martes, enero 31, 2006

CAPÍTULO 17



CAPÍTULO 17

Decreto Educacional N°24


Harry se sintió mas felíz en lo que quedaba del fin de semana que lo que se había sentido a lo largo de todo el termino. Ron y él se pasaron gran parte del domingo intentando ponerse nuevamente al día con toda su tarea, y aunque difícilmente podía decirse que esto fuera divertido, aun brillaba una ráfaga de sol de otoño, así que en lugar de sentarse encorvados sobre las mesas en la sala común, sacaron sus deberes y se acomodaron a la sombra de una gran Haya a la orilla del lago. Hermione, quien por supuesto estaba al día con sus tareas, los acompañó llevando más lana y sus agujas embrujadas que destellaban y chasqueaban en el aire al lado de ella, produciendo más sombreros y bufandas. El conocimiento de que estaban haciendo algo para resistir a Umbridge y el Ministerio y que él era parte crucial en esta rebelión, proporcionó a Harry un sentimiento de inmensa satisfacción. Continuó reviviendo la reunión del sábado en su mente; todas aquellas personas, acercándosele para aprender Defensa Contra las Artes Oscuras....y la expresión de sus rostros como si hubieran escuchado sobre algunas de las cosas que había hecho.......y Cho, alabando su actuación en el Torneo de los Tres Magos. Saber que ninguna de esas personas creía que fuera un siniestro mentiroso, sino alguien admirado, lo alentaba de tal manera que todavía seguía alegre la mañana del lunes, a pesar del inminente prospecto de tener sus clases menos favoritas. Ron y él bajaron las escaleras del dormitorio, discutiendo la idea de Angelina acerca de trabajar un movimiento nuevo llamado Sloth Grip Roll durante la práctica de Quidditch de esa noche, y no fue sino hasta que ya estaban a mitad de camino en una sala común iluminada por el sol, cuando vieron algo nuevo en la habitación que estaba atrayendo la atención de un pequeño grupo de personasUn gran letrero había sido fijado en el tablón de anuncios de Gryffindor; tan grande que cubrió todo lo que había allí: las listas de libros de hechizos de segunda mano en venta, los habituales recordatorios de Aarhus Filch sobre las reglas de la escuela, el horario de entrenamiento del equipo de Quidditch, las ofertas para cambiar ciertas Tarjetas de Ranas de Chocolate por otras, el último anuncio de los Weasley para probadores, las fechas de los fines de semana en Hogsmeade y los avisos de objetos perdidos y encontrados. El nuevo cartel estaba impreso en grandes letras negras y al pie del mismo había un sello de "altamente oficial" al lado de una firma pulcra y rizada____POR ORDEN DE___ LA Gran Inquisidora DE HOGWARTS Todas las organizaciones de estudiantes, sociedades, equipos, grupos y clubs son disueltos a partir de este momento. Una organización, sociedad, equipo, grupo o club está por este medio definido como una reunión regular de tres o más estudiantes. El permiso para volver a formarse puede ser solicitado a la Gran Inquisidora (Profesora Umbridge). Ninguna organización estudiantil, sociedad, equipo, grupo o club puede existir sin el conocimiento y aprobación de la Gran Inquisidora. Cualquier estudiante que se encuentre que ha formado o pertenecido a alguna organización, sociedad, equipo, grupo o club, sin la aprobación de la Gran Inquisidora, será expulsado. Lo anterior es de conformidad con el Decreto Educacional número 24.



Firma: Dolores Jane Umbridge GRAN INQUISIDORA







Harry y Ron leyeron el anuncio por encima de las cabezas de algunos estudiantes de segundo año que observaban ansiosos.-¿Eso significa que vamos a tener que cerrar el Gobstones Club?-preguntó uno de ellos a su amigo.-Considero que vas a estar bien con el Gobstones Club-comentó Ron sombrío, haciendo saltar al de segundo año-.Sin embargo, no creo que nosotros vayamos a ser tan afortunados, ¿verdad?-le preguntó a Harry mientras los de segundo se alejaban apurados.Harry estaba leyendo la noticia nuevamente con todo cuidado. La felicidad que lo había inundado desde el sábado se esfumó. Sus entrañas pulsaban con ferocidad.-Esto no es una coincidencia-expresó, y sus manos se cerraron en puños-.Ella sabe. -No puede saberlo-dijo Ron de inmediato.-Había mucha gente escuchando en esa cantina. Y afrontémoslo, no sabemos en cuantos de los que se presentaron podemos confiar.....cualquiera de ellos pudo haber ido corriendo a contarle a Umbridge.Y él que había pensado que le creían, que lo admiraban.-¡Zacharias Smith!-exclamó Ron al instante, dando puñetazos sobre su mano. O.....también me pareció que Michael Corne tenía una actitud realmente taimada.-¿Me pregunto si Hermione ya vio esto?-comentó Harry, volviéndose a mirar la puerta del dormitorio de las chicas.-Vamos a contarle-propuso Ron. Saltó hacia adelante, empujó la puerta para abrirla y empezó a subir por las escaleras de caracol.Estaba en el sexto escalón cuando se escuchó un ruido fuerte, aullante, como el sonido de una corneta, y los peldaños se derritieron y se unieron para formar una larga superficie resbalosa de piedra lisa, similar a un tobogán. Hubo un breve momento en que Ron intentó seguir corriendo, agitando los brazos frenéticamente como aspas de molino, luego perdió el equilibrio hacia atrás y salió disparado cuesta abajo por el tobogán recién creado, deteniéndose finalmente con su espalda contra los pies de Harry.-No creí que nos estuviera permitido entrar en el dormitorio de las chicas-dijo Harry, ayudando a Ron a levantarse e intentando no reírse.Dos chicas de cuarto descendieron zumbando alegremente por el tobogán de piedra.-Oh, ¿quién trató de llegar arriba?-soltaron una risita felices, saltando sobre sus pies y mirando sin disimulo a Harry y a Ron.-Yo-contestó Ron, quien permanecía inmóvil bastante desaliñado-.No imaginé que pasaría esto.¡No es justo!-agregó dirigiéndose a Harry, mientras las chicas se encaminaban hacia el agujero del retrato , todavía riendo frenéticamente-.Hermione tiene permitido entrar en nuestro dormitorio, ¿por qué a nosotros no nos dejan.....? -Bien, es una regla anticuada-explicó Hermione, quien se acababa de deslizar limpiamente hasta una alfombra frente a ellos y se estaba levantando-.Al menos eso dice en Hogwarts: Una Historia, que los fundadores pensaban que los chicos eran menos confiables que las chicas. En todo caso, ¿por qué estaban tratando de entrar allí?-¡Para verte.....mira esto!-contestó Ron arrastrándola hasta el tablón de anuncios.Los ojos de Hermione se deslizaron rápidamente por la notificación. Su expresión se tornó de piedra.-Alguien ha debido irle con chismes-aseveró Ron furioso.-No pueden haberlo hecho-murmuró Hermione en voz baja.-Eres tan ingenua-dijo Ron-, piensas que porque tú eres totalmente honorable y confiable.....-No, no pudieron hacerlo porque eché un Maleficio en la pieza de pergamino que todos firmamos-interrumpió Hermione con gravedad-.Créanme, si algunos corren a contarle a Umbridge, sabremos exactamente quienes son y realmente lo lamentarán.-¿Qué les pasará?-preguntó Ron ansiosamente.-Bien, pongámoslo de este modo-contestó Hermione-.Esto hará que el acne de Eloisa Midgeon parezca un par de lindas pecas. Venga, bajemos a desayunar para ver lo que opinan los demás....¿Me pregunto si esto ha sido colocado en todas las casas?Fue inmediatamente aparente, al entrar en el Gran Comedor, que el cartel de Umbridge no había aparecido solamente en la torre Gryffindor. Había una particular intensidad en las charlas y una medida adicional de movimiento en el Comedor mientras las personas pasaban a toda prisa de arriba para abajo en sus mesas, dialogando sobre lo que habían leído. Harry, Ron y Hermione apenas se habían sentado, cuando Neville, Dean, Fred, George y Ginny cayeron sobre ellos.-¿Lo vieron?-¿Creen que ella sepa?-¿Qué vamos a hacer?Todos veían a Harry. Este echó un vistazo alrededor para asegurarse que no hubiera profesores cerca.-Por supuesto, vamos a hacerlo de todos modos-respondió quedamente-Sabía que dirías eso-comentó George, radiante y golpeando el brazo de Harry.-¿Los prefectos también?-preguntó Fred mirando a Ron y Hermione con gesto interrogante.-Por supuesto-afirmó Hermione tranquilamente.-Ahí vienen Ernie y Hanna Abbott-señaló Ron, mirando sobre su hombro-.Y aquellos tipos de Ravenclaw, y Smith......y ninguno se ve muy manchado.Herminio miró alarmada-Olvídense de las manchas, esos idiotas no pueden acercarse ahora, se vería realmente sospechoso.....¡siéntense!-articuló a Ernie y Hanna, gesticulando frenéticamente para que se reincorporaran a la mesa de Hufflepuff-.¡Más tarde!¡Hablaremos....más....tarde!-Le diré a Michel-expresó Ginny con impaciencia, girando fuera del banco-.El muy bobo, honestamente.....Se fue a toda prisa hacia la mesa de Ravenclaw; Harry la observó ir. Cho se encontraba sentada no muy lejos, hablando con la amiga de pelo rizado que había llevado a La Cabeza de Cerdo. ¿El aviso de Umbridge la asustaría al punto de no reunirse con ellos nuevamente?Pero las repercusiones totales del anuncio no fueron sentidas hasta que estaban abandonando el Gran Salón rumbo a Historia de la Magia.-¡Harry!¡Ron!Era Angélica que corría hacia ellos luciendo completamente desesperada.-Está bien-dijo Harry quedamente cuando estuvo lo suficientemente cerca para oírle-.Todavía vamos a.......-¿Se han dado cuenta que ella está incluyendo el Quiddich en esto?-comentó Angélica encima de él-.¡Tenemos que ir y pedir permiso para formar nuevamente el equipo de Gryffindor!-¿Qué?-preguntó Harry.-¡De ninguna manera!-exclamó Ron consternado.-¡Ya leyeron el anuncio, menciona a los equipos también! Así que escucha, Harry, y lo digo por última vez, por favor, por favor no pierdas los estribos con Umbridge otra vez o ella podría impedirnos jugar nuevamente.-Está bien, está bien-la tranquilizó Harry, pues Angélica se veía como si estuviera al borde de las lágrimas-.No te preocupes, me comportaré como es debido-Apuesto que Umbridge está en Historia de la Magia-expresó Ron en tono severo, mientras se ponían en camino hacia la clase de Binns-.Todavía no lo ha inspeccionado, te apuesto cualquier cosa a que está allí. Pero estaba equivocado, el único maestro presente cuando ellos entraron era el Profesor Bins, flotando a una pulgada más o menos por encima de su silla como era usual y preparándose para continuar su monótona cantinela sobre la Guerra de los Gigantes. Harry no intentó prestar atención a lo que decía hoy; garabateó ociosamente en su pergamino ignorando los continuos codazos y miradas iracundas de Hermione, hasta que un pinchazo particularmente doloroso en sus costillas hizo que levantara la vista furiosamente.-¿Que? Ella señaló a la ventana. Harry se dio vuelta. Hedwig estaba posada en el estrecho antepecho, mirándole fijamente a través del grueso cristal, con una carta atada a su pata. Harry no podía entenderlo; acababan de desayunar, ¿por qué diablos no le había entregado la carta en aquel momento, como era habitual? Muchos de sus compañeros de clase estaban señalando a Hedwig también.-¡Oh, siempre he amado esa lechuza, es tan bella!-Harry oyó que Lavander decía a Parvati suspirandoLe echó una ojeada al Profesor Binns, quien continuaba leyendo sus notas, serenamente ignorante de que la atención de la clase estaba menos enfocada en él de lo habitual. Harry se deslizó silenciosamente fuera de su silla, se agachó y avanzó con mucha prisa a lo largo de la fila hasta la ventana, donde corrió el cerrojo y la abrió muy despacio.Había esperado que Hedwig le ofreciera su pata a fin de que pudiera quitarle la carta y luego salir volando a la Lechucería, pero en el momento en que la ventana estuvo suficientemente abierta, entró de un brinco, chillando afligida. Cerró la ventana con una mirada ansiosa al Profesor Binns, se agachó de nuevo y retrocedió con rapidez hasta su asiento con Hedwig en su hombro. Se ubicó de nuevo en su asiento, trasladó a Hedwig a su regazo e intentó desatar la carta de su pata.Solo entonces se dio cuenta que las plumas de Hedwig estaban extrañamente desgreñadas, unas cuantas dobladas en sentido contrario y una de sus alas colgaba en un ángulo extraño.-¡Está herida!-susurró Harry, inclinando la cabeza sobre el animal. Hermione y Ron se apoyaron más cerca. Hermione incluso dejó de escribir..-Miren, algo le pasa en el ala........Hedwig estaba temblando; cuando Harry tocó su ala, la lechuza dio un brinco, infló sus plumas y lo contempló con reproche.-Profesor Binns-dijo Harry en voz alta y todos en la clase se voltearon a mirarle-.No me estoy sintiendo bien.El Profesor Binns levantó la vista de sus notas, luciendo asombrado, como siempre, para encontrar el cuarto frente a él lleno de personas .-¿No se siente bien?-repitió confundido.-Nada bien-contestó Harry firmemente, permaneciendo parado con Hedwig oculto tras su espalda-,.Creo que necesito ir a la enfermería.-Si-dijo el profesor Bins, claramente con muy mal pie -si...a la enfermería...bien, vaya entonces, Perkins.......Una vez fuera del salón, Harry regresó a Hedwig a su hombro y se apresuró por el corredor, deteniéndose para pensar sólo cuando perdió de vista la puerta de Binns. Su primera elección de alguien que curara a Hadwig hubiera sido Hagrid, claro está, pero no tenía idea de dónde estaba, de forma que su única opción era encontrar a la Profesora Grubbly-Plank y esperar que le ayudara.Miró con atención por la ventana hacia el borrascoso, nublado terreno. No había señal de ella en ningún lugar cercano a la cabaña de Hagrid; si no estaba enseñando, probablemente se encontraba en la sala de profesores. Se encaminó escaleras abajo, con Hedwig ululando débilmente al tiempo que se bamboleaba sobre su hombro.Dos gárgolas de piedra flanqueaban la puerta de la sala de profesores. Cuando Harry se aproximó una de ellas graznó:-Debería estar en clase, Soony Jim.-Esto es urgente-explicó Harry bruscamente.-Ohh, urgente ¿cierto?-terció la otra gárgola con voz aguda-.Vaya, eso es ponernos en nuestro lugar, ¿verdad?Harry golpeó la puerta. Escuchó ruido de pasos, luego la puerta se abrió y se encontró cara a cara con la Profesora McGonagall-¡No habrá recibido otra detención!-exclamó de inmediato, sus lentes centelleando de manera alarmante.-No, Profesora!-respondió Harry precipitadamente.-Bien, entonces ¿por qué está fuera de clase?-Es urgente, aparentemente-señaló la segunda gárgola despectivamente.-Estoy buscando a la Profesora Grubbly-Plank -explicó Harry-.Se trata de mi lechuza, está herida.-¿Una lechuza herida, dice?La profesora Grubby-Plank apareció por detrás del hombro de la profesora McGonagall, fumando una pipa y sujetando un ejemplar de El Profeta.-Sí-afirmó Harry, deslizando cuidadosamente a Hedwig de su hombro-.Llegó después que el resto de las lechuzas y su ala tiene una apariencia curiosa, mire...La Profesora Glubby-Plank apretó la pipa firmemente entre sus dientes, y tomó a Hedwing, mientras la Profesora McGonagall observaba.-Hmmm-murmuró, su pipa cimbreándose ligeramente mientras hablaba-.Luce como si algo la hubiera atacado. Sin embargo, no puedo imaginar qué pudo haber hecho esto. Los Threstals a veces van tras las aves, por supuesto, pero Hagrid tiene entrenados a los Threstals de Hogwarts para que no toquen las lechuzas.Harry no sabía ni le importaba qué eran los Threstals; sólo quería asegurarse que Hedwig iba a estar bien. La Profesora McGonagall, sin embargo, lo miró con agudeza y comentó:-¿Sabe que tan lejos viajó esta lechuza, Potter?-Er-titubeó Harry-...hasta Londres, creo.Encontró brevemente sus ojos y supo, por la forma en que sus cejas se unían en el centro, que ella entendía que Londres quería decir "número 12, Grimauld Place"La Profesora Grubbly-Plank sacó un monóculo del interior de su túnica y lo fijó en su ojo, para examinar el ala de Hedwig de cerca.-Podría solucionar esto si la deja conmigo, Potter-le dijo-.De todas formas, no debería volar grandes distancias por unos días.-Er, gracias-aceptó Harry, justo en el momento en que la campana sonaba para el receso.-No hay problema-dijo la Profesora Grubbly-Plank bruscamente, regresando al interior de la sala de profesores.-¡Sólo un momento, Wilhelmina!-pidió la Profesora McGonagall-.La carta de Potter.-¡Qh,sí!-exclamó Harry, quien por un momento se había olvidado del rollo de pergamino atado a la pata de Hedwig. La Profesora Grubbly-Plank se lo entregó y luego desapareció en la sala de profesores trasportando a Hedwig, quien se quedó mirando fijamente a Harry como si fuera incapaz de creer que él la entregaría de esta manera. Sintiéndose ligeramente culpable, se giró para irse, pero la Profesora McGonagall lo llamó de regreso.-¡Potter!-¿Si, Profesora?Ella miró hacia arriba y hacia abajo del corredor. Había estudiantes viniendo de ambas direcciones.-Tenga en cuenta-le dijo rápida y quedamente, los ojos fijos en el rollo de pergamino de su mano-que los canales de comunicación dentro y fuera de Hogwarts pueden estar siendo vigilados.¿Lo hará?-Yo......-empezó, pero el aluvión de estudiantes que rodaba por el corredor estaba casi sobre él. La Profesora McGonagall le dio un brusco asentimiento y se retiró a la sala de profesores, dejando que Harry fuera barrido al patio con la multitud. Divisó a Ron y Hermione de pie en una esquina protegida, con los cuellos de las capas alzados contra el viento. Harry abrió el pergamino mientras se apresuraba hacia ellos y encontró cinco palabras con la caligrafía de Sirius:Hoy, misma hora, mismo lugar-¿Está bien Hedwig?-preguntó Hermione ansiosa, en el momento que lo tuvo al alcance del oído.-¿Dónde la dejaste?-interrogó Ron.-Con la Profesora Grubby-Plank-contestó Harry-.Y me reuní con McGonagall....escuchen....Y les contó lo que le había dicho la Profesora McGonagall. Para su sorpresa, ninguno de sus amigos pareció impresionado. Por el contrario, intercambiaron una significativa mirada.-¿Qué?-pregunto Harry, mirando de Ron a Hermione y de regreso.-Bueno, precisamente le estaba diciendo en este momento a Ron...¿qué tal si alguien había tratado de interceptar a Hedwig? Digo, ella nunca resultó herida en un vuelo con anterioridad, ¿verdad?-De cualquier modo, ¿de quién es la carta?-preguntó Ron tomando la nota de Harry-"Hocicos"-respondió Harry quedamente.-¿"Misma hora, mismo lugar"?¿Quiere decir en la chimenea de la sala común?-Obviamente-comentó Hermione, leyendo a su vez la nota. Lucía inquieta-.Sólo espero que nadie más haya leído esto.-Pero todavía estaba sellado y todo-señaló Harry, tratando de convencerse a si mismo tanto como a ella-y nadie entendería qué quiso decir si no supieran donde habíamos hablado antes, ¿verdad?-No lo sé-declaró Hermione ansiosamente, echando su bolso hacia atrás sobre su hombro cuando la campana sonó nuevamente-.No sería precisamente difícil volver a sellar el pergamino con magia .....y si alguien vigilara la red de polvos Floo.....pero en verdad no veo como podamos advertirle que no venga sin que el mensaje sea interceptado también.Bajaron con paso pesado por los escalones de piedra hacia las mazmorras para Pociones, los tres sumidos en sus pensamientos, pero cuando alcanzaban el último peldaño, fueron regresados a la realidad por la voz de Draco Malfoy, que estaba parado en el exterior de la puerta del aula de Snape, agitando lo que parecía un pedazo de pergamino oficial, y hablando mas fuerte de lo necesario, para que pudieran escuchar cada una de sus palabras-Sí, Umbridge concedió autorización al equipo de Quidditch de Slyterín para continuar jugando enseguida. Ir a preguntarle fue lo primero que hice esta mañana. Bien, fue bastante automático. Quiero decir, ella conoce a mi padre bastante bien, pues él siempre está apareciéndose dentro y fuera del Ministerio......será interesante ver si Gryffindor obtiene el permiso también.-No se sulfuren-murmuró Hermione suplicante al oído de Harry y Ron, quienes estaban observando a Malfoy con los puños y rostros cerrados con fuerza-.Eso es lo que quiere. -Quiero decir-explicó Malfoy, alzando aún más la voz, sus ojos grises brillando con intensidad perversa en dirección de Harry y Ron-,si se trata de influencia con el Ministerio, no creo que tengan mucha oportunidad pues, según dice mi padre, han estado por años buscando una excusa para remover del cargo a Arthur Weasley y, en lo que respecta a Potter, mi padre comenta que es cuestión de tiempo antes que el Ministerio lo envíe a St Mungo, donde aparentemente tienen un distrito especial para personas cuyo cerebro ha sido confundido con magia.Malfoy puso una cara grotesca, con la boca colgando y girando los ojos, Crabbe y Goyle soltaron sus habituales gruñidos de risa; Pansy Parkinson gritó con regocijo.Algo chocó duramente contra el hombro de Harry, empujándolo a un lado, y una fracción de segundo después, notó que Neville embestía desde atrás de él, dirigiéndose directamente hacia Malfoy.-¡Neville, no!Harry saltó hacia delante y sujetó la túnica de su amigo por la espalda; Neville luchó frenéticamente, agitando los puños con violencia, tratando desesperadamente de alcanzar a Malfoy, quien por un momento lo miró profundamente impresionado.-¡Ayúdame!