sábado, febrero 04, 2006

CAPÍTULO 13



CAPÍTULO 13
Detención con Dolores
Traducción: Daniel Gil


La cena en el Gran Comedor esa noche no fue una experiencia placentera para Harry. La noticia de su competencia a gritos con Umbridge había viajado excepcionalmente rápido, aún para los estándares de Hogwarts. Cuando se sentó a comer entre Ron y Hermione oyó murmullos todo alrededor. Lo más notorio era que a ninguno de los que susurraban parecía importarle en lo más mínimo de que escuchara lo que decían de él. Por el contrario, era como si esperasen que se enojara nuevamente y comenzara a gritar, así podrían obtener su versión de la historia, de primera mano."Dice que vió morir a Cedric Diggory...""Reconoce que se batió a duelo con Ya-Saben-Quién...""Salvándose...""¿A quiénes cree que engaña?""Bla bla bla.""Lo que no entiendo," dijo Harry con los dientes apretados, dejando a un lado cuchillo y tenedor (Sus manos temblaban demasiado para mantenerlos derechos), "es por qué todos creyeron la historia dos meses atrás cuando Dumbledore la contó...""El asunto es, Harry, es que no estoy segura de que lo hayan hecho," dijo Hermione ceñudamente. "Oh, salgamos de acá."Arrojó los cubiertos; Ron contempló largamente su pastel de manzana a medio terminar pero luego los siguió, sumiso. Varios alumnos los observaron durante el trayecto hacia afuera del Comedor."¿Qué quieres decir, que no estás segura de que le creyeran a Dumbledore?" Preguntó Harry a Hermione cuando alcanzaron el descanso del primer piso."Mira, no entiendes como era la situación después de que pasaron aquellas cosas," dijo Hermione quedamente. "Apareciste en medio del patio, sujetando el cuerpo de Cedric... ninguno de nosotros pudo ver lo que pasó en el interior del laberinto... lo único que teníamos era la palabra de Dumbledore para decirnos que Ya-Sabes-Quién había retornado, asesinado a Cedric y peleado contigo.""¡Lo cual es cierto!" dijo Harry levantando el tono de la voz."Lo sé, Harry, así que por favor ¿puedes dejar de enojarte conmigo?" dijo Hermione fastidiada. "¡Es sólo que antes de que la verdad pudiera ser aceptada, todo el mundo se fue a casa a pasar el verano, en donde estuvieron dos meses leyendo que tú eres un loco y Dumbledore se está volviendo senil!"La lluvia golpeaba los cristales de las ventanas, mientras recorrían a grandes trancos los vacíos corredores de regreso a la Torre de Gryffindor. Harry tuvo la impresión de que el primer día había durado una semana, aunque todavía le quedaba una montaña de tarea para hacer antes de irse a la cama. Un dolor sordo, palpitante se extendía sobre su ojo derecho. Se asomó a través de una ventana bañada por la lluvia a los oscuros terrenos de la escuela, a medida que giraban hacia el corredor del retrato. No había luz alguna en la cabaña de Hagrid."Mimbulus mimbletonia," dijo Hermione antes de que la señora gorda pudiera siquiera preguntar. El retrato se abrió para revelar el agujero y los tres se precipitaron a través de él.La sala común estaba casi vacía; la mayoría aún cenaba. Crookshanks se desenroscó en un sillón y corrió a su encuentro, ronroneando con fuerza y, cuando Harry, Ron y Hermione tomaron sus asientos favoritos cerca de la chimenea, saltó a la falda de Hermione y se hizo una bola como si se tratara de un almohadón peludo de mal gusto. Harry miro al fuego, sintiéndose consumido y exhausto."¿Cómo pudo permitir Dumbledore que pasara esto?" gimió de repente Hermione, sobresaltando a Harry y a Ron; Crookshanks dejó su falda, agraviado. Hermione golpeó los brazos de su sillón con furia, haciendo que fragmentos del relleno escaparan por los agujeros. "¿Cómo puede permitir que esa horrible mujer nos enseñe? ¡Y en el año de nuestros TIMOs!""Bueno, nunca hemos tenido grandes maestros en Defensa Contra las Artes Oscuras, ¿O no?" dijo Harry. "Tú sabes como es, Hagrid nos dijo, nadie quiere el trabajo, dicen que el puesto está gafado.""Sí, ¡Pero porqué dárselo a alguien que se niega a permitirnos usar magia! ¿A qué juega Dumbledore?""Y Umbridge está intentando conseguir gente que espíe para ella," agregó Ron sombríamente. "¿Recuerdan cuando dijo que quería que le avisáramos si oíamos a alguien diciendo que Ustedes-Saben-Quién estaba de vuelta?""Por supuesto que ella está aquí para espiarnos, ¿por qué otra razón Fudge querría que viniese?" estalló Hermione."No empiecen a discutir de nuevo," dijo Harry hastiado cuando Ron abrió la boca para contraatacar. "No podemos... hagamos la tarea, terminémosla..."Recogieron sus mochilas de la esquina y regresaron a sus lugares cerca del fuego. Había gente volviendo de cenar ahora. Harry mantuvo la cara apartada del agujero del retrato, pero aún así podía sentir las miradas que atraía."¿Deberíamos hacer las cosas de Snape primero?" dijo Ron, mojando la pluma en el tintero. 'Las cualidades... de la roca lunática... y sus usos en la preparación... de pociones...' susurró, escribiendo las palabras en el extremo superior de su pergamino al tiempo que las pronunciaba. "Eso," subrayó el título y luego levantó la vista hacia Hermione, expectante."Bueno, ¿Cuáles son las cualidades de la roca lunática y sus usos en la preparación de pociones?"Pero Hermione no le escuchaba; miraba con los ojos entrecerrados hacia una esquina lejana de la sala donde Fred, George y Lee Jordan estaban sentados en el centro de un grupo de estudiantes de primer año de aspecto inocente, los cuales masticaban algo que semejaba haber salido de una gran bolsa de papel que Fred sostenía."No, lo lamento, han ido demasiado lejos," dijo poniéndose de pie y luciendo completamente furiosa. "Vamos, Ron.""¿Qué?" dijo este, evidentemente tratando de ganar tiempo. "No, por favor, Hermione no podemos llamarles la atención por entregar dulces.""Sabes perfectamente que esas son pastillas de Nariz Sangrante, Grageas Vomitivas o. ""¿Sorpresas Desfallecientes?" sugirió Harry.Uno por uno, como si hubieran recibido un golpe en la cabeza, los de primero caían inconscientes en sus asientos, algunos deslizándose al suelo, otros permaneciendo aferrados a sus sillones, con la lengua afuera. La mayoría de los que observaban reían a carcajadas; Hermione sin embargo, enderezo los hombros y marchó directamente hacia Fred y George quienes ahora estaban con unos anotadores en la mano observando cuidadosamente a los inconscientes estudiantes de primero. Ron se irguió de su asiento, dudó un instante y agregó "Tiene todo bajo control" antes de hundirse en la silla tanto como le fue posible."¡Es suficiente!" exclamó Hermione a Fred y George, que levantaron la vista, algo sorprendidos."Sí, es cierto," asintió George, "Esta dosis parece suficientemente fuerte, ¿no?""