martes, febrero 07, 2006

CAPÍTULO 10



CAPÍTULO 10
Luna Lovegood

Esa noche, Harry tuvo unos sueños muy molestos. Sus padres se entrecruzaban entrando y saliendo de sus sueños, pero sin hablar; la Señora Weasley lloraba sobre el cuerpo muerto de Kreacher, observada por Ron y Hermione, quienes lucían sendas coronas, y nuevamente se veía descendiendo por un pasillo que acababa en una puerta cerrada. Se despertó abruptamente con la cicatriz ardiendo para encontrar a Ron ya vestido y hablándole -Mejor apresúrate, mamá está hecha un basilisco, dice que vamos a perder el tren. Había un gran revuelo en la casa. Por lo que escuchó mientras se vestía a toda prisa, dedujo que Fred y George habían hechizado sus baúles para que volaran escaleras abajo y así evitarse la molestia de tener que transportarlos, con el resultado de que los habían lanzado en línea recta contra Ginny, golpeándola al punto que cayó dos tramos de escaleras hasta el Vestíbulo; tanto la Señora Black como la Señora Weasley chillaban con todas sus fuerzas. -PODIAN HABERLA HERIDO SERIAMENTE, IDIOTAS -INMUNDOS SEMI-ENGENDROS, MANCILLANDO LA CASA DE MIS PADRES.. Hermione entró aceleradamente en la habitación luciendo azorada, justo cuando Harry se ponía sus zapatos deportivos. Hedwig se bamboleaba sobre su hombro, y Crookshanks se retorcía en sus brazos. -Mamá y papá acaban de enviar a Hedwig de vuelta- La lechuza revoloteó gustosa y se encaramó en la parte alta de su jaula -. ¿Todavía no estás listo? -Casi ¿Ginny está bien? - preguntó, poniéndose sus lentes. -La Señora Weasley la curó - explicó Hermione - Pero ahora Ojo Loco se queja de que no podemos partir a menos que Sturgis Podmore llegue, si no la escolta será insuficiente. -¿Escolta?- preguntó Harry -¿Tenemos que ir a King's Cross con escolta? -Tú tiene que ir a King's Cross con escolta -le corrigió Hermione -¿Por qué?- interrogó Harry con irritación- Pensaba que Voldemort estaba supuestamente escondido, ¿o me estás diciendo que va a saltar de atrás de un cubo de basura para intentar acabar conmigo? -No lo sé, es sólo lo que dice Ojo Loco - replicó Hermione distraídamente, mirando su reloj -, pero si no salimos pronto, definitivamente vamos a perder el tren. -¡¡VENGAN TODOS AQUÍ AHORA MISMO, POR FAVOR!! - rugió la Señora Weasley, y Hermione saltó como si se hubiera quemado y corrió fuera de la habitación. Harry agarró a Hedwig, lo metió en la jaula sin muchas ceremonias, y bajó tras Hermione, arrastrando su baúl. El retrato de la Señora Black aullaba con furia, pero nadie se molestó en cerrar las cortinas sobre ella; De cualquier modo, todo el ruido del vestíbulo la excitaba aún más. -Harry, tu vendrás conmigo y con Tonks - gritó la Señora Weasley, por encima de los repetidos chillidos de :¡SANGRE SUCIA! ¡ESCORIA! ¡CRIATURAS INMUNDAS! -. Deja tu baúl y tu lechuza, Alastor va a encargarse del equipaje. ¡Oh, por todos los cielos, Sirius! ¡Dumbledore dijo que no! Un perro negro semejante a un oso había aparecido al lado de Harry mientras éste estaba trepando por encima de los diversos equipajes que atiborraban el salón, para acercarse a la Señora Weasley. -Oh, honestamente - exclamó la Señora Weasley desesperada -. Bien... allá tu. Giró para abrir la puerta de entrada y salió hacia la débil luz del sol de Septiembre. Harry y el perro la siguieron. La puerta se cerró detrás de ellos y los chillidos de la Señora Black cesaron instantáneamente. -¿Dónde está Tonks? - preguntó Harry, mirando alrededor mientras bajaban los escalones de piedra del numero doce, que desapareció en el momento que alcanzaron la acera. -Nos espera justo allí - informó la Señora Weasley con rigidez, apartando su mirada del perro negro que estaba con Harry. Una anciana les saludó desde la esquina. Tenía un pelo gris muy rizado y llevaba un sombrero morado con forma de pastel de cerdo. - Hola, Harry - lo saludó guiñando el ojo -.Es mejor darnos prisa, ¿no te parece, Molly? -añadió, mirando su reloj. -Lo sé, lo sé - gruñó la Señora Weasley, alargando el paso-, pero Ojo Loco quería esperar a Sturgis. si al menos Arthur pudiera tener el auto del Ministerio otra vez. pero Fudge no le ha prestado mucho más que un tintero últimamente. ¿cómo pueden los Muggles viajar sin magia? Mientras tanto el enorme perro negro ladraba alegremente y daba vueltas a su alrededor, espantando a las palomas y persiguiendo su propia cola. Harry no pudo aguantar la risa. Sirius había estado encerrado demasiado tiempo. La Señora Weasley