-Harry lo lanzó hacia Ron, consiguiendo poner un brazo alrededor de su cuello y arrastrándolo hacia atrás, lejos de los de Slytherin. Grabbe y Goyle flexionaban sus brazos dando un paso delante de Malfoy, listos para la pelea. Ron sujetó los brazos de Neville y junto a Harry, consiguieron arrastrar a Neville de regreso a la línea de Gryffindor. La cara de éste estaba escarlata; la presión que Harry ejercía sobre su garganta hacían bastante incomprensibles las extrañas palabras que balbuceaba.-No.......divertido......no es.......Mungo......espectáculo.....él.......La puerta de la mazmorra se abrió y Snape apareció. Sus negros ojos barrieron la línea de Gryffindor, hasta el lugar dónde Harry y Ron forcejeaban con Neville.-¿Peleando, Potter, Weasley, Longbotoom?-preguntó Snape fríamente, con la voz llena de desprecio-Diez puntos menos para Gryffindor. Libere a Longbotoom, Potter, o esto será una detención. Adentro, todos ustedes.Harry soltó a Neville, quien se paró jadeando y mirándolo furiosamente.-Tuve que detenerte-explicó Harry sin aliento, recogiendo su mochila-.Crabbe y Goyle te habrían destrozado.Neville no dijo nada. Sólo tomó su mochila y entró con paso impetuoso en la mazmorra.-¡En el nombre de Merlín!-exclamó Ron, mientras seguían a Neville-.¿Qué fue todo eso?Harry no respondió. Sabía exactamente por qué el asunto de la gente que estaba en San Mungo debido a daño mágico en su cerebro era altamente inquietante para su amigo, pero había jurado a Dumbledore que no diría a nadie el secreto de Neville. Ni siquiera Neville sabía que Harry estaba enterado. Harry, Ron y Hermione tomaron sus asientos habituales al fondo del aula, sacaron sus pergaminos, plumas y sus copias de "Mil Hierbas y Hongos Mágicos". A su alrededor, toda la clase murmuraba acerca de lo que acababa de hacer Neville, pero cuando Snape cerró la puerta de la mazmorra con un resonante golpe, todos callaron de inmediato.-Notarán-comenzó Snape, en su baja, burlona voz-que hoy tenemos un invitado con nosotros.Gesticuló hacia una oscura esquina y Harry vio a la Profesora Umbridge sentada allí, con el portapapeles sobre su rodilla. Echó un vistazo a Ron y Hermione con las cejas levantadas. Snape y Umbridge, los dos maestros que más odiaba. Le era difícil decidir cuál quería que triunfara sobre el otro.-Hoy continuaremos con nuestra Solución Fortificante. Encontrarán sus mezclas tal como las dejaron en la última clase. Si fueron hechas correctamente, deberían haber madurado bien durante el fin de semana. Instrucciones-agitó la varita nuevamente-en el pizarrón. Adelante.La Profesora Umbridge pasó la primera media hora tomando notas en su esquina. Harry estaba muy interesado en escuchar sus preguntas a Snape. Tan interesado, que estaba descuidando con su poción otra vez.-¡Sangre de Salamandra, Harry, no jugo de granada!-gimió Hermione, asiendo su muñeca para impedirle que agregara el ingrediente equivocado por tercera vez.-Bien-dijo Harry distraídamente, bajando la botella y continuando su observación de la esquina. Uumbridge acababa de ponerse de pie-.¡Ha!-exclamó suavemente, mientras caminó a grandes pasos, entre dos hileras de escritorios, hacia Snape, quien se inclinaba sobre el caldero de Dean Thomas.-Bien, la clase parece bastante adelantada para su nivel- dijo enérgicamente detrás de Snape-.aunque dudaría si es aconsejable enseñarles una poción como la Solución Fortificante. Creo que el Ministerio preferiría que esto fuese removido del programa de estudios.Snape se enderezó lentamente y se volteó a mirarla.-Ahora....¿cuánto tiempo lleva enseñando en Hogwarts?-le preguntó, con la pluma suspendida sobre su portapapeles.-Catorce años-respondió. Su expresión era insondable. Harry, que lo observaba estrechamente, agregó unas pocas gotas en su poción; ésta siseó amenazadoramente y cambió de turquesa a naranja.-¿Usted había solicitado en un inicio Defensa Contra las Artes Oscuras, según creo?-preguntó la Profesora Umbridge a Snape-Sí-contestó éste quedamente.-Pero no tuvo éxito.El labio de Snape se enrolló.-Obviamente.La profesora Umbridge garabateó en su portapapeles.-¿Y creo que ha solicitado con regularidad Defensa Contra las Artes Oscuras desde que se unió a la escuela?-Sí-respondió Snape quedamente, apenas moviendo los labios. Lucía muy enfadado.-¿Tiene idea de por qué Dumbledore ha rehusado designarlo reiteradamente?-interrogó Umbridge.-Sugiero que se lo pregunte a él-contestó él forzado.-Oh, lo haré-dijo la Profesora Umbridge con una dulce sonrisa.-¿Se supone que esto es relevante?-preguntó Snape, sus negros ojos se estrecharon.-Oh, sí-dijo la Profesora Umbridge-.El Ministerio quiere una comprensión cabal de los...er... antecedentes de los profesores.Ella dio media vuelta alejándose, caminó hacia Pansy Parkinson y comenzó a preguntarle acerca de las clases. Snape miró alrededor y sus ojos y los de Harry se encontraron por un segundo. Harry bajó la mirada precipitadamente hacia su poción, que ahora estaba asquerosamente coagulada y emitía un fuerte olor a caucho quemado-¿Sin notas de nuevo, Potter?-comentó Snape maliciosamente, vaciando su caldero con un movimiento de varita-.Escribirá un ensayo con la composición correcta de esta poción , indicando cómo y por qué se equivocó, y lo entregará en la próxima clase, ¿entendió?-Sí-contestó Harry furiosamente. Snape ya les había dado tarea y tenía práctica de Quiddich esa tarde. Esto significaría otro par de noches sin dormir. Parecía imposible que se hubiera despertado esa mañana sintiéndose muy feliz. Todo lo que sentía ahora era un ferviente deseo de que el día acabara.-Quizás si me escabullo de Adivinación-comentó taciturno, mientras se paraban en el patio después del almuerzo, el viento azotando los bordes de las túnicas y las alas de los sombreros-. Pretenderé estar enfermo y en vez de ir haré el trabajo de Snape, así no tendré que permanecer levantado la mitad de la noche.-No puedes escabullirte de Adivinación-le regañó Hermione con severidad.-Mira quien habla.¡Tú te saliste de Adivinación. Odiábas a Trelawney!-recordó Ron indignado.-No la odio-aclaró Hermione altivamente-.Sólo pienso que es una maestra absolutamente horrorosa y realmente un viejo fraude. Pero Harry ya perdió Historia de la Magia y no creo que le convenga perder nada más hoy.Había demasiada verdad en esto como para ignorarlo, así que hora y media más tarde Harry tomaba su lugar en la atmósfera caliente y excesivamente perfumada de la clase de Adivinación, sintiéndose furioso con todo el mundo. La Profesora Ttrelawney repartía nuevamente copias del Oráculo de los Sueños. Harry pensó que seguramente su tiempo estaría mucho mejor empleado haciendo el ensayo de castigo de Snape que sentado aquí, tratando de encontrar significado a un montón de sueños inventados.Parecía, sin embargo, que no era la única persona en Adivinación que estaba de mal humor. La Profesora Trelawney cerró de golpe una copia del Oráculo y lo lanzó sobre la mesa ubicada entre Ron y Harry, con los labios fruncidos. Lanzó otra copia entre Seamus y Dean, evitando por estrecho margen la cabeza de Seamus y tiró el último hacia el pecho de Neville con tal fuerza que éste se resbaló de su asiento.-¡Bien, adelante!-ordenó la Profesora Trelawney en voz alta, su tono era agudo y algo histérico-.¡Ya saben qué hacer!¿O soy una maestra de tan bajo nivel que ni siquiera han aprendido como abrir un libro?La clase se quedó mirándola fijamente con perplejidad, luego se miraron entre si. Harry, sin embargo, pensó que sabía de qué se trataba todo esto. Mientras la Profesora Trelawney, engalanada con volantes, regresaba a su silla de alto respaldo, sus enormes ojos llenos de lágrimas de furia, inclinó su cabeza más cerca de Ron y murmuró:-Creo que ha recibido los resultados de su inspección.-¿Profesora?-llamó Parvati Patil con voz serena (ella y Lavender siempre habían admirado a la Profesora Trelawney)-Profesora, ¿ocurre algo....er....malo?-¡Malo!-gritó la Profesora Trelawney con la voz palpitando de emoción-. ¡Ciertamente no! He sido insultada; ciertas.....insinuaciones han sido hechas contra mí......acusaciones infundadas....pero no, no ocurre nada malo.¡Por supuesto que no! Lanzó un trémulo suspiro y alejó la vista de Parvati, lágrimas de furia derramándose bajo sus lentes.-No diré nada-se sofocó- de dieciséis años de dedicado servicio.....que ha pasado, aparentemente, inadvertido.......pero no seré insultada.¡No, no lo seré!-Pero profesora, ¿quién la insultó?-pregunto Parvati tímidamente.¡La Institución!-contestó con una voz profunda, dramática, vacilante-.Sí, esos ojos demasiado nublados por lo mundano para poder ver lo que yo veo, saber lo que yo sé.....Por supuesto, los adivinadores siempre hemos sido temidos, siempre acosados.....es, ¡ay de mí!, nuestro destino.Trago saliva, dio ligeros toques en sus mejillas con la punta de su chal, luego sacó un pequeño pañuelo bordado de su manga y soplo su nariz con fuerza, con un sonido que semejaba a Peeves soplando una frambuesa. Ron sonrió disimuladamente. Lavender le lanzó una mirada indignada.-Prrofesora-insistió Parvati-,quiere decir que.......es algo relacionado con la Profesora Umbridge...-¡No me hable de esa mujer!!-gritó la Profesora Trelawney lanzándose sobre sus pies, con sus abalorios haciendo un ruido metálico y sus lentes brillando intermitentemente-.¡Tengan la amabilidad de continuar con su trabajo!Y se pasó el resto de la clase caminando a grandes pasos entre ellos, las lágrimas todavía filtrándose por debajo de sus lentes y mascullando por lo bajo, lo que parecían amenazas .-....podría elegir partir......la indignidad de esto....una prueba......veremos.....cómo se atreve.....***-Tú y Umbridge tienen algo en común-le dijo Harry a Hermione quedamente cuando se reencontraron en Defensa Contra las Artes Oscuras-.Ella obviamente también considera que Trelawney es un viejo fraude......mira cómo la ha puesto a prueba.Umbridge entró en el cuarto mientras él hablaba, llevando puesto un lazo de terciopelo negro y una expresión de gran satisfacción de si misma.-Buenas tardes, clase.-Buenas tardes, corearon perezosamente.-Varitas fuera, por favor.Pero esta vez no hubo un movimiento agitado como respuesta; nadie se había molestado en sacar la varita.-Por favor, busquen la página 34 de Teoría Mágica Defensiva y lean el tercer capítulo, titulado : Casos para Respuestas no Ofensivas al Ataque Mágico. -No necesitan hablar-dijeron Harry, Ron y Hermione a un tiempo, en un susurro.***-Ninguna práctica de Quidditch-comunicó Angélica en tono hueco, cuando Harry, Ron y Hermione entraron en la sala de descanso después de la cena de esa noche.-¡Pero controlé mi temperamento!-exclamó Harry horrorizado-.No le dije nada, Angélica, lo juro, yo.....-Lo sé, lo sé-aseveró Angélica miserablemente-.Sólo dijo que necesitaba algo de tiempo para considerar.-¿Considerar queé-preguntó Ron furioso-.Le dio permiso a los de Slytherin, ¿por qué no a nosotros?Pero Harry podía imaginar cuanto disfrutaba Umbridge manteniendo la amenaza de que no habría equipo de Quidditch de Gryffindor sobre sus cabezas y fácilmente podía entender por qué no querría renunciar a esa arma sobre ellos demasiado pronto.-Bueno-razonó Hermione-, mírale el lado bueno al asunto, al menos ahora tendrás tiempo para hacer el ensayo de Snape.-¿Ese es el lado bueno?-replicó Harry bruscamente, mientras Ron clavaba los ojos en Hermione con incredulidad-.¿Ninguna práctica de Quidditch y trabajo extra de Pociones?Harry se tiró en su silla; a regañadientes sacó el ensayo de pociones de su mochila y se puso a trabajar. Le era muy difícil concentrarse. Aunque sabía que Sirius no aparecería en el fuego hasta mucho más tarde, no podía evitar mirar las llamas cada pocos minutos, sólo por si acaso. Además, había una increíble cantidad de ruido en la habitación. Parecía que finalmente Fred y George habían perfeccionado los Bocadillos para Hacer Novillos, y tomaban turnos para demostrarlos ante la aclamación y los gritos de alegría de la multitud.Primero, Fred tomaba un bocado del extremo naranja de un caramelo, con lo cual vomitaba espectacularmente en un cubo que habían colocado delante de ellos. Luego se obligaba a tragar el extremo púrpura del caramelo, con lo cual el vómito cesaba de inmediato. Lee Jordan, que estaba asistiendo la demostración, perezosamente desvanecía el vómito a intervalos regulares, usando el mismo hechizo desvanecedor que Snape usaba en las pociones de HarryEntre los regulares sonidos de náuseas, las aclamaciones y los ruidos de Fred y George tomando los pedidos de la multitud, a Harry le estaba resultando sumamente difícil concentrarse en el método correcto para preparar la Solución Fortalecedora. Hermione tampoco estaba ayudando; la algarabía y el sonido del vómito golpeando en el cubo de Fred y George eran enfatizados por sus fuertes y desaprobadoras inhalaciones, que era lo que más lo distraía. -¡Sólo ve y detenlo!-le dijo con irritación, después de borrar el peso equivocado de garra de grifo en polvo por cuarta vez.-No puedo. Técnicamente no están haciendo nada malo-replicó Hermione con los dientes apretados-. Están en todo su derecho de comer cosas asquerosas si lo desean y no puedo encontrar una regla que diga que los otros idiotas no tienen derecho a comprárselas, no a menos que se pruebe que son peligrosas de alguna manera y no parece que lo sean.Ella, Harry y Ron observaron como George vomitaba en el cubo, acto seguido se tragaba el resto del caramelo y se enderezaba, radiante y con los brazos extendidos ante el prolongado aplauso.-Saben, no comprendo por qué Fred y George sólo obtuvieron tres TIMOs cada uno-comentó Harry, observando como Fred, George y Lee recolectaban el oro de la ansiosa multitud-. Realmente saben sus cosas.-Oh, realmente sólo conocen cosas vistosas que no tienen ningún uso real para nadie-opinó Hermione con desprecio.-¿Ningún uso real?-repitió Ron con voz tensa-Hermione, ya han ganado alrededor de veintiseis galeones.Pasó un largo rato antes que la muchedumbre que rodeaba a los gemelos Weasley se dispersara; luego Fred, George y Lee se sentaron por mucho tiempo a contar su recaudación, así que pasaba de la media noche cuando Harry, Ron y Hermione finalmente tuvieron la sala común para ellos. Al fin, Fred había cerrado la puerta del dormitorio de los chicos tras él, sacudiendo su caja de galeones con ostentación mientras Hermione fruncía el ceño. Harry, quien estaba haciendo muy pocos progresos con su ensayo sobre pociones, decidió dejarlo por esa noche. Cuando apartó su libro, Ron, que dormitaba ligeramente es su sillón, dio un gruñido amortiguado, se despertó y revisó el fuego con mirada cansada.-¡Sirius!-exclamó.Harry giró en redondo. La desaliñada cabeza negra de Sirius se encontraba en el fuego otra vez.-Hola-saludó, sonriendo abiertamente.-Hola-corearon Harry, Ron y Hermione, los tres arrodillados en la alfombrilla de la chimenea.Crookshanks ronroneó ruidosamente y se acercó al fuego, haciendo un intento, a pesar del calor, para acercar su cara a la de Sirius.-¿Cómo están las cosas?-preguntó Sirius.-No muy bien-respondió Harry, mientras Hermione jalaba a Crookshanks hacia atrás para evitar que se chamuscara los bigotes. El Ministerio nos ha forzado a pasar por otro decreto, según el cual no se nos permite tener equipo de Quidditch.-¿O grupos secretos de Defensa Contra las Artes Oscuras?-apuntó Sirius.Hubo un compás de espera.-¿Cómo supiste eso?-demandó Harry.-Debes elegir tus sitios de reunión con más cuidado-respondió Sirius sonriendo aún más ampliamente-.¿El Cabeza de Cerdo?-Era mejor que Las Tres Escobas-se defendió Hermione-, que siempre está apiñado de personas.-Lo cual quiere decir que hubiera sido más difícil oírlos sin intención-acotó Sirius-.Tienes mucho que aprender, Hermione.-¿Quién nos escucho "sin intención"?-exigió Harry.-Mundungus, claro-y cuando vio que todos lucían perplejos se echó a reír-.Era la bruja bajo el velo.-¿Ese era Mundungus?-preguntó Harry estupefacto-.¿Qué estaba haciendo en La Cabeza De Cerdo?-¿Qué crees que estaba haciendo?-contestó Sirius impaciente-.Vigilándote, por supuesto.-¿Todavía me están siguiendo?-preguntó Harry enfurecido.-Sí, así es-afirmó Sirius-.Y menos mal, ¿verdad?, si lo primero que haces en tu fin de semana libre es organizar un grupo ilegal de defensa.Pero no lucía enojado ni preocupado. Al contrario, tenía la vista fija en Harry con evidente orgullo.-¿Por qué estaba Dung escondiéndose de nosotros?-preguntó Ron, sonando decepcionado-.Nos hubiera gustado verlo.-Fue proscrito de La Cabeza de Cerdo veinte años atrás-explico Sirius-.Y ese cantinero tiene buena memoria. Perdimos la capa de invisibilidad de repuesto de Moody cuando Sturgis fue arrestado, así que Dung ha estado vistiéndose de bruja con mucha frecuencia últimamente....a otra cosa.....ante todo, Ron, he jurado trasmitirte un mensaje de tu madre.-¿Ah, si?-murmuró Ron, sonando aprehensivo.-Dice que, de ninguna manera, hagas cosa alguna para formar parte de un grupo ilegal de Defensa Contra las Artes Oscuras. Dice que serás seguramente expulsado y tu futuro estará arruinado. Que ya tendrás mucho tiempo más adelante para aprender cómo defenderte y que eres demasiado joven para preocuparte de eso en este momento. También (sus ojos volvieron hacia los otros dos) aconseja a Harry y Hermione no continuar con el grupo, aunque acepta que no tiene autoridad sobre ellos, simplemente les ruega que tengan en cuenta que ella siempre está pendiente de sus mejores intereses. Les habría escrito todo esto, pero si la lechuza hubiera sido interceptada, sí que habrían tenido verdaderos problemas, y no se los puede decir por si misma, porque está de servicio esta noche.-¿En servicio haciendo qué?-preguntó Ron de inmediato.-Nada que te concierna, sólo cosas para la orden-contestó Sirius-.Así que me ha correspondido ser el mensajero y quiero estar seguro que le dirás que te transmití todo, porque no creo que confíe mucho en mí.Hubo otra pausa durante la cual Crookshanks, maullando, intentó dar zarpazos en la cabeza de Sirius y Ron jugueteó con un hueco de la alfombrilla.-¿Así que quieres que diga que no voy a tomar parte en el grupo de Defensa?-murmuró finalmente.-¿Yo?¡Por supuesto que no!-exclamó Sirius luciendo sorprendido-.¡Me parece una idea excelente!-¿Lo crees?-preguntó Harry con el corazón animado.-Por supuesto-afirmó Sirius-.¿Acaso crees que tu padre y yo nos habríamos echado y acatado las ordenes de una vieja bruja como Umbridge.?-Pero.....la última vez me dijiste que fuera cuidadoso y no tomara riesgos.-¡El año pasado, toda la evidencia indicaba que había alguien dentro de Hogwarts que intentaba matarte, Harry!-declaró Sirius con impaciencia-.Este año, sabemos que hay alguien fuera de Hogwarts a quien le gustaría matarnos a todos, así que pienso que aprender a defenderse correctamente es una muy buena idea.-¿Y si nos expulsan?-preguntó Hermione con una expresión interrogante en su rostro.-Hermione, todo esto fue idea tuya-le recordó Harry clavando sus ojos en ella.-Sé que lo fue. Sólo me preguntaba lo que Sirius pensaba-replicó, encogiéndose de hombros.-Pues bien. Mejor expulsado y capaz de defenderse que estar en la seguridad del colegio sin tener ni idea-contestó Sirius.-Escucha, escucha-dijeron Harry y Ron con entusiasmo.-Entonces-preguntó Sirius-.¿Cómo estás organizando este grupo?¿Dónde están reuniéndose? -Bueno, en estos momentos tenemos un pequeño problema-contestó Harry-.No tenemos dónde ir.-¿Qué les parece la Choza de los Gritos?-sugirió Sirius.-¡Ey, esa es una idea!-exclamó Ron con excitación, pero Hermione hizo un ruido escéptico y los tres se voltearon a mirarla, la cabeza de Sirius girando en las llamas.-Bien, Sirius, es sólo que apenas eran cuatro de ustedes los que se reunían en la Choza de los Gritos cuando estabas en la escuela-opinó Hermione-,y todos podían transformarse en animales y supongo que habrían podido apretarse bajo la capa de invisibilidad de haberlo querido. Pero hay veintiocho de nosotros y ninguno es un animago, así que no necesitaríamos una capa de invisibilidad, sino un entoldado de invisibilidad.-Buen punto-señaló Sirius, luciendo ligeramente alicaído-.Bueno, estoy seguro que encontrarán algún lugar. Solía haber un pasadizo secreto bastante amplio detrás de ese espejo grande en el cuarto piso, podría ser suficiente espacio para que practicaran sus maleficios allí.-Fred y George me contaron que está bloqueado-comentó Harry negando con la cabeza-. Derrumbado o algo así.-Oh-dijo Sirius con el ceño fruncido-.Bien, tendré una idea y regresaré a......Se detuvo completamente, su cara repentinamente tensa, alarmada. Se volvió de lado, aparentemente mirando la sólida pared de ladrillo de la chimenea.-¿Sirius?-preguntó Harry ansiosamente.Pero se había desvanecido. Harry miró boquiabierto las llamas por un minuto, luego se giró para mirar a Ron y Hermione.-¿Por qué él........?Hermione dio un jadeo horrorizado y brincó sobre sus pies, sus ojos seguían fijos en el fuego.Una mano había aparecido entre las llamas, andando a tientas como si quisiera apresar algo. Una mano achaparrada, de dedos cortos cubiertos de feos anillos pasados de moda.Los tres escaparon hacia un lugar seguro. Desde la puerta del dormitorio de los chicos, Harry miró hacia atrás. La mano de Umbridge todavía hacia movimientos de captura contra las llamas, como si supiera exactamente dónde había estado el pelo de Sirius y estuviera dispuesta a apresarlo.