¡Les he dicho esta mañana que no pueden probar su basura en los estudiantes!""¡Les hemos pagamos!" retrucó indignado Fred."¡No me importa, puede ser peligroso!""Tonterías," dijo Fred."¡Cálmate, Hermione, están bien! Dijo Lee en tono tranquilizador, yendo de alumno en alumno e insertando pastillas rojas en las bocas abiertas de éstos."Si, mira, se están recuperando" dijo George.Algunos alumnos de primero, en efecto, ya se estaban moviendo. Muchos parecían muy sorprendidos de encontrarse en el suelo, o colgando de sus sillas, por lo que Harry tuvo la certeza de que Fred y George no les habían advertido lo que los dulces harían."¿Te sientes bien?" preguntó amablemente George a una pequeña muchacha de cabellos oscuros que yacía a sus pies."Eso. eso creo," dijo ella temblorosamente."Excelente," concluyó Fred alegremente, pero al momento siguiente Hermione les había arrebatado los anotadores y la bolsa de papel de las manos."¡NO ES EXCELENTE!""Por supuesto que lo es, están vivos ¿o no?" dijo Fred enojado."No pueden hacer esto, ¿Qué tal si enferman seriamente a alguno ?""No vamos a enfermarlos, ya probamos los dulces nosotros mismos, sólo comprobábamos si todos reaccionan de la misma manera.""Si no se detienen, voy a.""¿Ponernos en penitencia?" dijo Fred en tono de 'quiero-ver-que-lo-intentes'"¿Hacernos copiar renglones?" dijo George con una sonrisa burlona.Ocasionales espectadores reían por todo la sala. Hermione se irguió en toda la extensión de su estatura y entornó los ojos, mientras el cabello matoso se le encrespaba."No," dijo temblándole la voz de furia "pero voy a escribirle a su madre.""No serias capaz," dijo horrorizado George, dando un paso atrás."Oh sí lo haré," dijo Hermione enojada. "No puedo impedir que ustedes consuman los estúpidos dulces, pero no se los darán a los de primero."Pareció que a Fred y George les había golpeado por un rayo. Estaba claro que creian que la amenaza de Hermione era exagerada. Con una última mirada de advertencia, esta arrojó los anotadores y la bolsa de nuevo en los brazos de los gemelos y regresó a las zancadas a su silla al lado del fuego.Ron estaba tan hundido en su sillón que la nariz le llegaba ahora a nivel de las rodillas."Gracias por tu apoyo, Ron" le espetó Hermione con acidez."Has hecho un excelente trabajo tu sola" murmuró Ron.Hermione miró a su pergamino en blanco unos segundos y luego dijo enojada, "Oh no, no puedo concentrarme ahora. Voy a la cama."Abrió con violencia su mochila y Harry pensó que iba a guardar los libros, pero en lugar de eso extrajo dos objetos lanudos, cuya forma no pudo reconocer y procedió a depositarlos con cuidado en una mesa cercana a la chimenea, los cubrió con trozos de pergamino arrugados y una pluma rota y retrocedió para admirar el aspecto que presentaba el conjunto."¿Qué estás haciendo, en el nombre de Merlín?" dijo Ron, mirándole como si estuviera preocupado por su salud mental."Es para los elfos domésticos," respondió con tosquedad, guardando sus libros en el bolso. "Los hice durante el verano. Soy lenta tejiendo sin utilizar magia, pero ahora que estoy de vuelta en la escuela debería ser capaz de hacer montones más.""¿Estás dejando sombreros para los elfos domésticos?" dijo Ron lentamente. "¿Y los cubres con desperdicios antes?""Sí," dijo ella desafiante, poniéndose la mochila al hombro."No es correcto," agregó Ron enojado. "Estás tratando de engañarlos para que los recojan. "Quieres liberarlos cuando no desean ser libres.""¡Por supuesto que quieren ser libres! exclamó instantáneamente Hermione, aunque su rostro se estaba enrojeciendo. "¡No te atrevas a tocar esos sombreros, Ron!Y dando la vuelta, abandonó la sala. Ron esperó hasta que hubiera desaparecido tras la puerta del dormitorio de las niñas y quitó los desperdicios que cubrían los sombreros."Deberían darse cuenta al menos lo que están recogiendo," dijo convencido. "De todas formas." continuó enrollando el pergamino en el que había escrito el título del ensayo de Snape, "no tiene sentido tratar de terminar esto sin Hermione, no tengo ni idea de cuáles son las aplicaciones de las piedras lunáticas, ¿y tú?"Harry negó con un gesto, notando que el dolor en la parte derecha de su cabeza empeoraba. Pensó en el largo ensayo acerca de las guerras de los gigantes y el dolor aguijoneó todavía más fuerte. Sabiendo perfectamente que a la mañana siguiente lamentaría no haber finalizado su tarea, apiló sus libros en la mochila."Yo también voy a dormir."Pasó junto a Seamus mientras se acercaba a la puerta del dormitorio de los chicos, pero este no le dirigió la mirada. Harry tuvo la fugaz impresión de que había abierto la boca para hablar, pero aceleró el paso y alcanzó el descanso de la escalera en espiral sin tener que enfrentar más provocaciones.El siguiente día transcurrió gris y lluvioso como los anteriores. Hagrid seguía ausente de la mesa de los profesores durante el desayuno."Pero como punto positivo, no tenemos a Snape hoy" dijo en tono consolador Ron.Hermione bostezó con ganas, volcándose encima algo de café. Parecía complacida, y cuando Ron le preguntó que era, dijo "Los sombreros no están. Parece que los elfos domésticos querían libertad después de todo.""Yo no apostaría eso," dijo cortante Ron. "Podrían no contar como prendas de vestir. No me parecieron sombreros a mí, sino vejigas lanudas."Hermione no le habló durante el resto de la mañana.A dos períodos de Encantamientos le siguieron dos de Transfiguraciones. Los profesores Flitwick y McGonagall pasaron quince minutos cada uno al comienzo de sus clases recordándoles la importancia de los TIMOs."Lo que deben recordar," dijo el pequeñísimo profesor Flitwick encaramado como siempre en una pila de libros para poder ver sobre su escritorio, "¡es que estos exámenes van a influir en su futuro en los años por venir! Si no han considerado seriamente qué carrera van a seguir, este es el momento de hacerlo. Y en el ínterin, me temo, debemos trabajar más duro que nunca, para asegurarnos de que cada uno logre lo que realmente se merece."Pasaron más de una hora repasando Encantamientos Invocantes, que según el profesor Flitwick serían parte segura de los TIMOs. Para finalizar la clase les asignó la tarea de Encantamientos mas larga que hubieran tenido nunca hasta ese momento.Fue exactamente igual, sino peor, en Transfiguración."No pueden pasar un TIMO," dijo con severidad la profesora McGonagall, "sin verdadero empeño, práctica y estudio. No veo razón para que todos en esta clase no puedan tener éxito en el TIMO de Transfiguración si se ponen en campaña." Neville lanzó un suspiro de