frunció sus labios casi como lo hacía la tía Petunia Tardaron veinte minutos en llegar a King's Cross a pie y nada importante pasó durante ese tiempo, excepto que Sirius asustara a una pareja de gatos para entretener a Harry. Una vez dentro de la estación, pasearon de manera casual cerca de la barrera que separaba las plataformas nueve y diez hasta que todo estuvo despejado, entonces uno por uno se inclinaron sobre ella y entraron fácilmente en el andén nueve y tres cuartos, donde estaba el Expreso de Hogwarts emitiendo un vapor negro por el hollín. El andén estaba repleto de los estudiantes que partían y sus familias. Harry aspiró el olor familiar y sintió que su espíritu se elevaba...realmente había regresado. -Espero que los demás lleguen a tiempo - musitó ansiosa la Señora Weasley, mirando fijamente al arco de hierro forjado que fungía de entrada a la plataforma, por donde los demás tenían que llegar. -¡Lindo perro, Harry! - elogió un muchacho alto con cabeza rizada. -Gracias Lee - replicó Harry sonriendo, mientras Sirius meneaba la cola frenéticamente. -¡Oh, bien! - exclamó la Señora Weasley con alivio -. Allí está Alastor con el equipaje, mira... Con una gorra de mozo de estación colocada sobre sus ojos disparejos, Moody pasaba cojeando a través del arco, empujando un carrito con sus baúles. -Todo bien -susurro a la Señora Weasley y a Tonks -No creo que nos hayan seguido. Segundos más tarde, el Señor Weasley emergió en la plataforma acompañado por Ron y Hermione. Apenas habían descargado el carro de baúles de Moody cuando George, Fred y Ginny aparecieron con Lupin -¿Algún problema? - gruñó Moody -Nada - contestó Lupin -Tendremos que reportar a Sturgis con Dumbledore - comentó Moody -, es la segunda vez que no aparece en una semana. Se está volviendo tan irresponsable como Mundungus. -Bien, encárgate de eso - propuso Lupin, agitando las manos alrededor. Al final alcanzó a Harry y le dio una palmada en la espalda -. Y tú, ten cuidado. -Sí, mantén la cabeza abajo y los ojos abiertos - aconsejó Moody, sacudiendo su mano-.Y no olviden, todos ustedes, mucho cuidado con lo que escriben. En caso de duda, no lo coloquen en una carta para nada. -Ha sido genial conocerlos - Tonks abrazó a Hermione y Ginny -. Espero que nos veamos muy pronto. Sonó el silbato de aviso y los alumnos que quedaban en la plataforma corrieron al tren -Rápido, rápido - apuró la Señora Weasley distraídamente, abrazándolos a todos al azar y atrapando a Harry dos veces -Escribe.se bueno.si has olvidado algo, te lo mandaremos.sube al tren, ahora, corre.. Por un breve momento, el gran perro negro se levantó sobre sus patas traseras y colocó las zarpas sobre los hombros de Harry, pero la Señora Weasley empujó al chico hacia la puerta del tren, siseando: -¡Por amor de Dios! ¡Actúa más como un perro Sirius! -¡Nos vemos! - gritó Harry por la ventana abierta cuando el tren se empezó a mover, mientras Ron, Hermione y Ginny saludaban tras él. Las figuras de Tonks, Lupin, Moody y los Weasley se encogieron rápidamente, pero el perro negro seguía saltando al lado de la ventana, meneando la cola; la borrosa gente de la plataforma se reía viendo como perseguía al tren. Entonces tomaron una curva y Sirius se había ido. -No debería haber venido con nosotros - musitó Hermione con tono preocupado. -Oh, tranquilízate - dijo Ron -. El pobre tipo no había visto la luz del sol en meses. -Bien - declaró Fred, dando unas palmadas -. No pensamos quedarnos aquí parados conversando todo el día, vamos a hablar de negocios con Lee. Luego nos vemos - y en compañía de George desaparecieron por el pasillo de la derecha. El tren iba cada vez más deprisa, tanto que las casas más allá de la ventana pasaban como relámpagos y ellos se balanceaban en el lugar dónde estaban parados. -Entonces, ¿ vamos a buscar un compartimiento?