domingo, enero 29, 2006

CAPÍTULO 18


CAPÍTULO 18

La Armada de Dumbledore
-Umbridge ha estado leyendo tu correo, Harry. No hay otra explicación.-¿Piensas que Umbridge atacó a Hedwig?-preguntó indignado. -Estoy casi segura de eso-contestó Hermione severamente-. Vigila tu rana, se está escapando.Harry apuntó su varita a la rana mugidora que había estado brincando esperanzada hacia el otro lado de la mesa.-¡Accio!- y la rana pasó volando tristemente de regreso a su mano. Encantamientos siempre era una de las mejores clases para disfrutar de una charla privada; había generalmente tanto movimiento y actividad que el peligro de ser oído por casualidad era muy leve. Hoy, con el aula llena del croar de las ranas mugidoras y el graznar de los cuervos, y con un fuerte aguacero resonando y golpeando contra las ventanas, la discusión susurrada de Harry, Ron y Hermione sobre cómo Umbridge casi había atrapado a Sirius pasó bastante inadvertida. -Lo he estado sospechando desde que Filch te acusó de ordenar Bombas de Estiercol, porque parecía una mentira estúpida- susurró Hermione-. Quiero decir, una vez que tu carta hubiera sido leída habría estado bastante claro que no estabas ordenándolas, de modo que no deberías haber tenido ningún tipo de problema...... es algo así como un chiste tonto ¿no? Pero entonces pensé, ¿y si alguien sólo quería una excusa para leer tu correo? Entonces, ésta sería la manera perfecta en que Umbridge podría manejarlo; informa a Filch, le permite hacer el trabajo sucio y confiscar la carta y luego encuentra cualquier manera de robársela o simplemente exige verla. No pienso que Filch se opondría, ¿cuándo en su vida defendió los derechos de un estudiante? Harry, estás aplastando tu rana. Harry miró hacia abajo; de hecho estaba apretando su rana mugidora tan firmemente que sus ojos iban a reventar; la regresó al escritorio con impaciencia. -Fue un escape muy, muy difícil el de anoche- comentó Hermione-. Sólo me pregunto si Umbridge sabe lo cerca que estuvo. 'Silencio'.La rana mugidora con la que estaba practicando su hechizo silenciador se quedó sin habla en medio del croado y la miró con reproche. -Si hubiera agarrado a Hocicos..... Harry terminó la frase por ella. - ..... probablemente hubiera regresado a Azkaban esta mañana-. Agitó su varita sin concentrarse realmente; su rana mugidora se infló como un globo verde y emitió un silbido agudo. -'¡Silencio!'- exclamó Hermione apresuradamente, apuntando su varita a la rana de Harry que se desinfló silenciosamente ante ellos-. Bien, no debe hacerlo de nuevo, eso es todo. Sólo que no sé cómo vamos a hacérselo saber. No podemos enviarle una lechuza. - No creo que vaya a arriesgarse otra vez- razonó Ron-. No es tonto, sabe que ella casi lo atrapó. '¡Silencio!'.El cuervo grande y feo delante de él graznó con burla. -¡SILENCIO! ¡SILENCIO!El cuervo graznó más ruidosamente. -Es la forma en que estas moviendo tu varita- explicó Hermione, mirando a Ron críticamente-, no necesitas agitarla, es más bien un pinchazo abrupto.-Los cuervos son más difíciles que las ranas- gruñó Ron con los dientes apretados. -Bien, cambiemos- propuso Hermione, tomando el cuervo de Ron y reemplazándolo con su gorda rana mugidora-. '¡Silencio!'- El cuervo continuó abriendo y cerrando su afilado pico, pero ningún sonido salía de el. -¡Muy bien, Señorita Granger!- se escuchó la pequeña voz chillona del Profesor Flitwick, haciendo que Harry, Ron y Hermione saltaran-. Ahora, permítame verlo intentarlo, Señor Weasley.-¿Qué...? Oh, oh, bien- dijo Ron, muy agitado-. Er.....¡silencio!" Pinchó tan fuerte a la rana mugidora que la pico en el ojo: la rana dio un ensordecedor croado y salto fuera del escritorio. No fue sorpresa para ninguno de ellos que a Harry y Ron les dieran práctica adicional del Hechizo Silenciador como tarea. Les permitieron permanecer dentro en el descanso debido al aguacero exterior. Encontraron asientos en una ruidosa y abarrotada aula del primer piso, donde Peeves estaba flotando soñadoramente cerca del candelabro, reventando ocasionalmente alguna pelotita de tinta encima de la cabeza de alguien. Apenas se habían sentado cuando Angelina llego hasta ellos, luchando a través de los grupos de estudiantes chismosos. -¡Ya tengo el permiso para re-formar el equipo de Quidditch!- exclamó.-¡Excelente!- dijeron Ron y Harry a un tiempo.-Sí- afirmó Angelina, sonriendo-. Fui con McGonagall y pienso que ella pudo haber apelado ante Dumbledore. De cualquier forma, Umbridge tenía que ceder. ¡Ha! Así que los quiero abajo en el campo a las siete en punto esta noche, ¿bien?, porque tenemos que recuperar el tiempo. ¿Comprenden que estamos a solo tres semanas de nuestro primer partido?Se alejó de ellos, evitando apenas una pelotita de tinta de Peeves que en cambio golpeó a un chico de primer año que se encontraba cerca y desapareció de vista.La sonrisa de Ron se desvaneció ligeramente cuando miró hacia afuera de la ventana que ahora estaba opacada por el martillar de la lluvia. -Espero que esto aclare. ¿Qué pasa contigo, Hermione?Ella también estaba mirando fijamente a la ventana, pero no como si realmente la mirara. Sus ojos estaban desenfocados y tenía el entrecejo fruncido. -Sólo pensaba- contestó, todavía con el ceño fruncido hacia la ventana lavada por la lluvia. -¿Sobre Siri....Hocicos?- preguntó Harry. -No. no exactamente.-respondió Hermione despacio-. Más bien. preguntándome. supongo que estamos haciendo lo correcto. creo. ¿no ?Harry y Ron se miraron. -Bien, eso lo aclara- bromeó Ron-. Realmente habría sido fastidioso si no te hubieras explicado correctamente. Hermione lo miró como si recién hubiera comprendido que él estaba allí. -Simplemente estaba preguntándome- explicó, su voz sonaba más fuerte ahora-, si estamos haciendo lo correcto, empezando éste grupo de Defensa Contra las Artes Oscuras.-¿Qué?-preguntaron Harry y Ron al unísono. -¡Hermione, fue tu idea en primer lugar!-le recordó Ron indignado. -Lo sé- aceptó Hermione, torciendo sus dedos juntos-, pero después de hablar con Hocicos.-Pero si él está de acuerdo con todo esto- intervino Harry. -Sí- susurró Hermione, mirando fijamente la ventana de nuevo-. Sí, eso es lo que me hizo pensar que quizás no era una buena idea después de todo. Peeves flotó sobre ellos boca abajo, con su cerbatana preparada; automáticamente los tres alzaron sus mochillas para cubrirse las cabezas hasta que él pasará. -Vamos a aclarar esto- declaró Harry enojado, cuando volvieron a poner sus mochilas en el suelo-. Sirius está de acuerdo con nosotros, así que piensas que ya no deberíamos hacerlo.Hermione se veía tensa y bastante miserable. Mirando ahora fijamente sus propias manos, preguntó:-¿Honestamente confías en su juicio?-¡Sí, lo hago!-contestó Harry de inmediato-. ¡Siempre nos ha dado grandes consejos!Una pelotita de tinta pasó zumbando, golpeando a Katie Bell directamente en la oreja. Hermione vio a Katie ponerse de pie y empezar a arrojarle cosas a Peeves; un momento mas tarde, Hermione habló de nuevo y sonó como si estuviera escogiendo sus palabras muy cuidadosamente. -¿No les parece que se ha vuelto. una especie de. temerario. desde que quedo encerrado en Grimmauld Place? ¿No creen que está. algo así.como viviendo a través de nosotros? -¿Qué quieres decir con "viviendo a través de nosotros"?- interrogó Harry. -Quiero decir. bien, pienso que él amaría estar formando sociedades de defensa secretas justo bajo la nariz de alguien del Ministerio. creo que está muy frustrado por lo poco que puede hacer donde está. de modo que creo que está lo suficientemente entusiasmado como para. incitarnos a seguir.Ron lucía absolutamente perplejo. -Sirius tiene razón- le dijo-, suenas como mi madre.Hermione se mordió el labio y no contestó. La campana sonó justo cuando Peeves se abalanzó contra Katie y vació una botella entera de tinta sobre su cabeza. El tiempo no mejoró a medida que el día avanzó, así que a las siete en punto de la tarde, cuando Harry y Ron bajaron al campo de Quidditch para la práctica, se empaparon en cuestión de minutos, sus pies se resbalaban y deslizaban en el césped mojado. El cielo era de un gris profundo, tormentoso y fue un alivio ganar el calor moderado y la luz de los vestidores, aun cuando sabían que la tregua sólo era temporal. Encontraron a Fred y George que debatían si usaban o no uno de sus propios Bocadillos para Hacer Novillos para evitar salir a volar. -. pero te apuesto a que ella sabría lo que hemos hecho- decía Fred por la comisura de su boca-. Si al menos no le hubiera ofrecido venderle algunas Pastillas Vomitivas ayer.-Podríamos probar el Dulce de Chocolate de Fiebre- murmuró George-, nadie lo ha visto todavía.-¿Funciona?-inquirió Ron esperanzadamente, cuando el martilleo de la lluvia en el tejado se intensificó y el viento aulló alrededor del edificio. -Bueno, sí- confirmó Fred-, tu temperatura subirá rápidamente.-Pero también te salen furúnculos macizos llenos de pus- agregó George-, y todavía no hemos resuelto cómo deshacernos de ellos. -No puedo ver ningún furúnculo- comentó Ron, mirando fijamente a los gemelos. -No, no los verías- explicó Fred misteriosamente-, no están en un lugar que generalmente mostremos al público.-Pero logran que el estar sentado en una escoba sea un verdadero dolor en el ......-Bien, todos, escuchen- llamó Angelina en voz alta, emergiendo de la oficina del Capitán-. Sé que no es el clima ideal, pero hay una posibilidad de que juguemos contra Slytherin en condiciones como estas, así que es una buena idea planear cómo vamos a enfrentarnos con ellos. Harry, ¿no hiciste algo a tus anteojos para impedir que la lluvia los empañara cuando jugamos contra Hufflepuff en aquella tormenta?-Hermione lo hizo- aclaró Harry. Sacó su varita, le dio un golpecito a sus anteojos y dijo: ¡Impervius!-Creo que todos debemos intentarlo- sugirió Angelina-.¡Si solo pudiéramos mantener la lluvia fuera de nuestras caras, eso realmente ayudaría a la visibilidad. Todos juntos, vamos.....¡Impervius! . Bien. Vamos.Todos guardaron sus varitas en los bolsillos interiores de sus túnicas nuevamente, se pusieron sus escobas al hombro y siguieron a Angelina afuera del vestuario. Chapotearon a través del profundo barro en el medio del campo; todavía la visibilidad era muy pobre, incluso con el Hechizo de Impervius; la luz estaba desapareciendo rápidamente y la cortina de lluvia estaba arrasando la tierra. -Bien, al sonido de mi silbato- gritó Angelina. Harry dio un puntapié en la tierra, salpicando barro en todas direcciones, y salió disparado hacia arriba, mientras el viento lo empujaba ligeramente fuera de curso. No tenía idea cómo iba a ver la Snitch en este clima; estaba teniendo bastante dificultad con observar la Bludger con la que estaban practicando; un minuto en la práctica y casi lo derriba y tuvo que usar el Sloth Grip Roll para eludirla. Desgraciadamente, Angelina no vio eso. De hecho, no parecía poder ver algo; ninguno tenía idea de lo que los demás estaban haciendo. El viento estaba arreciando; incluso a la distancia Harry podía oír el sonido del chapoteo y golpeteo de la lluvia aporreando la superficie del lago. Angelina los mantuvo ahí durante casi una hora antes de aceptar la derrota. Llevó a su mojado y enfadado equipo de regreso a los vestuarios, insistiendo en que la práctica no había sido una pérdida de tiempo, aunque sin real convicción en su voz. Fred y George lucían particularmente molestos; ambos arqueaban las piernas y hacían una mueca de dolor con cada movimiento. Harry podía oírlos quejarse en voz baja mientras se secaba el pelo con una toalla. -Creo que algunas de los mías se han roto- musitó Fred en una voz hueca. -Las mías no- dijo George, con los dientes apretados-, están palpitando como locas. se sienten más grandes que cualquier cosa.-¡OUCH!- exclamó Harry. Apretó la toalla contra su cara, los ojos cerrados fuertemente por el dolor. La cicatriz en su frente le abrasaba de nuevo, más dolorosamente de lo que lo había hecho en semanas.-¿Qué pasa?- preguntaron varias voces. Harry surgió desde atrás de su toalla; el vestidor estaba borroso porque no usaba sus lentes, pero aún podía decir que todas las caras estaban vueltas hacia él. -Nada- murmuró-, yo....me pinché en el ojo, eso es todo.Pero le lanzó una mirada significativa a Ron y los dos quedaron rezagados cuando el resto del equipo enfilo hacia afuera , abrigados bajo sus capas, sus sombreros cubriendo las orejas. -¿Que pasó?- interrogó Ron, en el momento que Alicia desaparecía a través de la puerta-. ¿Fue tu cicatriz? Harry asintió. -Pero- luciendo asustado, Ron fue hasta la ventana y miró fijamente hacia fuera, a la lluvia-...él.....él no puede estar ahora cerca de nosotros, ¿verdad?-No- murmuró Harry, hundiéndose en un banco y frotándose la frente-. Probablemente está a millas de distancia. Duele porque. está. enfadado. Harry no había querido decir eso en lo absoluto, y oyó las palabras como si un extraño las hubiera pronunciado, aunque supo en seguida que eran ciertas. No comprendía cómo lo sabía, pero lo sabía; Voldemort, dondequiera que estuviese, lo que fuera que estuviese haciendo, estaba con una intensa ira. -¿Lo viste?- preguntó Ron, horrorizado-. ¿Tuv . tuviste una visión, o algo? Harry se sentó bastante tranquilo, mirando fijamente sus pies, permitiendo a su mente y a su memoria relajarse luego del dolor. Un enredo desconcertado de formas, una bullicioso alarido de voces. -Quiere que se haga algo , y no está pasando lo suficientemente rápido- explicó.De nuevo se sorprendió al oír las palabras que salían de su boca, y aún así estaba seguro que eran verdad. -Pero. ¿cómo lo sabes?- insistió Ron. Harry sacudió la cabeza y cubrió sus ojos con las manos, apretándolos con sus palmas. Pequeñas estrellas estallaron en ellos. Sintió que Ron se sentaba a su lado en el banco; sabía que estaba mirándolo fijamente. -¿Es lo mismo de la última vez?- preguntó Ron en voz queda-.¿Cuándo tu cicatriz te dolió en la oficina de Umbridge? ¿Tú-Sabes-Quién estaba enfadado?Harry sacudió su cabeza. -¿Qué es entonces?Harry se quedó ensimismado. Había estado mirando la cara de Umbridge. su cicatriz le había dolido. y había tenido ese extraño sentimiento en su estómago. un extraño, saltarín sentimiento. un sentimiento feliz. pero claro, él no lo había reconocido por lo que era, al estar sintiéndose tan miserable . -La última vez, fue porque él estaba contento-comentó-. Muy contento. Pensó. que algo bueno iba a pasar. Y la noche antes de que regresáramos a Hogwarts.- recordó el momento cuando su cicatriz le había dolido tanto en la alcoba que compartía con Ron en Grimmauld Place-.estaba furioso. Miró a Ron que estaba boquiabierto. -Podrías tomar el lugar de Trelawney, amigo- comentó Ron con voz atemorizada. -No estoy haciendo profecías- replicó Harry. -No, ¿sabes lo que estás haciendo?- apuntó Ron, sonando asustado e impresionado al mismo tiempo-. ¡Harry, estás leyendo la mente de Tú-Sabes-Quién!-No- replicó Harry, sacudiendo la cabeza-. Es más como. su humor, supongo. Estoy recibiendo simplemente destellos del humor en que él está. Dumbledore dijo que algo así estaba pasando el año pasado. Que cuando Voldemort estaba cerca de mí, o cuando estaba sintiendo odio, yo podría saberlo. Bien, ahora estoy sintiendo cuando está contento también.Hubo una pausa. El viento y la lluvia azotaron al edificio. -Tienes que contarle a alguien- sugirió Ron. -Se lo comenté a Sirius la vez pasada.-¡Bien, dile también sobre esto! -No puedo, ¿cierto?- replicó Harry ceñudo-. Umbridge está vigilando las lechuzas y los fuegos, ¿recuerdas? -Bien, entonces Dumbledore.-Acabo de decirte que él ya lo sabe- dijo Harry bruscamente, poniéndose de pie, tomando su capa de su colgador y girándola alrededor de él-. No tiene propósito que le diga de nuevo. Ron se abrochó la abotonadura de su propia capa, mirando a Harry pensativamente. -Dumbledore querría saber- señaló. Harry se encogió de hombros. -Vamos. todavía tenemos que practicar el Hechizo Silenciador.Regresaron apresurados a través de las tierras oscuras, resbalando y tropezando con el césped barroso, sin hablar. Harry estaba muy pensativo. ¿Qué era lo que Voldemort deseaba hecho que no estaba sucediendo lo suficientemente rápido? ". él tiene otros planes. planes que puede poner en funcionamiento muy calladamente ... cosas que él sólo puede conseguir con cautela. como una arma. Algo que no tenía la ultima vez."Harry no había pensado en esas palabras durante semanas; había estado demasiado absorto en lo qué estaba pasando en Hogwarts, demasiado ocupado resistiendo en las continuas batallas contra Umbridge, la injusticia de toda la interferencia del Ministerio. pero ahora ellas regresaron a él y le hicieron preguntarse si la cólera de Voldemort tendría sentido si no estuviera más cerca de poner sus manos en el arma, cualquier cosa que esta fuera. ¿La Orden lo habría frustrado, evitando que se apoderara de ella? ¿Dónde estaba guardada? ¿Quién la tenía ahora? -Mimbulus Mimbletonia- se escuchó la voz de Ron y Harry volvió a sus sentidos justo a tiempo para trepar a través del agujero del retrato a la sala común. Parecía que Hermione se había acostado temprano, dejando que Crookshanks se enroscara en una silla cercana y un surtido de nudosos sombreros tejidos de elfos posados en una mesa cerca del fuego. Harry agradecía que ella no estuviera por los alrededores, porque no tenía muchos deseos de discutir que su cicatriz le dolía y que también le insistiera en ir con Dumbledore. Ron siguió lanzándole miradas ansiosas, pero Harry apartó su libro de Pociones y se puso a trabajar para terminar su ensayo, aunque sólo estaba pretendiendo concentrarse y para cuando Ron le dijo que él también subía a acostarse, apenas había escrito algo. La medianoche llegó y se fue mientras Harry leía y releía un pasaje sobre los usos de las hierbas de escorbuto , lovage y hierba de estornudo sin entender una palabra. "Estas plantas son muy eficaces en la inflamación del cerebro, y son por consiguiente muy usadas en drogas para confundir y aturdir dónde el mago esté deseoso de producir graves pérdidas de conciencia y atolondramiento..." -. Hermione mencionó que Sirius estaba poniéndose imprudente encerrado en Grimmauld Place. . muy eficaz en la inflamación del cerebro, y...... . el Diario EL Profeta pensaría que su cerebro estaba inflamado si ellos averiguaran que sabía lo que Voldemort estaba sintiendo. . son por consiguiente muy usadas en drogas para confundir y aturdir . . confundir era la palabra, bien; ¿por qué sabía lo que Voldemort estaba sintiendo? ¿Qué era esta rara conexión entre ellos, que Dumbledore nunca había podido explicar satisfactoriamente? . donde el mago este deseoso. . cómo le gustaría a Harry dormir. . de producir graves perdidas de conciencia . . estaba caliente y cómodo en su sillón ante el fuego, con la lluvia todavía pegando pesadamente en los cristales de la ventana, Crookshanks ronroneando, y el crujir de las llamas. El libro se deslizó del flojo apretón de Harry y aterrizó con un ruido sordo embotado en la alfombra de la chimenea. Su cabeza colgó de lado. Estaba caminando una vez más a lo largo de un corredor sin ventanas, sus pasos haciendo eco en el silencio. Mientras la puerta al final del pasaje surgía amenazadoramente grande, su corazón latía más rápido con la excitación. si sólo pudiera abrirla. entrar más allá. Estiró la mano. las yemas de sus dedos estaban a pulgadas de ella. -¡Harry Potter, señor!Se despertó con un sobresalto. Todas las velas se habían extinguido en la sala común, pero había algo moviéndose cerca. -¿Quién está ahí?- preguntó Harry, sentándose derecho en su silla. El fuego casi estaba apagado, el cuarto estaba muy oscuro. -¡Dobby tiene su lechuza, señor!- expresó una voz chirriante. -¿Dobby?- murmuró Harry con voz poco clara, mirando detenidamente a través de la oscuridad hacia la fuente de la voz. Dobby, el elfo doméstico, estaba parado al lado de la mesa en que Hermione había dejado media docena de sus sombreros tejidos. Sus grandes y puntiagudas orejas estaban ahora sobresaliendo por abajo de lo que parecían ser todos los sombreros que Hermione hubiera tejido alguna vez; llevaba puesto uno encima del otro, de modo que su cabeza parecía agrandada por dos o tres pies, y en el más alto estaba sentada Hedwig, ululando serenamente y obviamente curada. -Dobby se ofreció para devolver la lechuza de Harry Potter- explicó el elfo, con una mirada de indudable adoración en su cara-. La profesora Grubbly-Plank dice que está muy bien ahora, señor- se hundió en una reverencia tan profunda que su nariz en forma de lápiz cepilló la superficie raída de la alfombra de la chimenea y Hedwig ululó indignada y aleteó sobre el brazo de la silla de Harry. -¡Gracias, Dobby!- dijo Harry, acariciando la cabeza de Hedwig y pestañeando mucho, intentando librarse de la imagen de la puerta en su sueño. había sido muy vívida. Inspeccionando a Dobby más estrechamente, notó que el elfo también estaba usando varias bufandas e innumerables calcetines, de modo que sus pies parecían demasiado grandes para su cuerpo. -Er. ¿has estado tomando toda la ropa que Hermione ha dejado?-Oh, no, señor- contestó Dobby alegremente-. Dobby ha estado tomando algunas para Winky también, señor.- ¿Sí, cómo está Winky?- se interesó Harry. Las orejas de Dobby se inclinaron ligeramente. - Winky todavía está bebiendo mucho, señor- contestó tristemente, sus ojos verdes redondos y enormes, grandes como pelotas de tenis, se inclinaron hacia abajo-. A ella todavía no le preocupa la ropa, Harry Potter. Ni tampoco a los otros elfos domésticos. Ninguno de ellos limpiará más la Torre de Gryffindor, no con los sombreros y calcetines escondidos por todas partes, los encuentran insultantes, señor. Dobby lo hace todo, señor, pero a Dobby no le importa, señor, porque siempre espera encontrarse a Harry Potter, ¡y esta noche, señor, se le cumplió su deseo!