incredulidad. "Sí, usted también Longbottom," dijo McGonagall. "No hay nada malo con su trabajo a excepción de su falta de confianza. Bueno. hoy vamos a empezar con los hechizos desvanecedores. Son más fáciles que los Conjuros, que usualmente no intentarán hasta los EXTASIS, pero están entre la magia más complicada que se les pedirá en el TIMO."La profesora estaba en lo cierto; Harry encontró los hechizos desvanecedores horriblemente difíciles. Para el final de la clase ni él ni Ron habían logrado desaparecer los caracoles en los que practicaban, a pesar de que Ron sostenía esperanzado que el suyo se veía más pálido. Hermione, por su parte, consiguió desvanecer el suyo en el tercer intento, ganando una recompensa de diez puntos para Gryffindor de McGonagall. Fue la única que no recibió tarea; al resto se le dijo que practicara toda la noche, así estarían listos para el nuevo intento de la tarde siguiente.Con un dejo de pánico invadiéndoles ante la cantidad de trabajo pendiente Harry y Ron pasaron la hora del almuerzo en la biblioteca, indagando acerca de los usos de las piedras lunáticas en la preparación de pociones. Aún enojada por el exabrupto de Ron con sus sombreros de lana, Hermione rehusó acompañarlos. Para el tiempo de la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas a Harry le dolía nuevamente la cabeza.El día se había desarrollado frío y ventoso, y a medida que descendían por la explanada cubierta de césped hacia la cabaña de Hagrid, en el borde del bosque prohibido, percibieron algunas gotas ocasionales de lluvia golpeándoles en la cara. La profesora Grubbly Plank los esperaba de pie a cierta distancia de la puerta principal de Hagrid, frente a una larga mesa sobre caballetes cargada con ramitas. Cuando llegaron donde ella estaba una risotada se oyó a sus espaldas. Al darse vuelta vieron a Draco Malfoy dando zancadas hacia ellos con su usual pandilla de alumnos de Slytherin. Evidentemente acababa de decir algo que consideran muy gracioso, porque Crabbe, Goyle, Pansy Parkinson y el resto continuaron riendo mientras se colocaban alrededor de la mesa, y, a juzgar por el modo en que lo observaban a Harry no le costó demasiado imaginarse cúal había sido el objeto de la broma."¿Están todos aquí?" vociferó la profesora, una vez que todos los de Slytherin y Gryffindor llegaron. "Empecemos, entonces. ¿Quién puede decirme cómo se llaman estas cosas?Señalaba una pila de ramitas frente a ella. La mano de Hermione salió disparada hacia el cielo, mientras Malfoy la imitaba grotescamente a sus espaldas, dando saltitos como los de ella en su entusiasmo por contestar la pregunta. La risotada de Pantsy Parkinson se transformó repentinamente en un grito cuando las ramitas se elevaron en el aire, revelándose como pequeños seres parecidos a duendecillos de madera, con brazos y piernas redondeados y protuberantes, dos afilados dedos y una graciosa, plana y rugosa cara, coronada por ojos brillantes semejantes a los de los escarabajos."¡Oooh! Exclamaron Parvati y Lavender, irritando cada fibra de Harry. Pudiera pensarse que Hagrid nunca les había mostrado criaturas impresionantes. Si, los gusarajos quizás habían sido aburridos, pero las salamandras e hipogrifos fueron interesantes, y los escregutos de cola explosiva quizás demasiado."¡Hagan el favor de mantener la voz baja, niñas!" exclamó la profesora Grubbly Plank arrojando un puñado de lo que parecía arroz oscuro entre las criaturas-rama, quienes inmediatamente se abalanzaron sobre el alimento. "Así que, ¿alguien conoce el nombre de estas criaturas? ¿Señorita Granger?""Bowtruckles", dijo Hermione. Son guardianes de los árboles, usualmente viven en los que se usan para hacer varitas""Cinco puntos para Gryffindor", dijo la profesora Grubbly Plank. "Si, estos son Bowtruckles, y como correctamente señaló la Señorita Granger, generalmente viven en árboles cuya madera tiene la calidad requerida para hacer varitas. ¿Alguien sabe lo que comen?""Piojos de la madera", se apresuró a responder Hermione, lo que explicaba porqué se movían lo que a Harry le habian parecido granos de arroz. "Pero también huevos de hadas si pueden alcanzarlos"."Muy bien, tienes cinco puntos más. De esta manera, cuando se necesitan hojas o madera de un árbol en el que vive un Bowtruckle, es recomendable tener piojos de la madera como carnada para aplacarlo o distraerlo. Podrán parecer inofensivos, pero una vez enojados van a intentar arrancar los ojos de una persona con sus garras, las cuales como pueden ver son muy afiladas y no muy recomendables para tener cerca de ellos. Así que si quieren acercarse, tomen un puñado de piojos y un Bowtruckle -tengo suficientes aquí para darles uno por cada grupo de tres de ustedes- y pueden estudiarlos más de cerca. Quiero que cada uno dibuje un diagrama con las partes del cuerpo de un Bowtruckle identificadas para cuando termine la clase."La lección continuó alrededor de la mesa. Harry deliberadamente fue hacia atrás para colocarse directamente al lado de la profesora Grubbly Plank."Dónde está Hagrid?" preguntó Harry, mientras los demás escogían Bowtruckles."No es de tu incumbencia", dijo la profesora Grubbly Plank en tono represivo, con la misma actitud represiva que había tomado la vez que Hagrid falto a dar clases. Sonriéndo ante su cara de sorpresa, Draco Malfoy se inclinó a través de Harry y alcanzó el Bowtruckle más grande."Quizás", susurró Malfoy, de manera que solo Harry pudiera oírlo, "el gran estúpido consiguió que lo hirieran gravemente""Quizás lo logres tú también si no te callas", dejó escapar Harry a través de una ranura en los labios."Probablemente ha estado metiéndose con cosas demasiado grandes para él, si entiendes lo que digo"Malfoy se alejó, sonriéndole a Harry por sobre el hombro, el cual se sintió repentinamente enfermo. Sabía algo Malfoy? Su padre era un Mortífago después de todo; ¿Que tal si tenía información acerca de Hagrid que no había llegado a oídos de la Orden? Se apresuró a regresar alrededor de mesa hacia donde Ron y Hermione estaban de cuclillas sobre la hierba en un intento por lograr que un Bowtruckle permaneciera quieto el tiempo suficiente para dibujarlo. Harry extrajo pergamino y pluma, agáchose junto a los otros y comenzó a relatarles lo dicho por Malfoy."Dumbledore sabría si algo le hubiera pasado a Hagrid", dijo Hermione rápidamente. "Si parecemos preocupados dejamos que Malfoy se salga con la suya, asi el se da cuenta que no sabemos que esta pasando. Tenemos que ignorarlo, Harry. Ten, sostén el Bowtruckle un momento, así puedo dibujar su cara...""Sí", la voz de Malfoy llegaba claramente del grupo más próximo, "Mi padre