- preguntó Harry Ron y Hermione intercambiaron miradas -Errrr. - murmuró Ron -Nosotros.quiero decir..se supone que Ron y yo debemos ir al vagón de los prefectos- explicó Hermione torpemente. Ron no miraba a Harry; parecía estar muy interesado en las uñas de su mano izquierda -Oh - musito Harry -Bien, está bien. -No creo que tengamos que pasar allí todo el viaje - agregó Hermione rápidamente -. Nuestras cartas decían que recibiremos instrucciones de los guías y luego patrullaremos los pasillos de vez en cuando. -Bien - repitió Harry - Bueno, los.. los veré luego, entonces. -Sí, definitivamente - aseguró Ron, lanzando una furtiva, ansiosa mirada a Harry - Es un tormento tener que ir ahora allí... preferiría.pero tenemos que..quiero decir, no estoy disfrutando esto. No soy Percy - concluyó desafiante. -Sé que no lo eres - lo tranquilizó Harry y su amigo sonrió. Pero mientras Hermione y Ron arrastraban sus baúles, a Crookshanks y la jaula de Pigwingeon hacia la locomotora en el extremo del tren, Harry sintió un extraño sentimiento de pérdida. Nunca había viajado en el Expreso de Hogwarts sin Ron... -Vamos -le animó Ginny -. Si nos apresuramos aún podemos conseguir sitio. -Está bien - aceptó Harry, aferrando la jaula de Hedwig con una mano y el asa del baúl con la otra. Lucharon por bajar por el corredor, mirando con atención a través de las puertas revestidas con paneles de vidrio a medida que sobrepasaban un compartimiento tras otro, todos repletos. Harry no pudo dejar de notar el gran número de personas que se le quedaba mirando fijamente con gran interés, muchos dando codazos a sus vecinos y señalándolo. Después de haberse topado con un comportamiento similar a lo largo de cinco vagones, recordó que el Diario El Profeta había dicho a sus lectores durante todo el verano que era un mentiroso presumido. Se preguntaba desanimado si la gente que lo miraba fijamente y cuchicheaba creía esas historias. En el último vagón encontraron a Neville Longbottom, un compañero de Harry del quinto curso, perteneciente a Gryffindor. Su redonda cara brillaba por el esfuerzo de jalar su baúl hacia delante y aferrar al mismo tiempo a su combativo sapo, Trevor. -Hola, Harry - resopló -hola Ginny.está todo lleno. no puedo encontrar sitio... -¿De que estás hablando? - preguntó Ginny que había pasado apretadamente a Neville para mirar en el compartimiento detrás de él -.Aquí hay espacio, sólo está Luna Lovegood. Neville murmuró algo sobre no querer molestar a nadie. -No te preocupes - rió Ginny -. Con ella no hay problema. Abrió la puerta y metió su maleta. Harry y Neville la siguieron. -Hola Luna - saludó Ginny -¿Está bien si nos sentamos aquí? La muchacha al lado de la ventana alzó la vista. Tenía un sucio pelo rubio, desgreñado y largo hasta la cintura, cejas muy claras y ojos protuberantes, que le daban aspecto de estar siempre sorprendida. Harry comprendió porqué Neville había elegido pasar de largo ese compartimiento. La chica daba la impresión de estar claramente chiflada. Quizás fuera el hecho de que tenia su varita hincada sobre su oreja izquierda para cuidarla, o que había elegido lucir un collar de corchos de cerveza de mantequilla, o que estaba leyendo su revista boca abajo. Sus ojos pasaron sobre Neville y fueron a descansar en Harry y asintió -Gracias -dijo Ginny sonriéndole Harry y Neville pusieron los tres baúles y la jaula de Hedwig en el portaequipajes y se sentaron. Luna los observó por encima del extremo inferior de su revista, llamada "El Sofista". No parecía tener que parpadear con tanta frecuencia como el resto de los humanos. Miraba y miraba a Harry, quien se había sentado enfrente y ahora deseaba no haberlo hecho. -¿Has pasado un buen verano, Luna? -preguntó Ginny -Si - contestó soñadora, sin despegar los ojos de Harry -. Sí, ha sido bastante divertido. Eres Harry Potter -agregó sin transición. -Sé que lo soy - replicó Harry Neville lanzó una risita. Luna volvió sus pálidos ojos hacia él -Y no sé quién eres tú. -No soy nadie -contestó rápidamente -¿Cómo que no eres nadie?- intervino Ginny -.Neville Longbottom... Luna Lovegood. Luna va a mi curso, pero es de Ravenclaw -El ingenio sin medida es el mayor tesoro del hombre - expresó Luna con voz cantarina Levantó su revista lo suficientemente alto como para cubrir su rostro y se calló. Harry y Neville se miraron con el ceño fruncido. Ginny escondió una risita. El tren traqueteó hacia adelante, corriendo a campo traviesa. Era extraño lo inconstante que estaba resultando el día; en un momento el vehículo estaba repleto de luz del sol y al siguiente estaban pasando bajo agoreras nubes grises. -Adivina qué me regalaron por mi cumpleaños -dijo Neville -¿Otra Recordadora? - sugirió Harry, acordándose del aparato semejante a una esfera que la abuela de Neville le había mandado en un esfuerzo por mejorar su desastrosa memoria. -No- negó Neville -, aunque pienso que podría conseguir una, la vieja la perdí hace años.....no, mira esto... Hundió la mano que no sujetaba firmemente a Trevor dentro de su mochila escolar y después de un rato de hurgar, sacó lo que aparentaba ser un pequeño