- Dobby se hundió de nuevo en una reverencia profunda-. Pero Harry Potter no parece feliz- continuó Dobby, enderezándose de nuevo y mirando a Harry tímidamente-. Dobby le oyó murmurar en su sueño. ¿Harry Potter estaba teniendo malos sueños?" -No realmente malos- contestó Harry, bostezando y frotando sus ojos-. Los he tenido peores.El elfo inspeccionó a Harry con sus inmensos ojos semejantes a esferas. Entonces dijo muy en serio, inclinando sus orejas:-Dobby desearía poder ayudar a Harry Potter, porque Harry Potter puso en libertad a Dobby y Dobby es muy, muy feliz ahora.Harry sonrió. -No puedes ayudarme, Dobby, pero gracias por la oferta.Se inclinó y recogió su libro de Pociones . Tendría que intentar terminar el ensayo mañana. Cerró el tomo y cuando lo hizo la luz del fuego iluminó las blancas y delgadas cicatrices en el dorso de su mano, resultado de sus detenciones con Umbridge.-Espera un momento, hay algo puedes hacer por mí, Dobby- declaró Harry despacio. El elfo giro su cabeza para mirarlo, radiante. -¡Nómbrelo, Harry Potter, señor!-Necesito encontrar un lugar dónde veintiocho personas puedan practicar Defensa Contra las Artes Oscuras sin ser descubiertas por ninguno de los profesores. Especialmente- Harry apretó su mano en el libro, para que las cicatrices brillaran con un blanco perlado-, la Profesora Umbridge.Esperaba que la sonrisa del elfo desapareciera, que sus orejas se inclinasen; esperaba que le dijera que era imposible, o que intentaría encontrar algún lugar, pero sus esperanzas no eran altas. Lo que no había esperado era que Dobby diera un pequeño salto, que sus orejas se menearan alegremente, y que aplaudiera. -¡Dobby conoce el lugar perfecto, señor!- exclamó alegremente-. Dobby oyó la historia de los otros elfos domésticos cuando vino a Hogwarts, señor. ¡Es conocido por nosotros como el Cuarto que viene y va, señor, o como el Cuarto del Requisito!" -¿Por qué?- preguntó Harry con curiosidad. -Porque es un cuarto en que las personas sólo pueden entrar- contestó Dobby seriamente-, cuando tienen una necesidad real de él. A veces está allí, y a veces no lo está, pero cuando aparece siempre está equipado para las necesidades del buscador. Dobby lo ha usado, señor- confesó el elfo, bajando la voz y luciendo culpable-, cuando Winky ha estado muy ebria; él la ha escondido en el Cuarto del Requisito y ha encontrado allí los antídotos para la cerveza de mantequilla, y una buena cama tamaño elfo para colocarla encima mientras ella duerme señor. y Dobby sabe que Señor Filch ha encontrado allí materiales extras de limpieza cuando se ha quedado corto, señor, y..... -¿Y si realmente necesitara un baño- inquirió Harry, recordando repentinamente algo que Dumbledore había dicho en el baile de Navidad, la Navidad anterior-,¿se llenaría con urinarios? -Dobby supone que sí, señor- respondió Dobby, asintiendo seriamente-. Es un cuarto muy asombroso, señor.-¿Cuántas personas saben sobre él?- interrogó Harry, sentándose más erguido en su silla. -Muy pocos, señor. Mayormente las personas tropiezan con el cuando lo necesitan, señor, pero a menudo nunca lo encuentran nuevamente, porque no saben que está esperando allí siempre a ser llamado al servicio, señor. -Suena brillante- comentó Harry, con su corazón acelerándose-. Suena perfecto, Dobby. ¿Cuándo puedes mostrarme dónde está? -Cuando quiera, Harry Potter, señor- respondió Dobby, luciendo encantado por el entusiasmo de Harry-. ¡Podríamos ir ahora, si gusta!Por un momento Harry estuvo tentado a ir con Dobby. Estaba a mitad de camino fuera de su asiento, proponiéndose darse prisa y subir por su Capa de Invisibilidad cuando, no por primera vez, una voz muy parecida a la de Hermione susurró en su oído: 'imprudente'. Después de todo, era muy tarde, estaba exhausto, y tenía el ensayo de Snape por terminar. -No esta noche, Dobby- denegó Harry con renuencia, hundiéndose de nuevo en su silla-. Esto es muy importante. no quiero arruinarlo, necesitará una planificación apropiada. Escucha, ¿puedes sólo decirme exactamente dónde esta el Cuarto del Requisito, y cómo entrar allí?*** Sus túnicas ondularon y se arremolinaron alrededor de ellos cuando chapotearon por el inundado camino de vegetales hacia la clase doble de Herbología, donde apenas podían oír lo qué la Profesor Sprout estaba diciendo ante el fuerte martilleo de gotas de lluvia como piedras de granizo sobre el techo del invernadero. Las lecciones de Cuidado de Criaturas Mágica de la tarde fueron rehubicadas de las tierras barridas por la tormenta hasta un aula libre en la planta baja y, para su gran alivio, Angelina había buscado a su equipo en el almuerzo para decirles que la práctica de Quidditch estaba cancelada. -Bien- expresó Harry quedamente, cuando se lo informó-, porque hemos encontrado un lugar para tener nuestra primera reunión de Defensa. Esta noche, a las ocho en punto, en el séptimo piso, frente al tapiz donde Barnabás el Loco esta siendo apaleado por esos trolls. ¿Puedes informarles a Katie y Alicia? Pareció que la había tomado ligeramente desprevenida, pero prometió decirle a los demás. Harry regreso hambriento a sus salchichas y puré. Cuando levantó la vista para tomar su jugo de calabaza, se encontró a Hermione mirándolo. -¿Qué?- preguntó con voz densa. -Bueno. es sólo que los planes de Dobby no siempre son seguros. ¿No recuerdas cuándo te hizo perder todos los huesos del brazo?-Este cuarto no es sólo alguna idea loca de Dobby; Dumbledore también sabe sobre él, me lo mencionó en el baile de navidad.La expresión de Hermione se iluminó. -¿Dumbledore te habló sobre el cuarto?-Sólo de pasada- contestó Harry, encogiéndose de hombros. -Oh, todo esta bien entonces- replicó Hermione vivamente y no levantó ninguna otra objeción. Junto con Ron habían pasado la mayor parte del día buscando a las personas que habían puesto sus nombres en la lista en La Cabeza del Cerdo, informándoles dónde encontrarse esa tarde. Ante una ligera decepción de Harry, fue Ginny quien se las arreglo para encontrar a Cho Chang y su amiga primero; al termino de la cena, estaba seguro que la noticia se había pasado a cada una de las veinticinco personas que se habían presentado en La Cabeza del Cerdo. A las siete y media de la noche Harry, Ron y Hermione dejaron la sala común de Gryffindor, el primero empuñando cierto pedazo de pergamino viejo en su mano. A los de quinto año se les permitía estar en los corredores hasta las nueve, pero aún así los tres siguieron mirando alrededor nerviosamente mientras se encaminaban a lo largo del séptimo piso. -Esperen- advirtió Harry, desplegando el pedazo de pergamino en la cima de la última escalera, dándole golpecitos con su varita y murmurando-, juro solemnemente que mis intenciones no son buenas.Un mapa de Hogwarts apareció en la pálida superficie del pergamino. Los negros y diminutos puntos móviles, etiquetados con los nombres, mostraban la localización de varias personas.-Filch está en el segundo piso- comentó Harry, sosteniendo el mapa cerca de sus ojos-, y la Señora Norris está en el cuarto. -¿Y Umbridge?- preguntó Hermione ansiosamente. -En su oficina- contestó Harry, señalando-.OK, vamos. Se apresuraron a lo largo del corredor hacia el lugar que Dobby le había descrito a Harry, un tramo de pared pálida opuesta a un tapiz enorme que pintaba el tonto esfuerzo de Barnabas el Loco por entrenar a los trolls para el ballet. -Bien- dijo Harry quedamente, mientras un troll apolillado hizo una pausa en su implacable apaleo al supuesto profesor de ballet para mirarlos-. Dobby mencionó que debíamos pasar caminando por este pedazo de pared tres veces, concentrándonos con fuerza en lo que necesitamos.Así lo hicieron, girando repentinamente en la ventana, sólo un poco más allá del tramo desnudo de pared, y luego al lado contrario en el jarrón del tamaño de un hombre. Ron había cerrado sus ojos en concentración; Hermione estaba susurrando algo en voz baja; los puños de Harry estaban apretados mientras miraba fijamente hacia adelante."Necesitamos un lugar donde aprender a luchar". pensó. "Solo danos un lugar para practicar. un lugar donde ellos no puedan encontrarnos." -¡Harry!- exclamó Hermione agudamente, cuando giraron por tercera vez. Una puerta sumamente pulida había aparecido en la pared. Ron estaba mirándola fijamente, luciendo levemente desconfiado. Harry extendió la mano, tomó el picaporte de bronce, tiró para abrirla y los guió hacia el interior de un espacioso cuarto, iluminado con antorchas titilantes similares a las que alumbraban los calabozos ocho pisos más abajo.. Las paredes estaban forradas con estantes de madera con libros y en lugar de sillas había grandes almohadones de seda en el suelo. Una serie de estantes en el extremo más lejano del cuarto contenía una variada gama de instrumentos como chivatoscopios, Sensores de lo Oculto y un gran y resquebrajado Reflector de Enemigos, que Harry estaba seguro había estado colgado, el año anterior, en la oficina del falso Moody. -Éstos estarán bien para cuando estemos practicando el Encantamiento Aturdidor- comentó Ron con entusiasmo, golpeando uno de los cojines con su pie. -¡Y miren estos libros!- exclamó Hermione con excitación, pasando un dedo a lo largo de los lomos de los grandes tomos encuadernados en cuero-. "Un Compendio de Maldiciones Comunes y Acciones de Contraataque". "Engañando a Las Artes Oscuras"."Hechizos de Auto-Defensa". estupendo.- giró la cabeza hacia Harry, con la cara brillante, y éste supo que la presencia de centenares de libros había convencido finalmente a Hermione de que lo que estaban haciendo era correcto-. ¡Harry, esto es maravilloso, aquí está todo lo que necesitamos !Y sin dificultad deslizó "Maleficios para los Hechizados" de su estante, se hundió en el cojín más cercano y empezó a leer. Hubo un golpe suave en la puerta. Harry giró la cabeza. Ginny, Neville, Lavender, Parvati y Dean habían llegado. -Wow- dijo Dean, mirando fijamente alrededor, impresionado-. ¿Qué es este lugar? Harry empezó a explicar, pero antes que hubiera terminado más personas habían llegado y tenía que comenzar de nuevo. Para cuando las ocho en punto llegaron, cada cojín estaba ocupado. Harry se desplazó hacia la puerta y dio vuelta a la llave que sobresalía de la cerradura; está hizo un satisfactorio clic y todos se quedaron callados, mirándolo. Hermione marcó cuidadosamente su página de "Maleficios para los Hechizados" y apartó el libro.. -Bien- comenzó Harry, ligeramente nervioso-. Éste es el lugar que hemos encontrado para las sesiones de práctica, y ustedes han....er.....obviamente lo han encontrado aceptable. -¡Es fantástico!- exclamó Cho, y varias personas murmuraron su conformidad. -Es raro- comentó Fred, frunciendo el entrecejo mirando alrededor del cuarto-. Una vez nos escondimos aquí de Filch , ¿recuerdas, George? Pero entonces era un simple armario para escobas.-Eh, Harry, ¿que son estas cosas?- le preguntó Dean desde el fondo del cuarto, indicando los chivatoscopios y el Reflector de Enemigos. -Detectores de Oscuridad- respondió Harry, caminando entre los cojines para alcanzarlos-. Básicamente todos muestran cuando Magos Oscuros o enemigos están alrededor, pero no debes confiar demasiado en ellos, pueden ser engañados.Miró fijamente por un momento el Reflector de Enemigos resquebrajado; figuras oscuras estaban moviéndose dentro de él, aunque ninguno era reconocible. Volvió la espalda al reflector. -Bien, he estado pensando sobre lo que debemos hacer primero y..... er- notó una mano levantada-. ¿Qué, Hermione?-Pienso que primero debemos elegir un líder- propuso Hermione. -El líder es Harry- dijo Cho en seguida, mirando a Hermione como si ella estuviera loca. El estómago de Harry dio un vuelco. -Sí, pero pienso que debemos votar apropiadamente por él- replicó Hermione, imperturbable-. Lo hace formal y le da autoridad. Así que...¿todos los que piensan que Harry debe ser nuestro líder?Todos elevaron su mano, incluso Zacharias Smith, aunque lo hizo con poco entusiasmo. -Er......correcto, gracias- musitó Harry, que podía sentir su cara ardiendo-. Y... ¿Qué Hermione? -También creo que debemos tener un nombre- dijo alegremente, su mano todavía en el aire-. Promovería un sentimiento de espíritu de equipo y unidad, ¿no lo piensas? -¿Podemos ser la Liga Anti-Umbridge?- propuso Angelina esperanzadamente. -¿O el Ministerio de Magia son un Grupo de Atrasados Mentales ?- sugirió Fred. -Estaba pensando- habló Hermione, frunciendo el entrecejo a Fred-, más bien en un nombre que no le diga a todo el mundo de qué se trata, para que nos podamos referir a él sin peligro fuera de las reuniones.-¿La Asociación de la Defensa?- dijo Cho-. La AD para acortar, así nadie sabrá sobre qué estamos hablando.-Sí, AD está bien- concordó Ginny-. Sólo respaldémoslo por la Armada de Dumbledore, porque ese es el peor miedo del Ministerio,¿ verdad? Hubo un murmullo de risas y elogios ante esto. -¿Todos a favor del AD?- preguntó Hermione con aire mandón, arrodillándose en su cojín para contar-. Eso es mayoría.....¡moción aprobada!Clavó el pedazo de pergamino con todas sus firmas sobre la pared y escribió por encima en grandes letras -¿Bien?- dijo Harry, cuándo ella se había sentado de nuevo-. ¿Vamos a practicar entonces? Estaba pensando, lo primero que debemos practicar es Expelliarmus, ya saben, el Encantamiento de Desarme. Sé que es bastante básico pero lo he encontrado muy útil.-Oh, por favor- comentó Zacharias Smith, rodando sus ojos y plegando sus brazos-. No pienso que Expelliarmus vaya precisamente a ayudarnos contra Tú-Sabes-Quién, ¿no?-Yo lo he usado contra él- señaló Harry quedamente-. Salvó mi vida en junio.Smith abrió la boca estúpidamente. El resto del cuarto estaba muy callado. -Pero si piensas que está por debajo de ti, puedes salir- ofreció Harry. Smith no se movió. Ni lo hicieron los demás. -Bien- dijo Harry, su boca ligeramente más seca de lo habitual con todos esos ojos sobre él-, creo que deberíamos dividirnos en parejas y practicar. Se sentía muy raro dando instrucciones, pero no tan raro como viéndolos llevarlas a cabo. Todos se pusieron en seguida de pie y se dividieron. Previsiblemente, Neville fue dejado sin compañero. - Puedes practicar conmigo- le dijo Harry-. Bien, a la cuenta de tres entonces; uno, dos, tres.El cuarto repentinamente se llenó de gritos de Expelliarmus. Las varitas volaron en todas las direcciones; los hechizos errados dieron contra los libros en los estantes y los enviaron volando por el aire. Harry fue demasiado rápido para Neville cuya varita salió dando vueltas de su mano, pegó en el techo en una lluvia de chispas y aterrizó con estrépito encima de un estante del cual Harry la recuperó con un Encantamiento Convocador. Echando un vistazo alrededor, pensó que había tenido razón en hacer que practicaran los fundamentos primero; abundaban los hechizos de mala calidad; muchas personas no estaban teniendo éxito desarmando a sus oponentes completamente, apenas les hacían retroceder unos pasos o sobresaltarse con un hechizo débil que pasaba a toda velocidad sobre ellas. ¡Expelliarmus! -exclamó Neville en dirección de Harry, que tomado desprevenido, hizo volar su varita fuera de su mano. -¡LO HICE! - gritó Neville alegremente-. Nunca lo había hecho antes....¡LO HICE!-¡Bien!- lo alentó Harry, decidiendo no señalar que en un duelo real era improbable que el oponente de Neville estuviera mirando fijamente en dirección opuesta con su varita agarrada flojamente a su lado-. Escucha, Neville, ¿puedes tomar turnos para practicar con Ron y Hermione durante un par de minutos para que yo puedo dar una vuelta y ver cómo lo están haciendo los demás?Harry se dirigió hacia el centro del cuarto. Algo muy extraño le estaba pasando a Zacharias Smith. Cada vez que abría la boca para desarmar a Anthony Goldstein, su propia varita volaba fuera de su mano, aunque Anthony no parecía estar emitiendo algún sonido. Harry no tuvo que mirar muy lejos para resolver el misterio: Fred y George estaban a varios pies de Smith, tomando turnos para apuntar sus varitas a su espalda. -Disculpa, Harry- dijo George apresuradamente, cuando Harry capturó su mirada-. No pude resistirlo.Harry dio unas vueltas alrededor de las otras parejas, intentando corregir a aquellos que estaban haciendo mal el hechizo. Ginny hacía equipo con Michael Corner; lo estaba haciendo muy bien, mientras que Michael o era muy malo o no quería hechizarla. Ernie Macmillan estaba blandiendo su varita innecesariamente, dando tiempo a su compañero para ponerse en guardia; los hermanos Creevey estaban entusiasmados pero erráticos y eran los principales responsables de que todos los libros saltaran fuera de los estantes a su alrededor; Luna Lovegood estaba igual de irregular, ocasionalmente haciendo que la varita de Justin Finch-Fletchley saliera dando vueltas fuera de su mano, otros veces sólo causando que su pelo se pusiera de punta. -¡OK, alto!- gritó Harry-. ¡Deténganse! ¡DETÉNGANSE! "Necesito un silbato" pensó, e inmediatamente descubrió uno que estaba encima de la fila más cercana de libros. Lo levantó y sopló fuerte. Todos bajaron sus varitas. -Eso no estuvo mal- comentó Harry-, pero definitivamente se puede mejorar-. Zacharias Smith lo miró con fiereza- Intentémoslo de nuevo.Nuevamente se puso en marcha alrededor del cuarto, deteniéndose aquí y allá para hacer sugerencias. Lentamente, el desempeño general mejoró. Durante algún tiempo evitó acercarse de Cho y su amiga, pero después de dar un par de vueltas alrededor de cada una de las otras parejas en el cuarto, sintió que no podía ignorarlas más. -¡Oh no!- exclamó Cho bastante exageradamente cuando él se acercó-. ¡Expelliarmious! ,quiero decir, Expellimellius't't....¡ oh, lo siento, Marietta!La manga de su amiga de cabello rizado se había prendido fuego; Marietta lo extinguió con su propia varita y miró con fiereza a Harry como si fuera su culpa. -¡Me pusiste nerviosa, lo estaba haciendo bien antes!- aseguró Cho con tristeza -Eso estuvo bastante bien- mintió Harry, pero cuando ella levantó las cejas rectificó-. Bien, no, estuvo terrible, pero sé que puedes hacerlo correctamente, te estaba mirando desde allí. Ella se rió. Su amiga Marietta los miró bastante agriamente y se alejó. -No te molestes- murmuró Cho. Realmente no quiere estar aquí pero yo la hice venir conmigo. Sus padres le han prohibido que haga algo que pudiera enfadar a Umbridge. Veras, su mamá trabaja para el Ministerio.-¿Qué hay sobre tus padres?- le preguntó Harry. -Bien, ellos me han prohibido ponerme en contra de Umbridge también- explicó Cho, sonriendo orgullosamente-. Pero si piensan que no voy a luchar contra Tú-Sabes-Quién después de lo que le pasó a Cédric.....Se interrumpió, luciendo mas bien desconcertada, y un silencio embarazoso descendió entre ellos; la varita de Terry Boot pasó zumbando por la oreja de Harry y golpeó a Alicia Spinnet con fuerza en la nariz. -¡Pues mi papá está muy a favor de cualquier acción anti-Ministerio!- comentó orgullosamente Luna Lovegood justo detrás de Harry; evidentemente había estado escuchando a escondidas su conversación mientras Justin Finch-Fletchley intentaba desenbarazarse de la túnica que había volado encima de su cabeza-. Siempre está diciendo que creería cualquier cosa de Fudge; ¡quiero decir, con el número de duendes que ha asesinado! Y claro, usa la Sección de Misterios para desarrollar venenos terribles que da en secreto a cualquiera que discrepa con él. Y luego están sus Umgubular Slashkilter-No preguntes- murmuró Harry a Cho cuando abrió la boca, luciendo confundida. Ella lanzó una risita. -Eh, Harry- llamó Hermione desde el otro extremo del cuarto- ¿Has verificado el tiempo?Miró hacia abajo a su reloj y se sobresalto al ver que ya habían pasado diez minutos de las nueve, lo que significaba que necesitarían volver inmediatamente a sus salas comunes o correr el riesgo de ser capturados y castigados por Filch por estar fuera después de la hora. Sopló su silbato; todo el mundo paró de gritar "Expelliannus" y el último par de varitas resonaron en el suelo. -Bien, estuvo bastante bien- los animó Harry-, pero nos hemos excedido, mejor dejémoslo hasta aquí.¿A la misma hora, en el mismo lugar. la próxima semana?-¡Antes!- pidió Dean Thomas ávidamente y muchas personas asintieron su acuerdo. Angelina, sin embargo, habló rápidamente-¡La temporada de Quidditch esta por empezar, y necesitamos que el equipo también practique!-Digamos el próximo miércoles a la noche, entonces- dicidió Harry-. Podemos decidir entonces sobre reuniones adicionales. Vamos, es mejor que empecemos a irnos. Sacó el Mapa Merodeador de nuevo y lo inspeccionó cuidadosamente por si había señales de profesores en el séptimo piso. Les permitió irse en grupos de tres y cuatro, mirando sus diminutos puntos ansiosamente para verificar que regresaran sin peligro a sus dormitorios: los de Hufflepuffs al corredor del sótano que también llevaba a las cocinas; los de Ravenclaws a una torre en el lado oriental del castillo, y los de Gryffindors a lo largo del corredor del retrato de la Dama Gorda. -Estuvo realmente muy bien, Harry- lo felicitó Hermione, cuando finalmente solo quedaron ella, Harry y Ron. -¡Sí, lo estuvo!- agregó Ron con entusiasmo, cuando se deslizaron fuera de la puerta y la vieron fundirse de nuevo en la piedra detrás de ellos-. ¿Me viste desarmar a Hermione, Harry?-Sólo una vez- acotó Hermione molesta-. Yo te desarme muchas más veces que tú a mí -No lo conseguí sólo una vez, lo hice por lo menos tres veces.-Bien, si estás contando la vez en que tropezaste con tus propios pies y golpeaste mi varita arrancándola de mi mano. Discutieron todo el camino de regreso a la sala común, pero Harry no estaba escuchándolos. Tenía un ojo en el Mapa Merodeador, pero también estaba pensando en lo que Cho le había dicho.