estaba hablando con el Ministro un par de días atrás, ustedes saben, y parece que el Ministerio está realmente determinado a terminar con la enseñanza mediocre en este lugar. Así que, aún si ese idiota superdesarrollado reaparece, probablemente lo pongan a empacar inmediatamente""OUCH"Harry había apretado con mucha fuerza el Bowtruckle, y recibio como recompensa una gran punzada de sus garras que le dejó dos profundos cortes en la mano. Harry lo soltó. Crabbe y Goyle, que habían estado divirtiendose con la idea de Hagrid siendo despedido, se rieron todavía más fuerte al tiempo que el Bowtruckle emprendía una alocada carrera hacia el bosque, un pequeño hombrecillo de palo móvil que pronto desapareció entre las raíces de los árboles. Cuando los ecos de la distante campana los alcanzaron, Harry enrolló su ensangrentado retrato de un Bowtruckle y marchó a Herbología con la mano envuelta en el pañuelo de Hermione y las burlonas carcajadas de Malfoy todavía resonando en los oídos."Si llama a Hagrid idiota una vez más..." Dijo Harry entre dientes."Harry, no andes buscando disputas con Malfoy, no olvides que él es un prefecto ahora, puede hacerte la vida difícil...""¡Ja!, me pregunto lo que debe ser tener las cosas difíciles" dijo Harry con sarcasmo. Ron rió, pero Hermione hizo un gesto de reprobación. Se apresuraron a través de la hierba. El cielo parecía no poder tomar una decisión sobre si dejar caer la lluvia o no."Sólo quisiera que Hagrid se apresure y regrese pronto, eso es es todo", dijo Harry en voz baja cuando se acercaban a los invernaderos. "¡Y no digan que la profesora Grubbly Plank es mejor maestra!" añadió en tono amenazador."No iba a decir nada'' dijo Hermione calmadamente."Porque ella nunca será tan buena como Hagrid" continuó Harry con firmeza, totalmente consciente de que acababa de experimentar una lección ejemplar de Cuidado de Criaturas Mágicas y que estaba terriblemente molesto por eso.La puerta del invernadero más cercano se abrió y algunos estudiantes de cuarto año salieron, incluyendo a Ginny."Hola", dijo ella rápidamente al pasar. Unos segundos después, Luna Lovegood emergió siguiendo al resto de la clase, con una marca de tierra en la nariz y el cabello en rodete alrededor de la cabeza. Cuando vio a Harry, sus ojos saltones parecieron brillar con excitación y se dirigió directamente el. Varios de sus compañeros se dieron vuelta a mirar, curiosos. Luna aspiró con fuerza y luego dijo, sin mayor introducción, "Te creo que Quien-No-Debe-Ser-Nombrado ha regresado y que luchaste con él y escapaste.""Estee., bien" respondió Harry nervioso. Luna llevaba lo que parecían ser un par de rábanos anaranjados como pendientes, hecho que Parvati y Lavender habían notado, como lo demostraban sus risitas mientras señalaban sus lóbulos de las orejas."Puedes reírte", agregó Luna, levantando la voz, aparentemente bajo la impresión de que Parvati y Lavender se reían de lo que acababa de decir y no de lo que se había puesto, "Pero la gente creía también que el Blibbering Maravilloso y el Snorkack de Cuerno Retorcido no existían""Bueno, estaban en lo cierto, ¿no?" interrumpió Hermione impaciente. "Nunca existió un Blibbering Maravilloso o un Snorkack de Cuerno Retorcido."Luna le dirigió una mirada que quitaba el aliento y se alejó, con los rábanos balanceándose violentamente. Parvati y Lavender no eran las únicas que reían ahora."¿Te importaría no ofender a los pocos que me creen?" preguntó Harry a Hermione mientras se acercaban a la clase."Oh, por Dios, Harry, puedes conseguir alguien mejor que ella," dijo Hermione. "Ginny me ha dicho todo sobre Luna; aparentemente sólo cree en cosas mientras no haya pruebas en absoluto. Bueno, en realidad no esperaría otra cosa de alguien cuyo padre dirige 'El Quibbler'."Harry recordó los siniestros caballos alados que había visto la noche que llegó y cómo Luna dijo que podía verlos también. Su entusiasmo decreció ligeramente. ¿Ella le había estado mintiendo? Pero antes de que pudiera profundizar sus reflexiones, Ernie Macmillan se había parado frente a él."Quiero que sepas, Potter," comenzó en voz alta en tono aprobador, "que no sólo te apoyan bichos raros. Personalmente te creo cien por ciento. My familia siempre ha respaldado con firmeza a Dumbledore y yo también.""Estee, muchas gracias, Ernie", dijo Harry amedrentado pero complacido. Ernie podía ser pomposo en ocasiones como esta, pero Harry realmente aprecio un voto de confianza de alguien de cuyas orejas no colgaban rábanos. Las palabras de Ernie habían borrado la sonrisa de la cara de Lavender Brown y mientras Harry se volvía para hablarles a Ron y Hermione pudo observar la expresión de Seamus, mezcla de confusión y desafío.No fue una sorpresa para nadie que la Profesora Sprout comenzase su lección sermoneándolos con la importancia de los TIMOs. Harry deseó que los profesores dejaran de hace eso; estaba empezando a ponerse ansioso, el estómago se le revolvía cada vez que le recordaba cuánta tarea tenía que hacer, y la sensación empeoró dramáticamente cuando la Profesora Sprout les dio otro ensayo para hacer al final de la clase. Cansados y oliendo a estiércol de dragón, el fertilizante favorito de la profesora, los estudiantes de Gryffindor regresaron al castillo una hora y media después, sin charlar demasiado; había sido otro largo día.Como Harry estaba hambriento, y tendría su primer castigo con Umbridge a las cinco en punto, se dirigió sin más a cenar, sin dejar su bolsa en la torre Gryffindor, así podía comer algo antes de enfrentarse a lo que le destinara la profesora. Sin embargo, apenas alcanzada la entrada al Gran Comedor, una voz agria y enojada le gritó, "Oye Potter!""Y ahora qué?" murmuró, dando vuelta para enfrentarse con Angelia Johnson, que lucía exasperada."Te diré qué pasa ahora", dijo, adelantándose hacia él y hundiéndole el índice en el pecho. "¿Cómo es que has conseguido que te castiguen para el viernes a las cinco en punto?""¿Qué?" dijo Harry. "Cómo... O sí, ¡las pruebas de los Guardianes!""¡Ahora recuerda!" resopló Angelina. "¡No te he dicho que quería hacer una prueba con el equipo completo y encontrar a alguien que armonizara con todos! ¿No te he dicho que reservé el campo de Quidditch especialmente para la ocasión? ¡Y ahora has decidido no concurrir!""