cactus gris en un pote, excepto porque estaba cubierto por lo que parecían burbujas en lugar de espinas -Mimbulus mimbletonia- aseveró orgulloso. Harry clavó la mirada en el objeto. Estaba pulsando ligeramente, dando la siniestra apariencia de un órgano interno enfermo. -Es de veras, de veras raro - explicó Neville sonriendo - ni siquiera sé si habrá alguno en los invernaderos de Hogwarts. No puedo esperar para mostrárselo a la Profesora Sprout. Mi tío abuelo Algie me lo trajo de Asiría. Quiero ver si puedo lograr que se reproduzca. Harry sabía que la asignatura preferida de Neville era la Herbología pero por su vida que no podía entender qué podía querer con ésta pequeña planta atrofiada. -¿Hace.er.....algo? -preguntó tentativamente. -¡Un montón de cosas! - exclamó Neville -. Tiene un maravilloso sistema de defensa. Toma, aguanta a Trevor. Dejó al sapo en el regazo de Harry y tomó una pluma de su mochila. Los ojos de Luna Lovegood aparecieron por encima de la revista, para observar lo que estaba haciendo Neville. Éste alzó la Mimbulus mimbletonia hasta la altura de sus ojos apretando la lengua entre los dientes, eligió un punto, y le dio a la planta un filoso aguijonazo con la punta de su pluma. Un liquido comenzó a salir a chorros por cada burbuja de la planta; chorros a presión de una sustancia verde oscuro, densa y apestosa. Golpearon el techo , las ventanas, y salpicaron la revista de Luna; Ginny, quien había lanzado las manos delante de su cara justo a tiempo, simplemente lucía como si estuviera llevando un baboso sombrero verde, pero Harry, cuyas manos habían estado ocupadas evitando que Trevor escapara, lo recibió en pleno rostro. Y esto olía a estiércol rancio. Neville, cuya cara y cuerpo también estaban empapados, sacudió la cabeza para quitar algo de sus ojos. -Lo. Lo siento - balbuceó -. Aún no lo había probado.... no imaginé que sería tan....no se preocupen. La Savia Maloliente no es venenosa -añadió nerviosamente, mientras Harry escupía un trozo al suelo. En ese preciso momento la puerta del compartimiento se abrió -Ehh..hola Harry -dijo una voz nerviosa -.¿Umn... mal momento? Harry limpió los cristales de sus lentes con su mano libre. Una chica muy guapa con un largo y brillante cabello negro estaba en el umbral sonriéndole: Cho Chang, la buscadora del equipo de Quidditch de Ravenclaw-Ehh.hola - saludó Harry inexpresivamente. -Esto. - vaciló Cho -.Bien.. sólo venía a saludarte.. adiós entonces Ruborizada, cerró la puerta y partió. Harry se dejó caer en su asiento y gimió. Le hubiera gustado que Cho lo encontrara sentado con un grupo de gente muy agradable riéndose de algún chiste que él acabara de decir; no había elegido estar sentado con Neville y Luna Lovegood, aferrando un sapo y goteando Savia Maloliente -No te preocupes - dijo Ginny con firmeza-. Mira, podemos deshacernos fácilmente de esto- sacó su varita-. ¡Scourgify!La Savia Maloliente desapareció -Lo siento - repitió Neville, en voz baja Ron y Hermione no aparecieron en casi una hora y para entonces el carrito de comida ya había pasado. Harry, Ginny y Neville acababan de terminar sus pasteles de calabaza y se distraían intercambiando las Tarjetas de las Ranas de Chocolate, cuando la puerta se deslizó y entraron acompañados por Crookshanks y Pigwidgeon que chillaba en su jaula. -Me muero de hambre- declaró Ron dejando a Pigwidgeon al lado de Hedwig, cogiendo una Rana de Chocolate de Harry y tirándose en el asiento a su lado. Rasgó el envoltorio, dio un mordisco a la cabeza de la rana y se recostó con los ojos cerrados como si hubiera tenido una mañana muy extenuante. -Pues bien, hay dos prefectos de quinto año por cada casa - explicó Hermione, luciendo completamente contrariada mientras se sentaba-. Un chico y una chica -¿Y a que no adivinan quién es el prefecto de Slytherin? - secundó Ron con los ojos cerrados -Malfoy -respondió Harry, seguro de que su peor temor sería confirmado. -Por supuesto - aseveró Ron amargamente, comiéndose el resto de la rana y tomando otra. -Y para completar la vaca de Pansy Parkinson - agregó Hermione con malicia -.