sábado, enero 28, 2006

CAPÍTULO 19

CAPÍTULO 19
El león y la serpiente
Durante las siguientes dos semanas, Harry sintió como si estuviera llevando algún tipo de talismán dentro de su pecho, un radiante secreto que lo hizo soportar las clases de Umbridge y hasta logró hacerlo sonreír suavemente mientras veía sus horribles ojos saltones. Él y la AD resistían bajo sus propias narices, haciendo lo que ella y el Ministerio más temían, y cada vez que supuestamente estaba leyendo el libro de Wilbert Slinkhard durante sus clases, en lugar de eso revivía los satisfactorios recuerdos de sus encuentros más recientes, rememorando cómo Neville había desarmado exitosamente a Hermione, cómo Colin Creveey había dominado la Maldición Obstaculizadora después del duro esfuerzo de tres sesiones, cómo Parvati Patil había hecho un Encantamiento Reductor tan bueno que había reducido la mesa, convirtiendo todos los chivatoscopios que había sobre ella en polvoLe estaba resultando casi imposible designar una noche fija de la semana para las reuniones de la AD, ya que tenían que ubicar tres sesiones de práctica del equipo de Quidditch, las cuales cambiaban frecuentemente de fecha, debido al mal clima; pero no se lamentaba por esto; tenía la impresión de que probablemente era mejor mantener impredecible el momento elegido para las reuniones. Si alguien los estuviera vigilando , le sería muy difícil establecer un patrón.Hermione pronto ideó un método muy inteligente para comunicar la fecha y la hora de la próxima reunión a todos los miembros, en caso que necesitaran cambiarla en muy corto tiempo, pues sería muy sospechoso que, con demasiada frecuencia, personas de diferentes casas fueran vistas cruzando el Gran Comedor y hablando entre si. Dio a cada miembro del AD un Galeón falso (al principio Ron se emocionó mucho cuando vio la cesta, convencido de que les estaba repartiendo oro)-¿Ven las numeraciones alrededor del borde de la moneda?- preguntó Hermione sosteniendo una para examinarla al final de su cuarta reunión. Las monedas lucían gruesas y amarillas a la luz de las antorchas-. En los galeones verdaderos, es simplemente un número de serie que se refiere al gnomo que fundió la moneda. En estas monedas falsas, en cambio, los números cambiarán para reflejar la fecha y la hora de la próxima reunión. La moneda se pondrá caliente cuando la fecha cambie, así que si la llevan en el bolsillo la podrán sentir. Cada cual va a tomar una, y cuando Harry decida la fecha y la hora de la próxima sesión, modificará los números de su moneda, y como les puse un Encantamiento Imitador, las demás lo harán junto con la suya.Un gran silencio siguió a las palabras de Hermione. Miró a su alrededor y vio que todas las caras estaban dirigidas hacia ella, un poco desconcertadas.-Bueno...pensé que sería una buena idea-explicó Hermione vacilante-.Digo, aunque Umbridge nos dijera que le demos la vuelta a nuestros bolsillos, no hay nada sospechoso en llevar un galeón ¿o si? Pero...bien, si no quieren usarlas...-¿Puedes hacer un Encantamiento Imitador?-inquirió Terry Boot-Sí- contestó la aludida.-Pero esos...esos son ejercicios de EXTASIS- musitó débilmente.-OH-comentó Hermione tratando de parecer modesta-OH...sí...eso supongo.-¿Cómo es que no estás en Ravenclaw?- demandó, clavando sus ojos en Hermione con algo parecido a la admiración -¿Con un cerebro como el tuyo?-Oh, el Sombrero Seleccionador consideró seriamente enviarme a Ravenclaw durante mi selección-aclaró Hermione radiante-, pero al final optó por Gryffindor. Entonces, ¿vamos a usar los galeones?Hubo un murmullo de aceptación y todos fueron a tomar uno de la cesta. Harry vio a Hermione su lado.-¿Sabes a qué me recuerda esto?-No. ¿A qué?-A los tatuajes de los mortífagos. Cuando Voldemort toca uno, todos los tatuajes les arden, y así saben que tienen que reunirse con él...-Bueno....sí- confesó Hermione en voz baja-, de ahí es de donde obtuve la idea, pero como te darás cuenta, decidí grabar los datos en trozos de metal y no en la piel de los miembros de nuestra sociedad.-Sí...prefiero tu manera-señaló Harry sonriendo, metiendo su moneda en el bolsillo-.Supongo que el único peligro con éstas es que las gastemos accidentalmente.-No lo creo-intervino Ron, que estaba examinando su propio galeón falso con un aire de profunda tristeza-.No tengo ni un solo galeón de verdad con el cual confundirlo.***Al acercarse el primer partido de la temporada de Quidditcch, Gryffindor contra Slytherin, las reuniones de la AD fueron suspendidas, pues Angelina insistía en entrenar casi a diario. El hecho de que la Copa de Quidditch no hubiera sido conseguida por tanto tiempo añadía considerable interés y entusiasmo por el próximo partido; los Ravenclaws y los Hufflepuffs tenían mucho interés en el resultado, pues ellos, por supuesto, jugarían con ambos equipos el próximo año, y los Jefes de Casa de los equipos competidores, aunque intentaran disimularlo fingiendo un espíritu deportivo, estaban decididos a ver a su equipo campeón. Harry se dio cuenta cuanto le importaba a la Profesora McGonagall vencer a Slytherin, cuando se abstuvo de darles tarea la semana antes del partido.-Pienso que ya tienen bastante que hacer por el momento-señaló con altivez. Nadie podía creer lo que oía hasta que miró directamente a Harry y a Ron y dijo-.Estoy acostumbrada a ver la Copa de Quidditch en mi despacho, chicos, y no quiero tener que dársela al Profesor Snape, así que usen el tiempo extra en practicar, ¿Lo harán?Snape no era menos partidario; había reservado el campo de Quidditch para la práctica de Slyterín con tanta frecuencia que los Gryffindor habían tenido dificultades para poder jugar. También estaba haciendo oídos sordos a los muchas quejas de los intentos de Slytherin por lesionar a los jugadores de Gryffindor en los pasillos. Cuando Alicia Spinnet fue a la enfermería con sus cejas creciéndole tan gruesas y tan rápido que le oscurecían la visión y le obstruían la boca, Snape insistió que debió de haber aplicado a si misma el Encantamiento de Crecimiento de Cabello, y se rehusó a escuchar al catorceavo testigo, quien insistía en que había visto al guardameta de Slytherin, Miles Bletchley, echarle un maleficio mientras ella trabajaba en la biblioteca.Harry se sentía optimista acerca de las posibilidades de Gryffindor; después de todo, nunca habían perdido frente al equipo de Malfoy. Había que admitir que Ron aún no llegaba al nivel de Wood, pero estaba trabajando realmente duro para mejorar. Su gran debilidad era su tendencia a peder confianza después de cometer un error; si dejaba entrar un gol se ponía nervioso y de ahí en adelante permitía entrar más goles. Por otra parte, había visto a Ron hacer algunos salvamientos realmente espectaculares cuando estaba en forma; durante una práctica memorable, se había colgado de una mano de su escoba y pateado tan fuerte y tan lejos la quaffle de los aros de gol, que atravesó el campo completo y entró en el aro central del otro lado; el resto del equipo comparó esta jugada con la que había hecho recientemente Barry Ryan, el guardián de la Selección Nacional de Irlanda, contra el cazador polaco, Ladislaw Zamojski. Incluso Fred había dicho que aún podría enorgullecerlos a él y a George y que estaban considerando seriamente admitir que eran parientes, algo que, le aseguraron, habían tratado de negar durante cuatro años.Lo único que preocupaba a Harry era hasta que punto Ron estaba permitiendo que le afectaran las tácticas del equipo de Slytherin para molestarlo, incluso antes de salir al campo. Harry, por supuesto, había soportado sus comentarios insidiosos durante cuatro años, así que los susurros como "Oye, Potty, oí a Warrington jurar que te tiraría de la escoba el sábado", lejos de helarle la sangre, lo hacían reír. "La puntería de Warrington es tan mala, que estaría mas preocupado si se dirigiera a la persona que está a mi lado" contestaba, lo que hacía que Ron y Hermione se rieran, borrándole la sonrisa de la cara a Pansy Parkinson.Pero Ron nunca había soportado una implacable campaña de insultos, burlas e intimidación. Cuando los Slytherins, algunos de ellos de séptimo año y considerablemente mas altos que él, murmuraban mientras pasaban por los corredores "¿Ya reservaste tu cama en la enfermería, Weasley?" no se reía, sino que se ponía de un suave color verde. Cuando Draco Malfoy imitaba a Ron soltando la quaffle (lo cual hacia cada vez que se veían), las orejas de Ron se ponían de un rojo brillante y sus manos temblaban tanto que se le caía todo lo que estuviera sosteniendo en ese momento.Octubre se extinguió en una ráfaga de aire y lluvias torrenciales y Noviembre llegó, frío como acero congelado, con fuertes heladas cada mañana y corrientes de aire gélido que calaban en las manos y cara. El cielo y el techo del Gran Comedor se tornaron de un pálido gris perlado; las montañas alrededor de Hogwarts estaban nevadas y la temperatura dentro del castillo descendió tanto que muchos estudiantes llevaban puestos sus gruesos guantes protectores de piel de dragón en los corredores entre clases.La mañana del partido amaneció brillante y fría. Cuando Harry se despertó miró hacia la cama de Ron y lo vio sentado muy recto, con los brazos alrededor de sus rodillas, observando fijamente al espacio.-¿Estás bien?-preguntó Harry.Ron asintió, pero no habló. Harry recordó la vez que accidentalmente se había echado a si mismo el Encantamiento Vomita Babosas; se veía tan pálido y sudoroso como aquella vez, sin mencionar lo reacio que estaba para abrir la boca.-Lo que necesitas es algo de desayunar-dijo Harry vigorosamente-.Vamos.El Gran Comedor se estaba llenando cuando llegaron, la conversación más fuerte y el ambiente más animado de lo habitual. Mientras pasaban por la mesa de Slytherin hubo un repentino aumento de ruido. Harry miró alrededor y vio que, además de las usuales bufandas y sombreros verdes y plateados, cada uno de ellos llevaba una insignia plateada en forma de algo que parecía una corona. Por alguna razón, muchos de ellos saludaron a Ron, riendo estruendosamente. Harry trató de ver lo que tenían inscrito las insignias mientras pasaban, pero estaba demasiado preocupado tratando que Ron pasara por la mesa lo mas rápido posible como para quedarse el tiempo suficiente para poder leerlas.Recibieron una enardecedora bienvenida en la mesa de Gryffindor, donde todos llevaban el rojo y el dorado, pero esto, lejos de levantar el ánimo de Ron, parecía haber acabado con lo que quedaba de su moral; se dejo caer en la silla más cercana, luciendo como si estuviera frente a su última comida.'I must've been mental to do this,' he said in a croaky whisper. 'Mental.(amiga, mira a ver como traduces esto, a mi me confunde) -No pienses eso - dijo Harry firmemente, pasándole los cereales-.Vas a estar bien. Es normal estar nervioso.-Soy basura - gruñó Ron-.Soy un asco. No puedo jugar ni para salvar mi vida. ¿En qué estaba pensando?-Mantén el control- aconsejó Harry severamente- Mira la parada que hiciste con el pie el otro día, hasta Fred y George dijeron que fue genial.Ron giró un torturado rostro hacia Harry.-Eso fue un accidente- le susurró miserablemente-. No pretendía hacerlo...me resbalé de la escoba mientras nadie me veía y cuando estaba tratando de regresar pateé la Quaffle por casualidad.-Bueno- comentó Harry, recuperándose rápidamente de la desagradable sorpresa -, unos cuantos accidentes más como ese y el juego está en el saco, ¿verdad?Hermione y Ginny se sentaron frente ellos, llevando bufandas, guantes y escarapelas rojo y dorado.-¿Cómo te sientes?- le pregunto Ginny a Ron, quien ahora estaba viendo los desechos de leche en el fondo de su tazón de cereal vació, como si estuviera considerando seriamente tratar de sumergirse en ellos.-Sólo está nervioso- declaró Harry.-Bien, esa es una buena señal, nunca te he visto hacer bien los exámenes si no estás un poco nervioso-comentó Hermione alegremente.-Hola- dijo una voz vaga y distraída detrás de ellos. Harry miró hacia arriba: Luna Lovegood había llegado desde la mesa de Ravenclaw .Muchas personas clavaban sus ojos en ella y unos pocos estaban riendo y señalándola descaradamente; había logrado conseguir un sombrero con la forma de la cabeza de un león de tamaño real, el cual estaba posado precariamente sobre su cabeza.-Estoy apoyando a Gryffindor-declaró Luna, señalando innecesariamente a su sombrero-.Vean lo que hace...Dio un golpecito al sombrero con su varita. El león abrió la boca y dio un rugido muy real que hizo que todos los de alrededor dieran un salto.-¿Es bueno, no?- preguntó Luna alegremente-. Quería que también masticara una serpiente, ya saben, para representar a Slytherin, pero no hubo tiempo. De todas maneras... ¡buena suerte Ronald!Y se fue. Aún no se habían recuperado de la impresión por el sombrero de Luna, cuando Angelina llego apurada, acompañada por Katie y Alicia, cuyas cejas habían sido devueltas a la normalidad por Madame Pomfrey.-Cuando estén listos-les informó-iremos directamente al campo, para comprobar las condiciones y cambiarnos.-Estaremos ahí en un momento-le aseguró Harry-Ron sólo va a tomar algo para desayunar.Sin embargo, luego de diez minutos resultó claro que Ron no era capaz de comer nada más y Harry pensó que era mejor llevarlo a los vestuarios. Mientras se levantaban de la mesa, Hermione se paró también y tomando a Harry por un brazo lo llevó aparte.-No dejes que Ron vea lo que dicen las insignias de Slytherin-le susurro rápidamente.Harry la miro interrogante, pero ella movió la cabeza avisándole; Ron deambulaba hacia ellos, parecía perdido y desesperado.-Buena suerte Ron-dijo Hermione, parándose de puntitas y dándole un beso en la mejilla-.Y para ti también Harry.Ron pareció volver en si ligeramente mientras caminaban de regreso a través del Gran Comedor. Se tocó el punto donde Hermione le había dado el beso, lucía desconcertado, como si no estuviera muy seguro de lo que acababa de pasar. Se veía demasiado distraído para notar lo que pasaba a su alrededor, pero Harry le lanzó una mirada de curiosidad a las insignias en forma de corona mientras pasaban por la mesa de Slytherin y esta vez distinguió las palabras grabadas en ellas.Con el desagradable presentimiento de que esto no podía significar nada bueno, apresuro a Ron para salir al Vestíbulo de Entrada, bajando los escalones de piedra y saliendo hacia el aire frío.El césped congelado crujía bajo sus pies mientras se apresuraban bajando por la pendiente del prado hacia el estadio. No había viento y el cielo era de un uniforme blanco perlado, lo que significaba que la visibilidad sería buena sin el inconveniente de que la luz del sol les diera directo sobre los ojos. Harry le señaló todos estos alentadores factores a Ron mientras caminaban, pero no estaba seguro de que lo estuviera escuchando.Angelina ya se había cambiado y le hablaba al resto del equipo cuando llegaron. Harry y Ron se pusieron sus túnicas (Ron intento hacerlo con el frente hacia atrás durante varios minutos hasta que Alicia se apiado y le fue a ayudar), después se sentaron para escuchar la arenga previa al partido al tiempo que las voces de afuera se hacían cada vez mas fuertes mientras la multitud salía del castillo en dirección al estadio.-Bien, me acabo de enterar de la alineación final de Slytherin-comenzó Angelina consultando un pedazo de pergamino-.Los golpeadores del año pasado, Derrick y Bole ya se fueron pero parece que Montague los reemplazo con los usuales gorilas, ninguno de los cuales puede volar particularmente bien. Son dos tipos llamados Crabbe y Goyle, no se mucho sobre ellos...-Nosotros sí-dijeron Harry y Ron al unísono.-No parecen demasiado listos para diferenciar una punta de la escoba de la otra- comentó Angelina, guardando el pergamino-.Pero siempre me sorprendió que Derrick y Bole fueran capaces de encontrar el camino hacia el campo sin indicaciones.-Crabbe y Goyle son del mismo molde- le aseguró Harry.Podían escuchar cientos de pisadas subiendo las tribunas hacia las graderías para los espectadores. Algunos estaban cantando, pero Harry no entendía las palabras. Comenzaba a sentirse nervioso, pero sabía que sus mariposas eran nada comparadas con las de Ron, que se estaba apretando firmemente el estomago y mirando fijamente hacia adelante de nuevo, con la mandíbula encajada y su piel gris pálido.-Ya es hora-informó Angelina en voz baja, consultando su reloj-.Vamos todos...buena suerte.El equipo se levantó, se echaron sus escobas al hombro y salieron en fila de los vestuarios hacia la deslumbrante luz del sol. Los recibió un bramido de la multitud en el que Harry aún podía escuchar cantar, a pesar de que era amortiguado por las ovaciones y los silbidos. El equipo de Slytherin ya estaba ahí esperándolos. Ellos también llevaban esas insignias plateadas en forma de corona. El nuevo capitán, Montague, tenía la misma complexión que Dudley Dursley, con grandes antebrazos parecidos a jamones peludos. Detrás de él estaban Crabbe y Goyle, casi igual de grandes, parpadeando estúpidamente a la luz del sol y balanceando sus nuevos bates de golpeador. Malfoy estaba de pie a un lado, la luz solar reflejándose en su cabello rubio platinado. Captó la mirada de Harry, y sonriendo burlonamente golpeó ligeramente la insignia con forma de corona sobre su pecho.-Capitanes, dense la mano- ordenó Madame Hooch, que fungía de arbitro, mientras Angelina y Montague se acercaban. Harry podría asegurar que Montague trataba de romper los dedos de Angelina, a pesar de que ella no hizo ningún gesto.-Monten sus escobas...Madame Hooch se llevó su silbato a la boca y sopló. Las pelotas fueron liberadas y los catorce jugadores subieron disparados. Por el rabillo del ojo, Harry vio a Ron dirigirse hacia los postes de gol. Luego subió mas alto, esquivando una bludger y dando una vuelta alrededor del campo, buscando un destello dorado; en el otro lado del estadio, Draco Malfoy estaba haciendo exactamente lo mismo.-Y es Jhonson...Jhonson con la quaffle, que jugadora es esta chica, llevo diciéndolo años y ella aún no sale conmigo...-¡JORDAN!-gritó la profesora McGonagall.-Es solo algo divertido, profesora, añade un poco de interés...y esquiva a Warrington, pasa a Montague, ella ha...¡ouch!...sido golpeada por detrás con una bludger de Crabbe...Montague atrapa la quaffle, Montague por el campo y...bonita bludger por George Weasley, esa es una bludger a la cabeza de Montague, suelta la quaffle, la atrapa Katie Bell, Katie Bell de Gryffindor da un pase de revés a Alicia Spinnet y Spinnet está fuera...El comentario de Lee Jordan resonó por todo el estadio y Harry escuchó todo cuanto pudo, con el viento silbándole en los oídos y la ruido de la multitud, todos gritando, abucheando y cantando.-Esquiva a Warrington, evita una bludger...estuvo cerca Alicia...y la multitud adora esto, sólo escuchen ¿Qué es lo que están cantando?Y mientras Lee hacía una pausa para escuchar, la canción se escuchó mas fuerte y claro desde el mar de verde y plata en la sección de gradas de Slytherin:Weasley no puede bloquear un solo aroNo puede parar nadaPor eso en Slytherin todos cantamosWeasley es nuestro ReyWeasley nació en un basureroSiempre deja entrar la quaffleWeasley se asegurará de que nosotros ganemosWeasley es nuestro Rey¡..Y Alicia se la devuelve a Angelina!