¡Yo no decidí no concurrir!" Dijo Harry, sorprendido por la injusticia de las palabras de Angelina. "Fui castigado por esa mujer Umbridge, sólo por que dije la verdad acerca de Ya-Sabes-Quién"."Bueno, ya puedes ir yendo a pedirle que te deje salir el viernes", dijo Angelina con fiereza, " y no me importa cómo lo hagas. Dile que Ya-Sabes-Quién es sólo un invento de tu imaginación si quieres, solo asegúrate de estar ahí!"Angelina dio media vuelta y se alejó rápidamente."Saben una cosa", dijo Harry a Ron y Hermione mientras entraban al Gran Comedor. "Pienso que deberíamos preguntarle al Puddlemore United si Oliver Wood ha fallecido durante alguna sesión de entrenamiento, porque Angelina parece estar poseída por su espíritu.""¿Cuales crees que son las las posibilidades de que Umbridge te deje salir el viernes?" pregunto Ron, escéptico, cuando se sentaron en la mesa de Gryffindor."Menores de cero", respondió sombríamente Harry, sirviéndose patas de cordero y comenzando a comer. "Pero puedo intentarlo, ¿no?" Voy a ofrecerle tomar dos detenciones juntas, o algo así, no sé..."Tragando un bocado de patatas, agregó, "Espero que no me retenga por demasiado tiempo esta tarde. ¿Se dan cuenta de que tenemos que escribir tres ensayos, practicar encantamientos devanescentes para McGonagall, descubrir un contraconjuro para Flitwick, terminar el diagrama del Bowtruckle y empezar el estúpido diario de sueños para Trelawney?"Ron gruñó y por alguna razón se quedó mirando el techo del comedor."Y parece que va a llover""¿Qué tiene que ver eso con nuestra tarea?" preguntó Hermione, alzando los ojos."Nada", dijo inmediatamente Ron, sonrojándosele las orejas.Faltando cinco minutos para las cinco, Harry los saludo y dejo el comedor hacia la oficina de Umbridge, en el tercer piso. Cuando llamó a la puerta ella respondió "Adelante" en voz melosa. Harry entró con cautela, mirando alrededor.Había conocido ese despacho con sus tres previos ocupantes.En los días en que Gilderoy Lockhart residía en él, estuvo recubierto de radiantes retratos de sí mismo. Cuando Lupin lo ocupó, era probable ver alguna criatura oscura y fascinante en una jaula o un tanque si uno pasaba por allí. En los tiempos del impostor Moddy lo atestaban varios instrumentos y artefactos para la detección de peligro.Ahora, sin embargo, lucía totalmente irreconocible. Todas las superficies estaban recubiertas con paños y encajes. Varios recipientes contenían flores desecadas, cada uno en su propio mantelillo y en uno de los muros había una colección de platos ornamentales, todos pintados con un gato de colores chillones que tenia distintos tipos de moños alrededor del cuello. Eran tan desagradables que Harry se quedó mirándolos, absorto, hasta que la profesora Umbridge habló nuevamente."Buenas tardes, Sr. Potter"Harry respingó y miró alrededor. No había visto a la profesora la primera vez porque tenia puesta una siniestra túnica floreada que se mimetizaba muy bien con el mantel del escritorio que estaba detrás de ella."Buenas tardes, profesora", Respondió Harry, tenso."Bien, siéntate", dijo ella señalando una pequeña mesa cubierta de encajes y una silla de respaldo recto. Una hoja de pergamino en blanco descansaba sobre la mesa, aparentemente esperándolo."Estee.," dijo Harry, sin moverse. "Profesora Umbridge, Um, antes de que empezaramos, quería pedirle... un favor."Los ojos saltones de la profesora se contrajeron."Oh, ¿sí?""Bueno, estoy... estoy en el equipo de Quidditch de Gryffindor. Y se suponía que concurriera a las pruebas para los nuevos buscadores el viernes a las cinco en punto y me... me preguntaba si puedo cambiar el castigo de esa tarde y tomarlo en otra a cambio..."Supo mucho antes de terminar la oración que las cosas iban mal."Oh, no", dijo Umbridge sonriendo de oreja a oreja tan ampliamente que se podía pensar había tragado alguna mosca particularmente jugosa. "Oh, no, no, no. Este es su castigo por difundir maliciosas y perversas historias buscando notoriedad, Sr. Potter, y el castigo ciertamente no puede ajustarse a la conveniencia del culpable. No, Usted vendrá aquí a las cinco en punto de mañana, el día siguiente y el viernes también, y cumplirá con todos los castigos como se le ha designado. Creo que es algo bueno que se esté perdiendo algo que realmente quiere hacer. Pienso que refuerza la idea que estoy tratando de inculcarle."Harry sintió la sangre agolpándose en su cabeza y latiéndole en los oídos. Así que él había contado historias maliciosas y perversas buscando reconocimiento, ¿no?Ella lo observaba con la cabeza ligeramente inclinada, sonriendo todavía con entusiasmo como si supiera exactamente lo que Harry estaba pensando y esperara ver si este comenzaba a gritar nuevamente. Con un increíble esfuerzo, Harry dirigió la vista hacia otro lado, dejó la mochila tras la silla y se sentó."Eso mismo", dijo Umbridge con dulzura, "Ya hemos hecho un progreso al controlar mejor nuestro temperamento, ¿o no? Ahora, va a copiar algunas líneas para mí, Sr. Potter. No, no con su pluma," agregó, cuando Harry se inclinaba ya para abrir la mochila. "Va a usar en cambio una mía, especial. Aquí la tiene"Le entregó una pluma larga, delgada y negra con una punta notoriamente afilada."Quiero que escriba, 'No debo decir mentiras'", dijo suavemente."¿Cuántas veces?" preguntó Harry, fingiendo creíblemente amabilidad."Oh, todas las veces que la idea requiera para ser asimilada", dijo Umbridge dulcemente. "Ahí va"Se dirigió hacia su propio escritorio, se sentó y enrolló unos pergaminos que parecían ensayos para corregir. Harry levantó la afilada pluma negra y de pronto se dio cuenta de que algo le faltaba."No me ha proporcionado tinta", dijo."Oh, no necesita Ud. tinta", dijo la profesora Umbridge, con un dejo de risa en la voz.Harry acercó la punta de la pluma al papel y escribió: 'No debo decir mentiras''Inmediatamente dejó escapar una exclamación de dolor. Las palabras habían aparecido sobre el pergamino en algo que parecía tinta roja brillante. Al mismo tiempo, las mismas letras se dibujaron en el dorso de la mano derecha de Harry, trazadas como por un escalpelo en la piel. La herida comenzó a cerrarse al mismo tiempo que el la contemplaba, atónito, dejando una superficie suave y enrojecida.Harry miró a la profesora Umbridge. Ella lo había estado observando, con su boca amplia como la de una rana ensanchada en una sonrisa."