¿Como puede haber llegado a prefecta si es más densa que un troll con concusión? -¿Quiénes van por Hufflepuff? - indagó Harry -Ernie MacMillan y Hannah Abbott- contestó Ron - Y Anthony Goldstein y Padma Patil por Ravenclaw - concluyó Hermione. -Fuiste al baile de navidad con Padma Patil -dijo una vaga voz. Todo el mundo miró a Luna, quien observaba a Ron sin pestañear, desde lo alto de su ejemplar de El Sofista. Éste tragó la rana de chocolate que tenía en la boca. -Sí, ya se que lo hice - comentó, luciendo medianamente sorprendido. -No lo disfrutó mucho - le informó Luna -. Cree que no la trataste muy bien ya que no quisiste bailar con ella. No creo que me hubiera importado -añadió pensativa -. No me gusta mucho bailar. Se aisló de nuevo tras la revista. Durante unos segundos, Ron miró fijamente la portada con la boca abierta, luego miró a Ginny buscando alguna explicación, pero ésta estaba metiendo sus nudillos en la boca para aguantar la risa. Ron agitó la cabeza perplejo, y miró su reloj -Se supone que debemos patrullar los pasillos con cierta frecuencia- explicó a Harry y Neville -y podemos dar castigos si la gente se porta mal. No puedo esperar para pillar a Crabble y Goyle en algo. -¡No debes abusar de tu posición Ron! - le recordó Hermione -Sí, claro, porque Malfoy no abusará en absoluto... - declaró ron sarcásticamente - ¿Y piensas descender a su nivel? -No, solo me aseguraré de atrapar a sus compañeros antes que atrape a los míos. -Por el amor de Dios, Ron. -Obligaré a Goyle a hacer líneas, eso lo matará, odia escribir - afirmó Ron feliz. Bajo su tono de voz hasta imitar el gruñido de Goyle, retorciendo su cara en un gesto de dolorosa concentración, y fingió que escribía en el aire- no..debo...lucir...como....el...culo...de..un...mandril. Todos se rieron, pero nadie tan fuerte como Luna Lovegood. Dejó escapar un chillido de alegría que hizo que Hedwig despertara y agitara las alas indignado y Crookshanks brincara dentro del portaequipajes, bufando. Rió tan fuerte que la revista se escapó de su mano, y resbaló por sus piernas hasta el suelo -¡Eso fue gracioso! Sus protuberantes ojos se inundaron de lágrimas mientras luchaba por respirar, con los ojos clavados en Ron. Éste, completamente desconcertado, miró a los demás, que ahora se reían de la expresión de su rostro y de la risa ridículamente prolongada de Luna, quien ahora se balanceaba adelante y atrás sujetando sus costados. -¿Me estás tomando el pelo? -le preguntó Ron frunciendo el ceño. -¡El culo.. de un mandril! - repetía ella aferrando sus costillas. Todos observaban a Luna reírse pero Harry, lanzando una mirada a la revista del suelo, notó algo que le hizo impulsarse hacia ella . Boca abajo, le había resultado difícil identificar la foto de la portada, pero ahora se daba cuenta que era una caricatura bastante mala de Cornelius Fudge; sólo lo reconoció por el sombrero de hongo verde lima. Una de las manos de Fudge aferraba con fuerza un saco de oro; la otra estrangulaba un duende. La caricatura tenía un titulo: ¿Hasta dónde llegará Fudge para conseguir Gringotts? Bajo esto se listaban los titulares de los demás artículos de la revista. Corrupción en la Liga de Quidditch: como los Tornados están tomando el control Revelados los Secretos de las Runas Antiguas Sirius Black: ¿Victima o Villano? -¿Puedo echarle un vistazo? - le preguntó a Luna ansiosamente. Ella asintió, todavía mirando a Ron y jadeando por la risa. Harry abrió la revista y revisó el índice. Hasta ese momento había olvidado por completo la revista que Kigsley había entregado al Señor Weasley para que la diera a Sirius, pero debió ser esta edición de "El Sofista" Encontró la página y se dirigió al articulo con excitación. El artículo en cuestión también estaba ilustrado por una caricatura muy mala; de hecho, Harry no hubiera sabido que supuestamente era Sirius si no hubiera leído el titular. Lo habían dibujado de pie sobre una montaña de huesos humanos con su varita fuera. El encabezamiento rezaba: SIRIUS BLACK ¿CÓMO BOSQUEJARLO? ¿Notorio asesino en masa o inocente ídolo del canto? Harry tuvo que leer esta primera frase varias veces antes de convencerse de que no la había malinterpretado. ¿Desde cuando era Sirius un ídolo del canto? Durante catorce años, Sirius Black ha sido creído culpable de la matanza en masa de doce Muggles inocentes y un mago. Su audaz huída de Azkaban dos años atrás ha conducido a la más extensa persecución humana jamás llevada a cabo por el Ministerio de Magia. Nadie ha cuestionado que mereciera ser recapturado y devuelto a los Dementores PERO ¿LO MERECE? Nueva evidencia ha salido recientemente a la luz indicando que es posible que Sirius Black no haya cometido los crímenes por los que fue enviado a Azkaban. De hecho, según Doris Purkiss, del 18 de la Calle Acanthia, Little Norton, puede que Black ni siquiera estuviera presente en el asesinato.