-gritó Lee, y mientras Harry viraba bruscamente, hirviendo por dentro ante lo que acababa de escuchar, sabía que Lee estaba tratando de ahogar las palabras de la canción-. ¡Vamos! A Angelina...parece que solo le queda al guardameta por esquivar...ELLA T IRA...Y... ahhh.Bletchley, el guardián de Slytherin, había evitado el gol; se la pasó a Warrington quien aceleró con ella, volando en zig-zag entre Alicia y Katie; el canto de abajo se hacia cada vez más y más fuerte, mientras él se acercaba cada vez más a Ron..Weasley es nuestro ReyWeasley es nuestro ReySiempre deja entrar la quaffleWeasley es nuestro ReyHarry no se pudo aguantar: abandonando su búsqueda de la Snitch, dio una vuelta alrededor para ver a Ron, una figura solitaria en la otra parte del campo, suspendido frente a los aros de gol, mientras el gran Warrington iba hacia él.-Y es Warrington con la quaffle, Warrington acercándose para el gol, está fuera del alcance de la bludger con el guardameta enfrente...La canción sonó más alto desde las gradas de Slytherin.Weasley no puede bloquear un solo aroNo puede parar nada.-Así que es la primera prueba para el nuevo guardián de Gryffindor, Weasley, hermano de los golpeadores Fred y George y un nuevo y prometedor talento en el equipo...¡vamos Ron!Pero un grito de gozo llegó desde la zona de Slytherin: Ron se había lanzado como loco, con los brazos extendidos, y la quaffle había pasado entre ellos derecho al aro central.-¡Slytherin anota!-exclamó la voz de Lee entre los vivas y los abucheos de la multitud allá abajo-. Así que van 10-0 a favor de Slytherin...mala suerte Ron.Los Slytherins cantaron aún mas fuerte.Weasley nació en un basureroSiempre deja entrar la quaffle-Y Gryffindor de nuevo en posesión y es Katie Bell a través del campo-chilló Lee valientemente, aunque la canción se escuchaba tan fuerte que difícilmente se lograba oír él.Weasley se asegurara de que nosotros ganemosWeasley es nuestro Rey.-¿Harry, QUÉ ESTAS HACIENDO?-gritó Angelina, pasando a su lado junto a Katie-.¡SIGUE ADELANTE!Harry se dio cuenta que se había quedado suspendido en el aire, mirando el progreso del partido sin pensar en el paradero de la Snitch; horrorizado, se lanzó en picada y comenzó a dar vueltas al campo de nuevo, observando alrededor, tratando de ignorar el coro que ahora retumbaba en el estadio.Weasley es nuestro ReyWeasley es nuestro ReyNo había ni señal de la Snitch por ninguna parte; Malfoy seguía dando vueltas al campo tal y como él lo hacía. Se pasaron el uno a otro a mitad de campo, yendo en direcciones opuestas y Harry escuchó a Malfoy cantando muy fuerte: "Weasley nació en un basurero".-Y es Warrington de nuevo-gritó Lee-que se la pasa a Pucey, Pucey a Spinnet, vamos Angelina, tu lo puedes agarrar...no, no puedes...pero bonita bludger de Fred Weasley, digo George Weasley, oh que importa, uno de ellos, como sea, Warrington suelta la quaffle y Katie Bell...eh...la suelta también...así que Montague con la quaffle, el capitán de Slytherin Montague toma la quaffle y va por el campo,¡vamos Gryffindor, bloquéenlo!Harry se dirigió hacia el medio campo de Slytherin, detrás de los aros de gol, tratando de ignorar lo que sucedía en los postes de Ron. Mientras aceleraba hacia el guardián de Slytherin, escuchó a Bletchley cantando junto con la multitud de abajoWeasley no puede parar nada-¡Y Pucey vuelve a esquivar a Alicia y se dirige hacia los postes, páralo Ron!Harry no tuvo que ver para saber lo que había pasado: hubo un terrible quejido de la parte de Gryffindor y unos cuantos gritos alegres y aplausos de parte de Slytherin. Mirando hacia abajo, Harry pudo observar a Pansy Parkinson de frente hacia las gradas, con la espalda hacia el campo, mientras dirigía a los seguidores de Slytherin, que cantaban:Por eso en Slytherin todos cantamosWeasley es nuestro Rey.Pero 20-0 no era nada, todavía había tiempo para anotar o atrapar la Snitch. Algunos goles y estarían al frente como siempre, Harry se dijo a si mismo, pasando entre los jugadores en persecución de algo brillante que resulto ser la correa del reloj de Montague.Pero Ron dejo entrar dos goles más. Ahora había un poco de pánico en el deseo de Harry de encontrar la Snitch. Si sólo pudiera atraparla pronto y acabar el juego rápido.-Y Katie Bell de Gryffindor esquiva a Pucey, evita a Montague, bonito giro Katie y se la pasa a Jhonson, Angelina Jhonson de Gryffindor toma la quaffle, pasa a Warrington, va hacia los postes, vamos Angelina, ahora...¡GRYFFINDOR MARCA! Van 40-10 a favor de Slytherin y Pucey tiene la quaffle.Harry pudo escuchar el ridículo sombrero de león de Luna rugir entre los vítores de Gryffindor y se sintió aliviado; solo treinta puntos más, no era nada, se podían recuperar fácilmente. Harry esquivó una budgler que Crabbe había mandado en su dirección y siguió en búsqueda de la Snitch por el campo, poniendo un ojo en Malfoy en caso de que diera señales de haberla visto, pero Malfoy, al igual que él, continuaba dando vueltas, buscando infructuosamente...-Pucey se la pasa a Warrington, Warrington a Montague, Montague de vuelta a Pucey...Jhonson interviene, Jhonson toma la quaffle, Jhonson a Bell, esto se ve bien...digo mal...Bell es golpeada por una bludger de parte de Goyle de Slytherin, y Pucey de nuevo en posesión...Weasley nació en un basureroSiempre deja entrar la quaffleWeasley se asegurará de que nosotros ganemosPero Harry la había visto al fin: la pequeña y alada Snitch dorada estaba a unos pies del suelo al final del campo de Slytherin. Se lanzó en picada...En cuestión de segundos, Malfoy salía disparado a la izquierda de Harry, un bulto verde y plata casi paralelo a su escoba...La Snitch bordeó la base de uno de los postes de gol y se movió hacia el otro lado de las gradas, cambio de dirección favorable para Malfoy, quien estaba más cerca. Harry empujo su Saeta de Fuego, él y Malfoy estaban ahora cuello con cuello...A unos pocos pies del suelo, Harry soltó su mano derecha de la escoba, alargándola hacia la Snitch...a su derecha, el brazo de Malfoy también estaba extendido, se estaba acercando...Todo se había terminado en dos desesperantes segundos. Los dedos de Harry se cerraron alrededor de la pequeña pelota...las uñas de la mano de Malfoy agarraron el dorso de la mano de Harry sin esperanza...Harry dirigió su escoba hacia arriba, con la rebelde Snitch en su mano y los espectadores de Gryffindor gritaron con aprobación.Estaban salvados, no importaba que Ron hubiera dejado entrar esos goles, nadie lo recordaría ahora que Gryffindor había ganado.WHAMUna bludger golpeó a Harry por la región lumbar y éste salió volando hacia delante fuera de su escoba. Afortunadamente, apenas estaba a unos cinco o seis pies de altura sobre el suelo, pues había bajado para atrapar la Snitch, pero aún así el golpe le quitó el aire mientras aterrizaba con su espalda sobre el campo congelado. Escuchó a Madame Hooch sonar su silbato, un rugido en las gradas compuesto por gritos de enojo y burlas, un silencio y luego la voz frenética de Angelina.-¿Estás bien?-Por supuesto que sí - respondió Harry sonriendo, tomando su mano y permitiéndole que lo ayudara a ponerse de pie. Madame Hooch se acercaba a uno de los jugadores de Slytherin detrás de él, pero desde ese ángulo no podía ver quién era.-Fue ese tipo, Crabbe- aclaró Angelina enojada- golpeó esa bludger hacia ti en el momento que vio que tenías la Snitch... ¡pero ganamos Harry, ganamos!Harry escuchó un resoplido detrás de él y se giró, aún sosteniendo la Snitch en su mano firmemente: Draco Malfoy había aterrizado cerca. Con su cara blanca de furia empezó a hablar:-¿Salvaste el cuello de Weasley ,no es cierto?-le dijo a Harry-.Nunca había visto a un guardián tan malo...pero en fin, él nació en un basurero...¿te gustó mi lírica, Potter?Harry no respondió. Se había volteado para reunirse con el resto del equipo que estaban aterrizando uno a uno, golpeando el aire con triunfo; todos menos Ron, que había desmontado su escoba cerca de los postes de gol y parecía ir hacia los vestuarios solo.-¡Queríamos escribir otro par de versos!- señaló Malfoy mientras Katie y Alicia abrazaban a Harry-Pero no pudimos encontrar rimas para gorda y fea...queríamos cantar sobre su madre, ya sabes...-¡Vete a la porra!-intervino Angelina, dirigiendo a Malfoy una mirada de disgusto.-Tampoco pudimos poner inútil perdedor ...por su padre, ya sabes...Fred y George se dieron cuenta de lo que estaba hablando Malfoy. A mitad de camino para saludar a Harry, se pusieron tiesos, mirando a Draco.-¡Déjalo!-dijo Angelina, tomando a Fred por el brazo-Déjalo Fred, déjalo que grite, solo está enojado porque perdieron...-Pero a ti te gustan los Weasley,¿verdad Potter?-continuó Malfoy resoplando-.Pasas con ellos las vacaciones y todo, ¿verdad? No sé cómo puedes estar en la peste, pero supongo que después de haber sido criado con muggles, hasta la casucha de los Weasley está bien.Harry trató de agarrar a George. Mientras tanto, Angelina, Alicia y Katie combinaban sus esfuerzos para evitar que Fred se lanzara sobre Malfoy, quien se estaba riendo abiertamente. Harry miró alrededor buscando a Madame Hooch, pero ella seguía reprendiendo a Crabbe por su ataque ilegal con la bludger.-O tal vez-dijo Malfoy, lanzándole una mirada mientras retrocedía-, puedas recordar como olía la casa de tu madre, Potter, y la pocilga de los Weasley quizás te la traiga a la memoria...Harry no fue consciente de haber soltado a George, lo único que supo fue que al segundo siguiente, los dos estaban corriendo hacia Malfoy. Se había olvidado completamente que todos los profesores estaban mirando: lo único que quería era causarle a Mafoy todo el dolor posible; sin tiempo para sacar su varita, solo echó hacia atrás el puño en donde tenía apretada la Snitch y lo hundió lo mas fuerte que pudo en el estómago de Malfoy.-¡Harry!¡HARRY!¡GEORGE!¡NO!Podía escuchar las voces de las chicas gritando, a Malfoy gritando, a George maldiciendo, un silbato sonando y a la muchedumbre a su alrededor, pero no le importó. Hasta que alguien de la multitud grito ¡Impedimenta! y se encontró tirado en el suelo de espaldas sujeto por la fuerza del hechizo, no abandonó el intento de golpear cada centímetro de Malfoy que estuviera a su alcance.-¿Qué creen que están haciendo?-gritó Madame Hooch, mientras Harry se ponía de pie; al parecer había sido ella quien lo había golpeado con el Hechizo Obstaculizador; sostenía su silbato en una mano y su varita en la otra, su escoba abandonada a unos metros. Malfoy estaba hecho un ovillo en el suelo, quejándose y gimiendo, con la nariz sangrando; George tenía un labio hinchado; Fred seguía detenido por las tres cazadoras y Crabbe estaba riéndose atrás.-¡Nunca he visto un comportamiento así...de regreso al castillo, ustedes dos, derecho al despacho de su Jefe de Casa!¡Vamos, ahora!Harry y George giraron sobre sus talones y salieron del estadio, los dos jadeando, sin dirigirse la palabra. Los aullidos y las burlas de la multitud se iban extinguiendo cada vez más mientras llegaban al Vestíbulo de Entrada, donde solo podían oír el ruido de sus propios pasos. Harry se dio cuenta que apretaba algo en su mano derecha, con el puño que le había pegado a Malfoy en la mandíbula. Mirando hacia abajo, observó las alas plateadas de la Snitch sobresaliendo por entre sus dedos, luchando para ser liberada.Apenas habían llegado a la puerta del despacho de la Profesora McGonagall cuando ésta llegó caminando por el corredor detrás de ellos. Llevaba una bufanda de Gryffindor, pero se la quito del cuello con manos temblorosas y se dirigió hacia ellos, lívida.-¡Adentro!-dijo con furia, señalando la puerta. Harry y George entraron. Ella camino hasta detenerse detrás de su escritorio dándoles la cara, furiosa, mientras la bufanda de Gryffindor estaba en el suelo a su lado.-Bien-empezó-.Nunca había visto tan vergonzosa exhibición. ¡Dos contra uno!¡Explíquense!-Malfoy nos provocó- declaró Harry fríamente.-¿Los provocó?-gritó la Profesora McGonagall, golpeando con el puño su escritorio, de modo que su lata de tartán se cayó y se abrió, desparramando por el suelo las galletas de jengibre-.-¿Él acaba de perder, o no?¡Por supuesto que quería provocarlos! Pero qué demonios dijo para que justificara que ustedes dos...-Insultó a mis padres-explicó George-. Y a la mamá de Harry.-Pero en vez de dejar que Madame Hooch lo solucionara, ustedes dos decidieron dar una exhibición de duelo muggle-gritó la Profesora McGonagall-.¿Tienen alguna idea de lo que...?-Hem,hemHarry y George giraron en redondo. Dolores Umbridge estaba parada en el umbral de la puerta, envuelta en una capa tweed de color verde, que acentuaba más su aspecto de sapo gigante, y sonriendo de esa horrible y asquerosa manera que Harry no asociaba con nada bueno.-¿Puedo ayudar, Profesora McGonagall?-preguntó la Profesora Umbridge en su más suave y venenosa voz.La sangre se le subió a la cabeza a la Profesora McGonagall.-¿Ayudar?-repitió con voz oprimida-¿A qué se refiere con "ayudar"?La Profesora Umbridge entró en la oficina, aun con su asquerosa sonrisa.-Pensé que usted estaría agradecida con un poquito de autoridad extra.Harry no se hubiera sorprendido en absoluto de ver chispas volando por la nariz de la Profesora McGonagall.-Pensó mal- replicó, dándole la espalda a Umbridge-.Ahora ustedes dos escuchen bien. No me importa que provocación les haya hecho Malfoy, no me interesa si él insultó a cada miembro de familia que tengan; su comportamiento fue desagradable y les voy a dar una semana de castigo.¡No me veas así Potter, te lo buscaste !Y si alguno de ustedes vuelve...-Hem,hemLa Profesora McGonagall cerró los ojos como implorando paciencia mientras volvía su cara hacia la Profesora Umbridge de nuevo.-¿Si?-Pienso que ellos se merecen más que detenciones-declaró Umbridge, sonriendo más ampliamente.Los ojos de la Profesora McGonagall se abrieron.-Pero desafortunadamente-le dijo, intentando devolverle la sonrisa que la hacia parecer como si tuviera la mandíbula encajada -eso es lo que yo pienso que merecen, ya que están en mi casa, Dolores.-Bien, ahora Minerva-contestó la Profesora Umbridge- creo que entenderás que lo que yo piense también cuenta.....¿Dónde está? Cornelius lo acaba de mandar...quiero decir- esbozó una falsa risita mientras buscaba en su bolso-, el Ministro acaba de mandar...ah si...Sacó un pergamino, lo desplegó y aclaró su garganta antes de comenzar a leer.-Hem,hem...Decreto Educacional Numero Veinticinco...-¡No, otro mas!-exclamo violentamente la Profesora McGonagall -Pues si- contestó Umbridge aún sonriendo-. De hecho, Minerva, fuiste quien me hizo ver que necesitábamos otra enmienda. ¿Te acuerdas cómo hiciste caso omiso, cuando yo no estaba dispuesta a permitir que el equipo de Quidditch de Gryffindor se reformara? ¿Cómo le llevaste el caso a Dumbledore, quien insistió en que el equipo debía poder jugar? Pues bien, yo no podía permitir eso. Contacté al Ministro al instante, y estuvo bien de acuerdo conmigo en que el Gran Inquisidor tiene el poder de despojar a los estudiantes de privilegios o ella- quiero decir yo- iba a tener menos autoridad que los maestros comunes! Y ahora puedes ver, ¿verdad Minerva? cuanta razón tenía en intentar impedir que el equipo de Gryffindor se reformase. Esos humores espantosos. Como quiera, estaba leyendo en voz alta nuestra enmienda.hem, hem. A partir de ahora El Gran Inquisidor va a tener autoridad suprema sobre todos los castigos, sanciones y eliminación de privilegios pertenecientes a los estudiantes de Hogwarts, y el poder de alterar tales castigos sanciones y eliminación de privilegios que hayan sido ordenados por otros miembros docentes. Firmada, Cornelius Funge, Ministro de Magia, Orden de Merlín Primera Clase, etc., etc....- Enrolló el pergamino y lo volvió a colocar en su cartera, aún sonriendo.-Entonces. En realidad pienso que voy a tener que suspender a estos dos de jugar Quidditch para siempre-. declaró, mirando de Harry a George y de nuevo a Harry.Harry sentía como la Snitch se agitaba furiosamente en su mano. -¿Expulsados?- murmuró, y su voz parecía de una manera extrañamente distante-. De jugar. ¿para siempre?-Sí, señor Potter, pienso que una prohibición de por vida debería surtir efecto- señaló Umbridge, su sonrisa se ensanchaba todavía más y lo miraba luchar para comprender lo que le había dicho-. Usted y el Señor Weasley aquí presente . Y pienso, para asegurarme, al gemelo de este joven también. Si sus compañeros de equipo no lo hubieran parado, presiento que habría atacado al joven Señor Malfoy también. Quiero sus escobas voladoras confiscadas, desde luego; las guardaré en mi despacho, para asegurarme que no hay ninguna infracción a mi prohibición. Pero no soy irrazonable, Profesora McGonagall- continuó, girándose hacia ésta quien ahora estaba de pie, como si hubiese sido tallada en hielo, mirándola fijamente-. El resto del equipo puede seguir jugando, no vi signos de violencia de ninguno de ellos. Bien. Buenas Tardes-. Y con una mirada de gran satisfacción abandono la habitación, dejando un silencio de horror a su paso. *** -¿Suspendidos?-susurró Angelina con la voz apagada, más tarde esa noche en la Sala Común-. Suspendidos. Sin buscador y sin golpeadores...¿Qué vamos a hacer?Ni parecía que habían ganado el partido. Donde quiera que Harry mirara había caras desconsoladas y enojadas; todo el equipo estaba sentado cerca del fuego, menos Ron, que no había sido visto desde el final del partido.-Es tan injusto-comentó Alicia-. Quiero decir ¿Qué pasó con Crabbe y la bludger que golpeó después de que había sonado el silbato? ¿También tiene prohibición?-No-contestó Ginny sintiéndose miserable; ella y Hermione estaban sentadas a ambos lados de Harry-. Solo le pusieron líneas, escuché a Montague burlándose de eso en la cena.-¡Y prohibir a Fred cuando no hizo nada!-continuó Alicia furiosa, golpeándose la rodilla con su puño.-No es mi culpa si no lo hice-intervino Fred, con una mirada muy fea en su cara-Yo hubiera golpeado a esa pequeña escoria hasta hacerlo papilla si ustedes tres no me hubieran detenido.Harry miró tristemente hacia la oscura ventana. La nieve estaba cayendo. La Snitch que había atrapado ahora estaba volando alrededor de la Sala Común; la gente la observaba como hipnotizados y Crookshanks saltaba de silla en silla, tratando de atraparla.-Me voy a la cama-declaró Angelina poniéndose lentamente de pie-.Tal vez esto sea solo una pesadilla...talvez me despierte mañana para encontrarme con que todavía no hemos jugado...Pronto la siguieron Alicia y Katie. Fred y George se fueron a la cama tiempo después, lanzándole miradas fulminantes a todos los que pasaban, Ginny se fue después de ellos. Al final, solo quedaron Harry y Hermione al lado del fuego.-¿Has visto a Ron?-preguntó Hermione en voz baja.Harry negó con la cabeza.-Creo que nos está evitando-dijo Hermione-¿Dónde crees que él...?Pero en ese preciso momento hubo un crujido detrás de ellos mientras la Dama Gorda se movía hacia adelante y Ron entró por el agujero del retrato. Estaba muy pálido y tenia nieve en el cabello. Cuando vio a Harry y a Hermione, se detuvo en seco.