¿Sí?""Nada", respondió en voz baja Harry.Volvió al pergamino, colocó una vez más la pluma sobre el papel, escribió 'No debo contar mentiras' y sintió la ardorosa punzada por segunda vez en la mano. Por segunda vez, también, las palabras habían sido cortadas en la piel y se borraron segundos después.Y así continuó. Una y otra vez Harry dibujó las palabras en el pergamino, en lo que pronto notó no era tinta, sino su propia sangre; una y otra vez estas se recortaron en su piel, desaparecieron y retornaron con cada línea.La oscuridad cayó fuera de las ventanas del despacho de Umbridge. Harry no preguntó cuándo le sería permitido detenerse. Ni siquiera se fijó en su reloj. Sabía que ella estaba mirando, buscando signos de debilidad y él no iba a darle ninguno, aunque tuviera que pasarse sentado allí toda la noche, lacerando su propia mano con esa pluma."Ven aquí", le dijo ella después de lo que parecieron horas.El se incorporó. La mano le punzaba dolorosamente. Cuando la contempló, vió que la herida se había cerrado, pero el tejido circundante estaba encarnado."La mano", dijo ella.El se la extendió y la profesora la tomó entre las suyas. Harry tuvo que reprimir un estremecimiento cuando ella lo tocó con sus gruesos y cortos dedos en los cuales llevaba una serie de horribles, viejos anillos."Tut, tut, no creo haber causado mucha impresión todavía," dijo sonriente. "Bueno, podemos intentarlo de nuevo mañana por la tarde, ¿o no? Puede retirarse." Harry dejó la oficina sin decir palabra. La escuela estaba desierta; seguramente era pasada la medianoche. Caminó lentamente por el corredor, entonces, cuando hubo doblado una esquina y estuvo seguro que ella no podría oírle, se lanzó a la carrera.Harry no había tenido tiempo de practicar los hechizos desvanecedores, no había anotado ningún sueño en su diario, no había terminado el diagrama del Bowtruckle ni redactado sus ensayos. Se salteó el desayuno a la mañana siguiente para garrapatear un par de sueños inventados para Adivinación, la primera clase y se sorprendió de encontrar un desmañado Ron haciéndole compañía."¿Cómo es que no lo hiciste anoche?", preguntó Harry mientras Ron paseaba frenéticamente la vista alrededor del salón común en busca de inspiración. Ron, que había estado profundamente dormido cuando Harry regresó al dormitorio, murmuró algo de "Haciendo otra cosa" se encorvó sobre su pergamino y garabateó algunas palabras."Eso tiene que bastar", dijo, cerrando el diario. "He dicho que me he soñado comprando zapatos, no puede deducir nada extraño de eso, ¿o no?"Ambos se apresuraron hacia la Torre Norte."Cómo ha estado el castigo con Umbridge? ¿Que te hizo hacer?"Harry dudó un segundo y dijo "Copiar renglones""Eso no es tan malo, ¿eh?", dijo Ron."Nah", respondió Harry."Hey, lo olvidaba, ¿te dejara salir el viernes?""No", dijo Harry.Ron suspiró, condescendiente.Fué otro mal día para Harry; estuvo entre los peores en Transfiguración, no habiendo practicado hechizos desvanecedores en absoluto. Hubo de renunciar a la hora concedida al almuerzo para completar el diagrama del Bowtruckle y, en el interín, los profesores McGonagall, Grubbly Plank y Sinistra les dieron más tarea, la cual no tenía esperanzas de terminar esa tarde a causa de su segundo período de castigo con Umbridge. Para coronarlo todo, Angelina Johnson lo persiguió durante la cena otra vez y, al saber que no le sería posible asistir a las pruebas de Guardianes el viernes, le dijo que no estaba impresionado con su actitud y que esperaba que los jugadores que aspiraran a permanecer en el equipo antepusieran el entrenamiento a sus otras obligaciones."Estoy castigado", le gritó Harry mientras ella se alejaba. "Piensas que preferiría estar varado en un cuarto con esa vieja rana o jugar Quidditch?""Al menos es sólo copiar renglones," dijo Hermione en tono consolador, mientras Harry volvía a sentarse en el banco y miraba su bistec y pastel de riñón, que ya no se le antojaban. "No es un castigo tan espantoso, en verdad..."Harry abrió la boca para responder, pero la cerró nuevamente e hizo un gesto afirmativo. No estaba seguro de porqué no les decía a Ron y Hermione lo realmente acontecía en el despacho de Umbridge: lo único que sabía era que no quería ver sus gestos de horror, lo que haría que todo el asunto se viera peor y por lo tanto aún más difícil de enfrentar. También percibía difusamente que esto era entre él y Umbridge, una batalla personal de voluntades y no le iba a dar la satisfacción de oír que se lamentaba."No puedo creer todo el trabajo que tenemos", dijo Ron lastimeramente."Bueno, ¿porqué no hiciste algo la última noche?" inquirió Hermione. "¿Dónde estabas?""Estaba... se me antojó una caminata", dijo Ron, evasivamente.Harry tuvo la inequívoca impresión de que no era el único que ocultaba cosas en ese momento.El segundo período de castigo fue tan malo como el primero. La piel del dorso de la mano de Harry se irritó más rápidamente y pronto estuvo roja e inflamada. Harry pensó que la herida no se mantendría cerrándose por mucho tiempo. Pronto quedaría marcada en su mano y Umbridge quizás estaría entonces satisfecha. Sin embargo, no dejo nunca escapar un quejido; desde el momento en el que entraba a la oficina hasta que era despedido, siempre después de medianoche, no decía otra cosa que no fuera "Buenas tardes" o "Buenas noches".El estado de sus tareas, sin embargo, ahora era desesperante, y cuando regresó a la sala común de Gryffindor, aunque exhausto, en lugar de irse a la cama abrió los libros para comenzar el ensayo sobre la roca lunática de Snape. Eran pasadas las dos y media cuando lo terminó. Sabía que había hecho un trabajo mediocre, pero no tenía alternativa: a menos que tuviera algo que entregar, su próximo castigo lo tendría con Snape. Harry continuó entonces con las preguntas que la profesora McGonagall les había asignado, logró hilvanar algo acerca de la correcta manipulación de los Bowtruckles para la profesora Grubbly Plank, y se tambaleó en dirección a la cama, se tendió vestido sobre el cobertor y cayó inmediatamente dormido.El jueves pasó envuelto en un halo de cansancio. Ron parecía bastante soñoliento también, aún cuando Harry no podía imaginarse porqué. El tercer período de castigo de Harry transcurrió de la misma manera que los anteriores dos, con la excepción de que después de dos horas la frase 'no debo contar mentiras' no se desvaneció de la mano de Harry, sino que permaneció allí, rezumando gotas de sangre. La pausa en el rasguido de la pluma llamó la atención de la profesora Umbridge."Ah," dijo con suavidad, rodeando el escritorio para observar la mano por sí misma. "Bien. Eso ha de servirte como recordatorio, ¿no? Puedes retirarte.""¿Tengo que venir mañana?" levantando su mochila con la mano izquierda en lugar de la dolorida derecha."Oh sí," dijo la profesora Umbridge, sonriendo tan ampliamente como la anterior ocasión. "Sí, creo que podemos grabar el mensaje un poco más profundo con otra tarde de trabajo"Harry nunca consideró la posibilidad de que pudiera haber en el mundo otro profesor que pudiera odiar más que a Snape, pero a medida que caminaba hacia la Torre Gryffindor tuvo que admitir que había hallado un fuerte contrincante. 