-Lo que la gente ignora es que Sirius Black es un nombre falso- declaró la Señora Purkiss-. El hombre que la gente cree que es Sirius Black, es en realidad Stubby Boardman, el cantante del popular grupo "los Hobgoblins", quien se retiró de la vida pública después de ser golpeado en el oído por un nabo, en un concierto en la iglesia de Little Norton, hace casi quince años. Lo reconocí en el momento que vi su foto en el periódico. Ahora, Stubby no pudo haber cometido esos crímenes, porque el día en cuestión estaba disfrutando a mi lado de una cena romántica a la luz de las velas. He escrito al Ministerio de Magia y estoy esperando que otorguen a Stubby , alias Sirius, el completo perdón cualquier día de estos.Harry terminó de leer y miró la pagina con incredulidad. Quizás era un chiste, pensó, quizás la revista solo imprimía parodias. Hojeó rápidamente unas cuantas páginas y encontró el articulo de Fudge Cornelius Fudge, el Ministro de Magia, negó haber tenido ninguna clase de plan para apoderarse del Banco Mágico, Gringotts, cuando fue elegido Ministro de Magia cinco años atrás. Siempre insistió en que no quería otra cosa que "una cooperación pacifica" con los guardianes de nuestro oro. PERO ¿ES ESO CIERTO? Fuentes cercanas al Ministro han revelado recientemente que la más querida ambición de Fudge es tomar el control del suministro de oro de los duendes y que no dudaría en usar la fuerza de ser necesario.Tampoco sería la primera vez- señaló una persona de confianza dentro del Ministerio-. Sus amigos lo llaman Cornelius "Aplasta-Duendes" Fudge. Si pudieran oírlo cuando piensa que nadie le escucha, ohh, siempre está hablando sobre lo que habría hecho con los duendes si pudiera; los habría ahogado, los habría tirado de un edificio, los habría envenenado, les habría cocinado en un pastel. Harry no siguió leyendo. Fudge podía tener muchos defectos pero encontraba extremadamente difícil imaginarlo ordenando cocinar pasteles con los duendes. Hojeó el resto de la revista, haciendo una pausa de tanto en tanto. Leyó una acusación implicando que los Tutshill Tornados estaban ganando la Liga de Quidditch por una combinación de chantajes, saboteo de escobas y torturas; una entrevista con un mago que sostenía haber volado hasta la luna en una Barredora seis y traído al regreso un saco de ranas lunares para demostrarlo y un artículo sobre runas antiguas que al menos explicaba por qué Luna estaba leyendo El Sofista boca abajo. Según la revista, si girabas las runas de cabeza revelaban un encantamiento para lograr que las orejas de tus enemigos se transformaran en naranjas chinas. De hecho, comparado con el resto de los artículos de El Sofista, la sugerencia de que Sirius pudiera ser en realidad el cantante líder de los Hobgoblins era bastante sensata. -¿Dice algo interesante? -preguntó Ron cuando Harry cerró la revista. -Por supuesto que no - comentó Hermione cáusticamente, antes que Harry pudiera contestar -. El Sofista es basura. Todo el mundo lo sabe. -Discúlpame- intervino Luna, su voz había perdido su tendencia distraída -.Mi padre es el editor. -Yo.esto. - murmuró Hermione avergonzada -. Bueno.es algo interesante.quiero decir.es bastante. -Agradecería que me la devolvieras - pidió Luna fríamente, y se inclinó para arrebatarla de las manos de Harry. Hojeando hasta llegar a la página cincuenta y siete, la giró boca abajo resueltamente y desapareció tras ella, justo cuando la puerta del compartimiento se abría por tercera vez. Harry miró alrededor; lo había esperado, pero eso no hizo que la visión de Draco Malfoy sonriéndole burlonamente entre sus compinches, Crabbe y Goyle, fuera mas agradable - ¿Qué? - interrogó agresivamente antes que Malfoy abriera la boca. -Modales Potter, o te pondré en detención -Malfoy , cuyo lustroso pelo rubio y afilada barbilla eran exactas a las de su padre, habló arrastrando las palabras -.Verás, yo, al contrario que tú, he sido nombrado prefecto...lo que significa que yo, al contrario que tú, tengo poder para repartir castigos. -Sí - aceptó Harry -pero tú, al contrario que yo, debes salir de aquí y dejarnos solos Ron, Hermione, Ginny y Neville se rieron. Malfoy torció el labio.