-¿Dónde has estado?-preguntó Hermione preocupada. poniéndose de pie.-Caminando-contestó Ron entre dientes. Aun llevaba puesto el uniforme de Quidditch,-Estás congelado-agregó Hermione-.¡Ven a sentarte!Ron camino hacia un lado del fuego y se sentó en la silla mas alejada de la de Harry, sin verlo. La Snitch robada estaba zumbando sobre sus cabezas.-Lo siento-murmuro Ron, con la vista en sus pies.-¿Por qué?-preguntó Harry.-Por pensar que podía jugar Quidditch-respondió Ron-.Lo primero que voy a hacer mañana será renunciar.-Si renuncias-dijo Harry-, sólo quedarán en el equipo tres personas. Como Ron parecía confundido, le explicó-.Me han dado suspensión de por vida. también a Fred y a George.-¿Qué?-gritó Ron.Hemione le contó toda la historia; Harry no hubiera soportado volverla a contar. Cuando hubo acabado, Ron se veía mas angustiado que antes.-Todo es culpa mía...-Tu no me hiciste golpear a Malfoy- apuntó Harry enojado.-Si no fuera tan malo al Quidditch...-No tiene nada que ver con eso.-Fue esa canción la que me volvía loco...-Habría vuelto loco a cualquiera.Hermione se levantó y caminó hacia la ventana, lejos de la discusión, viendo la nieve arremolinarse contra el cristal.-¡Ya, déjalo!- explotó Harry-¡Ya es bastante malo sin que te estés culpando por todo!Ron no dijo nada, pero se sentó mirando miserablemente su túnica húmeda; después de un rato dijo con voz apagada-Nunca me había sentido tan mal en mi vida.-Únete al grupo-comentó Harry amargamente.-Bien-dijo Hermione con su voz temblando ligeramente-.Creo que hay algo que puede alegrarlos a los dos.-¿Oh, si?- preguntó Harry escépticamente.-Si-contestó Hermione, alejándose de la negra ventana llena de nieve y una sonrisa apareció en su rostro.- Hagrid ha vuelto.Capitulo 20LA HISTORIA DE HAGRID Traduccion: Harrymanía pura ;-) Harry corrió a toda velocidad al dormitorio de los muchachos para sacar la Capa de Invisibilidad y el Mapa del Merodeador de su baúl; fue tan rápido que él y Ron estaban listos para salir al menos cinco minutos antes que Hermione bajase a toda prisa del dormitorio de las chicas, llevando bufanda, guantes y uno de sus nudosos sombreros de elfo. -¡Bueno, hace frío allí fuera!- expresó a la defensiva, cuando Ron chasqueó su lengua con impaciencia. Se deslizaron a través del agujero del retrato y se cubrieron apresuradamente con la Capa. Ron había crecido tanto que ahora necesitaba agacharse para evitar que se viesen sus pies; moviéndose lenta y cautelosamente, procedieron a bajar las múltiples escaleras, deteniéndose de vez en cuando para inspeccionar en el mapa las señales de Filch o la Sra. Morris. Estaban de suerte; no vieron a nadie con excepción de Nick Casi Decapitado, quien se estaba deslizando distraídamente, canturreando algo que se parecía horriblemente a "Weasley es nuestro Rey". Cruzaron sigilosamente el Vestíbulo de Entrada y salieron a las silenciosas tierras nevadas. Con un gran salto de su corazón, Harry vio pequeños cuadrados de luz adelante y humo enrollándose encima de la chimenea de Hagrid. Apresuró la marcha mientras los otros dos se empujaban y golpeaban detrás de él. Hicieron crujidos agitados al caminar por la espesa nieve hasta que por fin alcanzaron la puerta de madera del frente. Cuando Harry levantó su puño y golpeó tres veces, en su interior un perro empezó a ladrar frenéticamente. -¡Hagrid, somos nosotros!- llamó Harry a través del ojo de la cerradura. -¡Debí suponerlo!- exclamó una voz hosca. Sonrieron bajo la capa; podrían asegurar, por la voz de Hagrid, que estaba contento.-He estado en casa tres segundos. . . fuera del camino, Fang. . . fuera del camino, eh, perro dormilón. . . El cerrojo se deslizó, la puerta rechinó al abrirse y la cabeza de Hagrid apareció en el dintel. Hermione gritó. -¡Por la barba de Merlin, contrólate!- dijo Hagrid apresuradamente, mientras miraba frenéticamente por encima de sus cabezas-. ¿Están bajo esa capa, verdad? ¡Bien, entren, entren! -¡Lo siento!- se disculpó Hermione sin aliento, mientras los tres se apretujaban para entrar en la casa de Hagrid y retiraban la capa para que pudiera verlos-. Yo sólo...... ¡oh, Hagrid! -¡No es nada¡, ¡no es nada!- aseguró Hagrid con rapidez, cerrando la puerta detrás de ellos y apresurándose a correr todas las cortinas, pero Hermione continuaba mirándole fijamente con horror. El cabello de Hagrid estaba enredado con sangre coagulada y su ojo izquierdo se había reducido a una abertura hinchada en medio de una masa magullada púrpura y negra. Había muchos cortes en su cara y manos, alguno de los cuales todavía sangraban, y se estaba moviendo cautelosamente, lo que hizo a Harry sospechar que tenía alguna costilla rota. Era obvio que acababa de llegar a su casa: una gruesa capa de viaje negra yacía en el respaldo de una silla y una mochila lo suficientemente grande para meter a varios niños pequeños se apoyaba contra el lado interno de la puerta. El propio Hagrid, dos veces del tamaño de un hombre normal, ahora se dirigía cojeando hacia el fuego y ponía una olla cobriza encima. -¿Qué te pasó?- preguntó Harry, mientras Fang bailaba alrededor de todos ellos, intentando lamerles las caras. -Ya te lo dije, nada- contestó Hagrid firmemente-. ¿Quieren una taza? -¡Deja eso!- exclamó Ron-. ¡Fíjate en tu estado! -Estoy diciendo que estoy bien- aseveró Hagrid, mientras se enderezaba y se volvía para sonreírles a todos, pero haciendo una mueca de dolor-. Demonios, es bueno verlos a los tres de nuevo. ¿Tuvieron un buen verano, eh? -Hagrid, ¡has sido atacado!- exclamó Ron. -Por última vez, ¡no es nada!- enfatizó Hagrid firmemente. -¿Dirías que no era nada si uno de nosotros regresara con una libra de carne picada en lugar de la cara?- exigió Ron -Tienes que ir a ver a la Señora Pomfrey, Hagrid- aconsejó Hermione ansiosamente-, algunos de esos cortes lucen muy mal. -Ya me estoy ocupando de ello, ¿de acuerdo?- declaró Hagrid cortante. Caminó hacia la enorme mesa de madera que se encontraba en el medio de su cabaña y tiró bruscamente de un paño de cocina que estaba allí. Debajo había un bistec crudo, ensangrentado, y teñido de verde, ligeramente más grande que un neumático común. -No te lo vas a comer, ¿verdad Hagrid?- preguntó Ron, mientras se inclinaba para ver más cerca - Parece venenoso.-Se supone que se vea así, es carne del dragón- explicó Hagrid-. Y no me lo voy a comer-cogió el bistec y lo apoyó con fuerza en el lado izquierdo de su cara. Sangre verdosa goteó hacia abajo de su barba mientras lanzaba un suave gemido de satisfacción. -Así está mejor. Ayuda con el ardor, ¿saben?.' -Entonces, ¿vas a decirnos que te pasó?- insistió Harry. -No puedo, Harry. Es ultra secreto. Peligraría más que mi trabajo si te lo dijera. -¿Te golpearon los gigantes, Hagrid?- preguntó Hermione quedamente. Los dedos de Hagrid resbalaron del bistec de dragón, el cual cayó húmedamente en su pecho. -¿Gigantes?- dijo Hagrid, mientras cogía el bistec antes que alcanzara su cinturón y volvía a lanzarlo encima de su cara-. ¿Quién ha dicho nada sobre gigantes? ¿Quién ha hablado de ellos? ¿Quién les ha contado que yo....quién ha dicho que yo......eh?-Lo adivinamos- aclaró Hermione disculpándose. -Oh, eso hicieron, ¿verdad?- preguntó Hagrid, mientras la inspeccionaba severamente con el ojo que no estaba oculto por el bistec. -Era bastante. . . obvio- intervino Ron. Harry asintió. Hagrid les miró ferozmente; luego resopló, tiró el bistec sobre la mesa y caminó hacia la tetera que ya estaba silbando. -Nunca he conocido chicos que les guste averiguar tanto como a ustedes tres- murmuró, vertiendo el agua hirviente en tres de sus tazas con forma de balde-. Y no es ningún cumplido, ninguno. Curiosos, les llaman algunos. Entrometidos. Pero su barba temblaba. -¿Así que fuiste a buscar a los gigantes?- señaló Harry, mientras sonreía abiertamente cuando se sentó a la mesa. Hagrid puso el té delante adelante de cada uno de ellos, se sentó, recogió su bistec de nuevo y lo volvió a colocar encima de su cara. -Sí, de acuerdo- gruñó-, lo hice.-¿Y los encontraste?- preguntó Hermione suavemente. -Bien, para ser sincero, no son difíciles de encontrar- contestó Hagrid-. Bastante grandes, verán.-¿Dónde están?- preguntó Ron. -Montañas- dijo Hagrid renuente. -¿Y por qué los Muggles no.......? -Lo hacen- explicó Hagrid sombríamente- Sólo que sus muertes siempre son atribuidas a accidentes de montaña. Ajustó el bistec un poco de manera que cubriera la parte más maltratada de su rostro. -¡Vamos, Hagrid, cuéntanos lo de has estado haciendo!- pidió Ron-. Cuéntanos sobre el ataque de los gigantes y Harry puede contarte sobre el ataque de los Dementores.Hagrid se atragantó con su taza y dejó caer su bistec al mismo tiempo; una gran cantidad de saliva, té y sangre de dragón fue rociada sobre la mesa cuando Hagrid tosió y farfulló y el bistec resbaló, con un suave rocío húmedo, hasta el suelo. -¿Qué quiere decir atacado por los Dementores?- gruñó Hagrid. -¿No lo sabías?- le preguntó Hermione, con los ojos desorbitados. -No sé nada de lo que ha pasado desde que me fui. Estaba en una misión secreta, ¿cierto?- ¡No quería tener lechuzas siguiéndome por todas partes!......¡Malditos Dementores! ¿Están hablando en serio?-Sí, es cierto, aparecieron en Little Whinging y nos atacaron a mi primo y a mí, y luego el Ministerio de Magia me expulsó.....-¿QUÉ? -.....y tuve que ir a una audiencia y todo; pero primero cuéntanos sobre los gigantes. -¡Te expulsaron! -Dinos sobre tu verano y yo te contaré sobre el mío.Hagrid le miró echando chispas a través de su ojo abierto. Harry le sostuvo la mirada con una expresión de inocente determinación en su rostro. -Oh, de acuerdo- claudicó Hagrid con voz resignada. Se agachó y sacó el bistec de dragón de la boca de Fang. -Oh, Hagrid, no, no es higiénico- empezó Hermione, pero ya Hagrid había colocado el trozo de carne sobre su ojo hinchado. Tomó otro fortificante sorbo de te , luego explicó-Bien, partimos en cuanto terminó el año..... - ¿Entonces Madame Maxime fue contigo?- preguntó Hermione.-Si, así es- contestó Hagrid y una expresión más suave apareció en los pocos centímetros de su cara que no estaban cubiertos por su barba o el verde bistec-. Sí, fuimos solamente nosotros, y les diré esto, ella no tiene miedo al peligro. Olympe, ya saben, es una fina dama bien vestida, y sabiendo a dónde íbamos me preguntaba que pensaría sobre escalar o dormir en cuevas, pero nunca se quejó. -¿Sabias a donde ibas?- repitió Harry-. ¿Sabías dónde estaban los gigantes? -Bien, Durnbledore sabía, y nos lo dijo- explicó Hagrid. -¿Están ocultos?- preguntó Ron- ¿Es un lugar secreto dónde están? -No realmente- señaló Hagrid, mientras agitaba su desgreñada cabeza-. Es solo que la mayoría de los magos no se preocupan en donde se encuentran, siempre y cuando estén lejos de sus caminos. Pero de cualquier modo, conseguirlos es difícil para los humanos, por lo que necesitamos las instrucciones de Dumbledore. Nos tomó cerca de un mes llegar hasta allí.-Un mes?- dijo Ron, como si nunca hubiera oído hablar de un viaje que durara un tiempo tan ridículamente largo-. Pero......¿por qué no pudiste utilizar simplemente un traslador o algo parecido? Había una extraña expresión en el ojo bueno de Hagrid mientras miraba a Ron; era casi de lástima. -Estábamos siendo vigilados, Ron- aclaró ásperamente. -¿Qué quieres decir? -No entiendes- insistió Hagrid-. El Ministerio tiene puesta la mira en Dumbledore y en cualquiera que sepan que está relacionado con él, y........ -Sabemos sobre eso- comentó Harry rápidamente, ansioso por escuchar el resto de la historia de Hagrid-, sabemos que el Ministerio vigila a Dumbledore.-¿Entonces no pudieron usar magia para llegar hasta allí?- preguntó Ron, luciendo perplejo-. ¿Tuvieron que actuar como Muggles todo el viaje? -Bueno, no exactamente todo el viaje- respondió Hagrid cauteloso-. Sólo tuvimos que ser cuidadosos, porque Olympe y yo, nosotros sobresalimos un poco........Ron lanzó un ahogado sonido, entre risa y gruñido, y se apresuró a tomar un sorbo de té.-........así que no somos difíciles de seguir. Pretendimos que íbamos de vacaciones juntos, así que nos fuimos a Francia, simulando que nos dirigíamos a la escuela de Olympe, pues sabíamos que alguien del Ministerio nos estaba siguiendo. Teníamos que ir despacio, porque yo realmente no estoy autorizado para el uso de la magia y estábamos conscientes que el Ministerio buscaba una razón para detenernos. Pero nos las arreglamos para perder al tipo que nos pisaba los talones cerca de Dee-John.-¿Ooooh, Dijon?- intervino Hermione animadamente-. Estuve allí en vacaciones, ¿sabes? Guardó silencio ante la expresión de la cara de Ron. -Nos arriesgamos a usar un poco de magia después de eso y no fue un mal viaje. Nos encontramos con un par de trolls enfadados en la frontera polaca y tuve un leve desacuerdo con un vampiro en una taberna en Minsk, pero aparte de eso no pudo ser mejor. Y luego llegamos al lugar, y empezamos a viajar a través de las montañas, buscando señales . . . Tuvimos que dejar de utilizar la magia una vez que nos acercamos a ellos. En parte por que no les gustan los magos y no queríamos alertarlos demasiado rápido, y en parte por que Dumbledore nos había advertido que Ustedes-Saben-Quien estaba seguramente detrás de los gigantes y todo eso. Dijo que era muy probable que ya les hubiera enviado un mensajero. Nos advirtió que tuviéramos cuidado de no llamar la atención cuando nos acercáramos en caso de que hubiera Mortífagos en la zona.Hagrid hizo una pausa para tomar un largo sorbo de té.-Continúa- lo apuró Harry.-Los encontramos- declaró Hagrid simplemente-. Íbamos por un barranco una noche y ahí estaban, esparcidos debajo de nosotros. Pequeños fuegos ardiendo y enormes sombras...era como ver pequeños pedazos de montaña moviéndose...-¿Cuán grandes eran?- preguntó Ron en un susurro. -Cerca de veinte pies- dijo Hagrid sin darle importancia-. Algunos de los más grandes deben haber tenido veinticinco.-¿Y cuántos había?- preguntó Harry. -Calculo que setenta u ochenta- contestó Hagrid. -¿Eso es todo?- dijo Hermione. -Si- respondió Hagrid tristemente-, quedan ochenta, cuando en un tiempo hubo montones, debía haber un centenar de tribus diferentes por todo el mundo. Pero han estado disminuyendo por años. Los magos mataron a unos, claro, pero principalmente se mataron entre si, y ahora están muriendo más rápido que nunca. No están hechos para vivir agrupados tan juntos. Dumbledore dice que es nuestra culpa, que fueron los magos los que les obligaron a irse y vivir bien lejos de nosotros y no tuvieron más alternativa que mantenerse unidos para su protección.-Así que- señaló Harry-, los viste ¿y luego qué? -Bien, esperamos hasta la mañana, no queríamos sorprenderlos en la oscuridad, por nuestra propia seguridad- explicó Hagrid-. Alrededor de las tres de la mañana se quedaron dormidos justo donde estaban sentados. No nos atrevimos a dormir. En primer lugar, queríamos asegurarnos que ninguno se despertase y apareciese dónde estábamos, y por otro, los ronquidos eran increíbles. Causaron una avalancha en la madrugada. De todas formas, una vez que amaneció bajamos a verlos.-¿Sólo así?- preguntó Ron, luciendo sobrecogido-.¿Simplemente caminaron directo hacia un campamento de gigantes? -Bien, Dumbledore nos había explicado cómo hacerlo- aclaró Hagrid-. Darle los regalos al Gurg, mostrar algún respeto, ya saben. -¿Darle regalos al qué?- preguntó Harry. -Oh, el Gurg....significa el jefe.¿Cómo pudieron saber quién era el Gurg?- preguntó Ron . Hagrid gruñó divertido. -Sin problema- dijo-. Era el más grande, el más feo y el más perezoso de todos. Sentado allí esperando a que los otros le trajeran la comida. Cabras muertas y cosas así. Su nombre era Karkus. Le calculo unos veintidós, veintitrés pies y el peso de un par de elefantes machos. Con la piel semejante al cuero de un rinoceronte. -¡¿Y simplemente caminaste hacia él?- exclamó Hermione sofocada. -Bueno. . . bajé hacia él, al lugar dónde estaba acostado en el valle. Estaban en una hondonada entre cuatro montañas bastante altas, ¿entendéis?, al lado de un lago de montaña, y Karkus estaba acostado a orillas del lago rugiendo para que les alimentasen a él y a su esposa. Olympe y yo bajamos por la ladera de la montaña...... -Pero ¿no intentaron matarlos cuándo los vieron?- interrogó Ron con incredulidad. -Definitivamente, era lo que algunos tenían en mente- comentó Hagrid, encogiéndose de hombros-, pero hicimos lo que Dumbledore nos dijo, es decir, sostener nuestros regalos en alto y fijar nuestros ojos en el Gurg ignorando a los demás. Así que eso hicimos y el resto se callaron y nos miraron mientras pasamos directo hacia los pies de Karkus y nos inclinamos y depositamos nuestros regalos delante de él.-¿Qué le regalas a un gigante, Hagrid?- preguntó Ron ansioso-. ¿Comida?-No, el puede conseguir su propia comida- replicó Hagrid-. Le llevamos magia.A los gigantes les gusta la magia, sólo que no les gusta que la usemos en su contra. Como decía, ese primer día le dimos una rama de fuego Gubraitano.Hermione exclamó ¡Wow! suavemente, pero tanto Harry como Ron, fruncieron el entrecejo desconcertados.-¿Una rama de qué?-Fuego eterno- explicó Hermione irritada-, ya deberían saberlo a éstas alturas.¡El Professor Flitwick lo mencionó por lo menos dos veces en la clase!-Bueno, de cualquier manera- dijo Hagrid rápidamente, interviniendo antes de que Ron pudiera responder-, Dumbledore había hechizado esta rama para que ardiera por siempre, lo cuál no es algo que cualquier mago puede hacer, así que la dejé en la nieve al lado de los pies de Karkus y le dije: "un regalo al Gurg de los gigantes de parte de Albus Dumbledore, quien envía sus respetuosos saludos".-¿Y qué fue lo que dijo Karkus?- preguntó Harry entusiasmado.-Nada- contestó Hagrid-, no hablaba inglés.-¡Estás bromeando!-No importaba- habló Hagrid imperturbable-, Dumbledore nos advirtió que esto podría pasar. Karkus sabía lo suficiente como para llamar a una pareja de gigantes que conocían nuestra lengua y tradujeron por nosotros.-¿ Y le gustó el regalo?- preguntó Ron.-Ohh si, les impactó cuando comprendieron lo que realmente significaba- comentó Hagrid, volteando la carne de dragón para presionar el lado más frío sobre su ojo lastimando-. Estaba muy agradecido, entonces le dije: "Albus Dumbledore le pide al Gurg que hable con su mensajero cuando regrese mañana con otro regalo".-¿Por qué no podías hablar con ellos ese día?- interrogó Hermione.-Dumbledore quería que fuéramos lentamente- respondió Hagrid-.Dejarlos ver que mantenemos nuestras promesas. Regresaremos mañana con otro obsequio , y de nuevo con otro obsequio......da una buena impresión, ¿comprenden? Y les da tiempo para poner en prueba el primer regalo y darse cuenta que es muy bueno, entonces dejarlos impacientes por conseguir más. De otro modo, a gigantes como Karkus los sobrecargas de información y te matarán sólo para simplificar las cosas. Así que hicimos una reverencia y nos fuimos, buscamos una linda y pequeña cueva para pasar la noche y regresamos a la mañana siguiente, encontrando a Karkus sentado, esperándonos con impaciencia.-¿Y hablaste con él?