'Es perversa', pensó mientras subía la escalera hasta el séptimo piso, 'perversa, retorcida y vieja....'"¿Ron?"Había alcanzado el tope de las escaleras, girado a la derecha y casi tropezado de bruces con Ron, que merodeaba detrás de la estatua de Lachan el Larguirucho, empuñando su escoba. Dio un gran salto de sorpresa cuando vió a Harry e intentó esconder su nueva Barredora 11 detrás de la espalda."¿Qué haces?""Estee... nada. ¿Qué haces tú?"Harry frunció el entrecejo."¡Vamos, puedes decírmelo! ¿Por qué te escondes?""M... Me oculto de Fred y George, si te hace falta saber," dijo Ron. "Acaban de pasar con un grupo de los de primer año, apuesto a que están probando cosas en ellos de nuevo. Quiero decir, no pueden hacerlo en la sala común ahora, no con Hermione por ahí."Ron hablaba con rapidez, afiebradamente."Pero por qué tienes tu escoba, no habrás estado volando, ¿o si?" inquirió Harry."Yo, bien.... bueno voy a decírtelo, pero no te rías, ¿de acuerdo?" dijo Ron a la defensiva, ruborizándose a cada momento. "Pensé, pensé que debería postularme para Guardián de Gryffindor, ahora que tengo una escoba decente. Ahí lo tienes, ríete.""No me estoy riendo," dijo Harry. Ron pestañó. "¡Es una idea brillante! ¡Estaría muy bien si logras entrar en el equipo! Nunca te he visto jugando como Guardián, ¿eres bueno?""No soy malo," dijo Ron, que parecía inmensamente aliviado ante la reacción de Harry. "Charlie, Fred y George siempre me dejaba de guardián cuando entrenaban en vacaciones.""¿Entonces, has estado practicando esta noche?""Todas las tardes desde el martes... aunque en solitario. He estado tratando de encantar Quaffles para que vuelen hacia mí, pero no ha sido fácil y no sé cuanto me haya ayudador" Ron parecía nervioso. "Fred y George van a reírse hasta la locura cuando me presente a las pruebas. No han dejado de fastidiarme desde que me nombraron prefecto"."Desearía estar allí", dijo Harry agriamente mientras se dirigían a la sala común."Sí, pero. ¿Harry, qué es eso en el dorso de tu mano?"Harry, que sin darse cuenta se había rascado la nariz con la mano que tenía libre, la derecha, intentó esconderla con el mismo resultado de Ron con su Barredora 11."Es sólo un corte, no es nada, es."Pero Ron tomó el brazo de Harry, obligándole a levantar la mano a la altura de sus ojos. Observó durante unos instantes las palabras marcadas en la piel y luego, asqueado, lo soltó."¡Pensé que habías dicho que sólo te hacía copiar renglones!"Harry dudó un segundo, pero después de todo Ron había sido honesto con él, así que le contó toda la verdad acerca de las horas pasadas en el despacho de Umbridge."Esa vieja alimaña" susurró Ron con repulsión cuando llegaron frente al retrato de la señora gorda, que dormitaba plácidamente, la cabeza contra el marco de su pintura. "¡Está enferma de la cabeza! Ve con McGonagall, ¡Dí algo!"No," le interrumpió Harry. "No voy a darle la satisfacción de hacerle saber que me ha perturbado""¿Te ha.? ¡No puedes dejar que continúe con esto!""No sé cuánta influencia tenga McGonagall sobre ella," dijo Harry."¡Dumbledore entonces, dile a Dumbledore!""No," respondió tajantemente Harry."¿Por qué no?""Tiene demasiado de que ocuparse," dijo Harry, pero esa no era la verdadera razón. No iba a pedirle ayuda a Dumbledore, cuando este ni siquiera le había hablado una vez desde junio."Bueno, me parece que deberías." comenzó Ron, pero fue interrumpido por la señora gorda, que había estado oyéndoles soñolienta y ahora gritó "¿Van a darme la contraseña o voy a tener que permanecer despierta toda la noche hasta que terminen su charla?"El viernes transcurrió sombrío como el resto de la semana. Aunque Harry miraba siempre hacia la mesa de los profesores automáticamente al ingresar al Gran Comedor, lo hacía sin verdadera esperanza de encontrar a Hagrid, por lo que tornó su atención hacia problemas más urgentes como la montaña de tareas por hacer y la perspectiva de otra penitencia con Umbridge.Dos cosas ayudaron a Harry ese día. Una, la idea de que el fin de semana estaba próximo; la otra era que, terrible como seguramente iba a ser su última penitencia con la profesora, aún así tenía una vista lejana del campo de Quidditch desde su ventana, con lo cual quizás lograra ver algo de la prueba de Ron. Eran pálido rayos de luz, cierto, pero Harry estaba agradecido de cualquier cosa que le aliviara su presente ofuscación. Nunca había tenido una primera semana peor que esta en Hodgwarts.A las cinco en punto de esa tarde llamó a la puerta de la oficina de la profesora Umbridge para lo que sinceramente esperaba fuera la última vez, y le fue ordenado entrar. El pergamino en blanco estaba listo esperándolo sobre la mesa cubierta de encajes, con la negra y afiliada pluma tras él."Ya sabe que hacer, Sr. Potter," dijo Umbridge sonriéndole dulcemente.Harry recogió la pluma y miró a través de la ventana. Si tan solo pudiera desplazar la silla unos centímetros hacia la derecha. con el pretexto de acercarse a la mesa, lo consiguió. Ahora tenía un panorama distante del campo de Quidditch, con el equipo remontándose y bajando dentro de sus límites, mientras media docena de negras figuras permanecían al pie de tres altos postes, aparentemente aguardando sus turnos como Guardián. Era imposible determinar desde tan lejos cuál era Ron.'No debo contar mentiras,' escribió. El corte en el dorso de su mano derecha se abrió y comenzó a sangrar copiosamente.'No debo contar mentiras.' la herida se profundizó, escociéndole.'No debo contar mentiras.' La sangre comenzó a deslizarse por su muñeca.Harry arriesgó otra mirada por la ventana. Quien fuera que estuviera defendiendo los postes estaba haciendo un pobre trabajo. Katie Bell anotó dos veces durante el poco tiempo que Harry se atrevió a observar. Esperando sinceramente que el guardián no fuese Ron, dejó caer la vista sobre el pergamino, que brillaba con el rojo de la sangre.'No debo contar mentiras.''No debo contar mentiras.'Trataba de mirar cada vez que le parecía tenía una oportunidad: cuando escuchaba el rasguido de la pluma de Umbridge o la apertura de un cajón del escritorio de la profesora.El tercero en las pruebas estuvo muy bien, el cuarto horrible, el quinto esquivó una Bludger de manera excepcional pero perdió una atrapada segura. El cielo se oscurecía y Harry dudó de que pudiera llegar a ver el sexto y el séptimo.'No debo contar mentiras.''No debo contar mentiras.'El pergamino estaba ahora manchado por gotas de sangre provenientes del dorso de su mano, contraída de dolor. La próxima vez que se asomó a la ventana, la noche había caído ya y el campo de juego no era visible."Veamos si ha captado el mensaje" dijo con suavidad Umbridge media hora más tarde.La profesora se le acercó, sujetándole el hombro con sus cortos y anillados dedos. Y entonces, mientras le tomaba la mano para examinar las palabras ahora encarnadas en su piel, el dolor se extendió, pero no por el dorso de su mano sino por la cicatriz en su frente, a mismo tiempo que una sensación de lo más extraña se apoderaba de su garganta.Harry retiró el brazo lejos del alcance de la profesora e inmediatamente se puso de pie, clavando la mirada en ella."Duele, no es verdad?" dijo ella suavemente .Harry no respondió. El corazón le latía con violencia. ¿Era su mano de lo que hablaba ella o sabía del dolor que acababa de sentir en la frente? "Bien, creo que he dejado en claro mi punto de vista, Sr. Potter. Puede retirarse."Harry tomó la mochila y abandonó la habitación tan rápido como le fue posible.'Tranquilízate,' se dijo a sí mismo mientras corría escaleras arriba. 