh, de verdad, Profesora McGonagall?- preguntó Umbridge en una voz mortal, dando unos pasos hacia delante-. ¿Y su autoridad para esa declaración es…?-Ese es mi asunto- se escuchó una voz profunda. Las puertas delanteras de roble se abrieron bruscamente. Los estudiantes que estaban al lado corrieron apartándose, mientras Dumbledore aparecía en la entrada. Lo que había estado haciendo afuera, Harry no lo podía imaginar, pero había algo impresionante en las visión del Director, encuadrado en el marco de la puerta, en esa noche extrañamente brumosa. Dejando las puertas completamente abiertas tras él, caminó a grandes pasos hacia adelante, a través del círculo de espectadores, hacia la Profesora Trelawney, quien lloraba y temblaba, sobre su baúl, con la Profesora McGonagall a su lado.-¿Suyo, Profesor Dumbledore?- insistió Umbridge, con una pequeña risa singularmente desagradable-. Me temo que no entiende la situación. Aquí tengo- sacó un rollo de pergamino del interior de su túnica- un Orden de Despido firmada por mí y por el Ministro de Magia. Según las condiciones del Decreto Educacional Número Veintitrés, el Gran Inquisidor de Hogwarts tiene el poder para inspeccionar, poner a prueba y destituir a cualquier maestro que ella... es decir, yo.....sienta que no se está desempeñando con los estándares requeridos por el Ministerio de Magia. He decidido que la Profesora Trelawney no está a la altura. La he despedido.Ante la gran sorpresa de Harry, Dumbledore continuó sonriendo. Bajó la mirada hacia la Profesora Trelawney, quien todavía lloraba y temblaba sobre su baúl, y declaró:-Tiene toda la razón, por supuesto, Profesora Umbridge-. Como Gran Inquisidora tiene todo el derecho de despedir a mis profesores. Pero, sin embargo, no tiene la autoridad para enviarlos lejos del castillo. Me temo- continuó, con una ligera inclinación de cortesía- que el poder para hacerlo todavía reside en el Director, y es mi deseo que la profesora Trelawney continúe viviendo en Hogwarts.Ante eso, la Profesora Trelawney profirió una risa descontrolada, en la que apenas pudo disimular un hipo.-¡No......no....yo me......me iré, Dumbledore! Pa......partiré de Hogwarts y.....buscaré mi fortuna en otra parte....-No- replicó Dumbledore abruptamente-. Es mi deseo que te quedes, Sybill.Se volvió hacia la Profesora McGonagall.-¿Le puedo pedir que acompañe a Sybill arriba, Profesora McGonagall?-Por supuesto- contestó McGonagall-. Vamos, Sybill, levántese... La Profesora Sprout salió de la multitud y fue a ayudar, asiendo el brazo de la Profesora Trelawney. Juntas, le guiaron dejando atrás a Umbridge y subieron por las escaleras de mármol.El Profesor Flitwick corrió de prisa detrás de ellas, con la varita empuñada, chilló ¡Locomotors baúles! Y el equipaje de la Profesora Trelawney se elevó en el aire y avanzó por las escaleras después de ella, con el Profesor Flitwick cerrando la marcha.La Profesora Umbridge todavía de pie, miraba fijamente a Dumbledore, quien continuaba sonriendo benignamente. -¿Y qué – preguntó, en un susurro que se extendió por todo el Vestíbulo de la Entrada-, va a hacer cuando el nuevo profesor de Adivinación que yo designe necesite su alojamiento? -Oh, ése no será un problema- contestó Dumbledore agradablemente-. Verá, ya he encontrado un nuevo maestro de Adivinación, y él preferirá otros alojamiento en la planta baja.-¿Usted ha encontrado.....?- increpó Umbridge con tono agudo-.¿Usted ha encontrado? Pues le recuerdo, Dumbledore, que bajo el Decreto Educativo Número Veintidós... -El Ministerio tiene el derecho para elegir a un candidato conveniente si, y sólo si, el Director es incapaz de encontrar uno- puntualizó Dumbledore-. Y me complace decir que en esta ocasión he tenido éxito. ¿Puedo presentárselo?Se giró hacia las puertas del castillo aún abiertas, a través de las cuales la niebla de la noche se deslizaba a la deriva. Harry escuchó ruido de cascos. Hubo un murmullo impresionado alrededor del vestíbulo y todos los que estaban cerca de las puertas se retiraron precipitadamente, algunos de ellos con tal rapidez que en su prisa despejaron un camino para el recién llegado.A través de la niebla llegó una cara que Harry ya había visto una noche en la peligrosa oscuridad del Bosque Prohibido: cabello blanco-rubio y ojos increíblemente azules; la cabeza y el torso de un hombre unida al cuerpo de un caballo palomino.-Éste es Firenze- dijo Dumbledore feliz a una atónita Umbridge.- Creo que usted lo encontrará conveniente.

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