-Oh, si, primero nos presentamos ante él con un hermoso casco de batalla, hecho por duendes e indestructible, y entonces nos sentamos y comenzamos a hablar.-¿Qué fue lo que dijo?-No mucho- contestó Hagrid-. Escucharon la mayor parte del tiempo, pero eso era una buena señal. Él había oído de Dumbledore, escuchado que había estado en contra de la matanza de los últimos gigantes en Gran Bretaña. Karkus parecía estar bastante interesado en lo que Dumbledor tenía que decir. Y algunos de los otros, especialmente los que sabían inglés, estaban atentos alrededor. Estábamos esperanzados cuando nos fuimos ese día. Prometiendo regresar la mañana siguiente con otro regalo. Pero esa noche todo fue mal.-¿Qué quieres decir?- preguntó ron rápidamente.-Bueno, como les dije, ellos no soportan vivir juntos- continuó Hagrid con tristeza-. No en grandes grupos como esos. No pueden contenerse, se medio matan entre si cada pocas semanas. Los hombres pelean contra los hombres y las mujeres contra las mujeres; los restantes de las viejas tribus luchan entre ellos e incluso hay peleas por la mejor comida, o el mejor fuego, o el mejor lugar para dormir. Se podría pensar que al ver como están exterminando su raza pararían de atacarse unos a otros, pero.....Hagrid parecía deprimido.-Esa noche una Guerra comenzó, lo vimos todo desde la entrada de nuestra cueva, sobre el valle. Continuaron por horas, no creerían todo ese ruido. Y cuando el sol salió, la nieva era escarlata, y su cabeza estaba en el centro del lago.-¿La cabeza de quién?- jadeó Hermione.-La de Karkus- contestó Hagrid con pesar-. Había un nuevo Gurg, Golgomath- suspiró profundamente-. Bueno, no habíamos contado con un nuevo Gurg dos días después de haber hecho contacto amistoso con el primero y tuvimos el presentimiento que Golgomath no estaría tan dispuesto a escucharnos, pero teníamos que intentarlo.-¿Fuiste a hablar con él?- preguntó Ron incrédulo-. Después de verlo arrancando la cabeza de otro gigante?-Por supuesto que sí-aseveró Hagrid-. ¡No habíamos ido hasta allí para darnos por vencidos sólo un par de días después! Bajamos con el siguiente regalo que pensábamos entregar a Karkus. Sabía que no lo lograríamos incluso antes de que pudiera abrir mi boca. Estaba allí sentado, usando el casco de Karkus, mirándonos mientras nos acercábamos. Era mazizo, uno de los mas grandes de ahí. Con cabello negro y dientes haciendo juego y un collar de huesos, algunos de ellos de apariencia humana. Bueno, tenía que intentarlo, sostuve en alto un rollo de piel de dragon y dije: "un regalo para el Gurg de los gigantes".....y antes que pudiera darme cuenta estaba colgando del aire por las piernas, sostenido por dos de sus amigos..Hermione se llevó las manos a la boca.-¿Cómo saliste de esa?- preguntó Harry.-No lo hubiese logrado si Olympe no hubiese estado allí- explicó Hagrid-. Sacó su varita y lanzó uno de los más rápidos conjuros que he visto. Maravillosamente malicioso. Golpeó a los dos sujetos que me agarraban justo en los ojos con una maldición Conjuntivitis y me soltaron inmediatamente.....pero después de eso nos metimos en problemas, porque usamos magia en su contra, y eso es lo que los gigantes odian de lo brujos. Tuvimos que huir de allí, sabiendo que no había manera de volver a entrar en su campamento nuevamente.-Maldición, Hagrid- dijo Ron quedamente.-¿Entonces cómo te tomó tanto tiempo regresar a casa si sólo estuviste allí tres días?- preguntó Hermione.-¡No nos fuimos después del tercer día!- exclamó Hagrid, luciendo indignado-. ¡Dumbledore confiaba en nosotros!-¡Pero acabas de decir que no había manera de regresar!-No, con la luz del día no podíamos. Solo tuvimos que pensar en algo. Pasamos un par de días descansando dentro de la cueva y observando. Y lo que vimos no era nada bueno.-¿Arrancó más cabezas?- preguntó Hermione, impresionada.-No- replicó Hagrid-. ¡Ojalá lo hubiera hecho!-¿Qué quieres decir?-Quiero decir que descubrimos que no objetaba a todos los magos, sólo a nosotros.-¿Mortífagos?- dijo Harry rápidamente.-Sí- respondió Hagrid sombríamente-. Una pareja de ellos los visitaba todos los días, trayendo regalos al Gurg, y no estaba colgándolos de cabeza.-¿Cómo supiste que eran mortífagos?- inquirió Ron. -Porque reconocí uno de ellos- gruñó Hagrid-. Macnair, ¿lo recuerdan?¿El tipo que mandaron para matar a Buckbeak? Maníaco, eso es lo que es. Le gusta matar tanto como a Golgomath; no me extraña que se llevaran bien.-¿Entonces Macnair persuadió a los gigantes a unirse a Tu-Sabes-Quien?- preguntó Hermione desesperadamente.-¡Mantén tus Hipogrifos, aún no acabo mi historia!, exclamó Hagrid indignado quien, considerando que no quería contarles nada al principio, ahora parecía estarlo disfrutando-. Olympe y yo lo conversamos y acordamos que sólo porque el Gurg parecía favorecer a Ustedes-Saben-Quién, no significaba que todos los demás lo harían. Teníamos que tratar de persuadir a los demás, aquellos que no querían a Golgomath como Gurg.-¿Cómo podías saber cuáles eran esos?- preguntó Ron.-Bueno, ellos eran los que estaban siendo golpeados, ¿no?- dijo Hagridpacientemente-. Los que tenían algo de sentido común se mantenían apartados del camino de Golgomath, escondiéndose en cavernas en las montañas igual que nosotros. Así que decidimos que teníamos que ir a las cuevas en la noche, y ver si podíamos persuadir a algunos de ellos.-¿Fueron hacia las oscuras cuevas buscando a los gigantes?- interrogó Ron, con un respetuoso asombro en la voz.-Bueno, no eran los gigantes los que más nos preocupaban- admitió Hagrid-. Estábamos más inquietos por los mortífagos. Dumbledore nos dijo antes de partir que no nos cruzáramos con ellos si podíamos evitarlo y el problema era que sabían que estábamos alrededor.......de seguro Golgomath les habló sobre nosotros. En la noche, cuando los gigantes dormían y queríamos escabullirnos en las cuevas, Macnair y el otro estaban acechando por la montaña buscándonos. Fue difícil evitar que Olympe les saltara encima-continuó Hagrid, la sonrisa en su boca levantando su enmarañada barba-. Estaba preparada para atacarlos...es algo digno de ver, Olympe, cuando esta enfurecida.....salvaje ¿saben?.......supongo que es su sangre francesa......Hagrid observó el fuego con ojos nublados. Harry le concedió unos segundos para recordar, antes de aclarar su garganta ruidosamente.-¿Entonces, que pasó? ¿Te acercaste a alguno de los otros gigantes?-¿Qué?.. Oh ... oh, sí, lo hicimos, sí. En la tercera noche después del asesinato de Karkus, salimos de la cueva en la que nos ocultábamos y enfilamos hacia el valle, manteniendo nuestros ojos abiertos por los mortífagos. Entramos en algunas cuevas, nada, luego, más o menos en la sexta, encontramos tres gigantes escondidos-La cueva debió estar apretada- comentó Ron.-Pues no se podía columpiar un Kneazle- replicó Hagrid.-¿No te atacaron cuando te vieron?- preguntó Hermione.-Probablemente lo hubieran hecho si hubieran estado en condiciones, pero estaban gravemente lastimados, los tres; los ayudantes de Golgomath los habían dejado inconscientes a golpes; habían despertado y se arrastraron hacia el refugio más cercano que pudieron encontrar. Uno de ellos sabía un poco de ingles y tradujo por los demás, y lo que les dijimos, parecía que no era tomado a mal. Así que continuamos visitando al los heridos. creo que por un momento convencimos a seis o siete.-¿Seis o siete?- dijo Ron entusiasmado-, eso no está nada mal.¿Van a venir aquí y luchar contra Ya-Sabes-Quien con nosotros?Pero Hermione preguntó:-¿Qué quisiste decir con "por un momento", Hagrid?Hagrid la miró con tristeza.-La gente de Golgomath asaltaron las cuevas. Los únicos que sobrevivieron no quisieron saber nada de nosotros a raíz de eso.-Entonces ... entonces, ¿no hay algún gigante que venga?- preguntó Ron decepcionado .'No- contestó Hagrid lanzando un profundo suspiro al tiempo que daba vuelta al bistec de dragón, poniendo el lado más fresco sobre su cara-, pero hicimos lo que fuimos a hacer, les dimos el mensaje de Dumbledore y algunos de ellos lo escucharon, y espero que lo recuerden. Tal vez los que no quieran quedarse con Golomath se irán de las montañas, y quizás recuerden la amistad de Dumbledore hacia ellos. y podrían venir.La nieve estaba cubriendo la ventana. Harry notó que sus rodillas estaban empapadas: Fang estaba babeando con su cabeza en el regazo de Harry.-¿Hagrid?- dijo Hermione después de un rato.-Hmmm?-¿Encontraste...había algún signo de...averiguaste algo acerca de tu...tu...madre mientras estabas allí.?Hagrid la miró con su ojo sano y Hermione parecía algo asustada.-Lo siento... yo... Olvídalo...-Muerta- dijo Hagrid con voz gruesa-. Me dijeron que murió hace muchos años. -Oh...lo...lo siento mucho- habló Hermione con voz muy baja. Hagrid encogió sus enormes hombros.-No importa- dijo brevemente- no reacuerdo mucho de ella. No era una gran madre.Todos guardaron silencio otra vez. Hermione les dirigió una mirada nerviosa a Harry y Ron, obviamente esperando que dijeran algo.-Pero sigues sin explicar cómo llegaste a este estado, Hagrid- comentó Ron, observando hacia la cara ensangrentada de Hagrid.-O por qué te tardaste tanto en regresar- agregó Harry-. Sirius dijo que Madame Maxime regresó hace siglos....-¿Quién te atacó?- preguntó Ron.-¡No he sido atacado!- contestó Hagrid enfáticamente-.Yo.......Pero el resto de sus palabras fueron ahogadas por unos repentinos golpes en la puerta. Hermione dio un grito ahogado; su taza se resbaló de sus dedos y cayó en el suelo; Fang gruñó. Los cuatro contemplaron la ventana que estaba al lado de la puerta. La sombra de alguien pequeño y grueso se vislumbró a través de la delgada cortina-¡Es ella!- susurró Ron.-¡Metanse aquí!- dijo Harry rápidamente; tomando la capa de invisibilidad, la colocó sobre si mismo y Hermione, mientras Ron rodeó la mesa y se deslizó bajo la capa como pudo. Todos juntos se fueron hacia una esquina. Fang estaba ladrando hacia la puerta. Hagrid parecía confundido.-¡Hagrid, esconde nuestras tazas!Este levantó las tazas de Harry y Ron y las empujó debajo del almohadón de la cesta de Fang. El perro estaba ahora saltando hacia la puerta; Hagrid lo empujó fuera del camino con el pie y jaló la puerta.La Profesora Umbridge estaba parada en el umbral, usando su capa de tweed verde y un sombrero con orejeras haciendo juego. Con los labios fruncidos se inclinó hacia atrás para poder ver la cara de Hagrid; apenas le llegaba al ombligo.-Así que...- dijo la mujer lentamente y en voz alta como si estuviera hablando con alguien sordo-..... ¿tú eres Hagrid, verdad?Sin esperar una respuesta entró en la habitación, sus ojos recorriéndola en todas la direcciones.-¡Apártate!- chilló, sacudiendo su bolso ante Fang, que se había parado en frente de ella y trataba de lamer su cara.-Eeeh...No quiero ser maleducado- expresó Hagrid, observándola-, ¿pero quién demonios es usted?-Mi nombre es Dolores Umbridge.Sus ojos recorrieron la cabaña. Dos veces se detuvieron directamente en la esquina en la que estaba Harry, aplastado entre Ron y Hermione.-¿Dolores Umbridge?- repitió Hagrid, confundido-. Pensé que usted era uno de los empleados del Ministerio... ¿No trabaja usted con Fudge?.-Era Primera Subsecretaria del Ministro, sí- confirmó Umbridge, ahora caminando por la cabaña, observando cada pequeño detalle, desde el bolso de viaje que estaba contra la pared hasta la abandonada capa-.Ahora soy profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras...-Es usted muy valiente- comentó Hagrid-.Ya no hay muchos que tomen ese trabajo.-...y Gran Inquisidora de Hogwarts- continuó Umbridge, sin dar signos de haberlo escuchado.-¿Qué es eso?- preguntó Hagrid frunciendo el entrecejo.-Precisamente lo que yo iba a preguntar- replicó Umbridge, señalando los pedazos de porcelana rota en el piso que había sido la taza de Hermione.-Oh- dijo Hagrid, con una inútil mirada hacia la esquina donde Harry, Ron y Hermione estaban escondidos-. Oh, eso fue...fue Fang. Rompió la taza, así que tuve que usar esta en su lugar.Hagrid señaló la taza en la había estado bebiendo, una de sus manos todavía sobre el bistec de dragón apretado contra su ojo. Umbridge se paró frente a él, mirando cada detalle de su apariencia. -Escuché voces- comentó suavemente. -Estaba hablando con Fang- respondió Hagrid con firmeza.-¿Y él le respondía?-Bueno...de alguna manera sí- dijo Hagrid, un poco incomodo-.A veces pienso que Fang es casi humano.-Había tres pares de huellas en la nieve viniendo del castillo- señaló Umbridge.Hermione jadeó; Harry tuvo que taparle la boca con una mano. Por suerte, Fang estaba olfateando ruidosamente el ruedo de la túnica de Umbridge y ella no pareció escucharla.-Bueno, acabo de llegar- explicó Hagrid, sacudiendo su enorme mano en dirección de su bolso de viaje-. Quizás alguien me vino a visitar más temprano y nos desencontramos.-No hay huellas regresando de la puerta de su cabaña."Bueno, yo...no se que pueda ser..- dijo Hagrid, tironeando nerviosamente de barba y mirando otra vez hacia la esquina donde estaban Harry, Ron y Hermione como pidiendo ayuda-. Ehhh...Umbridge giró sobre sus pies y camino a lo largo de la cabaña, mirando alrededor cuidadosamente. Se agachó y miró debajo de la cama. Abrió los armarios de Hagrid. Pasó a dos pulgadas de donde Harry, Ron y Hermione estaban apretados contra la pared, y Harry incluso contrajo el estómago cuando ella pasó. Después de mirar escrupulosamente dentro del caldero que Hagrid usaba para cocinar, se dio vuelta bruscamente y dijo-¿Qué le pasó a usted? ¿Cómo se hizo todas esas heridas?Hagrid se quitó el bistec de dragón con rapidez de la cara, lo que en opinión de Harry fue un error, porque el moretón negro y violeta alrededor de su ojo era ahora completamente visible, sin mencionar la gran cantidad de sangre fresca y coagulada en su cara. -Oh, ...tuve un pequeño accidente- explicó de forma poco convincente.-¿Qué clase de accidente?-Me...me tropecé. -Se tropezó- repitió con frialdad.-Si, así es. Con... con la escoba de un amigo. Yo no vuelo, bueno, miré mi tamaño, no creo que haya una escoba que me aguante. Un amigo mío cría Abraxanes, no se si los conoce, bestias enormes, con alas, Usted sabe, estaba montando uno de ellos y era..-¿Dónde ha estado?- preguntó Umbridge, cortando fríamente el parloteo de Hagrid.¿Dónde he est..?-Estado, sí- dijo-. Las clases empezaron hace dos meses. Otro profesor tuvo que cubrir su materia. Ninguno de sus colegas supo darme información sobre su paradero, no dejó ninguna dirección. ¿Dónde ha estado?Hubo una pausa en la que Hagrid la miró desconcertado con su ojo recién destapado. Harry casi podía escuchar su cerebro trabajando furiosamente.-Yo...yo estuve... descansando por cuestiones de salud- contestó.-Cuestiones de salud- repitió la Profesora Umbridge. Su ojos recorrieron la decolorada e hinchada cara de Hagrid, sangre de dragón goteando suave y silenciosamente en su saco-. Ya veo.-Sí- agregó Hagrid-, un poco de...de aire fresco, sabe...-Sí, como guardabosque el aire fresco debe ser un poco difícil de conseguir-. comentó Umbridge dulcemente. La pequeña parte de la cara de Hagrid que no estaba negra o púrpura, se sonrojó. -Bueno...un cambio de escenario, sabe...-¿Escenario de montaña?- preguntó Umbridge en un segundo."Ella sabe", pensó Harry con desesperación.-¿Montañas?- repitió Hagrid, pensando rápidamente-. No, el sur de Francia para mí. Un poco de sol...y mar.-¿De veras?- insistió Umbridge-. No está muy bronceado.-Sí...bueno...mi piel es bastante sensible- dijo Hagrid intentando sonreír. Harry se dio cuenta de que le faltaban dos dientes.Umbridge lo miró con frialdad; su sonrisa se desvaneció. Entonces se acomodó el bolso de mano en el brazo y comentó:-Por supuesto, tendré que informar sobre su tardanza al Ministerio.-Claro- aceptó Hagrid asintiendo.-Debe saber, además, que como Gran Inquisidora es mi desafortunado pero necesario deber inspeccionar a mis compañeros Profesores. Así que supongo que nos encontraremos otra vez muy pronto.Se dio vuelta súbitamente y caminó hasta la puerta.-¿Nos está inspeccionando?- preguntó Hagrid con una expresión vacía en el rostro viéndola marchar.-Oh, sí- afirmó Umbridge suavemente, mirándolo desde la puerta con la mano en el picaporte-. El Ministerio esta determinado a sacar cualquier Profesor que sea insatisfactorio. Hagrid, buenas noches.Se fue, cerrando la puerta con un golpe. Harry intentó quitarse la capa pero Hermione lo tomó de la muñeca.-Todavía no- susurró en su oído-, puede que continúe allí.Hagrid parecía pensar lo mismo porque cruzó la habitación y corrió la cortina una pulgada o dos.-Está regresando al castillo- murmuró en voz baja-. Maldición...¿está inspeccionando de verdad?-Si- contestó Harry, quitándose la capa-. Trelawney ya está a prueba...-¿Mmm...que clase de cosas estás planeando para hacer en clase, Hagrid?- preguntó Hermione.-Oh, no te preocupes por eso, tengo una gran cantidad de lecciones planificadas- la tranquilizó Hagrid entusiasmado, recogiendo su bistec de dragón de la mesa y pegándoselo al ojo otra vez-. He estado reservando un par de criaturas para sus TIMOS, esperen y verán, son algo muy especial.-Emm...¿Especiales en que forma?- inquirió Hermione tentativamente.-No les diré- contestó Hagrid feliz-. No quiero arruinarles la sorpresa.-Mira, Hagrid- señaló Hermione con urgencia-, la Profesora Umbridge no estará feliz si llevas algo peligroso a clase.-¿Peligroso?- expresó Hagrid, muy divertido-. No seas tonta, ¡No les daría nada peligroso! Quiero decir, claro, pueden cuidarse a si mismos...-¡Hagrid, tienes que pasar la inspección de Umbridge, y para eso sería mejor que nos enseñaras a cuidar Porlocks, o como saber la diferencia entre Knarls y erizos, cosas así!- aconsejó Hermione seriamente. -Pero eso no es muy interesante, Hermione- replicó Hagrid-. Las cosas que tengo son más sorprendentes. He estado criándolos por años y creo que tengo el único rebaño doméstico de Gran Bretaña-.-Hagrid...por favor...insistió Hermione, con verdadera desesperación en la voz-, Umbridge estará buscando cualquier excusa para deshacerse de los profesores que ella crea son cercanos a Dumbledore. Por favor, Hagrid, enséñanos algo aburrido que pueda aparecer en los TIMOS.Pero Hagrid se limitó a bostezar y mirar con un solo ojo la formidable cama en la esquina de la cabaña.-Escuchen, ha sido un largo día y ya es tarde- dijo palmeando gentilmente el hombro de Hermione de forma que sus rodillas se aflojaron y cayó al suelo con un ruido seco-. Oh,..Lo siento...- la levanto por el cuello de su túnica-. Mira, no te preocupes por mí, te prometo que tengo algo realmente bueno planeado para sus lecciones ahora que he regresado...ahora es mejor que regresen al castillo, ¡y no se olviden de borrar sus huellas!-No creo que lo hayas convencido- comentó Ron un rato después cuando, habiéndose asegurado que no había moros en la costa, entraron en el castillo cruzando la nieve sin dejar rastro gracias al hechizo Obliteration que Hermione estaba haciendo a medida que caminaban.-Entonces iré mañana nuevamente- aseveró Hermione decidida-. Planearé las clases por él si es necesario. ¡No me importa si Umbridge saca a Trelawney pero no se va a deshacer de Hagrid!"