'No necesariamente significa lo que estás pensando."'Mimbulus mimbletonia!' exclamó ante el retrato de la señora gorda, que se hizo a un lado.Un estrépito de voces le dio la bienvenida. Ron se le acercó corriendo, la alegría reflejada en el rostro y derramando Cerveza de Manteca de la copa que sostenía."Harry, lo hice, estoy en el equipo, ¡soy un Guardián!""¿Qué? Oh. ¡Muy bien!" dijo Harry tratando de sonreír con naturalidad al tiempo que el corazón continuaba latiendo a toda marcha y la mano le pulsaba y le sangraba."Ten una cerveza de manteca" Ron le acercó una botella. "¡No puedo creerlo!.¿Dónde está Hermione?""Está ahí," dijo Fred, que también chorreaba cerveza de manteca, y señaló un sillón cerca del fuego. Hermione dormitaba en él, sosteniendo precariamente su bebida en la mano."Bueno, dijo que estaba complacida cuando se lo conté," dijo Ron luciendo ligeramente molesto."Déjenla dormir," dijo George. Unos instantes después Harry notó que varios de los estudiantes de primer año que los rodeaban mostraban signos inequívocos de haber sangrado recientemente por la nariz."Ven aquí, Ron, y ve si la vieja túnica de Oliver te queda," llamó Katie Bell, "podemos cambiar su nombre por el tuyo."Mientras Ron se alejaba, Angelina se acercó a Harry dando grandes zancadas."Lamento si fui demasiado brusca contigo más temprano, Potter," dijo precipitadamente. "Es estresante este asunto de la organización, ¿sabes? Estoy empezando a pensar que quizás le hice las cosas demasiado difíciles a Wood algunas veces." Ella miraba a Ron por sobre el borde de su copa, con el ceño fruncido."Mira, sé que es tu mejor amigo, pero él no es maravilloso," dijo ella con franqueza. "Creo que con un poco de entrenamiento va estar bien, no obstante. Viene de una familia de buenos jugadores de Quidditch. Tengo esperanzas de que sea más talentoso de lo que ha demostrado hoy, para ser honesta. Vicky Frobisher y Geoffrey Hooper volaron mejor esta tarde, pero Hooper es un llorón, siempre se queja de esto o lo otro y Vicky está metida en toda clase de actividades. Ella admite que si el entrenamiento interfiere con el Club de Encantamientos, ella va a anteponer el Club a todo lo demás. De todas maneras, tenemos una sesión de práctica mañana a las dos en punto, así que asegúrate de estar ahí. Y hazme el favor de ayudar a Ron en todo lo que puedas, ¿Si?"El hizo un gesto de asentimiento y Angelina regresó con Alicia Spinnet. Harry se movió para sentarse cerca de Hermione, quien se despertó con una sacudida y dejó caer su bolsa."Oh, Harry, eres tú. muy bien lo de Ron, ¿no?" dijo cansadamente. "Estoy tan, tan cansada," bostezó. "Estuve despierta hasta la una en punto haciendo más sombreros. ¡Desaparecen como pan caliente!"En efecto, ahora que observaba alrededor, Harry pudo ver pequeños sombreros lanudos bien escondidos por toda la sala para que los desprevenidos elfos no pudieran recogerlos accidentalmente ."Fantástico," dijo Harry distraído; sentía que si no le contaba a alguien pronto, explotaría."Oye, Hermione, estaba en el despacho de Umbridge y ella me tocó el brazo.." Hermione escuchó con interés el resto. Cuando Harry hubo terminado, le dijo "¿Estás preocupado de que Ya-Sabes-Quién esté controlándola como lo hizo con Quirrel?" "Bueno," dijo Harry, bajando la voz, "es una posibilidad, ¿o no?""Supongo," respondió Hermione, aunque sonaba incrédula. "Pero no pienso que pueda poseerla del mismo modo que a Quirrel, digo ahora está bien vivo, tiene un cuerpo propio, no necesita compartir el de nadie. Podría haberla puesto bajo la maldición Imperio, creo."Harry observó a Fred, George y Leer Jordan haciendo malabares con botellas vacías de cerveza de manteca por un instante. Entonces Hermione agregó, "Pero el último año te dolía la cicatriz cuando nadie estaba en contacto contigo y Dumbledore dijo que se relacionaba con lo que Ya-Sabes-Quién sentía en ese momento. Digo, puede que no tenga nada que ver con Umbridge, sino una mera coincidencia que pasó mientras estabas con ella?""Es maliciosa," dijo Harry categóricamente, "Perversa"."Es horrible, sí, pero. Harry creo que debes decirle a Dumbledore que la cicatriz te duele."Era la segunda oportunidad en dos días en la que le aconsejaban ir con Dumbledore y su respuesta fue la misma que dio a Ron."No voy a incomodarlo con esto. Como dijiste, no es tan grave. Me ha estado doliendo todo el verano, sólo fue un poco peor esta noche, eso es todo.""Harry, estoy segura de que Dumbledore querría que lo molestaran por esto.""Sí," dijo Harry sin poder contenerse, "Eso es lo único que le importa a Dumbledore de mí, mi cicatriz, ¿o no?""¡No digas eso, que no es verdad!""Pienso escribirle a Sirius acerca del asunto, para ver lo que piensa.""Harry, ¡No puedes poner algo como eso en una carta!" dijo Hermione, alarmada. "No recuerdas lo que nos dijo Ojoloco, ¡Que fuéramos cuidadosos con lo que ponemos por escrito! ¡No hay garantías de que las lechuzas no sean interceptadas!""Muy bien, de acuerdo, ¡No voy a contarle nada entonces!" exclamo irritado Harry. Poniéndose de pie, dijo "Voy a la cama. Diselo a Ron, eh?""Oh no," dijo Hermione, aliviada, "Si tú vas, significa que yo también puedo subir, digo sin ser descortés. Estoy exhausta y quiero hacer algunos sombreros más mañana. Escucha, puedes ayudarme si quieres, es divertido, estoy mejorando y ahora puedo hacer diseños y borlas y toda clase de cosas."Harry la miró a la cara, que reluciente de entusiasmo, y trató de aparentar que la propuesta le atraía un poco."Estee. no, creo que no, gracias," dijo. "Este. no mañana. Tengo muchisima tarea para hacer." Y se deslizó hacia las escaleras, dejándola ligeramente decepcionada.

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