-Dime, ¿cómo te sientes quedando por detrás de Weasley, Potter? -preguntó -Cállate, Malfoy - exclamó Hermione bruscamente. -Parece que he tocado un nervio - comentó Malfoy, con su risa burlona -Bien, sólo ve con cuidado, Potter, porque voy a perseguir todos tus pasos como un perro, en caso de que te salgas de la raya. -¡Sal de aquí! - gritó Hermione parándose Riendo disimuladamente, le lanzó a Harry una última mirada maliciosa y se fue, con Crabbe y Goyle moviéndose pesadamente tras él. Hermione cerro la puerta y se giró para mirar a su amigo, quien se dio cuenta que ella también había registrado las palabras de Malfoy y le habían inquietado. -Déjame otra rana - pidió Ron, quien era evidente que no había notado nada. Harry no podía hablar abiertamente ante Neville y Luna. Intercambió otra mirada nerviosa con Hermione, luego fijo la vista en el exterior de la ventana Había pensado que el hecho de que Sirius le acompañara a la estación era divertido, pero de repente esto parecía imprudente, si no francamente peligroso.Hermione había tenido razón...Sirius no debería hacer ido. ¿Y si el Señor Malfoy había visto al perro negro y se lo había dicho a Draco? ¿Y si había deducido que los Weasley, Lupin, Tonks y Moody sabían donde se ocultaba Sirius? ¿O el qué Draco hubiera usado la palabra perro había sido pura coincidencia? El tiempo permaneció indeciso mientras viajaban cada vez más hacia el Norte. La lluvia salpicaba las ventanas en forma poco alentadora, luego el sol se mostró débilmente antes que las nubes lo taparan una vez más. Cuando oscureció y las lámparas del vagón se encendieron. Luna enrolló El Sofista, lo metió cuidadosamente en la mochila, y se dedicó a observar a todos los que estaban en el compartimiento. Harry estaba sentado con la frente apoyada en la ventana del tren, intentando obtener un primer vislumbre de Hogwarts a la distancia, pero era una noche sin luna y el cristal estaba empañado por los rastros de la lluvia. -Deberíamos comenzar a cambiarnos - propuso Hermione al fin, y todos abrieron sus baúles con dificultad y sacaron sus túnicas del colegio. Ron y ella prendieron cuidadosamente las insignias de prefectos sobre su pecho. Harry observó a Ron mirando su reflejo en la oscura ventana. Al final, el tren comenzó a detenerse lentamente y escucharon el habitual alboroto mientras la gente bregaba por retirar su equipaje y reunir sus mascotas, preparándose para salir. Como se suponía que Ron y Hermione debían supervisarlo todo, desaparecieron de nuevo, dejando a Harry y a los demás al cuidado de Crookshanks y Pigwidgeon. -Si quieres puedo llevar esa lechuza - ofreció Luna a Harry cogiendo a Pigwidgeon mientras Neville metía a Trevor cuidadosamente en su bolsillo -Ohh.er.....gracias - aceptó Harry, aferrando su baúl y la jaula de Hedwig con mayor seguridad. Se arrastraron fuera del compartimiento sintiendo en sus rostros la primera ráfaga del aire nocturno mientras se reunían para cruzar el pasillo. Lentamente, llegaron a la puerta. Harry pudo oler los pinos que se alineaban en el sendero del lago. Bajó al anden y miró a su alrededor, esperando escuchar el familiar llamado de "primer año....aquí....primer año...." Pero eso no llegó. En su lugar, una voz bastante diferente, enérgicamente femenina, llamaba: -¡Los de primero formen fila aquí, por favor! Todos los de primero conmigo. Un farol osciló hacia Harry y bajo su luz pudo ver la prominente barbilla y el severo corte de pelo de la Profesora Grubbly-Plank, la bruja que, durante una temporada el año anterior, se había hecho cargo de las clases de Cuidado De Criaturas Mágicas de Hagrid. -¿Dónde estará Hagrid? - expresó en voz alta. -No lo sé - replicó Ginny -pero es mejor que salgamos del medio... estamos bloqueando la puerta. -Oh.. sí.... Harry y Ginny se separaron mientras caminaban a lo largo del andén y salían de la estación. Empujado por la multitud, Harry entrecerró los ojos a través de la oscuridad intentando ver a Hagrid; tenía que estar por allí, confiaba en ello.....ver a Hagrid de nuevo era una de las cosas que había estado esperando con mas impaciencia. Pero no había señales de él. No se pudo haber ido, se dijo a si mismo mientras caminaba lentamente hacia el estrecho portal y salía a la carretera con el resto de sus compañeros. Sólo debe estar resfriado o algo parecido... Buscó a Ron y Hermione, deseando saber qué pensaban acerca de la reaparición de la Profesora Grubbly-Plank, pero ninguno estaba cerca, así que se permitió desviarse hacia la oscura carretera lavada por la lluvia fuera de la estación de HogsmeadeAllí estaban los cien o más carruajes sin caballos que siempre llevaban a los estudiantes que no eran de primer año hacia el castillo. Harry les lanzó una rápida mirada, y apartó la vista con la intención de buscar a Ron y Hermione, pero los miró de nuevo. Los carruajes seguían sin caballos. Pero había unas criaturas paradas entre los ejes. Si hubiera tenido que ponerles un nombre suponía que les hubiera llamado caballos, aunque también tenían algo de reptiles. No tenían sustancia, su negro pelaje de adhería a sus esqueletos, de modo que cada hueso era visible. Sus cabezas eran de dragón, y sus ojos sin pupila, blancos y fijos. A los lados emergían sendas alas negras con textura de cuero, que parecían pertenecer a murciélagos gigantes. Estaban parados tranquilos en la penumbra y lucían escalofriantes y siniestros. Harry no podía entender por qué los carruajes estaban siendo jalados por esos horribles caballos si eran capaces de moverse por si mismos. -¿Dónde está Pig? - escuchó la voz de Ron, justo detrás de él. -Luna lo está transportando- replicó Harry, girándose rápidamente, ansioso por preguntarle por Hagrid -¿Sabes dónde está...? -¿.Hagrid? No lo sé -dijo Ron con tono preocupado -.Espero que esté bien Un poco más allá, Draco Malfoy, seguido por una pequeña pandilla de compañeros que incluían a Crabbe, Goyle y Pansy Parkinson, empujaban a unos tímidos chicos de segundo año fuera de su camino, para poder tomar el carruaje para ellos. Segundos mas tarde, Hermione emergió jadeando de entre la multitud -Malfoy está siendo completamente inmundo con los chicos de primero. Os juro que voy a reportarlo, solo tiene la insignia desde hace tres minutos y ya la está usando para tratar a la gente peor que nunca... ¿donde está Crookshanks? -Ginny lo tiene - informó Harry -.Está...... Ginny acababa de salir de entre la multitud, llevando a Crookshanks -Gracias -murmuró Hermione, agarrando el gato -.Vamos, tomemos un carruaje juntos antes de todos se llenen. -¡Aún no tengo a Pig! - se quejó Ron, pero Hermione ya se dirigía hacia el carruaje vacío más cercano. Harry se quedó rezagado con Ron -¿Qué son esas cosas? ¿lo sabes? - le preguntó, señalando a los horribles caballos mientras llegaban más estudiantes. -¿Qué cosas? -Esos caballos.. Luna apareció llevando la jaula de Pig en sus brazos; la pequeña lechuza gorgojeaba excitadamente como era habitual. -Aquí la tienes - le dijo -.Es una lechucita muy dulce ¿verdad? -Esto.sí..lo es - contestó Ron ásperamente -. Bien, vamos entonces, entremos. ¿qué me estabas diciendo Harry? -Te preguntaba qué son esa especie de caballos - informó Harry, mientras en compañía de Ron y Luna se dirigía hacia el carruaje en el que ya estaban sentadas Hermione y Ginny -¿Qué especie de caballos? -¡Los caballos que tiran de los carruajes! - explicó Harry impaciente. Estaban, después de todo, a tres pasos del más cercano, que los miraba con sus blancos ojos vacíos. Ron, sin embargo, miraba a Harry con ojos perplejos -¿De qué estás hablando? -Estoy hablando de..¡Mira! Harry agarró el brazo de Ron e hizo que girara en redondo, hasta colocarlo frente a frente con el caballo alado. Ron miró al frente por un segundo y luego se volteó a mirar a su amigo. -¿Qué se supone que tengo que ver? -A......ahí.... ¡entre los ejes! ¡Enjaezados al carruaje! Justo delante de ti. Pero Ron seguía aturdido, algo extraño le ocurría a Harry -No puedes.¿no puedes verlos? -¿Ver el qué? -¿No puedes ver lo que está tirando de los carruajes? Ron ahora lo miraba seriamente alarmado -¿Te sientes bien, Harry? -Yo. sí. Harry estaba completamente desconcertado. El caballo estaba allí frente a él, brillando sólidamente bajo la opaca luz que se desprendía de las ventanas de la estación, con el vapor brotando por sus fosas nasales hacia el helado aire nocturno. Pero, a menos que Ron le estuviera engañando... y era una broma muy mala... no podía verlos. -¿Entramos, entonces? - sugirió Ron vacilante, mirando a Harry verdaderamente preocupado. -Sí. Sí, vamos. -Todo está bien - se escuchó una somnolienta voz detrás de Harry mientras Ron desaparecía en la oscuridad del interior del carruaje-. No estás loco ni nada por el estilo. También puedo verlos.-¿Puedes? - interrogó Harry desesperado, girándose hacia Luna. Podía ver las alas de murciélago de los caballos reflejadas en sus grandes ojos plateados -Oh, sí - afirmó Luna -He sido capaz de verlos desde mi primer día aquí. Siempre tiran de los carruajes. No te preocupes. Estás tan cuerdo como yo.. Y sonriendo levemente, subió al rancio carruaje detrás de Ron. No completamente tranquilo, Harry la siguió

No hay comentarios.: